La niña de rizos dorados bajó del auto con ayuda de su hermano mayor, quién tomó su mano y con la otra le acomodó las pequeñas gafas oscuras redondas que llevaba para mantener sus ojos cubiertos del resto además de su bonito sombrero de ala ancha.
Tras tantos años fuera el representante de la unión soviética volvería a hacer presencia en los juegos olímpicos para ser la imagen de su nación tal como los demás países hacían, al inicio se había mostrado muy inseguro al respecto pero no podían vivir por siempre alejados en Siberia, así que decidió salir con su familia hasta Melbourne en territorio Australiano confiando en que sus numerosos hijos podrían mantener alejados a los demás, a pesar del cambio de apariencia del ex facista cuya esvástica había desaparecido dejando solo su tono carmesí algo más tenue y un círculo blanco en su rostro.
Afortunadamente a los países invitados se les dividía en palcos así que estaban alejados del resto desde el inicio, tenían cosas para comer y bebidas para aplacar el calor de Oceanía así que hasta el momento todo iba bastante bien, sobre todo para el de esmeraldas que observaba la inauguración con curiosidad recordando cuando su Berlín fue la sede en el 36.
—Papi tengo sed –Alemania llamó la atención del mencionado dándole leves toques frente a la mano ajena, durante sus años juntos se había criado con ciertas reglas entre las que destacaban no quitarse las gafas con él cerca o tocarlo sin aviso—.
—Aquí tengo té frío, puedes terminártelo –Con tranquilidad el mayor le tendió su vaso a la pequeña y con su diestra le acomodó un mechón de su hermoso cabello tras la oreja—.
A pesar de no tener la capacidad de demostrar todo lo que hacían los padres normales, se esforzaba por hacerla sentir escuchada y darle pequeñas muestras de afecto además de educarla con todo lo que sabía. Incluso había aprendido a cocinar para ella y como aprendió a tejer durante su auto confinamiento, le hizo un par de suéteres rojos.
A medida en que las competiciones del día avanzaban, quedaron solo ambos en el palco observando cómo sus conocidos acompañaban a sus humanos para recibir medallas por su esfuerzo, incluso algunos alemanes lo habían logrado pero no había nadie que los representara formalmente al estar divididos.
—Papi.. quiero ir al baño –La niña se removió incómoda tras tantos refrescos fríos que bebió, realmente era mucho líquido para su pequeño tamaño—.
—Debe haber algún baño cerca, ven –Acomodándose sus lentes y el velo que llevaba tomó la mano ajena y comenzó a caminar por el pasillo principal un poco transitado de humanos turistas—.
Revisaron con disimulo algunas puertas pero parecían ser solo otras salas de descanso o de almacenamiento, no podía creer que no hubiese un maldito baño cerca, la pequeña estaba incómoda así que tuvo que tomarla en brazos apta que cinco minutos después al fin encontró un baño de mujeres.
—Si necesitas algo me avisas –Dijo abriéndole la puerta metálica para luego cerrarla cuando esta entró así asintiendo rápido—.
Soltó un suspiro y como no había nadie cerca se quitó las gafas para frotarse un poco el rostro con su diestra, había sido un día entretenido pero el calor y el cambio horario lo hacían sentirse con sueño para esas horas de la tarde. Cuando regresaran al hotel iría directamente a dormir luego de poner en orden todo lo referente a su hija, nada del otro mundo más que su ropa para mañana y asearla antes de que duerma.
—De todos los basureros que existen, no pensé que te iba a encontrar aquí tan campante.. –Susurró una voz peligrosamente cerca, con tono de sorna y toque ronco dándole un aire siniestro que logró su cometido—.
Reich dejó de respirar unos segundos con los ojos congelados en el frente sin poder girar hacia la izquierda donde sentía esa presencia que tanto le causó pesadillas durante años, le tembló el cuerpo entero y su pecho se contrajo causándole el dolor de revivir su enorme pánico.
—¿Qué pasa, otra vez te vas a orinar en los pantalones mientras me pides perdón? –El anglosajón continuó burlándose del estado contrario inclinándose más en su dirección para olfatear su aroma a miedo en el más puro estado impidiéndole hacer algo– Veo que no quieres hablar.. o tal vez ya se te olvidó, te voy a ayudar a refrescar un poco la memoria de cómo se hace.
Su cuerpo no respondía a los gritos de su mente y solo se dejó empujar dentro del baño por el castaño que comenzó a remangar su camina con una sonrisa afilada en su rostro, aunque el sonido de una puerta abriéndose a su lado lo hizo fruncir el ceño por la interrupción.
—Ya terminé –Alemania sonrío mirando al carmesí sin notar la situación, ni siquiera había oído nada de lo de afuera así que solo pensaba que habían entrado a ver ya estaba lista— ¿Papi?
—No creí que los mocosos del comunista tuviesen la suficiente confianza como para llamar así a la perra de la casa. –Debido a la gran diferencia de altura y al sombrero de la niña no notó que poseía rasgos germánicos—.
La rubia frunció el ceño desconfiada ante las palabras que estaba diciendo ese señor desconocido así que se acercó al europeo como le había dicho su papá que debía hacer si había gente extraña cerca.
—Que grosero, su mamá debería castigarlo sin cereal por decir esas palabrotas señor. –Le respondió ella en tono disgustado de pie frente a su progenitor cercano que estaba respirando raro, por suerte era muy valiente según sus hermanos—.
—Pff, la pequeña cosa comunista intentando ladrarle de igual a los grandes lobos –La situación ahora no era más que un chiste para América que se encorvó colocando dos dedos sobre la frente de la menor para luego empujarla con estos mismos haciéndola quejarse y que se le resbalan las gafas extrañas que tenía—.
La tricolor frunció más el ceño frotándose la frente y levantó su mirada expuesta con algo de resentimiento, podía ser apenas una niña de seis años pero tenía todo el carácter germano en su alma.
—¡Mi papá me dijo que nadie debe tocarme, señor feo y malo! –Le gritó señalándolo en lo que retrocedía unos pasos apegándose al rubio que tenía la mirada clavada en el suelo—.
Ahora fue el de franjas rojas quién frunció el ceño cuando vio ese par de ojos tan vibrantes de enojo, ese color tan específico y poco común que tenían, no le costó nada hacer las conexiones.
—Tú.. sucia cucaracha, ¡¿Cuándo planeabas abrir la boca eh?! –Vociferó en dirección al ex fascista que por instinto se cubrió los oídos dejándose caer al suelo teniendo un ataque de ansiedad—.
El griterío logró asustar a la de rizos cuyos ojos se aguaron debido a que después de todo era una niña, su labio tembló y en encogió como un cachorro aterrado ante la amenaza desconocida.
—El maldito comunista se estuvo guardando bien el mugroso secreto estos años, pero esta mocosa me pertenece después de todo, despídete porque ahora va a ser mi nueva marioneta. –Su mano enguantada de cuero se estiró hasta tomar el brazo izquierdo de la infante que comenzó ya a gritar aterrada intentando aferrarse a su única figura segura en ese momento—.
A pesar del profundo miedo que tenía, los instintos del alemán eran reflejos en su subconsciente, pues apenas sintió que el cuerpecito de su hija se alejaba de su lado sus manos sujetaron inmediatamente el brazo ajeno clavándole las uñas cual animal hasta que fue soltada.
—¡Papi, papi tengo miedo! –Lloriqueó Alemania con el rostro enrojecido y lleno de lágrimas de puro susto, aferrándose al mencionado que se aseguró se esconderla contra su pecho retrocediendo todo lo que podía del americano—.
—Tus... tus sucias manos no.. son dignas de tocarla. –Habló en tono rasposo el antiguo dictador aparentando sus dientes afilados, al final había podido levantar vista y sostenerle la mirada a esos infernales ojos azules—.
No eran los de su hija, no se parecían en nada, ella tenía la bondad silvestre en ellos.. no había ningún demonio tras los suyos, no eran los ojos de un asesino.
—¡No le vuelvas a poner un dedo encima, pedazo de mierda! –Finalmente el de ausente esvástica sacó la fuerza de mostrar sus afilados dientes y tomar una posición amenazante ante el individuo que más había hecho un infierno su existencia entera—.
Desde afuera los gritos podían escucharse esta vez de ambos peleando y un niña llorando aterrada escondida bajo los lavabos abrazándose a sí misma, desde luego llegando a atraer la atención de quienes pasaban oportunamente.
—¡¿Eh, qué sucede aquí?! –Suecia gritó abriendo de un portazo para sorprenderse de ver al capitalista tomando del cuello al se supone difunto facista que intentaba meterle los dedos al ojo derecho, pero más aún que había una bolita rosa llorando—.
Inmediatamente el nórdico tomó los brazos del americano para así alejarlo del otro que fue sujeto por Turquía que también miraba todo estupefacto.
—Hey, hey nenita, ¿Estás bien? –El Albano se acercó a la pequeña rubia y le dio un par de toques en el hombro, no tenía idea de qué hacía una niña tan pequeña sola en los baños pero seguro habría un problema con los humanos—.
—Quiero a mi papá.. –Lloriqueó la tricolor levantando su carita empapada en lágrimas de sus brazos cruzados, dejando ver sus colores y ojos tan llamativos—.
• • •
Rusia llegó corriendo hasta la oficina principal seguido de Ucrania tras él, estaban tan preocupados que ni siquiera se molestaron el tocar antes y solo abrieron la puerta quedando a la vista de otros individuos que parecían estar en medio de una acalorada discusión.
—¡Russisch! –Inmediatamente la menor se soltó de los brazos de Albania para correr a donde su hermano mayor que no dudó en alzarla y cubrirle la cabeza con una mano al ver al de estrellas allí aunque fuese ya un poco tarde—.
—..¿Qué fue lo que pasó? –El heredero soviético tragó en seco antes de hablar en lo que el otro cerraba la puerta mordiéndose los labios por lo delicado de la situación cuando llegase el de hoz y martillo—.
Aunque antes de que alguien más pudiese abrir la boca Alemania se adelantó abrazándose con fuerza a su cuello, había estado muy asustada rodeada de desconocidos porque se habían llevado al germano a otro lado cuando los sacaron del baño más personas vestidas igual.
—Ese hombre malo dijo cosas feas y le hizo daño a papi, me quería llevar con él –Su voz infantil volvió a aguarse y sus ojos acumularon algunas lágrimas, a lo que el mayor la abrazó más contra su pecho frunciendo el ceño a los demás—.
—Suecia, Turquía y Albania intervinieron una pelea en el baño de mujeres que resultó ser protagonizada por nadie menos que América y Dritte Reich que se supone, estaba muerto según URSS, además de estar ésta niña en la escena. –La organización de piel celeste leyó los papeles que había estado haciendo para el informe, su rostro era serio tanto como la situación en la que ahora estaban metidos en pleno apogeo Olímpico—.
—La mocosa es de mi propiedad, así que dejen de hacerme perder el tiempo y dénmela. –América hizo un sonido de fastidio y amago de levantarse por lo que los anteriores tres mencionados se tensaron aún sin saber qué pasaba—.
—Quieto ahí América, no veo porqué tú tendrías en tu poder a una representación no declarada. –La mirada inquisitiva pasó del mencionado a la menor aferrada al ruso con quién parecía tener una relación cercana aún no definida del todo—.
—Argh, porque yo la hice, joder qué más puta información quieren. –Tronó los dientes con molestia de que preguntaran tanto, porque obviamente no les iba a decir qué hizo exactamente para que la mocosa estuviese pisando la tierra en ese momento—.
Pasó más rato en conversaciones contradictorias que llevaban al mismo lugar hasta que la puerta volvió a abrirse dejando ver al eslavo mayor con el de esmeraldas en brazos, al parecer había ido primero a sacarlo de donde los guardias lo retenían ya que desde luego aún era considerado una amenaza a la humanidad.
—Quiero un puta explicación. –Habló entre dientes con notable enojo, entre sus brazos estaba su pareja con el rostro golpeado y cubierto por su propia gabardina para que no fuese visto por alguien más en el camino—.
—Soy yo quién debería decir eso, URSS, más que nada porque tienes en tu poder a un criminal de guerra que tú mismo reportaste como muerto luego llevártelo. –ONU se acomodó en su silla y levantó la carpeta de documentos oficiales con el tema de hace casi siete años—.
. . .
Tuvieron que sacar a los menores en compañía del europeo del lugar luego de que la rubia abrazara al escarlata y le dijera entre lágrimas angustiadas lo que pasó hasta que fue tranquilizada por este que le dijo que debía resolver eso antes de que se fuesen a casa prometiéndole que todo estaba bien, entonces los implicados en el tema se sentaron para resolver el asunto incluyendo a los otros tres para ayudar por si se descontrolaban de nuevo.
—Ahora, quiero una explicación de porqué mentiste acerca del estado de Dritte Reich tras sacarlo sin permiso de la base Aliada. –El de piel celeste tomó su bolígrafo para escribir a la par en que el otro hablase, pero no se esperaba lo que iba a oír—.
—..Solo estaba yendo a burlarme un poco de Reich ese día porque acabó perdiendo luego de traicionarme, ¿Pero quieres saber qué mierda fue lo que encontré en esa celda? –Sus ojos hielo se hicieron glaciales de la rabia que sentía de recordar todo eso, le dio un golpe con el puño a la mesa demostrando aún más la rabia que sentía– Este bastardo desgraciado de mierda lo había torturado hasta romperle una pierna y no contento con eso.. lo violó durante esos tres putos meses que lo tuvieron encerrado como a un animal, así que me dio la maldita gana de llevármelo porque de no ser por mi gente jamás le hubiesen ganado.
El lugar se quedó totalmente en silencio, incluso los otros dos veteranos se quedaron pasmados en la entrada.
—Ay por favor, ¿De verdad le van a creer a este comunista mentiroso?, todo lo que sale de su boca son mentiras para degradarme –El de orbes azules apretó la mandíbula tratando de mantener la apariencia, pero con el otro ahí era más complicado salir impune llevándose a esa niña que también tenía su genética visiblemente—.
—Si estoy mintiendo, ¿Entonces porqué Alemania tiene tus malditos ojos?, no voy a dejar que te vuelvas a acercar en tu puta vida a ella o siquiera a Reich, porque juro que te voy a matar. –Intentó levantarse para tomarlo del cuello pero fue retenido por las manos de Albania y Suecia sobre sus hombros para que no se moviera de su silla—.
—....Esa.. es una acusación muy grave URSS, dices tener pruebas pero cualquiera podría tener ojos azules y además esa niña estaba usando gafas oscuras todo el tiempo así que no hemos podido verlos –ONU había soltado su bolígrafo rato atrás debido a lo descolocante que fue oír la versión del eslavo pues no había reporte alguno de los métodos que se usaron para conseguir que el fascista confesara sobre los planos de sus armas encontradas—.
—Ella tiene que usarlas... A raíz de lo que pasó Reich ha desarrollado un trauma muy grande a que lo toquen sin aviso o a ver ese color de ojos, así que desde que ella nació tuve que mantenerla relativamente separada y luego enseñarle a que debía llevar siempre las gafas cuando no estuviesemos solos con sus hermanos.. –Los puños del más alto continuaban apretado con fuerza, por lo menos había visto que ambos rubios más allá del susto y un par de golpes estaban bien—.
—Por como hablas parece más que fuese hija tuya y se la quieres atribuir a América –Francia rompió su silencio algo tenso, si esa información resultaba ser cierta y llegaba a la luz iba a ser un gran escándalo por diversos motivos siendo el más resaltante que dejaron vivir al nazi—.
—Nunca dejaría que Alemania tuviese más contacto con este maldito enfermo, yo la crié desde que nació y Reich casi muere desagrado, yo la alimenté y fui quien le enseñó a caminar antes de que pudiese balbucear alguna palabra clara. –URSS miró a la organización con seriedad, se iban a ir esa misma tarde directo a su territorio y aumentaría la seguridad en las fronteras– Así que si es mi hija y no voy a dejar que ni ella o Reich sean alejados de mi protección.
—Bueno.. no podemos dejarlo simplemente en la palabra de ambos, la pequeña en cuestión tiene que ser revisada por OMS para confirmar su procedencia además de la serie de asuntos legales ya que he oído que es una representación con bandera –El británico trató de ser neutral en el asunto que ahora involucraba a una niña de la que apenas se venía a enterar y al parecer existía a causa de un ataque sexual al antiguo dictador– Lo mejor será que vayamos a territorio suizo para tratar el tema sin interferir con los juegos de Australia.
━━━━━ • ⸙ • ━━━━━
Sin más opción al día siguiente estaban en Suiza con este hablando con la organización de paz de le explicaba rápidamente un resumen de su presencia en las instalaciones, mientras tanto la de largos rizos dorados estaba en brazos del alemán que se negaba a soltarla teniendo tan cerca a los Anglofranceses, pero se sentía más seguro estando al lado del de hoz y martillo que se mantenía junto a él.
Los otros eslavos habían tenido que quedarse en sus territorios respectivos ya que con tres bastaba para la situación delicada, así que la pequeña de bonito vestido rosa estaba algo aburrida de no poder jugar con sus hermanos pero se distraía viendo el jardín desde los brazos de su papi.
Incluso le habían permitido andar ya sin las gafas oscuras así que los colores vibrantes de las flores le parecían hermosos, a pesar de que no quería estar cerca de aquél hombre de franjas rojas al que ya percibía como una persona mala de la que debía estar alejada.
—Hola dulzura, ¿Me puedes decir cuál es tu nombre? –El de cruz blanca se acercó a una distancia prudente de ambos germanos agachándose un poco ya que el de esmeraldas era algo bajo—.
—...Mi nombre es Alemania y tengo seis años.. –Respondió esta un poco distante luego de ver a su papá y que este le asintiera que podía dar sus datos—.
—Si se parecen mucho, incluso si no tuviera el color de ojos –El anglosajón mayor dijo en voz baja para la organización que torció lo labios ante el gran problema en lo que el americano viraba los ojos fastidiado de perder el tiempo– Eres un completo imbécil, América.
—Púdrete, que ni siquiera te quejaste cuando tenías los planos en manos. –Escupió el castaño con los brazos cruzados, debió haber matado al de ausente esvástica luego de terminar de divertirse y obtener lo que necesitaba para acabar con el japonés—.
—¡Pero ahora es diferente, imbécil!, le acabas de causar un trauma a una niñita que de por si ya lidiaba con mucho también por tu culpa –Teniendo el coraje y el estrés alto ante lo insensible que podía llegar a ser el otro le gritó pero luego bajó la voz ya que al parecer la menor no tenía idea de lo demás– Y te recuerdo que además no es cualquier niña, es tu hija genética.
—Argh mucha mierda por una puta trágica y una mocosa bastarda, ya me da igual, quédensela que igual la mayor parte del territorio es mía. –Detestaba ceder cosas pero le jodía aún más estar aguantando charlas aburridas sobre moral—.
—América si te vas te voy a sancionar. –El de emblema quiso detenerlo con la seriedad de su voz pero fue totalmente ignorado frente al resto—.
—¿Sancionarme?, si soy yo quien te financia, pedazo de inútil –El de estrellas blancas le respondió sin voltear, mostrándole el dedo de en medio de su diestra mientras se alejaba fastidiado—.
Al resto no le quedó más que jugar en lo que la pareja germanosoviética se miraba cubriéndole los oídos a la tricolor que estaba comiendo Zefir de una bolsita de papel que había estado cargando desde que habían pasado antes por territorio bielorruso para hacer escala.
—¿Papi, ya no va a volver el hombre malo que te pegó?.. –Su vocecita mirando a los de piel roja fue lo que cortó el silencio incómodo entre los presentes que se quedó pensativo—.
—..........No pequeña Alemania, ya no se va a acercar a ti –Para sorpresa del resto, ONU suspiró respondiendo en lo que se tocaba la frente con una mano para controlar su estrés, siendo aún una infante esta no podría tomar control del lado soviético del territorio alemán así que no tenía caso exponerla– Pueden volver a su territorio, ya luego me encargaré de esto.
Se miró nerviosa al espejo revisando que su ropa siguiese impecablemente planchada a pesar de que ya se había cerciorado de ello otras siete veces antes, pero no podía evitar ser tan perfeccionista.
Hoy era la primera vez que se presentaría al mundo como una nación reunificada tras la larga guerra fría y no podía evitar su presión por hacer bien todo lo que había repasado mentalmente ese mes, incluso Rusia la había ayudado a peinar su cabello en dos trenzas que se ataban como una corona y se sentía bonita, pero no bastaba verse bonita para el público.
—Deutschland ya deja de dar vueltas como un trompo, siéntate y respira antes de que te ate a la silla –Reich entró a la habitación con un traje formal de tipo militar pero sin insignia alguna, aunque se suponía que él no saldría del edificio por razones obvias– No me mires así, fue idea de Sowjet..
La menor jugó con sus manos ansiosa, de hecho fue ella quien le había pedido al de hoz y martillo que lo convenciera de sacarse una foto juntos esa mañana, aunque pensó que sería algo menos formal pero si estaba ahí entonces la complacida.
—Deja de quejarte, tú mismo escogiste el traje cuando te dije –El de parche sonrió de lado con burla, debido al deterioro y posterior disolución de la Unión había perdido la visión en su ojo derecho y tenía algunas grietas por las que debía usar bastón pero no era nada del otro mundo para él– Rusia prepara la cámara en lugar de seguir comiendo tartas.
—Sabes que no desayuné –Bufó el tricolor eslavo virando los ojos terminando de masticar para alzar la cámara instantánea en dirección a los otros tres que se acomodaron dejando a la de rizos en medio con una sonrisa amplia– Luego nos van a tomar la foto ustedes, yo también quiero estar en la pared.
—Entonces te vamos a colgar como un adorno –Dijo burlón el de esmeraldas luego de que el flash lo hubiese dejado viendo manchas blancas al parpadear– Límpiate las migas de la cara antes de que cambie de opinión.
Rusia se apresuró a sacudir su traje antes de colocarse junto a la germana que abrazó levantando algunos centímetros del aire, saliendo ambos riéndose por ello, realmente habían criado como un par inseparable de hermanos.
Tras un par de risas y comentarios más tuvieron que despedir a la de ojos azules que se fue un poco menos nerviosa con el Soviético gracias a su familia que se quedó en la oficina mirando a través de la ventana ya que ninguno de los otros dos tenían que ver ahí, así que Alemania caminó de la mano de su padre para evitar caer por los tacones que llevaba puestos.
—Ya sabes lo que tienes que decir, si se te olvida o tienes miedo solo baja la mirada a los documentos y leelos tranquila –Le dijo URSS cuando faltaba solo girar un pasillo más para llegar a la entrada llena de cámaras de la prensa y multitud de alemanes reunidos hace poco– Lo harás bien, estoy orgulloso de ti, hija.
La más baja hizo un puchero y respiró profundamente para no ponerse a llorar mientras le daba un abrazo de oso, había crecido muy consentida y por eso era tan apegada sobre todo al azabache que le estaba dando palmaditas en la espalda.
Al finalmente salir se bañó en confianza ante toda esa gente, caminando hacia el estrado colocándose tras el podio donde su bandera estaba colgada justo en el centro teniendo a la izquierda la de su padre y a la derecha la de aquél hombre cuya verdad ya sabía desde hace algún tiempo, así que no le estrechó la mano y solo lo barrió con la mirada disimuladamente pero haciendo que este notara su obvio desprecio a su presencia.
Su discurso aunque fue corto fue muy claro respecto a la posición neutral que ahora tomaba, logrando complacer a su población como realmente solo le importaba, así que sonrió para las cámaras y saludó a los humanos importantes con los que debía entablar relaciones políticas desde ese día.
Con una sonrisa tranquila desde la ventana el rubio observó todo, complacido con lo que se había convertido su hija, ambos ya sin temor de aquél que había causado tres guerras más desde entonces. Pero mientras su familia estuviese bien entonces el resto no tenía importancia.
—Es tan inteligente como tú, tiene toda la madera de diplomática –URSS se posicionó a su lado, había decidido darle su espacio de desenvolverse a la joven así podría pasar un rato con el germano al que abrazó por lo hombros—.
—Al menos sé que ella no va a causar un guerra, aunque es algo testaruda cuando quiere algo.. pero le irá bien, ONU la a asesorado mucho –Dritte suspiró tranquilo apoyando su cabeza en el pecho ajeno con comodidad, en esas décadas había recibido terapia de OMS y se sentía más cómodo con el contacto físico del eslavo– Gracias Sowjet, si no hubieses sido benevolente en esa celda, ninguno de los dos estaría aquí hoy...
—Nadie merece pasar por una mierda así, además... Incluso después de que me mandaste esa foto rompiendo el tratado, yo seguía enamorado de ti. –Le murmuró virando el ojo con una sonrisa ligera, pasando la nariz por la mejilla del menor para que así este levantase más la cabeza y lograra besarlo profundamente durante un rato sin mayor prisa—.
T H E E N D.