ÁUREOS ✔

By abxmraki_

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ÁUREOS ━━ Áureos siempre fue una ciudad tranquila, escondida entre el cielo que se encargaba de que los human... More

golden angels ──── ÁUREOS
────﹝ my guardian angel ﹞
────﹝ angel and devil ﹞
────﹝ awards hall ﹞
one ──── the aureos
two ──── city in the sky
three ──── surprise for ezer
four ──── strange choice
five ──── dark aureo
six ──── mount fosco
seven ──── the chosen
eight ──── creature without information
nine ──── polluted world
ten ──── new history
eleven ──── the shepherd
twelve ──── start of preparation
thirteen ──── first classes
fourteen ──── possible creature
fifteen ──── new threat
sixteen ──── demons vs angels
seventeen ──── one night for both
eighteen ──── look out
nineteen ──── the big crash
twenty ──── charm of a demon
twenty one ──── wounded woman
twenty two ──── secrets of angels
twenty three ──── two giants
twenty four ──── ava's strangeness
twenty five ──── a threat
twenty six ──── movie day
twenty seven ──── aureo's weakness
twenty eight ──── she knows
twenty nine ──── between snows
thirty ──── demons
thirty one ──── nirelle's mistake
thirty two ──── wounded angel
thirty three ──── fight between siblings
thirty four ──── visit of the dark
thirty six ──── the revelation
thirty seven ──── returning to Áureos
thirty eight ──── Ava's dream
thirty nine ──── darkness won
forty ──── darkened soul
forty one ──── angel torture
forty two ──── after the tragedy
forty three ──── the lost twin
forty four ──── new problem
forty five ──── the openings of the aureas
forty six ──── the loss of the human
forty seven ──── the rest of aureos
forty eight ──── dark tunnel
forty nine ──── hidden creatures
fifty ──── between the skies
epilogue ──── aged human
read me ♥

thirty five ──── the end of a light

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By abxmraki_





─────────── CHAPTER THIRTY FIVE,

THE END OF A LIGHT  ───────────



Nirelle se acercó junto a una temerosa Raisa que trataba de no pisar las cenizas. Sahily y Zadkiel se separaron, tratando de mantener una distancia considerada.

──── Vamos a tirarte ──── Zadkiel le dijo a la chica, viéndola corta distancia ──── Los áureos te atraparan.

Los ojos de Raisa se expandieron, negando ante esa idea ──── ¡No lo haré! Ni siquiera sé si van a atraparme.

──── Lo harán, confía en ellos ──── pidió Sahily, viendo a sus hermanos que estaban peleándose entre sí ──── Debes de apagar ese fuego o no podremos salir de aquí. Eres la única que puede bajar, por favor.

Raisa observó a los dos áureos abajo que parecían discutir. Ella asintió, queriendo ayudarlos y no seguir siendo la carga de cuidar a la criatura.

──── ¡Atrapen a Raisa! ──── Nirelle gritó, rompiendo los pedazos de cristales que aún seguían en la ventana.

La chica se puso en el marco, tragando saliva por la gran distancia. Sin querer arrepentirse, saltó por el hueco, dejando salir un grito.

──── Ahora es tu turno ──── Sahily le indicó a la áurea, señalando la ventana con su cabeza ──── Raisa apagara el fuego y detengan a los demonios.

──── ¿Segura? ──── titubeó al notar la sangre escurriéndose por los brazos de Zadkiel ──── Puedo seguir ayudándolos.

──── Lo harás, detenlos en la puerta principal ──── dijo la áurea. Volvió a sacar su espada, notando las nuevas sombras moverse por todas las paredes ──── Vete, lo controlaremos.

Nirelle asintió, saltando con agilidad por la ventana. Zadkiel tronó su cuello, preparándose para un nuevo enfrentamiento contra lo que eran su especie.

──── ¿Quieres una competencia? ──── Sahily le preguntó, creando una sonrisa de lado.

Él la replicó, sus ojos oscuros llenándose de emoción ──── Pensé que nunca me preguntarías eso.

Sahily tiró un cuchillo, pasando a varios centímetros del áureo y dio justo en el pecho del demonio que iba a atacarlo. Zadkiel sonrió, sintiendo el revoloteo de felicidad en su pecho.

──── El ganador tendrá que invitar la próxima cena, solo para los dos ──── ella murmuró.

──── Me parece justo ──── asintió, sacando dos largas espaldas del mismo tamaño que sus brazos ──── Tendrás que gastar tu dinero por esta noche, mi amor.

Sahily solo río, tomando el primer paso adelante. Pasó la espada entre sus dedos, dirigiéndose a los demonios con Zadkiel atrás.

Los áureos pelearon por varios minutos, acabando con todos esos seres de oscuridad que estaban detrás de ellos, queriendo acabarlos para alcanzar a la criatura.

Zadkiel golpeó a tantos como pudo, tirándolos por la ventana con facilidad y estrelló sus puños repetidamente veces en los rostros de los demonios. Mantuvo su distancia de Sahily, observando como su áurea se desenvolvía con facilidad, acabándolos.

La espada del áureo se enterró en el pecho de la última mujer, acabándola. Sacudió sus manos, limpiándose con una servilleta que seguía intacta.

──── ¿Dónde está el pastel? ──── Zadkiel cuestionó, arreglando su chaqueta ──── ¿Lo terminaron?

Sahily se acercó al horno, sacándolo. Agarró un cuchillo y tenedor, partiendo un pedazo para darle al áureo directamente a su boca.

──── ¿Cómo quedó? ──── ella preguntó, agarrando un pedazo para sí misma ──── Ha quedado bien ¿no?

──── Solo un poco más de relleno de chocolate ──── propuso Zadkiel, agarrando otro trozo ──── ¿Le echaron chocolate en polvo?

──── Es el favorito de Lexie ──── informó, guardando la última porción para Raisa ──── ¿Te sientes bien? ¿Te hirieron?

Él negó, acercándose. Puso sus manos en la cintura de Sahily, sonriéndole ──── Estoy muy bien ──── respondió en voz baja ──── Parece que me debes una cena.

──── Puedes asegurar que será una buena noche ──── le prometió.

Sahily colocó sus manos en las mejillas del áureo, atrayéndolo. Junto sus labios, sintiéndose mejor después de haber enfrentado a todos esos seres oscuros que solo la estaban haciendo enojar.

Los dos áureos se reunieron con el resto, ya limpios y mejor arreglados a cómo quedaron. No necesitaban que los vecinos los encontrara con esa apariencia llena de sangre seca y rasguños por todo el cuerpo.

──── Oh, bien, pudieron salir ──── dijo Raisa, abrazando a Sahily con preocupación.

La áurea sonrió, dándole unas suaves palmaditas en su espalda ──── Se necesita más que eso para que me derroten.

──── ¿Mataron a todos? ──── interrogó Ezer, cruzándose de brazos ──── Nosotros matamos a unos cuántos en la puerta.

──── Solo quedaron las cenizas ──── respondió Zadkiel, imitando su gesto ──── Supongo que se encargaran de limpiar.

Ithiel asintió solo una vez, apenas atrayéndolo ──── Lo haremos. Dejaremos la casa como nueva antes de que la familia llegue. Pueden ir a descansar.

Zadkiel asintió, agarrando las llaves que Ezer le extendió. Agarró el brazo de Sahily, instándola a caminar para que dejara de observar a Ithiel.

El áureo ni siquiera la miraba, sus ojos grises estaban puestos en Nirelle, fue muy evidente por quién se preocupaba más. Su áurea no había podido darse cuenta por qué nunca creería en que su hermano podría llegar a enamorarse sin decírselo.

Pero lo hizo

──── ¿Quieres intentar hacer de nuevo el pastel? ──── Sahily le preguntó a la chica, tratando de ayudarla a alejar ese remolino de sentimientos ──── Está vez quedó muy bien, solo falto un poco más de relleno.

Los ojos de Raisa se alzaron, mostrando el miedo ──── ¿Así será todo el tiempo? ──── ella cuestionó, callando a los áureos ──── Yo no puedo vivir de esta forma. No quiero huir siempre de esos demonios, pero tampoco quiero morir.

Sahily compartió una mirada rápida con Zadkiel antes de acercarse a Raisa. Pasó su brazo por encima de los hombros de la chica, sintiendo su rigidez.

──── Estarás bien ──── ella dijo en voz baja, haciendo uso de su don para persuadirla ──── Cuándo tus alas salgan, podrás vencerlos y ellos serán los que huirán de ti.

──── Pero no siento nada ──── Raisa murmuró, bajando la mirada a sus temblorosas manos ──── Ni siquiera tengo aberturas. Creo que... se equivocaron al buscarme y deben dejarme vivir tranquila.

──── Nada volverá a ser igual, Raisa ──── le aseguró Sahily ──── Tú única opción es aceptarlo.

Ella mordió su labio por unos segundos, pensando sobre todas las posibilidades ──── ¿Qué pasa si no lo hago?

──── Entonces serás capturada por los demonios y créeme, no querrás pasar el resto de tu vida ahí abajo ──── Zadkiel habló con dureza ──── No es tan bonito como muchas series lo ponen.

Raisa frunció sus cejas, preguntando ──── ¿Has estado ahí?

──── Muchas veces. Intenté buscar al demonio que es mi padre, pero nunca llegué tan lejos ──── respondió, encogiéndose de hombros ──── Nunca quiso verme y cierta áurea siempre me encontraba hasta que me encerró en Monte Fosco por unos cuántos años.

Sahily tuvo que ocultar la sonrisa que creció en su rostro al recordar esos momentos. Siempre mantuvo su mirada en Zadkiel, incluso en los momentos menos importantes y así fue cómo supo que estaba buscando a su padre.

Los demonios podían llegar a corromper el alma de sus hijos y Sahily lo evitó incontables veces. Quiso que Zadkiel se mantuviera puro, tal como lo encontró.

──── Sé que sientes que todo va mal, pero es todo lo contrario ──── Sahily dijo ──── Llegar a la meta nunca es fácil y por eso estamos aquí. Cuando tus alas salgan, verás que todo el mundo será distinto, más hermoso y te dirás a ti misma que sí valió cada segundo de pelea.

──── Espero que sea así ──── musitó la chica en voz baja ──── Intentemos el pastel de nuevo. Quiero sorprender a Lexie.

──── Sé que lo harás ──── murmuró el áureo en voz baja ──── Ahora, vamos a dar una vuelta, las invito a comer helado.

Sahily sonrió, poniéndose a su lado ──── Raisa tendrá el derecho de elegir el cono de oreos, es muy delicioso ──── canturreó la áurea, entrelazando su brazo con la chica ──── Y todos los extras, especialmente las galletas.

──── Bien, solo por esta vez ──── Zadkiel aceptó, sabiendo que no podría negarse a esa áurea de cabello rubio ──── Yo también quiero uno igual.

──── Los tres podremos tenerlo ──── sonrió Raisa, sintiéndose mejor al verlos.

Con esos áureos estaría a salvo, incluso todas aquellas personas que amaba.



──── Feliz cumpleaños ──── Sahily dijo, abrazando a la chica de tez morena que estaba más sonriente de lo normal ──── Es el día especial.

──── ¡Lo sé, estoy emocionada! ──── chilló, intentando calmarse a sí misma de no saltar.

Zadkiel pasó su brazo por los hombros de la áurea, sonriendo ──── Felicidades. Hoy te ves más joven.

──── ¿En serio? Ayer me hice una mascarilla facial ──── contó, intentando verse a través del reflejo del casillero ──── Si funciona.

──── Entonces te gustara lo que te trajimos ──── dijo el áureo, sacando una pequeña caja con un moño azul encima ──── Es parte de los dos, espero que te guste.

El chillido que salió de Lexie asustó a Sahily por unos segundos. La chica abrazó a Zadkiel y luego a la áurea, cómo sí se dio cuenta de lo que hizo, dio un paso atrás, aclarándose la garganta.

──── Perdonen, solo... no tuve tantos amigos y estoy emocionada ──── explicó, agarrando la caja ──── Se los agradezco.

──── Siempre se pone emocional en su cumpleaños ──── explicó Raisa, abrazando sus propios libros ──── La vejez está llegando muy rápido.

Lexie empujó a su amiga, arreglándose su cabello ──── No me avergüences ──── musitó en voz baja.

──── Eso es imposible de hacer ──── bromeó Zadkiel

El codo de Sahily golpeó el abdomen del áureo haciendo que se doblara. Lexie sonrió en grande, viendo como la defendían sin siquiera pedírselo.

──── Ignóralo, solo está celoso que sigas joven ──── ella murmuró con una media sonrisa.

──── Lo sé, me miró muy bien ──── asintió la humana.

Raisa tuvo que entrelazar su brazo con el de Lexie, instándola a caminar a su siguiente clase mientras los áureos fueron por detrás, manteniendo su paso.

La emoción de Lexie duró todo el día, siendo regañada por todos los profesores cuándo hablaba demasiado fuerte. Por ese momento, Sahily pudo entender por qué Raisa quería seguir siendo humana.

Tener una amiga como Lexie le daba más color a la vida, sin miedo de morir o enamorarse de un ser que no debía. No pudo evitar recordar a Ava y lo feliz que debía de estar en ese momento.

Ava se sentía más cómoda con los humanos que con los áureos y realmente sería difícil mantener esa alegría por mucho tiempo.

──── ¿En qué piensas? ──── preguntó Zadkiel, entrelazando sus manos.

Ella se giró, creando una media sonrisa ──── En nada ──── susurró, apoyando su cabeza en el hombro del áureo.

Solo esperaba que nadie le apagará esa felicidad que tenía en ese momento.

Las clases finalizaron rápidamente, Lexie contribuyó a que se sintiera que el tiempo pasó al no dejar de hablar ni un segundo en clases.

Raisa detuvo a Sahily con sus mejillas sonrojadas por el esfuerzo de haber corrido detrás de la áurea.

──── Te espero en el cine dentro de una hora ──── le dijo la chica ──── No quiero llegar tarde a la función. Sé que Lexie querrá tomarse...

──── Está bien ──── Sahily la detuvo, extendiéndole los boletos ──── Ahí estaré.

──── Bien, solo estoy un poco ansiosa ──── explicó con una media sonrisa ──── ¿Tienen la casa preparada?

──── Nirelle se encargará de decorarla ──── asintió la áurea ──── Mis hermanos iban a comprar comida, creo que se llaman bocadillos o algo así.

──── ¡Eso le encantará! ──── dijo Raisa, su sonrisa haciéndose más grande ──── Gracias por ayudarme.

──── No te preocupes. Una hora, ¿verdad?

La chica asintió, guardando los boletos ──── Sí, oí que tendrán un poster. Estoy segura que Lexie tratará de llevárselo.

Sahily rio, imaginándose el desastre que se creará cuándo no la dejen agarrarlo.

──── Si no puede, le compraremos otro ──── prometió.

──── Eso va a volverla loca, pero me parece bien. Te veo en el cine, una hora ──── le recordó.

La áurea asintió, regresando su camino. Sus hermanos se llevaron la camioneta así que tuvo que tomar un taxi junto a Zadkiel que estaba sumergido en su celular.

Ambos llegaron y Sahily fue directo a su habitación, poniéndose el vestido oscuro que ya había elegido. Los tirantes gruesos eran su parte preferida junto a los pequeños detalles en dorado, simplemente era su color preferido.

Se puso las botas del mismo color con tacón grueso. Poco a poco fue acostumbrándose a ese tipo de zapato y era más cómodo que el resto de calzado que los áureos le dejaron.

Dejó su cabello suelto, solo colocándose dos pasadores que tenían forma de constelaciones. Un regalo que Zadkiel le dio después de haberlo visto en una tienda.

Bajó la escalera, encontrándose con Zadkiel sentado en el sofá. Al notarla, se levantó, creando una media sonrisa al notar que llevaba en su cabello rubio.

──── Te ves linda ──── él mencionó, pasando su mano por la mejilla de Sahily ──── Tengo que decirte algo.

──── Claro, ¿qué pasó?

Zadkiel pasó su lengua por el aro en su labio, pensando que no podría retractarse.

──── Creo que encontré a Ava.

La mirada de Sahily se quedó fija en él por unos segundos. Su amiga había pasado varios días afuera y por más que se esforzaron, no había ninguna pista sobre su paradero hasta en ese momento.

──── ¿Dónde está? ──── cuestionó.

──── Oí que la madre de Goel estaba hablando por celular y mencionó que unas personas se metieron ilegalmente a la cabaña de su padre ──── informó, agarrando la mano de la áurea ──── Iré antes que ella llegue. Si es Ava, no escaparan tan fácil, menos conmigo detrás.

──── Iré contigo ──── dijo, dejando salir un suspiro.

Él negó, agarrando sus muñecas ──── Iré solo. Ve con Lexie, esa humana merece este día ──── murmuró. Pasó sus dedos por la mejilla de Sahily ──── Haré lo que pueda para traer a Nirelle.

Sahily sonrió, acercándose ──── Lo sé. Trata de hablar con ella, Ava lo entenderá.

Zadkiel asintió, inclinándose para besarla. Sus labios se movieron suavemente, queriendo memorizar ese momento mientras sus manos se posaron en la cintura de ella, sujetándola.

──── Pásala bien ──── él le susurró, dejando otro beso en su barbilla ──── Llámame si necesitas que te salve.

Sahily rio, tirando su cabeza hacia atrás ──── Estaré bien por esta vez.

──── No tengo otra opción que aceptar ──── musitó el áureo, fingiendo tristeza ──── Tendré que compartirte con esas dos humanas.

Ella sonrió, acariciando su mejilla suave ──── Sobrevivirás este día sin mí, estoy segura.

──── Solo por hoy. Está noche serás solo mía, ¿sí? ──── pidió, creando un puchero.

──── Me parece un buen trato ──── aceptó Sahily en un suave susurro ──── Tengo que irme. Raisa va a matarme si llego tarde.

El áureo se separó, agarrando las dos chaquetas del armario. Ayudó a Sahily a colocarse la suya, arreglando su cabello sabiendo lo perfeccionista que le gustaba ser.

Zadkiel se colocó la suya junto a una gorra oscura, queriendo pasar desapercibido. Sahily alzó su mirada, notando lo oscuro que se encontraba el cielo.

──── Ten cuidado ──── le pidió Zadkiel ──── Deben de seguir cerca. No le tuvo que gustar que murieran tantos demonios.

──── Lo sé ──── asintió, metiendo sus manos en los bolsillos de la chaqueta ──── Llámame si me necesitas.

Él sonrió y le dio un beso más antes de irse. Sahily lo observó hasta que desapareció, soltó un suspiro, pensando en la posibilidad de que Ava regresara.

Necesitaba que su amiga recapacitara y recordara que no era una humana. Tenían una misión más importante, más que una relación que no iba a durar por mucho tiempo.

Sahily agitó su cabeza, queriendo deshacerse de esos pensamientos. Debía de concentrarse en llegar al centro comercial antes de que fuera demasiado tarde.

Comenzó a caminar por la acera, agilizando sus pasos. No tener la camioneta a su disposición era un gran problema y usar dinero para pagar en taxi, simplemente no le pareció la mejor idea cuándo el centro comercial no quedaba tan lejos.

Siguió caminando, enfocado en su camino cuando un humo llamó su atención. No había nadie en esa cuadra, era uno de esos barrios donde la mayoría estaban demasiado ocupados para poner atención a su alrededor así que iba a ignorarlo cuándo reconoció ese auto.

Al instante sintió como un escalofrío recorrió su espalda. La figura de un prominente hombre apareció, arrastrando una gran cadena que terminaba con el filo de una espada, demasiado brillante que supo que cortaría hasta lo más mínimo.

Lo reconoció como el demonio de la mano derecha del líder de los Grigori. Habían tardado demasiado tiempo en regresar por su venganza.

──── ¡Sahily!

La mirada de la áurea no cambio, quedó congelada al notar a Raisa bajo el carro volteado a varios metros atrás. Había otro cuerpo más que supuso que sería Lexie y más atrás, Ezer estaba inconsciente en el suelo con un gran charco de sangre dorada bajo su cuerpo.

──── Estaba esperándote ──── siseó el demonio.

Su armadura cubrió cada parte de su cuerpo, solo dejando los orificios de sus ojos oscuros y brazos. Sahily supo que no sería fácil, ni siquiera llevaba ropa apropiada para esa ocasión y solo su espada.

Aun así, no perdió la oportunidad de atacar primero. Corrió al demonio, lanzándole una patada directo a su pecho que lo desestabilizo y golpeó el casco, abollándolo lo suficiente para que fuera destruyéndose poco a poco.

El demonio reaccionó con rapidez, bloqueando cada golpe que la áurea propinó hasta agarrar su brazo. Los ojos de ella se extendieron, sorprendidos de que la hubieran podido atrapar y el dolor apareció, recorriendo todo su cuerpo cuando el hombre la aventó al suelo.

Rápidamente giró en el suelo, alejándose del filo que penetró en el suelo. Sahily se levantó, propinando una patada al cuchillo para que no pudiera sacarlo y sacó su espada, rompiendo la cadena.

El aullido del demonio hizo que sonriera, acababa de arruinar su juguete favorito. La sonrisa desapareció al instante, escapando de los repetidos golpes que iban a ella.

Su cabello rubio se agitaba con cada movimiento y en algún punto, había perdido sus broches junto a su bolso. Sahily supo que no sería sencillo acabarlo así que tendría que hacerlo de otra forma.

En un solo salto, pudo pasar sus piernas por el cuello del demonio, apretando lo suficiente fuerte para arrancar ese casco donde estaba su mayor protección. Sintió los golpes que ese hombre le propinaba, queriendo escapar hasta que Sahily cumplió con lo que quiso.

Giró su cuerpo hacia atrás, bajándose del demonio y observó su rostro, recordándolo antes de volver a lanzarse. Sintió un picor en su mejilla cuándo el filo de un cuchillo pasó, abriéndole.

──── Eso no es muy caballeroso de tu parte ──── gruñó, limpiándose la sangre dorada que fluyo.

El demonio solo soltó un bufido en forma de risa, haciéndola enojar. Sahily agarró el mismo cuchillo, lanzándolo al cuello de hombre, sorprendiéndolo.

Corrió la poca distancia, derribándolo al suelo donde puso toda su fuerza para traspasar su espada. Sus manos se quemaron y las partes de la armadura la golpearon cuándo explotó.

El demonio chilló, sintiendo el calor expandirse por su pecho. Supo que estaba muriendo así que utilizó su última fuerza para golpear a la áurea, lo suficiente fuerte para lanzarla a varios metros.

La cabeza de Sahily recibió la peor parte de la caída, incluso cuando trató de cubrirse con sus brazos. Necesito de varios segundos para recomponerse e ir directo a las dos humanas que seguían estancadas en el carro.

Se puso sobre sus pies, tambaleándose unos pasos. Su cabeza estaba por explotar del dolor y la adrenalina iba desapareciendo poco a poco.

Llegó al lado de Raisa, arrancando de la puerta. La chica estaba prensada en el asiento y un hilo de sangre caía desde la raíz de su cabeza.

──── No sé cómo sucedió ──── negó Raisa, sus labios temblando con cada palabra ──── Tienes que revisar a Lexie, no me responde.

──── Espérame ──── asintió la áurea.

Sahily se levantó del suelo, trotando a la puerta del conductor donde la arrancó sin problemas. Se agachó, metiendo su cuerpo por el espacio de la ventana.

──── Lexie, ¿estás bien? ──── llamó la áurea, apartando el cabello de la chica.

Su mano se quedó congelada al encontrarse con su mirada apagada. Los ojos verdosos de Lexie no tenían ese brillo tan característico, no había nada ahí dentro. Sahily recorrió con sus dedos todo su rostro hasta sentir el hueso que sobresalía del cuello de la chica. Su corazón se removió por primera vez, deseando no estar ahí.

──── ¿Qué pasó? ¿Está bien? ──── gritó Raisa desde el otro lado.

Sahily supo lo que tenía que hacer, incluso si no quería. No podía ayudarla a quedarse en ese mundo, pero sí a descansar finalmente.

──── Lexie, estoy aquí ──── llamó la áurea con voz suave. El alma de la chica se removió, soltándose de la última esperanza por seguir viva ──── Puedes acercarte.

El grito de Raisa hizo que Sahily se diera cuenta que sabía lo que estaba sucediendo. Estaba a punto de llevarse a Lexie.

──── ¡No lo hagas! ──── gritó Raisa, luchando para arrancar el asiento ──── ¡Lexie, no la oigas! ¡Por favor, déjala vivir, te lo ruego!

Sahily no puso atención, enfocada en el recuerdo de Lexie donde se mostraba a sí misma jugando con una pequeña tortuga. La alzaba por todo el patio, diciéndole que sería el héroe de la ciudad al igual que su padre que no temió adentrarse al edificio en llamas para salvar a su madre.

Los ojos grisáceos de la áurea se llenaron de lágrimas al sentir el alma de Lexie, tan pura y refrescante que no merecía ese final. Fue guiándola al cielo, donde tendría la recompensa por haber sido una luz entre tanta oscuridad.

Los gritos de Raisa solo empeoraron su estado, necesitando salir de ese lugar. Cerró los ojos de Lexie, murmurando un lo siento.

No pudo salvarla, la humana que le mostró que ese mundo no era tan malo como lo imaginaba, ya no estaba en ese mundo.





la creación de esta escena fue una de mis favoritas, de hecho, en mi lluvia de idea fue la que más resalté ya que para mi, era necesaria para que Raisa pudiera soltar el mundo.

¿a ustedes que les pareció? cuéntenme en los comentarios!!



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