— Para cuando llegamos al lugar, su hijo ya estaba muerto. –Dice Megumi a la mujer que se encontraba frente suyo– Para serle franco, dudaba que pudiéramos rescatar a alguien. Pero mis amigos pensaban diferente. Y aunque no lo conseguimos, intentaron traer su cuerpo de vuelta tras confirmar su muerte. –Dice mientras recuerda a Itadori y los sucesos ocurridos ese día. Y el cómo, mientras corría a salvar a su compañera, vio el cadáver del hombre decidiendo sacar al menos la etiqueta con su nombre. –Solo puedo darle esto.
Megumi saca de su bolsillo una bolsita con la etiqueta del nombre del hijo de la mujer, la madre pesca la bolsita entre sus dedos y observarla.
— Le pido perdón por no haber podido salvar a Tadashi. —Con una mirada triste, Megumi hace una reverencia mirando al suelo.
— Tranquilo. No pidas perdón. —Balbuceó la mujer— Soy la única en el mundo que llorará la muerte de mi niño.
Megumi solo puede escuchar como la mujer cae de rodillas llorando.
Después de un rato, llega al campo de entrenamiento donde estaban sus superiores y Nobara corriendo con Panda.
— Llegas tarde, Megumi. —Reclama Maki mirando al nombrado.
— Algas.
— ¿Qué hacías? —Pregunta la chica curiosa.
— Nada importante —Murmura mientras sube el cierre de la chaqueta de su buzo— Oye, Zen'in-Sempai —Llama su atención— ¿a que tipo de gente te gustaría salvar como hechicera?
— A mí me da igual si lo que hago salva a alguien. —Responde Maki
— Pues no debí preguntar. —Murmura Megumi mirando a otro lado.
— ¿¡Jah!?
— ¡Fushiguro! —Grita Nobara— ¡Deja tus entrevistas para después! ¡Cambiemos! ¡Estoy harta del uniforme! ¡Déjame ir a comprar ropa deportiva linda! —Grita mientras Panda la hace girar.
— ¡Aquí vamos! ¡Toma! —Para después soltarla y que caiga al césped.
— ¿Qué demonios hacen? —Pregunta Megumi confundido.
— Practicamos caídas. —Responde Panda.
— Hoja de mostaza —Dice Toge.
— Son débiles en el cuerpo a cuerpo. —Dice Panda.
— Para empezar, —Maki hace una maniobra con el palo que utiliza para entrenar— Intenta asestarnos un golpe. El resto vendrá después. —Hace una seña con su mano invitándolo.
Mientras en otro lado.
— Cómo el combate cuerpo a cuerpo se te da mejor que a tus compañeros, ahora deberías aprender a controlar tu energía maldita. Y también aprender lo esencial de la hechicería. —Dice Satoru con las manos en los bolsillos de su pantalón enfrente de Itadori, a un costado apoyado en la pared se encontraba Deian mirando su móvil.
Itadori tiene en su rostro una sonrisa, Deian puede jurar que se le forma un aura detrás. ¿Empezó a alucinar ya?
— ¿Qué te pasa? —Pregunta Satoru curioso.
— Solo me alegro porque no podría entrenarme nadie mejor que tú. —Dice Itadori sonriendo feliz— No pude salvar a nadie por mi debilidad. De hecho, casi maté a Fushiguro. No podría mirarlos a los ojos. Quiero ser fuerte. Enséñame a ser el más fuerte. —Mira a Satoru a los ojos con determinación.
Deian suspira al ver la sonrisa de Satoru, sabe que Itadori le ha subido el orgullo.
— Tienes buen ojo. —Dice Satoru.
— Sensei, tú mismo me dijiste que eras el más fuerte. —Murmura Itadori mirando a satoru.
Se quedan unos segundos así en silencio, Deian quería reírse pero se cubre sus labios con el cuello de la chaqueta.
— Para empezar, —Satoru voltea a ver al mismo tiempo que Itadori un mueble donde hay dos latas, una verde y otra amarilla— fíjate en esas latas de refresco.
La verde cae como si una bala hubiera impactado contra ella y la amarilla se tuerce. Sorprendiendo a itadori.
— Eso fue con energía maldita. —Dice Satoru refiriéndose a la lata verde— y esto con un ritual. —Refiriéndose a la lata amarilla.
— Ya veo. No entiendo nada. —Dice Itadori con una pose pensativa.
Deian suelta una sutil risilla siendo escuchada por Satoru, haciéndolo sonreír leve.
— Pues claro que no... —Mira a Deian.
Deian suspira y guarda su móvil para acercarse a ellos.
— La energía maldita es electricidad y los rituales son electrodomésticos. La corriente es difícil de usar por si sola, ¿no? —Pregunta y ve a Itadori asentir— Por eso, la usamos en aparatos con distintos fines. Aquí... —Deian señala la lata verdd— Satoru disparó energía maldita pura. Y aquí... —Señala la lata amarilla— Usó energía maldita para activar un ritual que torció la lata.
— ¡O sea, ¿que me vas a enseñar rituales malditos?! —Pregunta Itadori emocionado mirando a satoru.
— No, tú no puedes usar rituales malditos. —Responde Satoru dejando de piedra a Itadori.
— ¿¡Eh!?
— Ignorando shikigamis y barreras sencillas, los rituales malditos forman parte de tu cuerpo desde que naces. —Satoru toca su pecho— El talento natural de un hechicero determina su fuerza en un 80%. —Explica colocando su mano en su mentón.
Deian puede ver como Itadori cae al suelo como papel.
— ¿Estás bien? —Preguntan Satoru y Deian a la vez.
— Sí. Es solo que creía que podría lanzar Electro, Piro o una bomba de Poder. —Balbucea Itadori desde el suelo.
— Podrías usar bombas como el luchador Oonita. —Intenta animar Satoru.
— Qué mal. Quería usar el Reigan, un Bankai, un Rasengan o un Dodonpa. —Se queja Itadori haciendo reír levemente a Deian.
— Aún no puedes usarlos, pero los rituales malditos de Sukuna llegarán a formar parte de tu cuerpo. —Pensó Satoru sonriendo leve, Deian lo mira al leer sin querer sus pensamientos y Satoru al saberlo le dedica una dulce sonrisa.— Ignoremos lo que no puedes hacer y mejoremos tus fortalezas. Le daremos energía maldita a tu estilo de pelea. Me intimidarías más con tu fuerza bruta que con hechizos mediocres. —Aquello Llama la atención de Itadori— Cómo dije antes, tienes mucho talento para el combate.
Itadori jadea impactado y alza un poco su cabeza para mirar a Satoru aún desde el suelo.
— Pero ¡Ya puedo hacer esa cosa! —Exclama.
— Levántate.
— De alguna manera me las arregle para hacerlo. —Dice Itadori recordando cuando peleó con aquella maldición.
— Inténtalo, pues.—Satoru alza su diestra y la señala— Pegame aquí. Aunque dudo que te resulte.
— No me culpes si te lastimo. —Dice Itadori moviendo su brazo diestro para prepararse.
— Vamos, apúrate.
Deian los observa y ve como Itadori, sin la energía maldita, golpea la mano de Satoru.
— Eso no tuvo nada de energía maldita. —Dicen Satoru y Deian a la vez.
— ¿¡Por qué no!? —Reclama Itadori.
— La energía maldita surge de las emociones. Seguro que estabas lleno de ira y miedo en esa ocasión, ¿no? —Pregunta Satoru
—A... —Itadori toma una pose pensativa— ¿Hay que estar furioso todo el tiempo para poder usar energía maldita? —Golpea su mano hecha un puño contra la palma de la otra despacio— Ahora que lo pienso, Fushiguro siempre está de malas.
— No es eso. —Satoru saca toda idea que tenga Itadori.
Mientras tanto Megumi frunce el ceño y mira a otro lado.
— ¿Qué pasa? —Pregunta Maki
— Me enoje de repente. —Responde Megumi.
— ¿Jah? —Maki frunce el ceño.
— No, no es contigo. —Megumi voltea a ver a Maki
Mientras que detrás de ellos Panda sigue girando a Nobara por el aire para después lanzarla hacia Toge.
— El evento de intercambio es en mes y medio. Deberías probar suerte con este. —Maki lanza el bastón largo hacia Megumi y este lo agarra sin problemas.
— Me resulta bastante cómodo. —Comenta observando el palo.
— Todos han entrenador para extraer energía maldita de emociones leves. También están entrenados para no desperdiciarla al emocionarse demasiado. —Explica Satoru apoyando una mano en su cadera— Hay varios métodos de entrenamiento, pero usaremos contigo el más agotador.
Itadori traga saliva nervioso.
— ¿Qué método es ese? —Pregunta.
— Ver películas. —Satoru saca seis películas, tres en cada mano.
— ¿Ver películas? —Itadori alza una ceja confundido.
— Sí. —Satoru responde y señala la mesita que está detrás de Itadori.— Clásicas, de horror de clase C y películas francesas horribles. Las verás sin descanso. Claro, harás más que solo mirarlas.
Deian saca un peluche de oso durmiendo agarrandolo de la cabeza con una mano.
— Te acompañará ese pequeñín. —Señala Satoru sonriendo leve.
— ¿Y ese peluche tan feo y lindo a la vez? —Pregunta Itadori.
Deian lo mira confundido y mira el peluche.
— ¿Te parece lindo? —Murmura confundido Deian y Satoru se encoge de hombros también confundido.
— Es un Jugai especial del director. —Explica Satoru mientras que Deian le pasa el peluche a Itadori.
— ¡Lo suponía! Tiene su estilo. —Dice Itadori y empieza a toquetear el peluche para ver si tenía un botón de encendido y apagado o algo parecido, pero al no encontrar nada vuelve a mirarlo confundido— Aún no entiendo qué haremos con esto.
— Calma, calma. Ya falta poco. —Dice Satoru algo divertido apoyándose en Deian.
Ambos ven como el peluche "lindo" golpea con su guante de boxeo a Itadori en la mejilla.
— Despertará y te pegará si dejas de darle cierta cantidad de energía maldita. —Dice Satoru separándose de Deian para apoyarse en el sofá con sus manos metidas en sus bolsillos sonriendo leve.
— ¡Qué dolor! —Se queja Itadori cubriendo su rostro.
— Cómo dije, tenemos todo tipo de películas disponibles. Románticas, de suspenso, emocionantes, trágicas, cómicas o repugnantes. Tu primera meta será ver una película entera sin despertarlo. —Explica Satoru acercándose a la mesita chica para agarrar una película— Así aprenderás a sacar energía maldita de forma constante sin importar lo que sientas. No puedes usar ni poca ni mucha.
Deian ve como Itadori agarra el peluche como si estuviera haciendo un mini berrinche, ve como el osito se mueve desesperado y luego se queda dormido, el chico suspira aliviado pero el osito vuelve a moverse desesperado e Itadori jadea algo asustado.
— Está programado para detectar tus bajos niveles actuales, —Explica mientras está inclinado al DVD abierta para poner un CD, agarra una película y la mira— Pero luego comenzará a pedirte más y más, así que no te confíes.
— Dudo poder relajarme con esta cosa. —Murmura Itadori algo derrotado haciendo que Deian ría leve— Uh... Deian-Sempai, ¿Cómo lo hiciste?
— ¿Uh? ¿Hacer qué? —Deian lo mira confuso.
— Hacer que el osito no te pegara... O poder controlar la energía maldita más rápido... —Dice Itadori mirando a Deian fijamente.
Deian parpadea varias veces y suspira rascando su cuello.
— Umh, Itadori...
— Deian no tuvo que pasar por eso. —Interrumpe Satoru salvando a su chico en responder— Controla la energía maldita de forma natural.
— ¡Woah! ¡Eso es increíble! —Halaga Itadori.
— Gracias... —Sonríe leve Deian.
— En fin, ¿Qué quieres ver? Te recomiendo esta. —Satoru los mira de reojo alzando una película— La protagonista es detestable, pero se muere al final.
— Ya me arruinaste el final. —Comenta amargado Itadori.
Deian sonríe leve mirando a Satoru, siempre que veían películas le gustaba que Satoru hablara de estas, le encantaba escucharlo relatar las cosas que le gustan a él.
— Ya sé, empecemos con una de acción. —Comenta Itadori sacando a Deian de su mente y además por el golpe que le da el oso en la cara al chico— ¡Diablos! —Lanza al peluche contra el suelo
— Aún enojado, mantén la energía constante. —Sugiere Satoru colocando la película viendo como Deian se acerca a él por su espalda.
Deian mira que Itadori este recibiendo una paliza por parte del oso para aprovechar y robarle un beso a Satoru de sorpresa.
Era tan inesperado aquella acción de su pareja que el albino no supo como reaccionar, solo al no sentir los labios de su pareja contra los suyos pudo escuchar su pequeña risita sabiendo el motivo de ello; Gojo Satoru estaba ligeramente ruborizado.
Y el rubor aumenta cuando lee los labios de Deian. Su chico no era de demostrar sus sentimientos tan constantemente y lo entendía, por ello cuando lo hacía lograba que el hechicero más poderoso se ruborizara como un adolescente enamorado. Y es que sí estaba enamorado del chico que apenas conoció hace un año atrás.
— Te amo... —Está vez escucho el Susurro de su pareja en su oído haciéndolo sonreír como bobo.
— Yo también... —Responde de vuelta y le roba un casto beso haciéndolo reír despacio avergonzado.
Pobre Itadori que no se dio cuenta de estas acciones por estar lidiando con el osito boxeador.