Caleb Hamilton con sus treinta y siete años ha sabido soportar la tentación de sus alumnas que le envían cartas, correos y hasta se les insinuara cuando quedaban solos.
Los hombres tampoco se quedaban atrás, pero su orientación sexual era una misma. Aunque eso se fue al carajo cuando llegó aquella latina a la universidad después de que hubiera sido transferida.
Verla vestirse de modo provocador y que le diera aquellas sonrisas de medio lado cada vez que sus miradas se conectaban hacían que su miembro se endureciera de solo verla.
Además ella despertaba sus instintos más oscuros, logrando placeres que solo lo lograba cuando dejaba salir a su verdadero ser. Uno que le gustaba poder tener el control de todo y cada acción de esa persona.
Mientras que Alisson sabía a la perfección que llamar la atención de un hombre mayor era algo peligroso, pero siempre había sido así. No podía evitar lograr fijarse en esos hombres que claramente podrían ser sus hermanos o incluso su padre.
Y el encontrarse con aquel hombre había sido algo que le hacía querer ir a sus brazos siempre y era algo que pensaba lograr. Por ello comenzó a realizar todo lo que estaba en sus manos para atraer su atención, no solo atrayendo ello; sino que también haciendo que el se adueñara de su cuerpo.
De sus pensamientos y de sus orgasmos unos que se lo proporcionaba cuando recibían clases usando juguetes sexuales que la hacían apretar sus piernas, sus labios y evitar que sus quejidos fueran escuchados.
Los Placeres Oscuros de ambos, ella siendo la mujer más sumisa y masoquista. Mientras él siendo el hombre más sediento y deseoso de querer dañarla de muchas maneras...