MI NECESIDAD OSCURA [EN EDICI...

By SandraCruz447

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Libro 1 Una vida muy normal. Un vació incomprendido por ella misma, una razón que desconoce que hace falta. U... More

PRÓLOGO
⚠️AVISO IMPORTANTE⚠️
🖤 DEDICATORIA ✨
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPÍTULO 6
⚠️ Aviso ⚠️
--
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo Extra
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo Extra
Capitulo 38
Capítulo 39
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45
Capitulo 46
Capitulo 47
Capítulo Extra
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Especial Año Nuevo: Extra
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo Extra
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capitulo 64
Capítulo 65
CAPITULO 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Epílogo
EXTRA EN HONOR A MIS LECTORAS

Capitulo 40

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By SandraCruz447

Solamente yo

Pov Michell

El collar en mí hace que mi corazón explote, pero me remuevo un poco leer la inicial y es por marcarme como su territorio. Estoy completamente consiente que Dominic es muy posesivo y celoso conmigo, pero mi corazón se niega a pensar que es malo, mas solo se concentra en amarlo demasiado y desearlo mucho como toda ninfómana a cualquier hora.

—Te quiero—susurro para el en su oído provocando que suelte un gruñido ante la satisfacción que le causa mi confesión de amarlo. Sentir como su mano me toca el trasero fuerte sin ninguna muestra de pudor hizo que mi entrada comenzara a palpitar debido al deseo que siempre emano por él. Su palmada fuerte en mi nalga derecha me impulso a darle un beso fuerte y deseoso, su lengua entrando en mi boca siempre lograba ponerme solo a la disposición sucia de él.

Cuando la doctora obligo a que Dominic saliera de la habitación, una sensación extraña me advirtió de que algo estaba pasando. Al sentir el peso del collar en mi cuello de nuevo, mi corazón se detuvo por unos segundos que estaban llenos de entusiasmo, girar mi vista hacia la puerta provoco que toda la emoción y felicidad que me había dejado el regalo de Dominic y sus muestras fuerte y exigentes de cariño, desapareció completamente de mi. Me encontraba sola en una habitación algo pequeña con una cama espaciosa y suave. Pese a que el lugar hacia mucho calor, tenía un pequeño aire acondicionado de los antiguos que mantenía agradable la estadía. Al acomodarme espere por horas para que Dominic volviera, me imagine que tendría muchas cosas de trabajo que hacer con ella, aunque una sensación de molestia me embargaba en el pecho al saber que estaban solos.

El pasar de las horas me preocuparon, nadie había venido a informarme nada y la puerta estaba cerrada con llave desde fuera y el recuerdo lleno de miedo viene a mi cuando escucho el sonido del pestillo, tal cual como cuando me mantenían encerrada en la isla. El intento de distraer mi miedo y mi presentimiento fue inútil al querer leer los libros que había traído para mí. Al ver que ya tenía sueño me percate que no vendría y el miedo creció e invadió todo mi pecho. Estaba sola y no tenía ni ideo de qué tipo de trato estaban acordando ya que no respondieron mis dudas. De un momento a otro estaba en un sueño profundo donde me encontraba en los brazos de Dominic, me sostenía dándome un beso en la frente mientras yo acariciaba el collar que me regalo enfrente al espejo enorme que teníamos y podía contemplar como éramos perfectos juntos. La felicidad que transmitía mi rostro era irreconocible, me sentía más que completa y satisfecha con Dominic. 

Al subir la vista para buscar a mi hombre de nuevo, mi corazón se detiene cuando veo el espejo, el hombre que me atormenta con su apariencia de rubio lleno de oscuridad y una maldad palpable que me persiguen en mis pesadillas, es el quien besa mi cuello como si fuese su mujer. Con una mano sostiene el collar de mi cuello, mientras el miedo me paraliza...

—Malysh, esto es demasiado ordinario para una reina—susurra a mi odio y su sonrisa aparece mientras una lagrima se desborda de mi mejilla.

(Malysh = Bebe en ruso)

En medio de un sueño desagradable unos golpes retumban en mi cabeza, al abrir los ojos lentamente observo que la doctora de ayer esta enfrente mío con una carpeta en mano y sus asistentes se mantienen anotando algo en sus libretas.

—Buenos días...querida—me dice la doctora con una amabilidad que atemoriza y una sonrisa que me revuelve el estómago. Su aspecto no me asusta más sus intenciones si, ella es una alta castaña con una mirada potente, pero no muestro tal intimidación ya que no me gusta sentirme de tal manera. Al verla me percato que Dominic no esta y trato de buscarlo con la vista hacia la puerta.

—No lo busques, querida—me dice mientras lee algo en su carpeta—No lo volverás a ver—la respiración se me estanca en la garganta, el cerebro me da vueltas. El pase de la saliva por mi garganta es imposible con lo que acabo de escuchar. «Imposible» él nunca me dejaría después de lo que pasamos y con lo que acabo de confesarle. Nauseas golpean mi cuerpo haciendo unas pequeñas horcadas a lo que siento.

—¡Mentira!—le grito mientras me levanto de un solo golpe para ponerme en frente de ella.

—Pues créelo—me mantiene la mirada y yo la fulmino.

—¿¡Dónde está!?—grito de nuevo y los demás retroceden más ella no.

—Ya te lo dije, no lo volverás a ver—siento las pulsaciones de mi corazón en la garganta debido a la furia y la tristeza que me hace sentir aquella frase. Mi mente me traiciona dándome a entender que solo me utilizo y logro lo que quería, convertirme en suya por dentro y a fuera de mí. Mas mi corazón se niega a creer que me hizo esto, a que me dejo aquí totalmente sola a la deriva como si fuese un juguete que ya no lo entretiene. Por inercia toco el collar que me entrego ayer, mi mente me dice que solo me dio para firmarme como su propiedad, pero mi corazón me dice que me lo dio por sentir lo mismo, aunque no me lo haiga confirmado.

—Imposible—digo con algo de temor en mi voz y ella sonríe con malicia.

—A veces lo imposible, puede ser posible—trato de abalanzar encima de ella, pero inmediatamente dos hombres con armas entrar para apuntarme y detienen mi acto.

—Querida, no se te ocurra—suelta con ironía, los demás salen de la habitación menos ella y los hombres con armas—Te resumiré lo que pasara ahora en adelante y lo que tendrás que hacer. -se va hasta la puerta para cerrarla y volver hacia mí.

—Estas desquiciada si crees que te hare caso—niego entre dientes, la imagen de Dominic abandonándome aquí esta fija en mi mente, haciendo que mi corazón sienta una estaca ardiente que daña hasta mi alma.

—Querida...solo lo diré una vez—me avisa con autoridad mientras pone una pequeña parte de mi cabello detrás de mi oreja y me remuevo evitando el contacto—Te dejo aquí para que lo asimiles—dijo fuerte volviendo hacia los hombres armados para ponerse en medio de ellos.

—Maldita hija de...—suelto con enojo y una lagrima cae de mi mejilla al saber que si lo hizo.

—Ahórratelo—me interrumpe—Ya me han insultado en diferentes idiomas-niego limpiándome lagrima agresivamente.—De ahora en adelante estoy a cargo de ti, tu estadía aquí será mi responsabilidad. Para que todo salga como debe ser, deberás obedecer todo lo que te ordene y tendrás que hacer algunas actividades que no serán de tu gusto, pero que serán muy necesarias querida—todo lo que sale de su boca es como si fuesen dardos a mi cerebro.

—¿De qué hablas? ¡déjame ir!—suelto con enojo y niega.

—¡Ya te lo dije!—grita fuerte, pero no retrocedo-Ponte el puto traje para que desayunes y comencemos la primera sesión—ordena y sonríe con una risa maligna. Un ruido me distrae y veo como la puerta se abre poco a poco, pero los hombres que están armados no me dan campo. Trato de ver algo para ver si es Dominic, pero al moverme un poco la decepción entra de nuevo y la furia crece en mí. La otra doctora entra con una bandeja de desayuno entre sus manos, pese a que tengo hambre me niego a obedecer está loca y aceptar que al hombre que me enamore me dejo abandonada.

—Come—suelto una risa fuerte con ironía ante su orden y ella hace lo mismo poniendo tenso a todos menos a mí.

—No soy tu perra—escupo con rabia.

—No querida pero... puedo hacerlo—mi mirada la fulmina y mi mente viaja a querer tener a Dominic enfrente y poder matarlo ante la mierda que me dejo.

—Rápido—ordena de nuevo y todo salen de la habitación dejándome sola y lo único que hago es tirar toda la comida en la habitación mientras grito fuerte tratando que el dolor desaparezca y maldigo mil veces al hijo de puta que me engaño. Me hizo creer que me necesitaba, que no podía vivir sin mí, pero era todo lo contrario solo me utilizo como un trapo viejo y quien sabe con cuantas más ha hecho lo mismo. Mi rabia me lleva a romper todo lo que encuentro, la rabia no disminuye y maldigo tratando de romper la ventana lo cual nunca pasa. Después de unos minutos de que la rabia disminuyera el llanto golpeo mi cuerpo, solo se lograba escuchar mis sollozos mientras estaba en el suelo con los brazos rodeando mis pernas, toco el collar con lágrimas en mis ojos y lo suelto el seguro que lo une a mi para arrojarlo hacia la pared con fuerza y este no se rompe. La puerta se vuelve abrir y levanto la mirada encontrándome con la loca que se dice llamar doctora.

—¿Terminaste?—pregunta y ante la furia que siento intento írmele encima para atacarla, pero rápidamente como respuesta a mi amenaza saca una aguja con un líquido blanco de su bolsillo. El recuerdo de cuando Dominic me inyecto ante de llevarme a la isla vuelve a mí, haciéndome retroceder con algo de miedo y tensión en mi garganta ante tal tacto.

—No te atrevas—le exijo y ella se aproxima a mi lentamente revolviéndome el estómago.

—Apostamos querida—me dice segura quitándole el tapón de la aguja y la respiración se me atasca al llegar al borde de la pared. No duda en seguir caminando hacia a mí e intento tomarla de las manos, pero en un rápido movimiento mete la aguja en mi cuello y el corazón se me paraliza—Sera a las malas—dice mientras siento como el líquido entra en mi cuerpo y mi vista me empieza a pesar. Las manos se desvanecen en su cuerpo y mi vista se nubla dejándome ciega antes de caer al suelo y cuando menos lo espero todo está en negro...

"Buenos días, señoritasueltan de la nada y sigo con los papeles ya que debo meterme en el personaje, pero un gruñido aparta de mi mirada de lo que estaba haciendo. Al ver que mi objetivo esta enfrente llamando mi petición me sobresalto ante el miedo y la incertidumbre que me hace sentir tan solo su presencia. Cubro mi boca con mi mano con coquetería y parpadeo varias veces para apaciguar la tensión en mí y tratar de mantener mi papel como simple secretaria.

Perdón señor...no sabía que era usted, buenos díasrespondo de manera tímida ante él, pero mi cerebro me repite una y otra vez que tengo enfrente al hombre más peligroso del mundo, puedo oler su aroma que es una mezcla de poder y peligro con un toque belleza oscura y maligna. El traje formal de negro lo hace ver aún más atractivo y poderoso, su altura me hace sentirme más pequeña y su mirada seria y potente hace que todo mi cuerpo sienta un escalofrió lleno de miedo y pavor.

Margarete, debes responder cuando te llameal escuchar que dijo el nombre que se me asigno en la misión, mi garganta se tensa. Llevo un mes metida en este papel y nunca le había dicho mi nombre.

Señor Alek, discúlpeme hago una pequeña reverencia al levantarme de escritorio y siento su mirada en mi al ver el respeto que le estoy dando como si fuese un dios.

Buena niña...susurra tocando mi cabello, lo hace de una manera tan lenta y intimidante que pareciese que no es un simple gesto, mi cabello se encuentra de color rubio fuerte debido al tinte, mis ojos son color negro gracias a los lentes de contacto ya que es primordial mantener en secreto la identidad de todos los que estamos infiltrados.

Señor... ¿Desea algo antes de subir? mientras le pregunto llevo un poco de mi cabello rubio detrás de mi oreja en un acto sensual e inocente que nunca pasa desapercibido.

No mi niña...me dice con su voz ronca y fuerte mientras mi vista viaja al observar cómo tiene a diez hombres detrás de él resguardándoloCuando lo haga, lo sabrásme dice acercándose a mi para tocarme los labios con su pulgar y mi vista se niega verlo a los ojos, su mirada solo causa temor, pero como todo buen soldado me niego a no cumplir una misión. Suelta un suspiro audible y se aleja de mi sin decir una palabra más dejándome el corazón a mil al saber que con tan solo un error puedo estar muerta. En el momento que está cerca del elevador principal la maldita duda me mata mucha más que el miedo y decido hacer algo que tengo prohibido.

Señor...lo llamo y el voltea hacia mi mientras esta en el elevador con sus hombres.

¿Cómo sabia mi nombre? le pregunto desesperada y asustada a la vez, a lo cual suelta una sonrisa oscura y macabra que me eriza la piel.

Yo lo sé todo, mi Malyshdice la última frase en ruso que entiendo a la perfección, todo lo que sale de su boca viene con su sonrisa la cual me deja muda del miedo, las puertas del elevador se cierran justamente cuando termina su frase y percibo como mis manos están helada y mis piernas congelada ante tal conversación, si es cierto que sabe todo podría descubrir que no soy una simple secretaria sino todo lo contario...

(Malysh = Bebe en ruso)"

Cuando comienzo a sentir que la droga está dejando de afectarme, mis ojos arden al intentar abrirlos y una sensación horrible en mis brazos. Podría ser secuelas de la droga que me inyectaron, y las visiones me enferman cada vez más. Otra vez esas malditas visiones y por qué demonios sigue apareciendo ese hombre llamado "Alek" que me deja aturdida y mucho más con un pavor que se extiende por todo mi cuerpo.

El maldito recuerdo de Dominic me golpea la mente y mi corazón comienza a sufrir de nuevo, la droga no solo me durmió físicamente sino que también mis sentimientos hacia el hombre que amo y desecho mi amor, pero al desaparecer el efecto las emociones salen a flote detallando todo lo que viví con él, el infierno que pace al saber que un hombre de la nada me había secuestrado para someterme a su merced, los momentos de convivencia mediamente normales ya que con él era imposible no estar follando a cada nada, la manera en que me volvió en una enferma por su dosis del placer y sobre todo entregada totalmente. Siempre pensé que su miraba decía más que las palabras, la manera en que yo lo hacía detallaba como poco me estaba enamorada de un ser que le es imposible de responderme de la misma manera.

Siento como mis mejillas se llenan de lágrimas ante mis sentimientos, simplemente me destruyó la vida. Me privo de ver a mi familia, mis amigos, que disfrutaba cada vez que hacíamos ocurrencias, la libertad que adoraba. Lo más doloroso es que me hizo suya, como si mi cuerpo no le bastara me enamoro con cada mañana que no se iba sin besar mi cabello, con sus brazos sosteniéndome todas las noches. Su manera de cuidarme o mejor dicho vigilarme, como si fuese lo más preciado de su vida, me llevo a creer que si me amaba mas no lo decía por el machismo que nunca desaparece. Y la maldita dependencia que tuve hacia su manera de hacerme sentir suya, como me follaba es lo más que recuerdo evidenciando que sí me volví una loca ninfómana por él. Sus palabras siempre me hicieron sentir como si toda la vida seriamos él y yo lo cual mata más mi corazón.

La sensación en los brazos es horrible, pero no más de la cual siente mi corazón al ser roto en mil pedazos y escupido con rabia. Las lágrimas no paran y mis ojos se niegan a abrir ya que ahora un mundo sin Dominic no me parece la mejor elección. Mi corazón sigue más dolido que nunca y mi cerebro lleno de razones que evito creer...

—Vamos querida no te inyecte demasiado—escucho su voz llena de burla, maldita loca que no dudo en drogarme tal cual como lo hizo el hombre que me daño por dentro y fuera.

—¡Vete a la mierda!—suelto con furia aun con los ojos cerrados, pero con el sentimiento a flote al caer en cuenta que sigo aquí abandonada.

—¡Abre los ojos!—exige y niego percatándome que mis pies no están en el suelo—Hazlo—ordena y levanto la cabeza hacia arriba abriéndolos poco a poco notando como mis muñecas están en un cuero que cuelga de unas enormes cadenas que están unidas al techo. La escena de mis brazos algo rojos me lleva ver hacia abajo rápidamente con el corazón en la boca, donde me encuentro a unos tres metros de altura. Mis pies se tambalean y ahora entiendo el dolor y que las lágrimas cayeran tal cual estuviera en un vacío. Al dirigir mi mirada al frente me encuentro con la loca está en una plataforma cuadrada llena de botones y pantallas pequeñas que le indican cosas que no entiendo, mis piernas tiemblan de miedo ante la altura donde me encuentro y corazón late deprisa al ver que esta tipa es capaz de cualquier cosa.

—Bien ahora que despertaste comenzaremos—me avisa sonriente mientras yo continúo colgada del techo.

—¡Bájame maldita loca!—mi grito ahogado de miedo no la inmuta ya que su vista se pasea por los controles y pantallas que tiene enfrente.

—Bien querida...—su voz me produce asco—Tu cerebro se encuentra en un estado gris llamado estancamiento. Tus recuerdos están bloqueados ya que me niego a pensar en esa estúpida teoría que les hacen creer que son eliminados. Los traumas que viviste te impiden retomar como debe ser...—su voz se pierde en mi cuando comienzo analizar todo lo que sale de su boca.

La agonía es horrible al ver cómo explica que según ella tengo recuerdos que están totalmente bloqueados. Tal vez las visiones que tengo siempre me dejan un sabor amargo en mí y me niego a pensar que es posible tal insinuación de esta loca, se perfectamente que mi familia y amigos no serian capaces de hacerme esto. Las muñecas me arden y mis brazos están adormecidos a causa del dolor de estar en el aire.

—Dime, ¿Alguna vez has recordado algo que no estaba en tu presente memoria?—su pregunta me saca del trance y escupo hacia ella con rabia, me niego a aceptar su teoría de mierda—Bien... —niega divertida al ver mi saliva en el suelo—Comenzaremos más fuerte—dice presionando un botón y aunque sienta el pavor más horrible de mi vida, me niego a aceptar su teoría y acceder a sus órdenes.

En cuestión de segundos dos muros se levantan a la par mía con un fuerte golpe que produce el hierro al llegar al límite, las paredes son enormes con la altura que tienen, ya que sobrepasan de donde yo cuelgo como si fuese un perro, son tan anchas que solo logro ver a la loca esta frente mío.

—Estas atada con una cadena de hierro irrompible a cuatro metros de altura querida—su voz me hace no retirarle la mirada, aunque la furia, el dolor y la tristeza este a flor de piel—Tus muñecas estarán bien, pero tus brazos no soportaran mucho...estas paredes son de acero pulcro, son de diez metros de altura. No tienes ninguna salida, cooperas u obtendrás un castigo no agradable—dice acompañado de una risa malévola y niego sosteniéndole aun la mirada al igual que las lágrimas.

—Bájame o...—suelto con furia.

—O, ¿si no qué?—me interrumpe y me amenaza, sé que no tengo mucha ventaja estando de esta manera y mucho menos en su territorio. Internamente pensé que Dominic me había traído para pasar algunos momentos juntos, pero fue todo lo contrario, me trajo a esta mierda que nunca le perdonare. Al negar nuevamente a su exigencia toca otro botón en su sección que me eriza la piel al no saber que sucederá. Rápidamente las paredes se acercan a mi haciendo un sonido molesto que me aturde por un momento, al girar un poco la cabeza observo en los dos muros unos huecos que tienen dentro unas agujas enormes que me paralizan el corazón por segundos...

—Como dije será a las malas—me advierte y las agujas salen de las paredes y estas quedan a centímetros de mí. Tan solo decidiera moverme un poco estas estarían enterradas en mí.

—¿Qué es esto?—pregunto viendo de reojo las agujas enormes.

—Querida, estas agujas tienen sensor de movimiento, si llegas tan solo a rozarlas estas automáticamente descargaran cuatrocientos volteos en segundos...—mi rostro permanece frio ante sus palabras, pero mis lagrimas delatan lo mierda que me siento en este momento.

—¿Qué quieres?... —suplico mientras intento no moverme ni un centímetro.

—Repito, ¿Alguna vez has tenido recuerdos inusuales?—mi mente viaja al primer recuerdo de la mujer muriendo en mis brazos mientras tenia a Dominic gritando mi nombre.

—Tal vez... —sonríe ante mi confesión y las lágrimas no parar de desbordar mis mejillas. De un momento a otro una aguja entra en mi cadera y no tardo en sentir toda la corriente en mi cuerpo dañándome por dentro. Me estremezco en el aire debido a todos los volteos que recorrer cada centímetro de mí, mi vista se pierde al sentir como todas las demás chocan impactando mas fuerte, mis brazos intentan sujetar las cadenas inútilmente. El grito ahogado de dolor resuena por toda la bodega haciendo un eco enorme, por más que intento que mis piernas no continúen rozando la fuente de electricidad son incontrolables.

—Bien...—escucho a lo lejos y la corriente de las agujas se detiene—Fueron veinte segundos y no te desmayaste—apenas escucho su voz debido al dolor y al no poder sentir ninguna parte de mi cuerpo, lo único que logro hacer es mover me cabeza hacia arriba en dirección al techo. Mi vista se nubla y viene a mi madre tocándome el cabello, lloro como niña en su regazo y lo único que escucho de mi madre mientras me acaricia es su frase que siempre me llena de una estúpida ilusión de que los buenos siempre tienen su recompensa. "Todas las cosas son para bien, mi niña" esa voz me cautiva y me tranquiliza por segundos, cuando vuelvo a mi realidad...

—Tienes que responder si o no—dice con una autoridad que me enferma, la saliva no se puede mantener en mi boca y mucho menos las lágrimas que en este momento arden como si fuese lava.

—Si...—susurro y ella asiente feliz como sino observara como me encuentro.

—Bien...en este momento observo que no estas convencida que son sueños—se pasea hasta llegar a las paredes donde yo me encuentro colgada en medio—Escucha bien en este momento recibirás una información impactante—mi corazón se detiene por segundo y mi vista se mantiene borrosa—Que pasaría si supieras que tu vida no es lo que crees, o mejor dicho que tal si supieras que no tiene veintiuno si no veintisiete años para empezar...—mi mente se pierde y mi vista se pone negra al escuchar lo que escuche, es imposible. Me repito internamente, Soy Michell Parker de Pasadena con veintiún años. Soy feliz con mi vida o eso creía hasta este momento...


Perdón por la tardanza amores, pero quiero dejar lo mejor posible los capítulos para que la historia se súper bien. Estamos llegando a la etapa mas importante y sobre todo la mas emotiva para mi, conoceremos a nuestros bebe desde cuando se vieron al rostro por primera vez Ahhh

Besos

Dayana C.



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