¡Lo real está aquí!

By CamilaAnahiBarrios

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Hermione Granger, soltera sin compromiso, sentía una poderoso instintivo deseo de ser madre, pero su mejor am... More

Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Epílogo

Capítulo 1

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By CamilaAnahiBarrios

Puedes quedarte embarazada en cualquier momento, Hermione-la doctora levanto la vista de los resultados de las pruebas y sonrió-. Estas en perfecta salud, lista para la operación.

Hermione Jean Granger sintió un pequeño temblor de excitación.

_Se que examinan a los donantes, pero ¿cómo exactamente?

A cada donante se le hace pruebas para comprobar que no tenga enfermedades o cromosomas anormales, luego se los catologa según la característica físicas-dijo la doctora señalando los folletos y solicitudes que le había entregado-. Toda la información está ahí.

《Sí, claro》pensó Hermione,《y cuánto me va costar 》.cada intento le saldría una buena suma. Y necesitaba más de dos o tres, acabaría endeudada hasta las cejas.

_¿Estás segura de que quieres hacerlo, Hermione?

Hermione miró a Doris, que había sido su médico desde que tenía dieciocho años y sonrió.

_Ya lo creo.

Quería un niño, una casa llena de ellos. No sabía a qué se debía su impaciencia. Quizás era porque iba a cumplir treinta años en unos días, y los hombres casaderos no se amontonaban a su puerta. O tal vez porque toda su  amigas tenían niños, y sería la tía que consiente a todos ya no le bastaba.

En realidad era su trabajo nocturno, en la radio le impedía que pudiera conocer hombres. Ella dormía cuando la mayoría estaba despierto y trabajaba cuando la mayoría  estaba dormidos.

_Bien entoces cuando pidas cita con la especialista-dijo la doctora-,le enviaré tu historial. Ha tenido exelentes resultados en la mayoria de sus inseminaciones anterios.

_Espero que conmigo también-Hermione levantándose.

Se despidió y salió de consulta y caminó apresuradamente por pasillo, con la esperanza de salir del hospital antes de que Draco malfoy se diera cuenta de que estaba allí y se viera obligada a mentir. Porque no pretendía decírselo. Al menos hasta que estuviera embarazada. No entendería su decisión. Su mejor amigo desde hacía quince años tenía un auténtico problema con la idea de que hubiera hijos sin sus correspondientes padres. Y quedarse embarazada propósito sin marido lo sacaría de sus casillas. Al fin y al cabo, él había sido un niño sin padres, su madre murio cuando él era un bebé.

Cuando lo conoció se sentía avergonzado porque su padre lo habían abandonado, y lo ocultaba tras una fachada de tipo duro, que Hermione tuvo que resquebrajar con paciencia. Pero mereció la pena. Y aunque él superó todo aquello y lucho para salir adelante convirtiéndose en un gran médico, había visto como volvían los viejos fantasmas de Draco en la concerniente a la falta de una madre o padre. Especialmente cuándo él no quería tener hijos propios. Creería que con su decisión estaba evitando que la vida de un niño fuera dura, como la había sido la suya, e intentaría convencerla para que no lo hicira. Pero, por mucho que lo intentara nadie iba a hacer que cambiará de opinión. Ni siquiera su mejor amigo.

De pie en el control de enfermería, Draco anotaba algo en el informe mientras la enfermera esperaba.

_Vi a la señorita, Granger hace un momento, doctor Malfoy.

Draco levantó la cabeza. ¿Aquí?-miro por las puertas de cristal.

_No tiene consulta hasta dentro de treinta minutos. Puede que la alcancé.

Sonriendole agradecido, Draco le devolvió el pronostico y se dirigió hacia la puerta. Se preguntó por qué Hermione no se habría detenido para saludarle.

Corrió por el pasillo, viendo su cabeza castaña cerca de  los ascensores. Demonios que guapa estaba con aquel vestido de verano que se deslizaba por su cuerpo al andar. Aunque la había conocido desde que era un adolescente y nunca se atrevería a poner en peligro su amistad, no dejaba de ser un hombre. Si los compañeros de  equipo pudieran ver a la amiga a la que le hablaban de sus asuntos de corazón, comprobaría que aquella mujer tan sexy sería el sueño de cualquier hombre.

_Hola, Hermione, hoy estas que arrasas-le dijo seductoramente.

Hermione se tenso un segundo, al verse sorprendida, y luego se rió suavemente y se giró.

_No solo hoy, Malfoy, ¿pero qué sabrás tú?-respondió, introduciendo disimuladamente los folletos sobre inseminación en el bolso-. No te he visto desde hace dos semanas.

Draco le rodeó la cintura con el brazo y la condujo al pasillo.

_Lo sé, lo siento. Pero ya que te has dejado caer por aquí, ¿Por qué no viniste a verme?

_Sabes que no me gusta interrumpir en tu trabajo. Además no tengo tiempo-dijo consultando el reloj.

_¿Ni siquiera para una taza de café?-.  Preguntó Draco tiernamente.

Parecía tan abandonado, allí de pie junto a la sala de personal...Guapo como el demonio, pero solo. Su pelo rubio, los ojos grises y ese aura de peligro que todavía le rodeaba atraían a las mujeres como si fueran hormigas en un picnic.

_Lo siento no puedo.

Draco no sabía por qué lo rechazaba su invitación, pero tenía la sensación de que Hermione le estaba rehuyendo. Y eso no era propio de ella. Le contaba siempre todo.

_¿A dónde vas con tanta prisa cariño?

_Tengo cosas que hacer. Ir a recoger la ropa de la tontería, y tratar de dormir un poco antes de ir a trabajar.

_Capto la idea-hizo un gesto con la mano-la vida de una celebridad.

_No soy famosa, Draco.

_Parece que eres demasiado famosa para estar un rato con un viejo amigo.

Hermione suspiró, meneando la cabeza por su mirada de perrito abandonado.

_Anda, vamos, invitame un café-dijo tomándolo del brazo en dirección a la sala de personal.

Draco sonrió de oreja a oreja y le sostuvo la puerta a Hermione, oliendo su fragancia cuando paso al anterior. Luego se dirigió directamente a la maquina de café, sin reparar en las presencias de las jóvenes enfermeras que lo miraban como depredadoras.

Hermione noto que ellas le lenzaban una mirada especulativa, y estuvo a punto de sonreír. Que mujer no querría que la asociaran con un hombre guapo, pensó, tomando el vaso que le extendía Draco y sentadose en el sofá de  pie.

Draco se sentó junto a ella, y dejó el vaso a un lado, sin haber probado el café. Hermione le dio un sorbo e hizo una mueca.

_¡Uggg!Draco, esto está asqueroso.

_Lo sé-sonrió él ladinamente.

_¿Así que quieres enviarme a cuidados intensivos con un café no apto para seres humanos?

_No, solo te echaba de menos y pensé que la rutina de chico triste y solitario te tocaría la fibra sensible.

_Fieron más bien los quejidos.

_Yo no me quejo.

_Ves, ya estás haciéndolo otra vez.
Él se echo a reír, arrellanándose en el sillón y pasando el brazo por sus hombros, atrayéndola hacia él.

_Te he echado de menos, cariño.

Hermione lo miró. El flequillo le caía sobre una ceja y sus ojos grises parecían leerle el pensamiento. Por un momento casi lamento que fuera su mejor amigo. Por un momento. Luego, se dijo que todo era igual que siempre. Simplemente no había podido verse en las últimas dos semanas. Eso era todo.

Dejando aún lado sus pensamiento, comenzó a larzarle preguntas sobre su trabajo, a las que él respondió de buen agrado. Le encantaban los niños. Mencionaba a sus pacientes por el nombre y también hablaba de sus familias. Hermione lo miraba por ser uno de esos médicos que tienen un trato encantador con los pacientes.

El tiempo pasó, y cuando Hermione miró el reloj se puso en pie de un salto.

_Tengo que irme.

_Sí, yo también.

Draco se levantó, y tiró los vaso y salió com ella de la sala.

Estaban cerca del ascensor cuando oyeron que alguien llamaba a Draco. Miró hacia el pasillo y vieron a una mujer esbelta y bastante voluptuosa, vestida de rojo, dirigirse hacia Draco apresuradamente. Se saludaron, y él le beso la mejilla antes de presentarlas.

Hermione no pudo evitar concentrarse en la mirada perversa que le lanzó la rubia. Fría y calculadora, indicaba a todas luces que el territorio ya estaba ocupado. Hermione contuvo la tentación de advertirle que ninguna mujer podía enganchar a un hombre como Draco Malfoy, y mucho menos arrastrarlo hasta el altar. El hombre era un caso perdido en lo que a compromiso se refería.

_Ya me tengo que ir Draco-dijo Hermione y se apartó, comenzando a caminar por el pasillo.

Inmediatamente, Draco se excusó con la rubia y vino a su lado.

_¿Cena el próximo jueves? Me toca a mi comprar la comida china y los vídeos.

_Lo ha hecho tú las dos últimas veces, Draco. Estás tratando de compensarme por dejarme plantada para ir a salvar algún paciente-bromeó.

Cuando miró a su última novia, Hermione se preguntó si esta sabría encajar que aquella y Draco sean amigos íntimos desde la escuela. Lo dudaba.

_Ella es preciosa Draco. Creo que deberías dejar de mencionarme.

_No lo hago-negó, frunciendo el ceño. Al menos no mucho, pensó él.

_Sí, claro. En cuanto me presentaste, me dio una mirada de 《así que eres tú》.

_Se acostumbrará-aunque Draco se preguntó si alguna mujer entendería su amistad.

_Por tu bien eso espero.-soltó un suspiró-tengo que irme ahora, cariño.

La retuvo antes de que diera un paso.

_No me dijiste que estabas haciendo aquí.

_Mi revisión médica anual.

_¿Va todo bien?

_Perfectamente-dijo. 《Lista para quedarme embarazada》, añadió para su adentro. Solo le faltaba obtener el dinero necesario. Se metió en el ascensor y le dio el botón.

Draco le hizo un gesto con la mano a modo de despedida.

Mientras las puertas se cerraban observó cómo la otra mujer se le acercaba y lo tocaba con libertad, lo que denotaba que habían estado juntos. A pesar de que Draco no parecía estar muy pendiente de su última conquista, Hermione se sorprendió al sentir celos de ella. Cuando se cerraron las puertas, se derrumbó contra la pared preguntándose cuando habría cambiado sus sentimientos, sentimientos que amenazaban su larga amistad con Draco.

Un par de días más tardé, Hermione se arreglaba para salir con hombre y así olvidarse de lo ocurrido. Se estaba poniendo los pendintes cuando sono el timbre. Abrió la puerta esperando encontrar a su cita. Pero se encontró con Draco, vestido con un vaquero y una camiseta. Llevaba una bolsa de comida rápida en la mano.

Y ella tratando de poner distancia entre ellos...

_Vaya, vaya-dijo Draco con un silbido ronco al ver el vestido negro de seda ajustado, las medidas oscuras y los tacones-. Podrías para el tráfico con eso.

Ella sonrió. Sus cumplidos siempre le habían venido bien a su ego.

_Gracias, pero no llegas en muy buena hora-dijo, señalando a la bolsa.

_Eh, no pasa nada, sólo intenté y perdí. Así que, ¿Quién es el afortunado está noche?-entró y cerro la puerta. 

_Alexander wich.

Draco gruño y puso la bolsa en la mesa de la entrada.

_Cielos, Hermione, ¿Por qué él?-protestó, al pensar en la reputación que tenía ese tipo.

Hermione se detuvo y lo miró. Draco no entendía nada a veces.

_Veamos, es rico, guapo, tiene un buen trabajo. Es educado. Y...-jadeó dramáticamente-. Oh, me lo ha pedido.

Aunque que había planeado tener una familia por medios artificiales, Hermione no había renunciado a la posibilidad de que el señor apropiado estuviera por ahí fuera, de que pudiera aparecer en una cita. Prefería encontrarlo, enamorarse y quedarse embarazada a la vieja manera a ser inseminada en una aséptica clínica sola.

Draco sonrió gusonosamente, apoyándose en la  barandilla de las escaleras que conducían al piso de arriba.

_Y tienes prisa otra vez.

_Una circunstancia recurrente que trato de evitar-dijo ella, subiendo rápidamente por las escaleras.

Draco pudo ver el encaje de las medias, qus llegaban hasta el muslo, y sintió una punzada de deseó. Se quedó rígido por la sorpresa. Aquello era nuevo. Bueno más o menos. Hermione Jean Granger era su mejor amiga. Lo había sido durante casi quince años. Era la única persona que había penetrado su coraza cuando era un chico asustado y solitario, abandonado con su  abuelo Abraxas, no fue tan malo, pero siempre le falto algo. Ella fue la única que siguió siendo su amiga cuando ya había hecho que los demás se apartaran de él.  Incluso los chicos.

Desde luego siempre se había sentído atraído por Hermione. Un hombre tendría que estar ciego para no darse cuenta de lo guapa que era. Pero nunca había cruzado la línea. Ni una sola ves había intentado ligar enserio con ella. Ni siquiera cuando era dolescente y sus niveles de testosterona estaban por las nubes. Ahora era adulto, tenía el control de sus acciones y nunca arruinaría una amistad que había sobrevivido a los mejores y peores momentos de su vida. Trato de pensar en otra cosa, y atribuyó lo ocurrido a un día de trabajo.

Aun así, cuando ella bajo por las escaleras, con el pelo bien arreglado, un chal y un bolso de mano, su mirada se deslizó hasta sus piernas.

_Todavía tienes el par de piernas más increíbles del mundo mágico, Hermione.

Ella se detuvo, algo sorprendida por la manera sensual en que lo había dicho. Draco siempre le hacia este tipo de cumplidos, pero jamás cruzaba la línea hacia lo romántico.

_Vaya muchas gracias, cariño-murmuró, dirigiéndose al espejo de la entrada, y se atusó el pelo, que llevaba corto.

Draco recordó cuando le llegaba hasta la cintura y atraía la atención de la mitad su equipo de Quiddicht. Su estómago se encogió al ver como se agachaba y pasaba las manos por la media desde el tobillo hasta el muslo en un movimiento inocente, pero tan seductor que sintió el deseo de quitarselas.

_¿Bueno te parece que el modelito puede pasar?

Hermione dio una vuelta delante de él, y Draco se puso nervioso.

_Diablos, sí-carraspeó para aclararse la garganta-.¿A dónde van?

_Al anfiteatro que hay en el parque.

_《Genial》pensó Draco. En la oscuridad entre los árboles, Wich se lo pasaría de lindo con ella.

_Ten cuidado.

_Hermione fruncio el seño.

_No es mi primera cita con Alexander y si no hubiera estado tan ocupado, lo habrías sabido.

_Lo sé, lo sé. Lo siento. Bueno, al menos puedes tumbarlo si se sobrepasa.

_¿Sobrepasarse?-dijo divertida-. Anímate, hombre. Me recuerdas a mi padre.

_Tu padre no te dejaría salir con ese aspecto-masculló él. Decidió que necesitaba una distracción y rápida. Observó que había unas cortinas a medió colgar y una escalera a mano en la esquina-. ¿Estas redecorando?

_Caramba, eres tan listo. No me extrañas que seas médico.

Draco hizo una mueca.-Te podrías haber echado una mano.

_Dejé tres mensjaes-dijo ella, comprobando lo que llevaba en la cartera. Obviamente te la estabas pasando de grande con Lauren.

_Era Doris.

_¿Era?

_No funciono.

_¡Estabas con ella justo el otro día!

_Fue más o menos cuando las cosas se torcieron. Llegó un paciente despues de que te fueras, y se puso furiosa porque no tenía tiempo para ella.

_Es el precio de la popularidad, Doc. Y podría haber funcionado, pero nunca permites que la relación pase del primer par de semanas.

La miró acusadoramente.

_Sí que lo hago pero mi horario dificulta las cosas.

_¿Cuál fue el problema entonces?preguntó Hermione mientras se dirigía hacia la cocina. Él la siguió, con la vista clavada en la curva de su espalda desnuda que mostraba el vestido. Su piel parecía cálida y suave.

_¿Draco?

Draco apartó las fantasías de sus pensamientos y tomó la cerveza que ella le ofrecía.

_Ya te lo he dicho, no podía aceptar que tuviera que trabajar tanto.

Podría creerlo si todavía fueras un médico en prácticas, pero esa excusa ya es demasiado vieja, cariño-Hermione inclinó la cabeza y observó a Draco.

Cuando lo conoció era un chico problemático, un rebelde sin causa. Su aire escuro, sus ojos grises, habían atemorizado a todo el mundo. Excepto a ella. Solo ella había percibido la soledad y el miedo al rechazo que había tras su fachada. La amistad que se había forjado entre ellos había merecido siempre la pena, incluso cuando su padre intento que se alejara de él porque creía que Draco solo significaba problemas a punto de estallar. Pero no estallaron. Cuanto más le decían que no podía hacer algo, más trabajaba en él para demostrarle lo contrario. Estaba orgullosa de él y de su éxito.

_¿Sabes lo que pienso Draco?

_Sí supieran lo que piensan las mujeres, Hermione no estaría llorando con una cerveza en la mano.

Hermione solto una carcajada.

_El día que llores por una mujer, Draco será el día en que puedas convertir la paja en oro-dijo-. Creo que estas saliendo con mujeres a las que le gusta más un estatus social y tu éxito profesional que el hecho de que eres una increíble persona.

Él la miró de reojo.

_Quieres decir algo más, lo sé. Adelante.

_No creo que estés buscando algo serio, así que no tienes relaciones serías.

_Me gustaría casarme algún día.

Ella se echó a reír aún más duró, sin fijarse en su mirada ofendida, y pasó de largo hacia la ventana, para comprobar si Viktor ya había llegado.

_No quiero estar siempre solo, ¿sabes?

¿Solo? nunca. ¿Soltero? Por supuesto que sí, pensó Hermione.

_Sí eso es cierto, sal con mujeres serias. Desde mi punto de vista, tus elecciones casi garantizan el fracaso.

Draco dejo de arrancar la etiqueta de la botella y la miró a los ojos. Demonio que sexy era pensó, Hermione.

_Draco, cielos-dijo sentandose a su lado-, estas comprometido trabajo más que con cualquier otra cosa.

_No lo estoy.

_¿No? Hace casi dos años que has vuelto y te veo dos veces al mes, más o menos. ¿Y por qué dices que Lau... Doris te ha dejado?

Estaba cansada que cancelara una cita para ir al hospital admitió Draco. Además Doris había mencionado a Hermione un par de veces cuando discutía y Draco supuso que estaba celosa.

_Lo ves, si fuera una chica seguro lo entenderías, te apoyaría. El matrimonio es algo más que una comida casera o recoger la ropa de la tintorería, Draco señor, consumes mujeres como refrescos. Es asqueroso.

A él le dolió aquel comentario.

_Mira quién habla, ¿que pasó Tom?

_De eso tres meses-replicó-. Además, él pensaba que como soy una mujer linda y tierna pensó que podría salirse con la suya.

_¿Intentó hacerte algo?-dijo Draco con voz amenazadora.

_Ya lo creo. Pero le di su merecido.

El sonrió-Por supuesto que sí.

Se oyó el ruido de un motor aproximándose a la casa. Hermione se levantó y se quitó el pequeño chal que llevaba encima. Draco estuvo de atragantarse.

_¿Qué pasa es demasiado escotado?

Hermione se dirigió al espejo de la entrada y trató de verse el vestido, Draco se acercó por atrás. Cuando ella levantó la vista, vio que la observaba. El corazón le dio un vuelco. No la había mirado así desde la escuela.

_Draco me estas mirando como si quisieras quitarme las bragas.

Draco clavo la mirada en ella, y durante un momento permanecieron así, hasta que él se acercó aún más y le regaló una sonrisa que parecía casi melancólica.

_Siempre he querido hacerlo, cariño, pero eres demasiado buena para un hombre como yo.

_Un doctor, solvente, de buen ver... sí claro, eres todo un perdedor.

_Eso dice ahora, pero me gusta las ancas de rana y sé lo que opinas al respecto.

Tienes razón-dijo ella con repulsión-tendría que echarte a patadas en cuanto trajeras esa bazofia. Seamos amigos, ¿si?-dijo agarrando el bolso.

Amigos. Draco se preguntó por qué no le satisfaría eso como siempre le había hecho.

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