El Duque del Escándalo

By ladyghostG

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Dominic Cautfield; es un duque perseguido por el escándalo, desde que tiene uso de razón. Necesita darle al t... More

Sinopsis
Prólogo
¿Un nuevo escándalo?
2. Hermanos
¿Quién eres?
4. Locura
5. Serás libre.
6. Necesito una institutriz.
7. La Apuesta
8. El primer Vals
9. Dudas
10. Escándalos.
11. Madame Lotty
12. ¿Cómo te atreves?
13. Una charla amena.
14. Lujuria
15. Puedes irte.
16. Sin vuelta atrás
17. Recordando.
18. Una pesadilla, hecha realidad
19. Edward
COMUNICADO
20. He Vuelto!!!
21. Me dejaste.
22. Te mintieron.
23.
24. Las colinas de Moorfoot
25. ¿Una boda? 🤔🤔
26. Mi esposa
27. Problemas en el paraíso
28. Swallow
29. De vuelta en Hastings
30. Un Vals a medias.
31. Dagas y espadas.
32. Una amenaza
33. Mentiras y medias verdades
34. Rabia
35. Voy contigo.
37. Los planes de Heartstone
38. Fin, ¿o no?
Epílogo

36. Caos

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By ladyghostG

Dominic cruzó rápidamente el salón de baile, atravesándolo sin tener en cuenta a las parejas que daban vueltas y tropezaban a su paso. Al ingresar al salón sin aviso alguno estampó su puño en el rostro de lord Kellogg.

  El conde saltó como la comadreja que era justo antes de que Dominic envolviera su mano alrededor de su garganta. Lo empujó hacia una esquina sin darle tiempo a buscar una vía de escape.

—Habla, ahora —gruñó, deseando estampar su puño nuevamente en su rostro.

  El lacayo cerró las puertas y Dominic hizo girar a Kellogg, golpeando su cabeza contra el yeso de la pared mientras sus dedos se apretaban alrededor de su garganta. —Dime dónde está mi esposa, Kellogg.

  Las manos del bastardo se aferraron al brazo de Dominic. —¿Por qué iba a saber eso? —carraspeó, fingiendo ignorancia, mientras trataba de llevar algo de aire a sus pulmones.

  Dominic aflojó su agarre por un segundo, luego volvió a golpear la cabeza de Kellogg contra la pared. —Sabes exactamente cuál es el plan de Heartstone; ha sido descubierto y ahora tiene la intención de escapar. Y el bastardo se llevó a mi esposa con él.

  —Yo… yo no sé nada, te prometo que digo la verdad.

  —Él no es la amenaza para ti que soy yo, así que dime dónde diablos se ha llevado a mi esposa —gruñó, atenazando sus dedos alrededor del cuello de Kellogg—, y te juro que obtendré respuestas de ti, ya sea por las buenas o por las malas.

  La cabeza del hombre se sacudió de un lado a otro. —No, no, no lo haría. Eso no debía ser así. Aún no es tiempo.

  —Él muy bien lo hizo. Se llevó a mi esposa para asegurar su escape.

  —Yo… yo no puedo… él me matará —chilló, el conde cobarde.

  Dominic acercó su rostro al de Kellogg, con la furia de mil guerreros romanos en sus labios. —Sé que eres un cobarde llorón cuando se trata de ese bastardo, pero ahora tienes a alguien aún más mortal de quien preocuparte: yo. Entonces, ¿dónde diablos está mi esposa?

  El agarre de Dominic alrededor del cuello de Kellogg cortó su aire y todo lo que el hombre pudo hacer fue asentir.

  Apartó ligeramente los dedos del cuello del conde. Solo lo suficiente para que el aire llegara y hablara. Kellogg jadeó, sus dedos aún agarraban el brazo de Dominic, pero demasiado débiles contra la fuerza de un diablo enamorado y desesperado.

—Bien —Tosió, su garganta apenas dejando pasar las palabras entrecortadas—. No debería haberte hablado de él. Está en camino a una de sus naves para escapar a Francia, según tengo entendido llegan mañana por la noche. El más cercano está en la costa frente a Butterwick, pero va a esconderse en una cabaña abandonada en las afueras a dos horas de aquí, para escapar en la oscuridad de la noche. Él quiere llegar al continente ya que dirige su imperio de contrabando desde allí.

  Dominic soltó el del cuello del hombre con desprecio.

  Infierno y condenación.

Butterwick estaba al sur, a solo diez horas en carruaje, seis si ibas en un caballo veloz. Tenía que alcanzarlos antes de que salieran de la cabaña. Si lograban llegar a las marismas y lagunas, sería imposible darles alcance. Y Heartstone se había ido hacía dos horas, tal vez más. Eso, si Kellogg estaba diciendo la verdad.

  Salió del despacho. Douglas, su fiel mayordomo estaba parado afuera, esperando discretamente. Buen hombre.

—Busca a su hermano.

  —El conde se fue junto con sus acompañantes excelencia.

  —¿En medio de la noche?

  —Douglas asintió.

  —¿A dónde?

  Supongo que la ruta del norte, su excelencia, pero no ha sido confirmada. Partieron hace un par de horas mientras buscábamos a la duquesa.

  Maldita sea, su hermano estaba ahora por lo menos a una hora en la dirección equivocada. Una hora que no podía perder.

  —Y Joanne no estaba con él, ¿estás seguro?

  —No, excelencia. No según los dos mozos de cuadra que ayudaron a empacar su carruaje. Una señorita los acompañaba, pero no era la duquesa. Envié a un chico para verificar la información y su ruta. Además, cuando buscamos en la habitación de la duquesa, descubrimos que se llevó su capa y dejo esta nota para usted, su gracia. Venía a entregarla.

Tomó la nota de la mano del mayordomo y la leyó rápidamente.

Dominic: el plan no salió como debía, Heartstone cree que estoy de acuerdo con él y vamos rumbo a una cabaña abandonada en las afueras, llevo mi daga conmigo. Reiner y Ed son sus secuaces lo tienen informado de todo y bloquearon los establos para que nadie nos pueda seguir, sé que eres inteligente y lo lograras. Si no llegas a tiempo, no permitiré bajo ningún motivo que el bastardo infeliz se salga con la suya. Perdón por la manera en que trate a Charlie, pero era la única forma de que no la llevara con él. Encuéntrame, y si no lo logras, no olvides que te amo.”

Mierda.

Al menos Kellogg no había mentido con respecto a dónde se encontraba. Necesitaba salir de aquí ya, el tiempo era crucial y ya habían perdido mucho. Levantó la mirada hacia el mayordomo, podía ver la preocupación marcada en su rostro.

Dominic negó con la cabeza, sacudiendo así sus pensamientos y enfocándose en lo que tenia que hacer: Encontrar a su mujer.

—No levanten voz de alarma, mientras menos gente lo sepa mejor, si no he vuelto por la mañana diles que me disculpo por no despedirme adecuadamente, puesto que quiero pasar todo el día con mi nueva esposa. Y, por nada del mundo quiero a Charlie alejada de la señora Pollie.

  Dominic volvió a entrar al despacho y miró a Kellogg. El hombre seguía desplomado contra la pared, recuperando el aliento.

—Somos tú y yo, Kellogg. Sabes dónde está escondida la cabaña, así que me vas a llevar con mi esposa y ese bastardo atroz. —Dio un paso hacia el pobre infeliz, su voz en un gruñido—. Y si en esto te equivocas, que el diablo se apiade de tu alma mientras yo te la arranco del cuerpo.

Tomo dos pistolas, su bastón con la espada oculta y salió hacia la noche. Un mozo logró liberar dos caballos, pero ninguno de ellos era Thunder, reconoció a la yegua de Joanne Starfire, era rápida y fuerte así que debía apañárselas con ella y el otro que no reconoció.

—¿Te vas de aventuras en tu noche de bodas? —preguntó una voz a su lado.

—Danbury, ¿Qué diablos estás haciendo aquí?

—Al parecer, ofreciendo mi ayuda. Tu baile ha sido un tanto inusual si me lo preguntas. Primero te desapareces con tu esposa y pensé que estabas teniendo un pequeño encuentro amoroso, luego ella no se presenta a la cena de su propia boda, y si contamos que sacaste a Kellogg del salón y ahora estas preparándote para partir, te da mucho que pensar. Sea lo que sea que esta pasando yo quiero ser parte de ello. No quiero seguir escuchando las quejas de mi madre sobre buscar una novia.

Danbury no era la primera opción de Dominic para rescatar a Joanne, hubiese preferido a su nuevo primo y sus seis guerreros, pero debía apañárselas con lo que tenia y un par de puños mas nunca estaban de más, máxime si desconfiabas con toda tu alma del otro personaje que te acompañaba.

—Está bien —asintió con la cabeza—, busca un caballo y te explicaré todo en el camino.

Después de dos horas de cabalgata, finalmente divisaron la cabaña en la cual se estaba escondiendo Heeartstone.

No. No, no, no.

Lo que veían los ojos de Dominic no podía ser verdad, la peor pesadilla de Joanne se estaba desarrollando frente a sus ojos. Alguien había provocado un incendio capaz de consumir todo el bosque.

A lo lejos divisó un caballo, con un solo jinete escapando del caos, lo cuál confirmaba que Joanne aun estaba en esa cabaña. Él no se consideraba una persona creyente, pero envió una oración al cielo, a cualquier deidad o poder maravilloso para que le echara una mano y su esposa estuviera sana y salva.

Debía actuar rápidamente.

—Danbury, regresa y ve a la fundidora, está a dos millas al este de aquí, Edward vive en la casa del frente, dile que traiga el camión de bomberos, no podemos permitir que el fuego se extienda a los alrededores. Y tú —dijo, dirigiéndose a Kellogg—, ni siquiera vayas a intentar aprovechar este caos para escapar. Y reza para que mi esposa se encuentre bien.

Su amigo dio media vuelta y salió a todo galope en busca de ayuda, él se acercó más a la cabaña y lo que encontró allí le helo la sangre…



Buenos días, gente bella de Wattpad....
Ya casi se termina esto , si no estoy mal el viernes estaríamos leyendo el capítulo final 
¿¿Decepcionadas porque no fue Fergus quien ayudaba a Dominic??
Sí es así, no se preocupen todo tiene una razón de ser 🤭🤭🤭.

Tengan feliz día, nos leemos el viernes.

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