Así coincidimos || Terminada

By MsMistery19

294K 21.8K 8K

¿Existe el amor de una vida pasada en otra vida? Nadie lo sabe. Sus caminos se cruzarán después de que al par... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capitulo 45
Capítulo 46
Final/Epílogo

Capítulo 28

7.4K 429 296
By MsMistery19

Pov Calle.

Estaba cagada del miedo.

Mi estómago estaba revuelto y no sé si es pedo o diarrea lo que me viene, Díos mío señor sálvame.

Había un silencio tenso en el aire y no era para menos, tenía a madre enfrente de mi, y efectivamente no teníamos una relación de ensueño, todo esto me estaba dando dolor de cabeza, y para añadir aún más al rancio pastel, es más que obvio que no le había dicho nada sobre mi orientación sexual.

No sabía que mal había hecho en otra vida, es decir, ¿cómo pase de tener una maravillosa noche llena de sexo a presentar a mi novia con mi madre la cual la mataba con la mirada?

Seguro la yo de mi otra vida había hecho muchas cosas y yo pago el karma ahora, no era justo.

— ¿Novia?— Vaciló mi mamá sin creerselo.

— Si, mamá, María José es mi novia. — Le afirmé con seguridad, apretando la mano de Poché.

— No puedes estar hablando en serio. — Dijo mi mamá con una sonrisa burlona.

— Es muy en serio, mamá. — Declaré, haciendo que su sonrisa se borre.

El silencio que se creó después de mi respuesta, fue uno tenso que podía poner a correr a cualquiera. Mi mamá no me quitaba la mirada y yo no iba a bajar la mía.

— ¿Por qué no pasamos adentro y hacemos café?— La voz de Poché terminó la batalla de miradas entre mi mamá y yo. — Debe estar muy cansada del viaje.

Mi madre me dio un vistazo antes de entrar al departamento, carraspeé mi garganta y pude ver cómo Poché muy amable tomaba su maleta para dejarla a un costado de la puerta.

Tal vez había leído mis pensamientos de que mi mamá se iría pronto, así que la maleta quedaba cerca.

Observé a mi novia y ella estaba cómo un perrito regañado solo viendo la interacción que tenía con mi mamá, creo que también estaba un poco impresionada de que mi mamá y yo tuviéramos un gran parecido de hecho.

Mi madre se quitó su abrigo y lo dejó en el sofá, giró su cuerpo y nos observó a Poché y a mí, rápidamente tomé la mano de Poché alzando mis cejas a la expectativa.

— ¿Y cuánto tiempo llevan de conocerse?— Cuestionó.

Mi madre se dirigió a la cocina cómo perro por su casa, miré a mi novia y solo rodé los ojos siguiendo a mi madre.

Poché me siguió y yo tomaba asiento en las bancas de la mesada para ver a mi mamá en su intento de no colapsar, pude ver cómo fruncía el ceño al ver a mi mamá preparando café. Recargué mi mejilla en mi puño solo esperando, mientras intentaba no reír al ver a María José tan sigilosa.

— ¿Qué hace?— Inquirió mi novia, suspiré.

— Intenta tener las manos ocupadas para no entrar en colapso. — Expliqué con simpleza.

Mi madre siempre hacía eso, hacía todo por tener las manos ocupadas para evadir la realidad o qué sé yo.

— ¿Debo preocuparme y correr?— Murmuró mi novia, sonreí a medias.

— No lo sé. — Respondí divertida, ella soltó una risita.

— ¿Y si nos vamos? Podemos vivir en Honduras, Caleb nos puede llevar y hacer otra vida allá. — Arrojó, apreté los labios para nor reír.

— Creo que no es buena idea. — Repliqué, Poché hizo un puchero. — Además ya me cansé de huir.

Había huido antes por mi embarazo, y no sé cuántas veces más lo había repetido, pero sencillamente me había cansado de intentar complacer a mi madre y al no lograrlo correr lejos.

Estaba dispuesta a todo, hasta enfrentar mi mayor miedo con tal de estar con Poché.

Salimos de mis pensamientos cuando mi mamá empezó a murmurar por lo bajo, se notaba que estaba molesta, finalmente dejó la coladora de café y se giró totalmente enfadada.

— ¡¿Cómo es posible qué tengas novia y ni siquiera me lo hayas dicho?!— Gritó histérica.

— Soy un adulto, mamá, puedo hacer lo que quiera con mi vida. — Contesté sin inmutarme.

— ¡¿Tú vida?! ¡Dentro de tú vida está la de mi nieto!— Puntualizó, apreté la mandíbula.

— Ni se te ocurra meter a Damon en esto, mamá. — Refuté apuntándola con mi dedo índice.

— ¡Eres madre, Daniela, reacciona!— Espetó, reí irónica.

— ¡¿Y por ser madre debo privarme de mis gustos cómo mujer?!— Grité en su mismo tono de voz, ella me vio severa.

— Es increíble lo que me estás diciendo. — Replicó con frialdad.

— No, mamá, es increíble lo que tú estás diciendo. — Señalé con voz evidente. — Metes a mi hijo en la conversación para no aceptar lo que ves.

— ¡¿Y qué no veo según tú?!— Vociferó alzando sus manos.

— ¡Que soy bisexual, mamá!— Declaré sintiendo una liberación. — ¡Siempre lo he sido y por eso siempre me has dicho que consiga un hombre para que sea padre de Damon, todo por evadir el que tienes una hija bisexual!— La encaré viendo su rostro rojo del enojo. — ¡Estoy harta, cometí errores en el pasado pero siempre busco el bienestar de mi hijo y es algo que tú nunca vas a entender!

— Por favor, deben calmarse. — Pedía Poché, pasé una mano por mi rostro respirando hondo.

— Tú no te metas. — Advirtió mi madre.

— A Poché no le hables así. — Refuté.

— Señora, disculpe el atrevimiento, pero Daniela es mi novia, le guste o no, Damon es mi hijo, son mi familia. — Habló mi novia con tono de voz pacífico. — Voy a preferir la felicidad de ambos porque me desvivo por ellos, antes que usted me acepte.

— Lo que me faltaba, una mujer con aire de superhéroe para desviar a mi hija. — Soltó mi mamá con sarcasmo haciéndome enojar.

— No sé cuál es su problema. — Respondía Poché. — Pero no soy un superhéroe, solo soy una mujer con valores básicos que cualquier ser humano debe tener, cómo el respeto. — Puntualizó. — Algo de lo que usted carece. — Concluyó viendo a mi mamá.

— ¿Vas a permitir que me hable así?— Inquirió viéndome, me encogí de hombros.

— Tú empezaste, mamá. — Contesté impasible. — María José es mi pareja, Damon la adora y la ve cómo su madre, la única que está poniendo trabas eres tú con tú mente cerrada.

Mi mamá solo negó con su cabeza y salió de la cocina, la seguimos y solo vi cómo se acercó al sofá de la sala y tomó su abrigo dirigiéndose a la puerta.

— Fue un error haber venido. — Mencionó con hastío.

— Oh claro, cómo todo lo que tiene que ver conmigo, ¿no?— Ironicé.

— Si tomarás buenas decisiones no sería el caso. — Señaló mi madre apretando los labios.

— Ah si, decisiones que tú ordenas para que yo solo diga si a todo. — Arrojé con sátira.

— ¿Me reprochas el querer tú bienestar?— Inquirió chantajista.

— No, mamá. — Repliqué, ella sonrió victoriosa. — Te reprocho el querer manejar mi vida a tu antojo ya que tú no pudiste manejar la tuya. — Acoté, la sonrisa de mi madre decayó.

— Espero no salgas arrepentida de esto. — Murmuró con enfado.

— Espero lo mismo para ti, mamá. — Repliqué tragando el nudo de mi garganta. — Porque en vez de disfrutar de tú familia solo buscas juzgar la falta de perfección que carecemos, y que nunca tendremos porque no hay nada perfecto.

Mi madre solo se marchaba y cerraba la puerta de un portazo, miré a mi novia a mi costado y no pude evitarlo, las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos sin esfuerzo, Poché al verme solo me abrazó.

— Tranquila, amore, estoy para ti. — Musitó en mi oído, sobando mi espalda.

— Ella nunca me entiende, ni siquiera le importó si estoy feliz. — Sollocé. — Solo busca que sea lo que ella quiere.

— Pero tú eres una maravillosa y exitosa mujer, es problema suyo si no lo ve, preciosa. — Consoló mi novia dejando un beso en mi frente.

Cerré los ojos y sollocé de nuevo, no sabía si ese día llegaría pero me hubiera encantado que mi madre fuera diferente conmigo.

— Tarde o temprano se dará cuenta de sus errores, todo mejorará, amore. — Aseguró mi novia con confianza.

— Yo... No sé. — Murmuré soltando un suspiro.

— ¿Quieres distraerte? ¿Hacemos algo?— Sugirió mi novia, salí de mi escondite para verla.

— Vamos por Damon para estar los tres juntos, ¿si?— Pedí con un puchero, mi novia sonrió.

— Tus deseos son órdenes. — Afirmó.

Ella me dio un corto beso en los labios y esbocé una pequeña sonrisa desganada, Poché limpió el rastro de mis lágrimas y enredando su brazo en mi cintura nos encaminó a la habitación.

Iríamos por Damon y luego haría todo lo posible por no pensar en mi madre.

Un rato después.

Recién llegábamos a la casa de Milenka y Carol, según tenía entendido Poché le había informado a su hermana que iríamos por Damon, así que nos estaban esperando dentro.

Mi novia no se había separado de mi y me gustaba sentirla cerca, me hacía sentir segura. Ella tocó el timbre de la casa y finalmente la puerta se abrió, dejando ver a una Milenka con ropa casual y una sonrisa en el rostro.

— Pero miren a quien tenemos aquí. — Soltó con voz jovial.

— Hola, Mile. — Saludé con una sonrisa.

— Cuñadita, que alegría verte. — Me saludó dándome un abrazo. — Pouché, a ti no me da gusto verte. — Añadió en tono burlón a su hermana, reí.

— Chistosita. — Murmuró mi novia abrazando a su gemela.

— Pasen adelante.

Entramos a la casa y me quedé maravillada con el gusto del matrimonio Garzón de Ospina, su casa era muy hermosa, tenía mucha luz y era espaciosa. Según tenía entendido se habían mudado hace un tiempo, ya que antes vivían en un departamento.

— ¡Mamá!— Escuché esa voz alegre, miré al frente y Damon corría hacia mi.

Me puse de rodillas y abracé a Damon con fuerza una vez chocó con mi cuerpo, comencé a dejar besos en su cabeza y sentir su abrazo me hizo relajarme del todo.

— Mi pequeño, te extrañé. — Confesé, mi hijo sonrió. — ¿Cómo te has portado?

— Se ha portado de maravilla, es adorable.

Alcé mi vista y Carol aparecía con una sonrisa, Byron venía detrás de ella, el perro al ver a Damon se echó en el suelo y esperó que mi hijo lo acariciará, sonreí.

— Hola, Carol. — Saludé animada, poniéndome de pie, ella sonrió.

— Hola, Dan. — Dijo dándome un corto abrazo. — Traeré las cosas de Damon.

— ¿Me extrañaste?— Inquirí viendo a mi hijo.

— Si, mamá, tía Mile dijo que vendrías por mi hoy con Mami Potché, por eso me peiné y me puse mi perfume especial. — Arrojó cómo todo un hombrecito, sonreí con ternura.

— ¿El perfume de Cars?— Le pregunté, Damon sonrió asintiendo eufórico.

— Si, mamá. — Afirmó sonriente.

— Déjame comerte a besos.

Comencé a llenar la carita de Damon con besos, escuchando su risa por toda la casa, reí con él y le di un apretado abrazo hasta que vio a Poché.

— ¡Mami!— Exclamó corriendo hasta Poché y dar un gran salto.

— ¡Cada vez saltas más alto, piccolo diavolo!— Decía mi novia con Damon en brazos, sonreí.

— Gracias por cuidarlo. — Le dije a Milenka, ella negó con sus manos.

— No agradezcas, ha sido toda una aventura. — Expresó con diversión.

— Tal vez Mile se anima a tener un nuevo integrante a la familia con esta experiencia. — Comentó Carol haciendo acto de presencia y darme las cosas de Damon.

Milenka abrazó a su esposa por la cintura, Poché se acercó a mi e hizo lo mismo aún con Damon en brazos.

— Ya veremos dijo el ciego. — Comentó Milenka.

— Y nunca vio. — Soltó mi novia, le di un codazo y ella se quejó.

— Bueno, muchas gracias, nos vamos yendo. — Manifesté.

La pareja de casadas nos llevó hasta la salida, una vez afuera Milenka observó a Damon.

— Damon, no olvides tú regalo. — Soltó de pronto.

— ¡Siii!— Alargó mi hijo desapareciendo e ir a la parte trasera de la casa.

— ¿Qué regalo?— Inquirí, Milenka carraspeo su garganta.

— ¿Sabes qué? Mejor lo traen después. — Puntualizó.

— Milenka Garzón, ¿qué le regalaste a mi hijo?— Amenacé.

— ¡Mamá, mami, mirenme!

Di un grito de horror al ver a Damon montado en un carrito beach buggy de motor acelerando por la calle principal cómo si nada, mi hijo se carcajeaba mientras a mí me iba a dar un infarto y de paso iba a matar a mi cuñada.

— ¡Te dejé dos días con él y le compras un coche!— Exclamé aterrada.

— Intenté convencerla de que no se lo diera. — Añadió Carol.

— Hey, es tradición familiar, dile hermana. — Se defendió Milenka, le di una mirada asesina.

— Sinceramente no quiero quedarme sin novia. — Soltó mi acompañante.

— Gran respuesta, amor. — Felicité. — Lo vas a devolver. — Advertí a mi cuñada.

— No puedo, lo mandamos a hacer especialmente para Damon. — Soltó Milenka, fruncí los labios.

— ¿Mandamos?— Cuestioné.

Al ver hacia dónde iba la mirada de Milenka giré mi cabeza rápidamente, Poché rascaba su nuca y miraba al cielo evadiendome.

— ¡Poché!— Exclamé.

— Dijiste que no podía darle una moto, no un buggy. — Defendió su punto, resoplé.

— ¡María José!— Exclamé irritada.

— Ay, no le pasará nada, míralo.

Dirigí mi vista a la calle y Damon manejaba de un lado a otro el coche, negué con mi cabeza y me puse seria.

— Ok. — Arrojé viendo a mi novia.

— ¿Ok?— Vaciló.

— Dije ok. — Repliqué molesta. — Nos vemos, feliz día.

— Estás muerta, cuñada. — Soltó Carol divertida.

Me alejé del matrimonio, mientras le hacía señales a Damon de que era hora de irnos, mi hijo después de un rato de súplicas, dejó el buggy en el patio trasero de Milenka y se subió al coche. Emprendimos viaje y en todo el camino Damon habló con Poché y conmigo sobre lo que había hecho con sus tías.

Después de un rato llegamos a un restaurante para comer algo finalmente.

Bajé del coche y mi hijo tomó mi mano, Poché hizo el intento pero aparté la mano, mientras entrabamos al restaurante. Pedimos una mesa y Damon se concentró en alimentar unos peces que habían en el restaurante.

Miraba la cartilla del menú ignorando a María José.

— ¿Estás molesta?— Preguntó ante tanto silencio.

— No sé qué pedir. — Evadí su pregunta. — No he desayunado pero es hora de almuerzo, eso corrompe mi dieta.

— Amore, eso no importa. — Mencionó Poché.

Ella se cayó cuando llegó el mesero, le dimos nuestra orden y el hombre se iba asegurando que pronto vendría la comida.

— ¿Estás molesta?— Preguntó de nuevo, suspiré.

— Para nada, no me molesta que no me consultes que le darás un buggy a nuestro hijo y solo hagas las cosas. — Declaré recargando mis codos en la mesa.

— Bueno, viéndolo así si está mal. — Puntualizó Poché rascando su ceja.

— Por supuesto que está mal y por supuesto que estoy enojada, María José. — Contesté, ella me vio con ojos de borrego.

— No me digas María José que lloro. — Murmuró con un puchero.

— Estoy hablando en serio. — Declaré severa.

— Yo también. — Replicó berrinchuda, rodé los ojos. — Pero tienes razón, estuvo mal lo que hice.

— Debes consultarme este tipo de cosas, no hacerlo a mis espaldas pareciendo una sorpresa. — Reproché, Poché bajó la vista apenada. — Es la seguridad de Damon y no siempre seré la mamá gruñona y tú la mamá genial, también debes ponerle un poco de orden. — Añadí suavizando un poco mi tono de voz.

— Tienes razón, perdóname, amore. — Respondió, suspiré. — A partir de ahora te preguntaré, es que es algo nuevo para mí ser mamá y solo quiero que se divierta, pero también debo poner reglas, tienes razón. — Acotó, asentí lentamente. — ¿Devuelvo el buggy?

— Sé que ser mamá es algo nuevo, pero hay que decir si a ciertas cosas y no a otras, para eso está la comunicación. — Poché asintió con su cabeza.

Me sentía extraña, es decir, nunca había hablado así con alguna pareja, siempre terminaba mandándolos a la mierda, y eso que mis ex's parejas nunca conocieron a Damon, era raro tener una comunicación pacífica con Poché.

— Voy a permitir que Damon se quede con el buggy, pero no lo usará todo el tiempo y espero no se repita esto otra vez. — Puntualice, Poché alzó su mano prometiendo que no pasaría, bufé.

— Cómo ordene la señorita. — Afirmó, rodé los ojos al ver su sonrisa. — ¿Me das un beso?

— No, no te lo mereces. — Declaré.

— Eso no es justo. — Refutó Poché aniñada.

— Y dormirás en el sofá. — Acoté, mi novia abrió su boca ofendida.

— Alto ahí, no es justo que me castigues así. — Mencionó echando su cabeza hacia atrás dando un quejido.

— ¿Y pensabas qué esto no traería consecuencias? Ahora te aguantas. — Determiné.

— Pero, pero-

Evite reírme en la cara de Poché al ver cómo hacía pucheros, mientras el mesero dejaba nuestra comida en la mesa, aún haciendo pucheros ella fue por Damon y los tres comenzamos a comer.

Después de un rato de chistes malos, risas y regaños porque Poché y Damon jugaban con la comida, salimos del restaurante y decidimos ir a algún otro lugar. Estábamos esperando a Poché quien traería el coche, cuándo por alguna razón sentía que me observaban.

Volteé hacia atrás y a todos lados, sosteniendo la mano de Damon, fruncí mi ceño y decidí ignorar el sentimiento cuando vi a Poché aparcar el coche, bajar de el y abrirnos la puerta a Damon y a mí.

— Suba usted, milady. — Concedió con una sonrisa encantadora.

Iba a adentrarme al coche, cuando Poché tomaba mi mano y me jalaba para plantarme un beso, pero yo corría la cara totalmente divertida, ella hizo un sonido de queja.

— Muy lista, Garzón. — Murmuré.

Me subí al coche cerrando la puerta, mientras Poché subía también y con pucheros arrancaba el coche, escuchando cómo Damon pedía una canción del álbum de Poché.

Sinceramente me había escuchado todo el álbum, era fan secrets de Poché, pero me daba vergüenza admitirlo en voz alta. En realidad Rose canta muy bien y la banda hace un buen complemento, aunque me encantaría que la cantante principal fuera Poché.

Cómo justo ahora estaba cantando una de las canciones, su voz quedaba perfecta.

— Red lips, black dress, you got a smile that I can't forget. «Labios rojos, vestido negro.Tienes una sonrisa que no puedo olvidar»

Poché y Damon comenzaron a cantar con bailes raros, ella me miraba y sonreía radiante, mientras exageraba sus movimientos con la boca y sus hombros.

— Yeah, come dance with me, I know you won't regret it if you let me love you girl.
«Sí, ven a bailar conmigo, sé que no te arrepentirás si me dejas amarte, hermosa»

Solté una risita negando con mi cabeza, me acerqué a Poché y dejé un beso en su mejilla, ella actuó rápido y me robó un corto beso, rodé los ojos y ella solo me guiñó un ojo coqueta.

¿Cómo podía estar enojada con ella si me ataca de esa forma? En fin, siempre dormirá en el sofá.

1 semana después.

Poché no durmió en el sofá.

Intenté que durmiera en el, pero sencillamente la mujer era un arma de seducción y terminaba cayendo en sus garras adorables, así que terminaba arrunchada a ella.

Pero dejando eso de lado, estaba más que emocionada, hoy vería a Poché después de días muy ocupados en nuestras agendas, saldríamos a cenar las dos a solas.

Por un lado ella estaba preparando todo para la gira con los chicos, gira a la cual iríamos Damon y yo con ella, según tenía entendido comenzarían aquí, para luego irnos a Houston para luego recorrer parte del país e ir por Latinoamérica.

Poché estaba muy emocionada con eso, pero así cómo estaba emocionada también estaba muy cansada, está semana a penas y nos vimos, solo a la hora de dormir cuando hablábamos un poco de nuestro día, nos dábamos una ducha para solo dormir ambas abrazadas.

A veces Damon se unía a dormir con nosotras.

Por mi parte yo estaba llena de photoshoot, pasarelas y demás, estaba dejando todo listo para poder ir con Poché a la gira, por eso me había cargado un poco de trabajo, era agotador ir a pasarelas de las marcas que me patrocinan, algunas veces iba acompañada con Poché y otras iba sola.

La gente siempre tenía algo por decir cuando no nos veían juntas, eso también era agotador. Por trabajo y el estúpido contrato que por suerte ya quedará absoleto, Poché y yo debíamos dar contenido a la gente, sinceramente no quería compartir nada de mi relación, los comentarios de la gente eran realmente estúpidos.

Si Poché y yo no estábamos juntas se sacaban tantas teorías estúpidas, me comenzaban a vincular con gente si subía alguna historia con alguien que no fuera ella, también a Poché le ocurría lo mismo, para mí mala suerte la vinculaban mucho con Amelia y eso me daba punzadas en el hígado.

Estaba harta, cansada, no quería compartir nada de mi relación, no era nuestro deber, pero existía el contrato y una vez acabará el estúpido contrato, iba a subir contenido de mi trabajo y nada más, no quería que comentarios de terceros me afectarán a mi o a mi relación.

Al final las redes eran un ambiente tóxico, en dónde la gente creía más lo que veía en una imágen o vídeo de cinco segundos al transfondo que hay detrás del tal foto o video, era asqueroso lo podrido que era la sociedad con las redes.

Ahora estaba esperando a Poché, mañana era un día importante para ella ya que tocaban por primera vez en un concierto, Adam me había dicho que lograron un sold out en menos de cuatro horas. El estadio en dónde tocarían era el más grande del estado y habían logrado llenarlo.

Era increíble ver cómo mi novia cumplía sus sueños y yo estaba más que feliz.

— ¿Está lista para ordenar, señorita?— Salí de mis pensamientos al ver al mesero.

Miré mi reloj y suspiré al darme cuenta que Poché tenía 25 minutos de retraso. El mesero esperaba mi respuesta y yo veía a la puerta esperando a mi novia.

— No, espero a mi acompañante. — Respondí con media sonrisa. — Quiero una botella de vino.

— En seguida.

El mesero se marchaba y yo recargaba mis codos en la mesa, tratando de apaciguar mis malos pensamientos. Solo era un pequeño retraso, no iba a condenarla por eso.

No iba a condenarla por eso.

Pasaron 35 minutos de ese pensamiento...

Luego se completaron 45 minutos...

Sin esperarlo llegó 1 hora y no tenía ni un mensaje o llamada en mi celular de Poché. Seguí esperando y pasó 1 hora y 15 minutos. Me bebí una botella de vino sola...

Cené una ensalada yo sola... Poché nunca llegó a nuestra cita.

El mesero apareció de nuevo y me sonrió con pena, suspiré.

— ¿Desea algo más?— Ofreció, negué con mi cabeza.

— La cuenta por favor. — Le pedí amable.

El mesero asintió con su cabeza, luego de que él mesero trajera mi cuenta y yo pagará no sin dejarle una propina, me puse de pie tomando mis cosas para salir del restaurante.

El aire frío envolvió mis huesos y saqué mi teléfono para llamar a Hades, él me respondió de inmediato y solo pude quedarme ahí afuera esperando la llegada de mi chófer.

Miré al cielo y la luna estaba resplandeciente, en otro momento me hubiera gustado contemplarla, pero ahora me sentía triste y un poco decepcionada.

Fue entonces cuando vi un coche aparcar enfrente de mi, fruncí el ceño y negué con mi cabeza ligeramente al verla bajar y correr hasta a mí, el cabello revuelto y agitada.

— Calle, amore, yo-

— No quiero tus excusas, María José. — La callé con desdén.

— Estaba en ensayo, el tiempo se me fue volando, de verdad lo siento. — Habló rápidamente, negué con mi cabeza.

— ¿Y en serio no pudiste ni llamarme? Llevo más de dos horas esperándote. — Puntualicé.

Al decirle eso Poché comenzó a buscar el teléfono en sus bolsillos, reí irónica y negué con mi cabeza.

— Ni siquiera traes el celular. — Solté con tristeza.

— Prometo compensarlo, en serio quería pasar tiempo contigo. — Habló con desespero.

— Ya olvídalo. — Murmuré.

Agradecí internamente al ver a Hades llegar, mi chófer se bajó y me abrió la puerta, comencé a caminar hasta la camioneta dispuesta a irme, pero una mano en mi muñeca me detuvo.

— De verdad lo siento, te prometo que voy a compensarlo. — Mencionó con mirada suplicante.

— No hagas promesas que no vas a cumplir. — Musité con voz apagada.

Me solté de su agarre y me subí a la camioneta sintiendo un nudo en mi garganta, Hades cerró la puerta y cuando menos lo esperé solo arrancó el coche. Cerré mis ojos evitando mis lágrimas, no quería llorar pero me era casi imposible.

La felicidad no dura siempre, es algo que había olvidado y hoy me hizo darme cuenta de golpe.

Día del concierto.

No había dormido nada a decir verdad, pero a pesar de estar triste Damon se había despertado muy temprano, él estaba emocionado porque vería cantar a su mamá por primera vez, él nunca había ido a un concierto, así que le emocionaba.

Él no entendía el mundo de las redes ni nada por el estilo, lo único que le importaba era ver a Poché tocar guitarra, el motivo de su emoción era ese.

Había preparado el desayuno y en la casa solo estábamos Damon y yo, Poché no había llegado a dormir. Intenté ignorar el hecho de que en la madrugada la busqué en el otro lado de la cama y no estaba allí.

Damon estaba listo y yo también, guardando la pequeña caja en el bolsillo de mi abrigo, a Damon le había puesto una gorra que le había dado Poché mientras recibía un mensaje de mi chófer, él estaba esperándonos abajo.

Bajamos junto con mi hijo y llegamos al estacionamiento subterráneo, ya que la prensa estaba enfrente del edificio esperándome para hacer preguntas sobre Poché y yo, Damon estaba más que feliz al subir a la camioneta.

Hades arrancó el coche y una vez puestos en el camino, él me habló, algo muy raro viniendo de su personalidad.

— Señorita Calle. — Dijo, lo vi extrañada.

— Dime, Hades. — Alenté.

— Me dijeron que le diera esto.

Fruncí el ceño cuando me pasó una bolsa de papel color café, enfrente de la bolsa estaba inscrito algo.

“Lo siento :(”

Resoplé y abrí la bolsa, dentro de ella había un ticket, mi cara se arrugó sin comprender a lo que decía el ticket.

Negué con mi cabeza y miré a Hades, él solo se encogió de hombros con cara divertida.

— Muy chistosita, Garzón. — Murmuré por lo bajo.

Llegamos al estadio y pude ver a la multitud en la entrada de este haciendo cola para entrar, por suerte nosotros nos iríamos por el ala este del estadio para no tener problemas con los paparazzi y estar en la zona vip.

Hades se fue al estacionamiento subterráneo y de ahí subimos al ascensor para ir a la zona vip del lugar, el cual era una sala con sofá, vista al concierto y una pantalla gigante para ver cómo lo transmitían.

Gente iba y venía por todos lados, Damon iba de mi mano, mientras sentía cómo vibraba mi celular en mi bolsillo, lo saqué y miré el nombre de Verónica en la pantalla.

— ¿Si?— Respondí.

— ¿Ya llegaron a la zona vip? Espero no hubieran paparrazis en el camino. — Escuché la voz de Vero al otro lado.

— Si, Hades nos está abriendo la puerta y no, nos topamos con ellos. — Dije entrando al lugar que nos asignaron.

— Genial, los chicos están a unos cuantos metros de ahí en los camerinos, pronto llegarán Lila y Cameron, con Adam llegaremos después. — Explicó mi prima.

— Está bien. — Acepté.

— Nos vemos luego.

Verónica colgó la llamada y Damon estaba en el ventanal viendo el escenario, era muy divertido ver su boquita abierta asombrado, mientras la gente comenzaba a entrar llenando el lugar.

Debía admitir que el lugar era inmenso, y el escenario estaba muy bien montado, Adam se había lucido y Vero también, ya que le había ayudado en varios aspectos.

— Toc, toc. — Escuché de pronto.

— ¡Mami!

Damon salía corriendo a abrazar a Poché, me quedé en medio del cuarto viendo la escena, mientras Poché cerraba la puerta.

— Te he extrañado horrores. — Confesó mi novia.

— Yo a ti, mami. — Dijo Damon acariciando la mejilla de Poché. — ¿Jugaremos a los dinosaurios pronto?

— Pronto, mi piccolo diavolo. — Afirmó ella sonriente. — Por los momentos, ¿qué te parece si vas a molestar a tus tíos, eh?

— ¡Siii!— Celebró contento. — Suerte, mami.

Damon pasaba sus dedos por el rostro de Poché fugazmente haciéndola sonreír, fruncí el ceño, mientras mi hijo salía corriendo de la habitación para irse con Hades.

— Cuídalo. — Le dije a mi chófer.

— Con mi vida, señorita. — Aseguró.

Ambos se iban y yo quedaba a solas con Poché, el silencio era tenso y la verdad no sabía que decirle así que opté por quedarme en silencio.

— Gracias por venir. — Dijo ella rompiendo el silencio incómodo.

— No hay de que, Damon está emocionado. — Expresé guardando mis manos en mis bolsillos.

— Dani, preciosa, de verdad lo siento. — Dijo mi novia con arrepentimiento.

— Poché, olvídalo, es tú trabajo y esas cosas. — Intenté minimizar el asunto.

— Si, es mi trabajo pero no quiero dejar tirada a mi novia o a mi hijo, ustedes son más importantes para mí. — Aseguró, suspiré viendo al ventanal.

— Solo me hubieras avisado. — Murmuré. — Me sentí mal cuando no llegaste, incluso decepcionada.

— Lo sé, estás en tu derecho, pero quiero arreglarlo. — Murmuró acercándose a mi y ponerse a mi lado.

— ¿Por qué no llegaste a casa anoche?— Cuestioné con voz suspicaz.

— Es sorpresa. — Arrojó con una risita.

— ¿Sorpresa?— Vacilé frunciendo el entrecejo.

— Si, lo verás luego. — Afirmó, ella se dio la vuelta y tomó mi mano, la miré. — Por los momentos, solo quiero decirte que lo que pasó ayer no volverá a ocurrir. — Aseguró.

Negué con mi cabeza intentando callarla, pero ella hizo caso omiso.

— Eres la mujer de mi vida y no quiero que te sientas así de nuevo, porque a pesar de que amo hacer música, mi familia lo es todo para mí y sin ella no importa la felicidad que pueda darme mi carrera. — Soltó sin siquiera respirar.

— Poché... — Murmuré, sosteniendo su mano.

— No quiero perderte, ¿por qué te dejaría de lado cuando me costó tenerte?— Inquirió tomando mis mejillas. — Eres mi felicidad. — Susurró pegando su frente a la mía.

— Si me dices esas cosas nunca me podré enojar contigo. — Musité sacando una risita de su parte, me reí con ella.

— ¿Estamos bien?— Susurró con duda contra mi boca.

— Estamos bien. — Le afirmé.

Poché me dio un beso y suspiré al sentir su boca, no la había sentido en un día y sentía que había pasado una eternidad sin ella. Nos separamos y Poché me abrazó.

— Lo siento, no volveré a dejar que te sientas así. — Se disculpó de nuevo apenada.

— Olvidemos eso, ¿si?— Sugerí.

Mi novia asintió con su cabeza, acaricié suavemente su mejilla, nuestra reconciliación fue interrumpida por un chico de staff.

— Poché, salen en 5. — Avisó.

— Gracias.

— Bueno, ya que estaba enojada antes y eso. — Murmuré con una sonrisa nerviosa. — No traje mi presente cómo debería pero, espero te guste.

Le di la pequeña caja a Poché que portaba en mi abrigo, ella sonrió y la tomó, alzó una ceja antes de bajar su vista y soltar el listón de la caja y abrir mi obsequio. Ella se quedó en silencio viendo mi regalo.

— Sé que es algo pequeño, quería dártelo de otra forma pero-

Mi novia me calló con un beso, se separó de mí dejándome atontada y rió.

— Es perfecto, amore. — Declaró sonriente.

Sonreí colorada mientras Poché observaba la púa de guitarra que le había mandado a hacer, era de plata con ciertos destellos verdes y café, representando el color de los ojos de mi novia.

— ¿Es un dinosaurio con iniciales?— Dijo al darle la vuelta con una sonrisa.

— Si. — Solté una risita. — Son las iniciales de las dos, pero cómo el nombre de Damon comienza con D también, por eso tiene ese pequeño dinosaurio.

— Amor, me encanta, en serio gracias.

Ella dejó cortos besos en mis labios en forma de agradecimiento, sonreí y la cara de Poché irradiaba felicidad.

— Mucha suerte, lo harás muy bien. — Deseé sincera.

Mi novia se marchaba no sin antes robar más besos, finalmente salió y yo quedé con una sonrisa boba en el rostro.

• ────── ♪ ────── •

El concierto llevaba más de una hora y era increíble cómo la gente con cada canción se alborotaba más. Después de que Poché se fue, llegaron mis mejores amigos con un Damon cubierto de chocolate por toda la cara, me tocó limpiarlo.

— Mi hombre toca muy bien la guitarra. — Comentaba Cameron, reí.

— Muy pasivo de tu parte. — Comentó Lila comiendo un bocadillo.

— Uff si, que me ahorque. — Soltó mi mejor amigo.

— Cameron, cállate. — Dije señalando a mi hijo, él me vio apenado.

— Ay perdón, me dejé llevar.

Reímos y la puerta fue abierta, miramos a Adam entrar con una sonrisa al lugar.

— Hola a todos. — Saludó rápidamente. — Calle, vengo por ti tenemos 3 minutos.

— ¿De qué hablas?— Mencioné confusa.

— Mujer, solo camina. — Ordenó tomándome de la muñeca.

— Pero-

Adam me arrastró a la salida, le grité a los chicos que cuidarán a Damon, mientras con Adam pasaba por todo el equipo de staff, finalmente llegamos a la parte trasera del concierto y yo entré en colapso al ver cómo Adam me paraba en una plataforma cuadrada con una silla, él me sentó ahí con rapidez.

— ¿Dónde carajos me lleva esto?— Pregunté en voz alta ya que la música se escuchaba fuerte.

— ¡Sorpresa!— Exclamó, fruncí los labios.

Adam me tiró un sobre y lo atrapé, él tocó un botón rojo y la plataforma comenzó a subir, me agarré a la silla con el corazón saliéndose de mi pecho.

Entonces fue cuándo miré la luz del día, me quedé sin aliento al ver que estaba en el escenario rodeada de flores, la gente al verme comenzó a gritar y Rose hablaba por el micrófono viéndome con una sonrisa.

— ¡Demos un aplauso a la que amarró a la soltera más codiciada de la banda!— Bromeó soltando una risotada.

Vitoreos y gritos se escucharon haciendo temblar el estadio, sonreí avergonzada viendo a la gente, sentada en la silla y sin saber cómo es que había parado en el concierto y era el centro de atención.

De pronto miré a Caleb acercándose a mi, lo vi raro.

— Cal, abre el sobre y descubrirás tu sorpresa. — Dijo Caleb.

Le hice caso a Caleb y en el sobre había otro ticket, abrí mi boca sin poder creerlo.

Terminé de leer y fue entonces cuando Rose confirmó lo que decía.

— ¡Por primera vez, con ustedes Poché!

Llevé mis manos a mi boca sorprendida al ver a Poché acercarse a mi, ella tocaba una guitarra mientras me cantaba viendo a los ojos. Era un cover de una canción de, ¿Calle 13?

Me reí viendo a mi novia cantarme la canción con mirada brillante.

— Yo confió en el destino, y en la marejada, yo no creo en la iglesia pero creo en tu mirada. — Cantó con una sonrisa.

Caleb, Rose y la banda sonora le seguían la canción, mientras todo el estadio estallaba en gritos. Miré a Poché con una sonrisa, mientras tomaba una flor y se la tiraba, ella sonrió.

— Dame la mano, y vamos a darle la vuelta al mundo, darle la vuelta al mundo, darle la vuelta al mundo. — Se unía Rose cantando con Poché al público.

— La renta, el sueldo, el trabajo en la oficina, lo cambie por las estrellas y por huertos de harina, me escape de la rutina para pilotear mi viaje, por que el cubo en el que vivía se convirtió en paisaje

Poché se acercó a mi y dejó un beso en mis labios, me tapé el rostro avergonzada y ella sonrió.

— ¡Yo! Era un objeto esperando a ser ceniza, un día decidí, hacerle caso a la brisa, a irme resbalando detrás de tu camisa. — Ella alzó sus cejas y yo no podía dejar de sonreír. — No me convenció nadie, me convenció tu sonrisa-

De pronto la música era apagada, Poché frunció el ceño y en la pantalla gigante del escenario se comenzó a reproducir un vídeo, fruncí el ceño mientras los chicos se veían entre si. Me puse de pie y mi sentí mi alma caer a mis pies.

El vídeo era de Damon y yo jugando, de fondo se podía escuchar la voz de Poché grabándonos, negué con mi cabeza petrificada.

— ¡Mamá, dile a mami Potché que eso es mío!— Decía Damon señalandome.

El vídeo se quedó congelado revelando la carita de Damon con una sonrisa, cerré mis ojos con fuerza, miré a Poché y ella negó con su cabeza sin entender.

Salí corriendo del escenario para ir por Damon e irnos de aquí, mi teléfono comenzó a vibrar y era Verónica.

— ¡¿Qué mierda fue eso?!— Grité alterada, moviendome entre las personas de staff.

— Calle, lo estoy solucionando. — Dijo Verónica con voz apurada. — Por nada del mundo entres a redes y sal de ahí, ¡ya!

Verónica colgaba ma llamada de golpe, arrugué el rostro y me metí a redes, mi teléfono iba a explotar de notificaciones y menciones.

Comencé a husmear en un perfil y tragué grueso al ver una imágen filtrada del contrato que teníamos con Poché.

— Mierda, mierda, mierda. — Murmuré comenzando a correr.

Lo peor de todo es que todo se había filtrado desde la cuenta de Poché.
















































































• ────── Flow llegando ──────

Calle al ver que todo salió desde la cuenta de Poché:

Meta: 235 votos.

DRAMA VEN A MI PERRAAAA.

Ya mucha felicidad, eso no es gueno.

En fin, digan sus teorías de la filtración del contrato y el vídeo.

¿Poch tiene la culpa?

¿Qué hará Calle?

¿Caché será real?

¡Por supuesto que no! ¡No te pierdas el próximo capítulo no sé que día a las horas madrugadoras!

Dato irrelevante: Si los gatos pierden sus bigotes se caen. Así cómo tú estabilidad emocional.

Continue Reading

You'll Also Like

68.1K 3.7K 42
Violeta Hódar 23 años (Granada, Motril), es una estudiante en último curso de periodismo en Barcelona. Esta se ve envuelta en una encrucijada cuando...
130K 12.3K 58
Stella no sabe lo que es el amor, ha intentado con todas sus fuerzas enamorarse de su novio, pero no lo consigue. A Deborah le encargaron acercarse a...
6.1K 830 25
Jessica, la niña que quedó huérfana, pero nunca sola. Una mujer valiente, fuerte y resiliente, alguien que tenía todo perfectamente trazado, algun pa...
197K 21K 37
¿Que podría pasar en las vacaciones? Algo tan loco como seguir a la profesora de literatura hasta su casa de vacaciones. Abbie se olvida de present...