CAPITULO DOS
----------------------SEMPITERNO-----------------------
SEMPITERNO: Durara siempre que, habiendo tenido principio, no tendra fin
He dormido mas o menos 3 dias, solo me he despertado cada vez que tenia que comer, tengo el brazo enyesado, me dieron bastante comida como para recupere el peso, tambien me han dado tranquilizantes para que pueda dormido, estos dias han sido duros, no paro de tener pesadillas, solo logro dormir con las pastillas. Sobre mi familia...perece que lograron localizarlos, pero estan viajando todavia, si estabamos lejos.
- Muy bien señorita Lancours tengo buenas noticias, pude localizar a su familia, parece que lleva dos años desaparecida- dos años.....DOS AÑOOOS, no puedo creer dos años de mi vida perdidos en unas estupidas paredeces, encadenada, pasando frio y hambre. Dos año de mi vida sin mi familia, sin las discusiones matutinas, o los sabados de karaoke, los viernes de salidas de amigas o las horas de aburrimiento en las clases del instituto.
No pude controlarme comence a llorar desesperadamente, extraño tanto a mi familia, a mis amigas, a todos- No puedo imaginarme todo lo que debio pasar pero ahora esta a salvo, su familia viene en camino- dicho eso el doctor salio de la habitacion.
Mi familia... ellos estuvieron conmigo en todo, y estos dos años no los he visto, como pude terminar asi. Siempre crei que exageraba mi padre al decirme que tuviera cuidado cada vez que salia, creia que no me podia pasar a mi, pero claro como toda adolecente tonta y arrogante que piensa que nunca nada malo le puede pasar, como me encantaria volver al pasado y golpearme la cara. No puedo dejar de repasar ese dia en mi cabeza, ese maldito dia, que se supone que iba a ser el mejor termino siendo la pesadilla de mi vida. Ahora tengo recuerdos vagos de todo, este tiempo solo he sentido tanto dolor que ya no soy capaz de recordar nada.
No se bien cuanto tiempo me quede dormida pero senti que alguien abria la puerta de la habitacion. Senti ese apreton en el pecho, una mujer de cabello castaño entro por la puerta, estaba hermosa... mamá, dejo su cabello ahora corto y ondulado, ya no tenia el pelo rubio como solia tener. De niña creia que era Rapunzel con su cabello largo hasta la cintura, de color dorado, siempre brillaba y estaba suave, solia tener ese aroma a rosas. Ahora tiene su cabello castaño con pequeñas ondulaciones, ya no lo tiene largo como antes, se lo corto hasta los hombros, tiene ojeras bajo sus ojos color miel, ella solia siempre tener la combinacion perfecta de maquillaje, haciendo rasaltar sus ojos. Verla asi me estruje el alma, se ve agotada, las arrugas en la cara se le notan, esta mas delgada, ya no tiene ese brillo en el rostro , ni esa sonrisa en la cara.
Atras de ella entro mi papá, que al igual que mi madre, esta destruido, a él se le notan mas las ojeras, el cabello lo tiene desordenado, raro en el por que se caracteriza por tener siempre el pelo perfectamente ordenado. El siempre tuvo ese animo caracteristico, a donde iba llevaba esa alegria mezclada con sus penosos chistes, además de que inundaba el ambiente con su bondad, aunque parecia una persona ruda y sin sentimientos, en realidad era un osito panda por dentro. Ya no veia eso en su rostro, estaba vacio, sin nada, sin ningun rastro de felicidad, no puedo evitar sentirme culpable, se ven tan lastimados, como si los dos años que pasaron hayan sido 20 años de temerocidad.
Ellos al verme se asombraron, quedaron estaticos, como si no pudieran creer que yo este ahi,que este con vida, y la verdad que ni yo me lo creo a veces. De a poco se acercaban, con sus caras asombradas y pequeñas lagrimas en los ojos, mamá era sujetada de la mano por papa, este solo se disponia a seguir a su esposa con la misma expresion que ella.
-Hija s...sos vos?, no puedo creerlo - dicho eso, se lanzo encima de mi llorando con fuerza, papá no tardo ni un segundo en hacer lo mismo que ella, estuvimos un tiempo llorando abrazados. Los tres teniamos los ojos hinchados y rojos de tanto llorar. Después de tanto tiempo me sentía segura de nuevo, ellos son mi mundo y por ellos y mis hermanos seguí luchando, se siente tan liviano mi cuerpo, ya no tengo esa pesadez y esa sensacion de inseguridad y miedo, estoy en los brazos de mis padres, estoy en mi hogar.
-Mamá... y...yo lo siento tanto, tuv...e que haberte hecho caso ese dia, no sabia que hacia y cuando paso creí que era toda una estupida pesadilla, ahora me entero que pasaron dos años, no... no puedo dejar de sentirme culpable de verdad perdón por todo- lo dije desahogandome, todo esto es mi culpa. Por mi culpa mi mamá ya no tiene su sonria en el rostro, ni tiene esa fuerza o esa mirada desafiante, o papá ya no hace esos chistes, ya no rie, por mi culpa hice que perdieran tiempo llorando y preocupandose por mi, por mi culpa estan asi.
-Nonono amor, no es tu culpa, nada de esto - dijo mi papá mientras me abrazaba, me tomo de la mano de forma delicada, como si tuviera miedo a romperme, lo que no sabe es que ya estoy rota- mi princesita ahora lo que importa realmente es que estas de vuelta con nosotros, y pronto volveremos a casa, sabes tus hermanos estan desesperados por verte, Lucy no a parado de saltar de un lado a otro, Auritz no ha dejado de llamar, tuvimos que apagar el celular, y Eridanus, bueno sabes que es inquieto, no ha dejado tu habitación desde... ya sabes- no me sorprende, siempre he tenido una muy linda relacion con ellos.
Yo soy la tercera hermana, Eridanus es el hermano mayor, tenemos una diferencia de cuatros años, luego está Lucy, mi hermana,con ella mantengo una diferencia de dos años y por último está el bebé de la casa,Auritz es el menor por un año, la diferencia de edad nunca a sido un problema para nosotros, siempre estuvimos juntos, hicimos todos juntos, siempre supimos complementarnos a la perfeccion, si uno estaba mal estaban los otros dos animando el dia de su hermano dolido, y asi siempre fue hasta que desapareci, los extraño tanto, ¿ellos tambien estaran tan cambiados? , ¿estaban demacrados como papá y mamá?, ¿habran llorado cada noche, como yo lo hice ?.
Mi familia es mi mayor fortaleza y debilidad, no dire que somos la mejor familia del mundo, hemos tenido nuestras discusiones pero siempre tuvimos algo que considero que muy pocas familias lo tienen, es la capacidad de hablar, de sentarse y arreglar los problemas como familia, si uno esta mal, todos estamos con él, si uno esta feliz todos estamos feliz por él, somos asi y nos ha funcionado, hasta ahora.
- Corazón, el doctor nos comento lo delicada que estas, lo mejor va a ser que descanses, nosotros no nos moveremos de acá, nos sabes lo mucho que te extrañamos- mamá se echó a llorar de nuevo mientras me abrazaba, la abracé todo el tiempo que estuvo llorando y sin darme cuenta me dormí.
Al abrir los ojos note un peso sobre mi brazo, me hubiese sobresaltado si no hubiese sentido ese aroma que solo mamá tiene, ella tenia reposada su cabeza en mi brazo, se habia quedado dormida, gire un poco mi cabeza buscando a mi papá, que enseguida lo encontré en la puerta de mi habitación hablando con el doctor, no logré escuchar que decían, no le di importancia, me limite a darle leves caricias a mi mamá, no la quise despertar ya que parecia que después de tanto tiempo podia dormir bien de nuevo.
Papá entro percatándose de que me había despertado, me dio una sonrisa delicada mientras se acercaba de nuevo al lado mío.
-Princesita, van a realizar tu traslado al hospital cerca de casa, tranquila si?, es mejor que descanses, yo estaré aquí junto a ti- dijo dándome un beso en la frente, mientras se volvía a sentar del otro lado de la camilla, enfrentado a donde se encontraba mi mamá, me estaba sujetando la mano mientras le daba algunas caricias, pude sentir de nuevo el peso de mis ojos, de a poco los cerré de nuevo hasta que me dormí.
-Eri será mejor que me escondas antes de que la bestia me atrape- me acerque a mi hermano mientras me abrazaba a él, me había dicho que no lo molestará que estaba estudiando para su examen, pero cometí un pequeño erro que fue desordenar los libros de Lucy, los cuales ella los había acomodado por orden alfabético y género, un gran trabajo pero lo tuve que desarmar, ¿Por qué? Bueno porque ella me perdió mi blusa favorita pero digamos que no me gusta enfrentar al enojo de mi querida hermana.
- Que le has hecho esta vez Hydri, y encima sin mi- me reprochó mi hermano, yo seguía abrazada a él mientras escondía mi rostro en su pecho. Sentí los pasos aproximarse, así que entre en pánico, me levanté ocultándome detrás de la puerta de la habitación, otro pésimo error, ya que cuando entro mi hermana pego un gran portazo haciendo que me golpeará la cara, lo cual dolió y mucho.
-DONDE ESTA? MALDITA DONDE ESTAS?- que tierna no, que se note mi ironía.
-Oh quería y hermosa hermana, mi otra quería hermanita no se encuentra aquí, le dire que la buscas si me la llego a encontrar- dijo mi hermano, el siempre me salvaba de la furia de mi hermana.
-SE QUE LA OCULTAS LANCOURS, TE RECOMIENDO QUE LO DIGAS ANTES DE QUE TE ASESINE- gritó mi hermana mientras apretaba con fuerza los dientes.
Me moví despacio todo porque me estaba pinchando con algo en la cintura, en cuanto me moví tire unos libros de la mesa la cual estaba pegada a la puerta, fue en ese momento donde temi por mi vida, mi hermana me encontró y lo que pasó no fue lindo. Una gran guerra donde implicaba almohadones rotos, ropa descosida y algunas que otras gotas de saliva en el rostro, comenzaba.
Me desperté viendo a mis dos padres hablando al lado mío, estaban comiendo unas donas con unos café, mi desayuno estaba en la mesita de al lado junto con mis pastillas, anoche tuve un sueño, en si no se si llamarlo sueño o recuerdo, era un recuerdo de mis hermanos, y yo.
Mi padre colocó mi bandeja encima de mi para que pudiera desayunar tranquila, me ayudaron a sentarme un poco y colocaron las almohadas de forma que pudiera está cómoda.
-Gracias papá - le sonreí, y me abrazo suave, comencé a debore lo que tenía, un vaso de jugo de naranja, waffles con miel, tostadas con crema de frutilla, un vaso de leche chocolatada y una manzana verde, debore todo tan rápido como pude, extrañaba la comida, el jugo, la discusión de sabores dentro de mi boca, estos días me han traído bastante comida para recuperarme, lo cual adoraba, mi necesidad era constante, mi hambre parecía no acabar nunca.
-Pequeña come despacio te ahogarás- me decía mi madre con una sonrisita, seguramente era novedoso verme comer tan rápido, antes solía comer poco y despacio, era delicada con lo que quería , ahora podría comer lo que sea, las cosas cambian cuando uno pasa mucha hambre, las de cosas que uno piensa, con Lily siempre buscábamos lo que sea para comer, habia momentos que no nos traían nada de forma de castigo por nuestra desobediencia, y era desesperante, el dolor y mareo por la falta de alimentos era torturador.
-Lo siento ma tengo hambre- dije para luego seguir comiendo, terminé a los pocos minutos, mis padres me miraban con una sonrisa.
Comprender el dolor de padre era difícil sino eras madre, pero comprendo mi dolor, y es horrible, podía darme una idea de lo que debían sentir ellos, la culpa, tristeza, odio, tranquilidad, eran varios sentimientos, yo lo sé, estaba sintiendo eso en estos momentos.
-Disculpen- entro el doctor Milerio, traía unos papeles en la mano, en su rostro tenía una leve sonrisa.- vengo a controlar a la señorita Lancours, permiso- dijo acercándose a mi camilla, se colocó al costado donde se estaba sentando mi padre, me ayudó a quitar la bandeja de la comida y quitó la sábana que me cubría, en ese momento entro una enfermera, algo petisa, de cabello castaño, piel morena, traia una bandeja con las vendas alcohol, algohodon, y demás instrumentos, además de las pastillas. La enfermera comenzó a colocarse los guantes y le pasó un par al doctor, ella prosiguió a cortar mis vendas, las que rodeaban mis piernas.
-Quiero comunicarles que da un poco de impresión señor y señora, si son sencibles con esto le recomiendo esperar afuera- comunico la enfermera, mis padres se quedaron a mi izquierda un poco alejados de la cama, no se movieron dando a entender que no tenían problema con estar ahí.
La señorita con sumo cuidado quitó los pedazos de gasas que estaban sobre las aberturas, estás estaban algo pegadas, lo cual me dolió cuando las quitó. Algunos cortes tenían de a dos a cinco puntos, seguían algo sencibles por eso tendían a sangrar un poco. Limpiaron cuidadosamente las zonas y volvieron a enrollar mis piernas en capas de vendas, luego me pidieron que me recostara en la camilla, y con la ayuda de ellos me dieron vuelta, quedando boca a la almohada,para poder limpiar las aberturas de mi espalda, al quitar esas vendas mis padres verían las líneas que cubrian toda mi espalda, no me agradaba mucho la idea de que vieran esto, no debe ser tranquilizador ver cómo su hija está marcada por todo el cuerpo con heridas que al curarse seguramente dejen cicatrices horribles.
Al quitar esas vendas se dejó a la vista mi desastrosa piel, pude escuchar como mi madre ahogaba un grito y comenzaba a llorar, vi como mi padre la sujetaba para que no cayera, el también tenía los ojos cristalizados, decidí cerrar los ojos para evitar llorar por ver a mis padres así, volver a ver cómo estaban tan heridos, tanto como yo.
Sentí el ardor producido por alcohol etílico en mi piel, tenía la piel levantada, se podía sentir las gruesas líneas que estaban ahí, parecían caminos hondos en una lisa porción de tierra. Al terminar me ayudaron colocarme como estaba antes, y me vendaron de nuevo, sin antes no colocar la crema para las quemaduras que estaban en mi torso.
Una vez que terminaron con todo el doctor se acercó a mis padres y estos salieron de la habitación. Me dieron una última sonrisa melancólica antes de cerrar la puerta y salir por ella.
Me acomode en la camilla y pude sentir el sueño en mis ojos, los cerré levemente hasta que me dormí.
...
-Hydri tarde o temprano va a suceder, seré la próxima lo sé- me miró, me estaba penetrando con su mirada, podía ver cómo se le agrandaban las pupilas y como se iban cristalizandose, yo también sabía lo que iba a suceder, su tiempo era contado, y luego de ella seguiría yo.
-Lily tiene que haber otra forma podemos irnos las dos- sabía que no había otra forma, pero no quería el sacrificio de mi amiga, no quería dejarla, no quería que muriera.
-Sabes que no hay Hydri, se fuerte, ahora más que nunca tiene que serlo, tienes que salvarte y evitar que siga ocurriendo- dos pequeñas lágrimas le recorrían las mejillas llenas de tierra, barro y mugre, apresar de eso se le podía ver cómo su rostro tenía un leve rosado. Lily era hermosa, una mujer de cabello negro oscuro, piel pálida, llena de pecas por todo el rostro, ojos verdes oscuros, su rostro tenía raras combinaciones de colores pero eso la hacia hermosa,tenía 20 años, ella me había protegido desde que había llegado, me había intentado de evitar castigos y solía darme algo de su comida cuando le daban a ella, todas las forma saque pudiera ella me cuidaba como una hermana, como la que nunca había tenido.
-Lo se- dije bajando la cabeza. Escuchamos el sonido de la puerta, y dos pares de pasos.
-Ayudaaaaaa por favor déjeme- gritaba una voz aguda, otra más callo, se abrió otra puerta, debía ser la celda contigua a la nuestra.
Por lo que había aprendido desde que estaba acá, era que debía haber por lo menos unas seis celdas, de las cuales no se podía escuchar nada entre ella, no sabíamos si habían otras chicas, salvo cuando entraban o salían, ya se habían llevado cuatro en el último tiempo, pero no teníamos una idea de las que quedaban.
-Otra niña- dijo Lily con la voz quebrada, esto era horrendo, pero con el plan que teníamos íbamos a lograr salir, tenía que funcionar, es la última esperanza que teníamos.
...
Abri mis ojos despacio, escuche las voces de mis padres conversando, decidí hacerme la dormida y escuchar.
-Es lo mejor, tenemos que trasladarla, la cuidaremos en casa - decía mi madre, se le escuchaba la voz suplicante.
-Pero ya la viste, moverla es un lío, y si se daña- dijo mi padre, tenía miedo, yo también lo tenía pero quería ir a casa, quería volver a mí hogar.
-Por favor Michael, los chicos la extrañan también, vamos a cuidarla en casa, necesita estar allá- tenía razón mi madre, necesito estar en casa, volver.
-Estas bien amor, iré a firmar los permisos- mi padre también quería tenerme allá, eso lo sabía. Salio de la habitación cerrando la puerta despacio, abrí mis ojos y miré a mi mamá, ella no se había percatado que había despierto, la seguí mirando, el dolor se le notaba en el rostro, pero apuesto que estaba más tranquila, mucho mas tranquila. Giro para observarme y se encontró con mi mirada, me dio una pequeña sonrisita y estire mis brazos para abrazarla, quería tenerla cerca mío, no la quería soltar más.
-No me dejes nunca mami- y como una niña la abracé fuerte mientras juntas llorábamos en silencio, consolandonos una a la otra, no me iré nunca más mami, jamás te dejare.