Luna Govedo
Ya eran las 11:30 y tenía casi todo listo. Al final me había decidido por una lasaña. El olor que inundaba el lugar era realmente delicioso. Termine de peinarme y fui a ver el móvil hasta que escuché el timbre.
Abrí la puerta y vi a Gavi, llevaba un conjunto que lo hacía ver muy atractivo.
- Pasa, siéntete cómodo - me hice a un lado para que pudiera pasar -
- Huele muy rico aquí - mencionó -
- Ojalá te guste lo que he preparado - dije mirándolo -
- Seguramente sí - respondió - Te ves muy linda con ese peinado - me dijo -
Me quede pegada y no sabia que decir. Gavi lo noto y soltó una risita.
-¿De que te ríes? - pregunté -
- No de nada - dijo burlándose y yo le di un leve golpe en el brazo -
Nos sentamos a comer y Gavi no paraba de decirme que la comida estaba deliciosa. Luego nos sentamos en el living.
- En verdad tus manos hacen magia - dijo nuevamente -
- Muchas gracias, Pablo - sonreí -
Gavi pilló unas revistas de cocina que estaban decorando el living.
- En tu vida has entrado a una cocina - dije
- Y tú en tu vida hasta tocado un balón de fútbol - añadió -
- Nunca me llamo la atención - dije y Gavi se puso la mano en el pecho haciéndose el ofendido -
- Que lástima que no tengo entrenamiento hoy
- ¿Por qué? - pregunte -
- Te llevará conmigo
- Estás loco, ni en cien vidas más iría a esas cosas
- Hagamos un trato - dijo y yo lo mire
- Te escucho
- Me enseñas a cocinar y a cambio te enseño el deporte - dijo
- Puedo enseñarte a cocinar sin ningún problema, pero no voy a aceptar que me enseñes fútbol - respondí -
- Pero por qué - dijo haciéndose el triste
- Que empeño el tuyo con que vaya a tus entrenamientos
- Quiero que me acompañes - dijo y yo lo mire sorprendida -
- Está bien, te enseñaré a cocinar y aceptaré que me enseñes el deporte
- Tenemos un trato entonces - dijo extendiendo su mano -
- Tenemos un trato - mencioné y estreche su mano con la mía
Eran las 2:00 y aún faltaba mucho para que Gavi tuviera que irse. Así que propuse jugar "Uno".
- Bien, empieza tú - Dije y Gavi lanzó su primera jugada -
Después de una partida muy reñida termine ganándole.
- ¡Bien! - celebre yo misma mi triunfo -
- Que tramposa eres
- No hice trampa y tú lo sabes - dije
- Ya da igual
- Te enfadas mucho - dije riendo y este me miro con esa cara de enfado que comúnmente tiene -
- Mejor veamos una película. Así no vas a enojarte - dije burlándome -
- Ya basta - dijo y yo solté una carcajada -
Terminamos viendo una de las tantas películas de rápidos y furiosos. Se hacía tarde y Gavi debía irse, no sin antes agradecerme por todo.
- Eres muy simpática, la pase muy bien - mencionó Gavi -
- También me divertí junto a ti, don enojon - dije y este soltó una risita -
Terminamos de despedirnos y yo me tumbe en el sofá terminando de ver la película.