Cuando regresaron a casa de la familia Yin, Qiao Wangyun ya había preparado una mesa llena para la cena de Año Nuevo.
Qiao Wangyun había hecho ella misma unos dumplings, no hacía muchas tareas domésticas, así que los dumplings parecían ordinarios pero sabían bien.
Qiao Wanyun sonrió: "Sólo unos dumplings, ¿Qué tienen de cansado?".
Era imposible que cuatro personas se acabaran todos aquellos platos, y estaban llenos después de sólo unos bocados de cada uno. Yin Ze fue el primero en levantarse de la mesa, dejando atrás las palabras "Me voy arriba", y volvió a su habitación para aburrirse.
Era un día raro en que los dos hermanos no discutían, así que Qiao Wanyun se sintió aliviada: "Es sólo un rebelde, lo entenderá en dos o tres años, así que no te molestes con él".
En realidad, sabía que su hijo mayor nunca se molestaba, pero seguía temiendo que el niño tuviera algo que guardarse en el corazón.
"Si se pasa particularmente, se lo dices a mamá y ella le dará una lección por ti".
"Está bien, no me lo tomé a pecho".
Yin Che terminó de comer y se quedó un rato viendo la tele con ella, charlando de temas triviales y sin importancia, como qué hijo de pariente se había casado, qué estrella masculina de una reciente serie de televisión era especialmente guapo, o si el profesor de la escuela entendía las lecciones, etcétera.
Muchos de los alumnos del primer curso pensaban que la vida cotidiana de la familia Yin debía de ser una vida de papeles y dinero, noche tras noche de cantos y bailes. En realidad, no es tan exagerado, es sólo la imaginación de adolescentes de mediana edad que han visto demasiados cómics y películas.
A las 10 de la noche, los padres que no podían quedarse despiertos toda la noche se fueron primero a la cama, sin unirse a la diversión de los jóvenes.
Yin Che volvió a su dormitorio, se duchó y se tumbó en la cama a escuchar una canción.
A través de las ventanas, que iban del suelo al techo, podía ver unas cuantas estrellas pequeñas salpicadas en el profundo cielo nocturno.
Un espectáculo poco frecuente en una noche de gran ciudad.
Se incorporó, sacó el papel y los bolígrafos de su mochila, dobló otra estrella y la metió en la cartuchera para guardarla en el tarro cuando volviera al colegio.
Tumbado en la cama, acababa de sonar una canción. Yin Che se dio la vuelta, se tumbó boca abajo y miró su teléfono, cruzando los pies, con la cuerda roja en el tobillo siguiéndole.
El grupo de la clase es muy animado, algunas personas publican la cena, algunos juegan, algunos publican chistes, la mayoría de ellos son chismes poco productivos.
Zhang Ke era siempre el más hablador, deslizando la pantalla para chatear: [Mira las patas de cerdo en salsa de mi madre, está delicioso].
[Joder Yile, ¿te has comido cinco dumplings para cenar? ¿Tienes hambre? Mira Big Bear, se comió un bote de ellos].
[Esta fiesta es demasiado aburrida, no puedo quitar los pop-ups, juguemos, ¿Quién de ustedes me llevará?]
Chen Yingying es siempre el que preside las situaciones y hace las quejas: [Zhang Ke, desliza la pantalla, estás pasando los mensajes de los demás, compórtate].
Han Meng es siempre el que le cae mal a Chen Yingying: [El presidente de la clase es muy poderoso, tengo miedo].
Yang Yile es siempre el que habla débil pero insistentemente: [Ese ... en realidad me comí seis dumplings, Zhang Ke los contaste mal].
Guo Zhixiong es siempre el que envía mensaje de voz, sonando tan audaz como su persona: [Este es sólo el primer bote, no crees rumores, papá puede comer tres botes].
Los demás alumnos intercalaron más o menos algunas palabras, como si los adolescentes tuvieran interminables charlas y cosas que decir.
Yin Che observó al grupo de clase charlando por un momento y descubrió que Jiang Yao estaba en silencio.
¿Qué estaba haciendo?
"¡Zee!" El teléfono vibró, una alerta de mensaje desde dentro de la aplicación.
Yin Che salió del grupo de clase y vio un mensaje de uno de sus compañeros en el que había estado pensando.
[Conejito, ¿Qué estás haciendo?]
Yin Che se quedó mirando el mensaje un rato y luego enterró la cabeza en la almohada.
La almohada era suave, como su corazón.
[Escuchando una canción.]
[¿Qué canción?]
[No lo sé, algo al azar.]
[Oh ... ¿Esperando la Nochevieja esta noche?]
[Depende, no esperaré si me duermo.]
Jiang Yao no envió otro mensaje, y una vez más se las arregló para matar la conversación.
La pantalla del teléfono poco a poco se oscureció y estaba a punto de volverse negra cuando de repente se iluminó de nuevo.
Jiang Yao envió una videollamada.
Yin Che se quedó helado y contestó: "¿Qué estás haciendo?".
Jiang Yao también estaba en su dormitorio, también tumbado en la cama. Al acercarse la pantalla, su rostro era tan hermoso que estaba entre un adolescente y un joven. Su juventud aún no se había desvanecido, pero poco a poco había surgido una sensación de madurez y agresividad.
Su sonrisa suele ser brillante y cálida, pero ahora sus labios están curvados. Jiang Yao es uno de los dos tipos de chicos más populares del campus, y las tiene todas consigo.
Qué privilegio.
"Quiero escuchar una canción contigo". Jiang Yao sonrió, "Esperando a la víspera de Año Nuevo, por cierto."
"¿No puedes ponértela tú si quieres escucharla?". Yin Che lo dijo, aún desenchufando los auriculares y poniendo la música en público.
"Esta no es buena, cámbiala".
"Es lo suficientemente buena como para que la escuches, no hay más remedio".
Jiang Yao levantó las cejas: "¿Con quién estás hablando, mocoso? ¿Quieres que vaya a tu casa y te dé una paliza?".
"No estoy seguro de quién golpea a quién".
"¿Tan arrogante? Entonces ..." Jiang Yao hizo una pausa, "Entonces dejaré que me pegues primero. Olvidé decirlo ayer, siento habértelo ocultado durante tanto tiempo".
"Disculparte por qué". Yin Che se sentó, "¿No dijiste que tenías tus razones? No te culpé".
Jiang Yao suspiró aliviado, "Eso es bueno, entonces... ¿seguiremos siendo hermanos?"
"Mm."
La canción del teléfono cambió aleatoriamente a una vieja canción inglesa, la cadenciosa voz femenina tarareaba lentamente.
"It's amazing how you can speak right to my heart, without saying a word you can light up the dark..." - ("Es increíble cómo puedes hablar directamente a mi corazón, sin decir una palabra puedes iluminar la oscuridad...")
Cerca de las cero horas, el grupo de clase se deslizaba cada vez más rápido, Yin Che y Jiang Yao hablaban por el vídeo, sin cortar la pequeña ventana, mirándolo todo el tiempo y nada más.
Era imposible mirar.
"Quedan cinco minutos, ¿quieres pedir un deseo de Año Nuevo?" Jiang Yao preguntó.
"No es un cumpleaños, ¿pedir un deseo para qué?".
"Puedes pedir un deseo en cualquier momento, es más fácil que sea escuchado por Dios si lo pides más de una vez". Jiang Yao cerró los ojos y rápidamente terminó de pedir su deseo. "Es tu turno, date prisa, habrá mucha gente pidiendo deseos a las cero en punto más tarde, Dios no podrá escucharlo".
Todavía existía este tipo de lógica. Yin Che se quedó sin habla, miró por la ventana y dijo despreocupadamente: "Espero poder esperar hasta la víspera de Año Nuevo el próximo año."
"Qué clase de deseo es ese, es demasiado fácil, te enviaré otro vídeo el año que viene para asegurarme de que no te duermes. No cuenta, pide un nuevo deseo".
"¿Qué te importa lo que desee? Cuelgo si sigues hablando".
"No, no, no." Jiang Yao hizo una pausa y dijo: "Eh, el grupo está charlando: cuéntanos lo más triste que te pasó el año pasado y deja los malos recuerdos para este año. ¿Tienes alguno?".
Yin Che pensó un momento: "Suspendí los exámenes finales del semestre pasado".
"¿Eso es todo? ¿Eres tan estudioso?"
"¿No es posible?"
"Sí, pero ..." Jiang Yao rió por lo bajo, "El grupo ni siquiera habló de esto, ¿no te fijaste en nada más y te quedaste mirándome a mí?".
Yin Che se quedó helado.
"Está bien, no hay nada de qué avergonzarse, el hermano sabe que es increíblemente guapo".
"... Piérdete."
Aunque te vuelvas guapo, la persona sigue siendo la misma.
Jiang Yao se rió: "Hablemos de lo más feliz que has hecho este año, para que podamos llevar esta alegría al año nuevo."
"¿Eres el anfitrión de una fiesta? Un juego de palabras".
"No te preocupes por los detalles, déjame decirlo primero, lo más feliz que he hecho este año es estar en la misma mesa que tú, espero que el próximo semestre, y el próximo semestre, y el próximo semestre, y el próximo ... oh no no hay, en resumen, espero estar en la misma mesa que tú hasta la graduación".
Yin Che se rió, "Loco, ¿Pediste mi opinión?"
"No necesito preguntar para saber que debes querer".
"¿De dónde sacaste la confianza para preguntarme una vez".
"No preguntaré si dices eso, debes estar cantando contra mí". Jiang Yao parloteó, "¿Crees que podrías seguirme la corriente por una vez? ¿Darme un poco de cara?"
"¿Tienes la piel tan gruesa que aún necesitas que la gente te dé la cara?"
"Tsk, aquí vamos de nuevo, ¿eh? Me he disculpado, ya no nos debemos nada, así que si vuelves a insultarme iré al West Side y te daré una paliza toda la noche".
"¿Cómo te atreves? Ni siquiera me has pedido mi opinión, ¿de quién es la culpa?".
Jiang Yao cedió: "Bien, bien, bien, culpa mía, sólo preguntaba. No necesito decírtelo, sé la respuesta-"
"La sé."
"... ah?" Jiang Yao se congeló.
La hora en el teléfono saltó a "00:00" y el sonido de fuegos artificiales explotando en la distancia vino de fuera de la ventana. Yin Che levantó la vista y vio unos preciosos fuegos artificiales en el cielo nocturno, eclipsando las estrellas.
"He dicho que sí". Repitió de nuevo.
"Lo más feliz que he hecho este año es también estar en la misma mesa que tú".
Probablemente lo más feliz en esta vida también.
"Gracias, Jiang Yao."
La pantalla del lado de Jiang Yao se oscureció de repente.
La llamada no se había desconectado y el tiempo transcurría como de costumbre, excepto que la cámara parecía estar bloqueada por algo.
"... ¿Hola?" gritó Yin Che.
Al cabo de medio minuto, la pantalla volvió a iluminarse y el fondo del lado de Jiang Yao cambió del dormitorio al exterior, donde debería estar de pie en el balcón de la habitación. Su pelo ondeaba al viento y su rostro no era del todo visible en la noche, sólo aquellos ojos estaban iluminados por la luz de la pantalla del teléfono, aún ardiendo intensamente.
"Estás enfermo, ¿verdad?, saliendo al balcón por la noche en pleno invierno a soplar el viento". Yin Che vio que llevaba una camiseta, que parecía muy delgada.
Jiang Yao hizo un gesto con la mano: "No digas nada, necesito calmarme un rato y organizar mis palabras, entraré cuando termine".
Yin Che no sabía qué pretendía y esperó a que hablara. "Será mejor que te des prisa".
Jiang Yao respiró hondo, volvió a exhalar, repitió tres veces, se preparó mentalmente y finalmente habló: "¿Sabes lo que acabo de desear?".
"Cómo voy a saberlo".
"Deseo que este año, con mi encanto personal, pueda perseguir a la persona que me gusta".
Yin Che se quedó callado un segundo: "Oh, adelante entonces. Puedes entrar, no te mueras de frío fuera antes de alcanzar a alguien ..."
"Pero ahora me arrepiento"
"..." Yin Che frunció el ceño: "¿Tienes a otra persona a la que quieres perseguir? ¿Por qué eres tan voluble... "
"No, es porque no podía esperar." El hecho es que me lo he imaginado, basándome en mi aspecto, mi personalidad, lo que sea, mientras a él le guste, mientras pueda atraparlo rápidamente, ¿por qué estoy siendo tan pretencioso y testarudo? ¿Qué importa si es un omega o no, o si es guapo o no? ¿Por qué debo limitarme por esos principios autoimpuestos?".
La brisa del atardecer llevó sus palabras susurradas más allá de las luces y hasta los oídos de Yin Che: "Debería haberme dado cuenta hace mucho tiempo.
"Debería haberlo deducido hace tiempo ... Me gusta, y es mi principio".
Yin Che se quedó atónito durante un rato, volviendo poco a poco en sí.
Quería disculparse por su anterior creencia de que Jiang Yao tenía poca inteligencia emocional en una relación.
Resultó ser bastante elocuente.
"Definitivamente puedes perseguir a la persona que te gusta diciéndole estas palabras". Yin Che levantó ligeramente las comisuras de los labios: "Buena suerte".
Jiang Yao le devolvió la sonrisa: "¿En serio? Pero ya lo he dicho, ¿por qué no reaccionó en absoluto?".
"¿Ya lo has dicho? ¿No dijo que sí?"
Jiang Yao no dijo nada y siguió mirándole con una sonrisa ganchuda.
Yin Che poco a poco recordó que las cosas no parecían ser lo que él pensaba que eran.
La persona de la que hablaba Jiang Yao no parecía ser otra.
"Es bueno en todas partes, sólo un poco tonto".
La sonrisa de Jiang Yao se profundizó, y su mirada nunca lo dejó desde el principio hasta el final.
"No te congeles, estoy hablando de ti, eres tú, la persona que quiero perseguir, la persona que me gusta, mi principio, eres todo tú".
"Yin Che, quédate conmigo."
"Dime 'acepto' una vez más, ¿de acuerdo?"