—Vamos Cassiel —habló aquella mujer que arrullaba a una pequeña bebé en sus brazos—, para ser una pequeña angelita, eres algo alborotadora.
Odette miro todo esto desde el arco de la puerta, con él tiempo había identificado que esos no eran sueños sino recuerdos suprimidos dentro de su inconsciente.
—Era hermosa —escucho una voz suave a su lado—, es una pena lo que pasó.
Odette se sobresaltó, a su lado se encontraba una mujer totalmente cubierta de blanco, con una capa que le cubría la mitad del rostro.
—Al fin puedo mostrarme ante ti Cassiel.
—¿Quién eres? —Odette retrocedió algo temerosa.
Esto era muy extraño, Odette en ese momento dormía a lado de Noel mientras su inconsciente estaba hurgando en sus antiguos recuerdos que aparecían mientras soñaba.
Pero esa mujer no parecía ser parte del recuerdo.
—Solo soy una fuerza de la naturaleza —sonrió la mujer—, una existencia mayor en todo el universo.
—No te estoy entendiendo —Odette miro el recuerdo de su madre biológica cargándola de bebé—, no eres parte de este recuerdo ¿no es cierto?
La mujer se destapó el rostro, Odette no entendía bien lo que veía. Podía distinguir su rostro y a la vez no, era como si sus ojos y su cerebro no pudieran procesar lo que observaban en ese momento. Esta mujer estaba recubierta por una luz brillante.
Ella no entendía, no sabía por qué, pero no tenía miedo. Una sensación tranquilizadora recubrió todo su cuerpo.
—¿Eres otro ángel como yo?
—No querida niña —la mujer sonrió—, yo soy la madre del todo.
Entonces Odette comprendió.
—¿Eres...eres la diosa luna? —pregunto con el corazón en la garganta.
—Lo has comprendido rápido —sonrió la diosa luna—, aunque solo me puedes decir Luna, la parte de diosa me la pusieron mis hijos licántropos, pero nunca me gustó mucho el significado.
Odette se puso de rodillas rápidamente. Podía ser solo una alucinación, podría ser solo un tonto sueño. Sin embargo, todos sus sentidos le decían que era cierto. Su alma le decía que estaba en presencia de la mismísima diosa luna.
—Oh querida —la diosa luna negó con la cabeza—, no hay necesidad de tal acto.
Sostuvo su mentón y levantó el rostro de Odette.
—Has aprendido tú sola a regresar a tu pasado —sonrió Luna—, eres fantástica.
Hizo que Odette se levantara. Con una mano hizo que todo el recuerdo desapareciera y aparecieran en un bosque.
—¿Estamos en el bosque cerca del palacio verdad? —preguntó Odette.
—Mi antiguo hogar —respondió con nostalgia.
—Podrías volver cuando tú quisieras...
—Sigo ahí —Luna camino entre la vegetación—, mi esencia está en todos lados. Mi espíritu está repartido entre ustedes mis hijos, simplemente ya no puedo tomar un cuerpo físico en tu plano existencial, pero estoy presente en diferentes maneras.
Caminaron un largo rato en silencio. Odette noto que la diosa luna dejaba un rastro de flores crecientes a su paso.
—¿Esto es el pasado?
—Es el presente —explicó la diosa luna—, estamos ahora mismo caminando por el bosque. Tu alma está caminando por el lugar. Cuando despiertes podrás volver a tus pasos. Necesito que los guíes a donde te quiero llevar.
—¿Los guie?
—A tus hermanos —se explicó la diosa luna—, todos tienen una misión de vida importante, he movido todo para que tengan herramientas en sus manos, pero ahora todo depende de ustedes.
Odette seguía sin entender muy bien lo que quería decir.
—Todo empezó con una semidemonio —siguió diciendo la diosa luna—, la primera semi demonio en tu plano existencial. Nacida de un demonio completo que se enamoró de una mujer humana. Sentí que la mitad de su alma humana tenía un par, así que los junté. Todo empezó ahí. Uno de mis hijos encontró su alma gemela, uno de mis más queridos hijos tuvo dos hijos más y el padre demonio reclamó a su hija furioso. No pude hacer nada, mis niños hermosos crecieron sin madre, pero rodeados de amor.
Odette se quedó quieta un momento.
—¿Está hablando...está hablando de mis tíos Alan y Alex?
La diosa luna no dejo de caminar y Odette tuvo que alcanzarla.
—Un demonio tuvo una hija y un ángel también —siguió divagando la diosa luna—, tampoco pude hacer nada por tu padre, lo siento, lo intente, realmente lo intente. Pero él estaba furioso, uno de los suyos había transgredido una de las normas más sagradas.
Odette se mordió el labio, había intentado recordar a su padre, pero sin éxito.
—Quise cuidarte, pedí que se me entregaran, pero aunque los mortales no lo crean, a veces nosotros tampoco dominamos el destino a su totalidad —dijo la diosa luna—, el mundo siguió su curso, terminaste siendo cuidada por mis más valientes hijos. La descendencia del demonio y la descendencia del ángel son familia. A veces el destino es hermoso y misterioso.
La semiangel empezaba a marearse, todo tomaba un sentido extraño para ella.
—Vi al demonio furioso, él podía arruinar tan hermosa alianza, tan hermosa familia —la diosa luna bajo la rapidez de sus pasos para qué Odette estuviera a su par—, pero los demonios fueron ángeles alguna vez, fueron también mis hijos. Yo sabía que solo quería una cosa, yo sabía que su alma reclamaba solo una cosa. Así que le pregunte a esa alma en paz si quería volver junto a su amado. Se supone que las almas puras como esas, merecen descansar en la eternidad. Pero esa alma lo amaba tanto como mi hijo caído lo amaba a él. No pude evitar juntarlos nuevamente. Ahora que sus corazones se han acoplado otra vez, mi hijo caído poco a poco está limpiando su oscuridad. La bondad y el amor están cambiándolo, aunque él se niegue a verlo. Lo siento si esa unión te hizo daño, pero no hay almas que se pertenezcan más que ellos.
Odette volvió a parar de caminar.
—¿Estefan y Joon?
—Me alegra que tu corazón no se vea manchado de resentimiento —la diosa luna le tomo su mano—, tu alma aún sigue pura como la de tu madre, aunque la pureza de tu cuerpo humano ha sido rota esta noche, eso ha fusionado tu alma con su otra mitad, permitiéndome presentarme ante ti. No sabes cuánto me alegro y se lo agradezco a mis hijos por cuidarte y aceptarte. Cassiel hija mía, me alegro de que estés entre personas que te aman mucho, solo mereces mucho amor.
La diosa luna la siguió guiando sin soltar su mano.
—Aquí es —dijo la diosa luna —, aquí empezó todo y aquí probablemente termine.
***
Odette se levantó, el sol entraba por su ventana y se sentía llena de espíritu.
Ella seguía ahí con ella, aunque no la pudiera ver.
Noel roncaba a su lado, la noche anterior se había entregado a él por primera vez. Los dos habían perdido aquella llamada inocencia el uno con él otro. Ahora estaba boca abajo babeando su almohada.
Odette sonrió divertida.
—Amor...
—Mamá hace mucho frío —se quejó Noel aun con los ojos cerrados —, seguro el camino está cubierto de nieve, no quiero ir a la escuela.
Odette se recostó nuevamente para que sus rostros estuvieran a la misma altura.
—Noel —ella le acarició el rostro —. Noel, tenemos que levantarnos, mi hermano vendrá a buscarme y no creo que sea muy cómodo para nadie que te encuentre aquí.
Noel abrió los ojos con lentitud y se quedó mirándola con detenimiento sin decir nada.
Odette también se quedó perdida en su mirada.
—Soy tan afortunado —Noel sonrió —, te adoro tanto.
Odette soltó una risa y Noel se abalanzó sobre ella para llenarla de besos.
—Odette mis papás ya están en el... ¡ah!
Theo cerró sus ojos y se dio la vuelta.
Noel y Odette se cubrieron la desnudes con sus sábanas.
—¡Mis ojos! —grito Theo lloriqueando.
—¡¿No sabes tocar la puerta?! —Noel saltó de la cama para buscar su pantalón.
—¡¿No se supone que tu deberías estar en tu habitación idiota?! —exclamó Theo furioso aun de espaldas—. ¡No quiero, ni puedo lidiar con lo que acabo de ver!
Theo salió rápidamente de la habitación.
Odette estalló en risas.
Noel se vestía apresuradamente, mirando a su mate algo ofuscado.
—Me matara ¿lo sabes no?
—Creo que tal vez te golpee un poco.
—Oh por la diosa, me va a aplastar como un insecto —se quejó Noel terminándose de vestir con rápido—, pero valdrá la pena.
Nuevamente se acercó a ella y la besó con total devoción.
***
—¡Llegó por quien lloraban! —exclamó Gabriela entrando al comedor.
Todos se sorprendieron por el sorpresivo ingreso de los nuevos esposos, se supone que llegarían días después de su luna de miel.
Los saludos efusivos se hicieron. Alan abrazo a su hija como si las tres semanas hubieran sido tres años. Jose totalmente bronceado, fue ignorado por su nuevo suegro, pero fue recibido por sus amigos. Toda la familia estaba reunida nuevamente.
—Pensé que se perderían mi cumpleaños —dijo Liana acomodándose los lentes.
—Ni lo sueñes cuatro ojos —Gabriela abrazo a la pequeña Liana—, sabes que siempre me gusta sobresalir en los cumpleaños de otros.
—Además de que te trajimos un lindo regalo —habló Jose abrazando a su flamante esposa por la espalda.
Liana había deseado un cumpleaños familiar. Toda la familia real tendría actividades al aire libre como no lo hacían hace mucho tiempo.
—¿Cómo has estado? —Gabriela se sentó a su lado recostando su cabeza en su hombro.
Bael suspiro dejando su vaso de limonada a un lado.
—De la mierda —Bael la miró acusador—, y no has estado aquí.
—Estaba estrenando mordida nueva —bromeó su gemela—, pude sentir tu inquietud a distancia, por eso adelante mi venida.
—Lo siento —hablo frustrado—, deberías estar disfrutando tu vida, no aquí conmigo.
—Tu eres gran parte de mi vida —lo tranquilizó—. ¿Nada de nada aun?
—Ya pasó bastante desde que desapareció —dijo Bael—, pero aún no tengo un mínimo indicio de ella, ni un rastro o algún rumor. La persona que se la llevó debe tener el mejor perfecto escondite de todos.
—No han pasado ni dos meses desde la invasión...
—No traspasaron ni la maldita playa —gruño Bael—, no creo que lo que hizo esa aborrecible mujer se pueda llamar invasión.
—Son mates —replicó Gabriela sentándose rectamente y levantando sus enormes lentes de sol—, en algún momento podrás sentir algo, y así podrás rastrearla.
—Eso... —Bael trago saliva—, eso es lo que me tiene tan nervioso, antes solía sentir su angustia, su dolor, hasta cuando reía. Ahora... ahora no siento nada de nada.
—Tal vez esta calmada —Gabriela se cruzó de piernas—, la razón que no sientas nada puede que sea porque está en paz, su madre está muerta y está lejos de todo lo que le hacía sufrir. Tal vez, no te enojes por favor, solo tal vez, ella es la que se está ocultando.
—Ella no dejaría a su padre pudrirse en su casa —Bael negó con la cabeza—, no después de lo que sacrifico por él, todo lo que arriesgo para mantenerlo vivo. Ella hubiera vuelto por él, era la persona que más amaba en este mundo. No lo hubiera dejado, yo lo se.
Gabriela asintió.
—La vamos a encontrar —sonrió Gabriela golpeando suavemente su brazo—, te acompañare en tu próxima expedición.
Bael también le sonrió, había extrañado a su hermana.
—Zoquetes —Estefan se paró enfrente de ellos—, Odette quiere a la vieja pandilla para que nos escapemos un rato en el bosque.
—¿Ah? —Bael alzó una ceja.
—Una mujer ya casada como yo no está para tales cosas —Gabriela volvió a ponerse sus lentes de sol.
—Necesito decirles algo —Odette se acercó a ellos.
Liam y Theo aparecieron detrás de ella.
—¿Estás bien hermanita? —Theo miró extrañada a su hermana, la había estado evitando desde la mañana por la incómoda circunstancias en que la encontró, pero ahora que le había hablado, noto que parecía estar algo perdida de sí misma—. ¿Te sientes mal o algo?
—No —Odette sonrió—, estoy perfecta.
Liam miró a Theo extrañado.
—¿Te has drogado? —Estefan se cruzó de brazos—, pareces Joon después de un porro.
—Nunca estuve mejor —Odette suspiro—, solo que... ahora entiendo más cosas y es fácil para mí aceptar todo.
—¿Aceptar que? —Bael ya empezaba a preocuparse, Odette parecía estar bajo algún tranquilizante—. ¿Qué cosas estás entendiendo?
—Sé que ustedes también saben sobre mi pasado —Odette se paró enfrente de ellos—, que soy la hija de un ángel y una humana, que mi verdadero nombre es Cassiel y hay una razón por la que estoy aquí.
Bael y Gabriela se levantaron súbitamente. Estefan miró a todas direcciones esperando que ningún adulto hubiera escuchado lo que había dicho Odette. Theo se acercó precipitadamente a su hermana.
—Aquí no —dijo Liam rápidamente—, creo que el paseo es lo mejor. Debemos hablar en un lugar más alejado.