Bizarre [JaeYong]

By ariaroseyong

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Cuando SungChan conoció a su padre biológico, no esperaba para nada lo que pasó. Nadie lo esperó. • Parejas ... More

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q u i n c e
⚠️ PAUSA BREVE ⚠️
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⚠️ Aviso ⚠️
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⚠️ ESTO ES UN SPOILER ⚠️
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c u a r e n t a y n u e v e

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By ariaroseyong

Habían pasado quince días desde aquella noche en la que las cosas habían subido de nivel entre YoonOh y él, y desde ese día, no habían tenido oportunidad de avanzar o incluso de repetirlo, ya que el castaño solo había ido a verlo un par de veces y no se había quedado por mucho tiempo.

TaeYong se encontraba triste porque ya se había acostumbrado tanto a YoonOh que el no verlo tan seguido, de verdad le afectaba, pero en ese momento no podía pensar en él, ya que Mark que le había pedido que lo acompañara al supermercado y cuando eso pasaba, sabía que su amigo tenía algo importante que contarle. 

Tal vez para muchos era raro el tratar temas serios en el supermercado, ya que no era un lugar tranquilo, pero para Mark era lo mejor que podía hacer para distraerse eligiendo productos y no terminar llorando o maldiciendo a todo pulmón.

Ya llevaban cinco minutos ahí y Mark no había dicho ni una palabra que no fuera para recomendar los productos que iba acomodando en el carrito.

—¿Papi, podemos llevar helado? —preguntó Jeno tomando su mano.

—Claro, mi cielo, pero solo eso porque no aún no me pagan en el trabajo y no traje mi tarjeta de crédito.

—¡Gracias! —dio un saltito en su lugar—. ¡De chocomenta!

—No, papá —se quejó XiaoJun—. Siempre llevamos de ese y a mí no me gusta.

—¿No te gusta, mi cielo? —hizo una mueca extrañado, ya que su hijo sí comía de aquel helado, aunque pensándolo bien, pedía muy poco o en ocasiones decía que estaba lleno y se negaba a comerlo—. Está bien, mi niño. Llevaremos el que tú elijas. 

—¡Pero, papi! —esta vez se quejó Jeno.

—Pero nada, mi vida. Jun tiene razón, siempre llevamos de chocomenta, así que esta vez será el que él elija.

—Voy a llamar a papi para que me compre uno —le mostró la lengua a su hermano.

—No vuelvas a hacerle eso a tu hermano —lo regañó—. Y si llamas a YoonOh para pedírselo, me molestaré mucho contigo, Jeno —el menor hizo un puchero y se acercó a su tío—. Lo mismo si se lo pides a él —amenazó con una expresión seria que sus hijos rara vez veían. 

Jeno miró al suelo triste y comenzó a caminar delante del carrito. XiaoJun se le unió sintiéndose culpable porque si no hubiera dicho nada sobre el helado, su papá no se habría enojado y su hermanito no estaría triste. Pensó en que tal vez no era tan malo comer un poco de helado de chocomenta.

—No me molesta comprarle su helado —Mark susurró—. Les puedo comprar uno a cada uno.

—No, Mark —respondió de la misma manera—. Siempre quise ser un gran padre para Jeno y me equivoqué dándole todo lo que me pedía. Está muy consentido y todo empeorará si seguimos complaciéndolo. Tú, Johnny, YoonOh y yo... —hizo una mueca.

Mark torció la boca y asintió mirando a los pequeños.

—Johnny me está siendo infiel —soltó de golpe tomando un paquete de jugos.

—¿Qué?

—Johnny me está...

—Te escuché, pero ¿por qué dices eso?

—Porque se está quedando más tiempo en la oficina.

—¿No estará trabajando en un caso importante?

—Si estuviera trabajando en un caso importante, trabajaría en casa como en otras ocasiones lo hacía. Además llega y no come.

—¿Tal vez porqué le pide al asistente de la oficina que le lleve comida? —preguntó con obviedad.

—¿Sabías que el asistente es muy guapo?

—Mark...

—Encontré un vaso de café en su auto.

—¿Y eso qué? 

—Es de una cafetería que está a kilómetros de su oficina. 

—¿Servicio a domicilio? —se encogió de hombros.

—Llamé a la cafetería para pedir un café a la oficina de Johnny y me dijeron que su repartidor no cubría esa zona.

—¿Y si le preguntas que sucede?

—¿Para que me mienta a la cara? No, gracias —tomó un paquete de patatas congeladas y las arrojó al carrito sin mucho cuidado.

—Mi cielo, toma el helado que tú quieras —XiaoJun asintió y tomó el de chocomenta—. El que tú quieras —hizo enfásis en el "tú" y su hijo tomó uno de vainilla, agradeciéndole con la cabeza agachada. Le quitó el bote de helado para meterlo al carrito y acarició su cabello.

—Si John y yo nos separamos, ¿estarías de mí lado? Sé que fuiste su amigo antes que mío, pero...

—Mark —lo detuvo—. Solo un idiota te sería infiel —hizo una pequeña pausa—. Bueno, sí es medio idiota, pero no en ese aspecto —rio y su amigo lo imitó asintiendo.

Luego de pagar, se dirigieron a sus autos y mientras TaeYong ayudaba a Mark a subir todo a la cajuela, trataba de darle ánimos diciéndole que Johnny lo amaba demasiado y que nunca haría nada para lastimarlo.







Por la noche, cuando estaba a punto de acostarse, recibió una llamada de su novio y respondió de inmediato.

—Por favor dime qué estás en la puerta y que no quisiste entrar sin avisarme para no asustarme.

YoonOh rio bajito.

—Lo siento, amor, pero no. Estoy saliendo de la ducha.

—¿Puedo ver? —preguntó juguetón, pero de inmediato la vergüenza lo consumió.

—Claro. Espera... —esperó un par de segundos y una foto de su novio en pijama, y aún con el cabello húmedo, llegó—. ¿Y bien?

—No era lo que esperaba, pero estoy satisfecho —rio y el menor también lo hizo—. ¿Cómo te fue hoy?

—Bien, ¿a ti qué tal? ¿Cómo están los niños? —suspiró antes de contarle lo que había pasado con ellos en el supermercado—. Lamento haber sido muy complaciente con Jeno.

—No, no tienes nada que lamentar. Todo fue mi culpa desde un inicio.

—No te sientas de esa manera, amor. No soy padre, pero imagino que todo lo hiciste con buenas intenciones —su novio asintió—. ¿Lo ves? Estoy seguro de que cuando los niños sean grandes dirán que siempre fuiste un gran papá.

—Gracias. —sollozó bajito.

—No llores —pidió—. Te llamé para darte buenas noticias...

—¿Qué pasa? —sorbió su nariz.

—Mañana saldré temprano del trabajo, así que podré pasar toda la tarde con ustedes. Si tú quieres, claro...

—¡Por supuesto que sí!

—Llevaré algo para comer.

—¿Seguro? Podemos preparar algo aquí en la casa.

—Seguro. Tú no te preocupes por eso —rio—. Descansa...

—Igual tú. Dulces sueños.

—Igualmente.

—Te quiero, amor.

—Yo más.

TaeYong sonrió ampliamente y colgó la llamada, llevando el móvil a su pecho y suspirando con fuerza.






Decir que TaeYong no estaba emocionado porque vería a su novio, sería una vil mentira, ya que lo estaba, y mucho. Luego de ordenar su escritorio salió de su oficina y subió a su auto para conducir lo más rápido que podía a casa, ya que quería darse una ducha y arreglarse un poco para ver al de hoyuelos. 

Salió de la ducha y se puso una camisa rosa pastel, un pantalón negro, zapatos cafés y peinó su cabello hacia un lado, además de darse un pequeño baño en perfume. Salió al jardín justo a tiempo para recibir a sus hijos, quienes iban llegando en el transporte escolar. 

—¡Papi! —Jeno corrió a sus brazos y de inmediato fue correspondido por su padre.

—Hola, mi cielo —lo saludó igual de eufórico—. Hola, mi vida —saludó a XiaoJun acariciando su cabellera—. ¿Cómo les fue? —caminaron hacia dentro de la casa mientras le contaban sobre su día—. Suban a cambiarse rápido porque YoonOh vendrá.

Ambos sonrieron con sorpresa y subieron corriendo a su habitación. Arrojaron sus mochilas al suelo y comenzaron a buscar ropa en su closet. Cuando escucharon el timbre no pudieron evitar emocionarse y buscar con más prisa su ropa, ya que seguramente era YoonOh.

TaeYong abrió la puerta sonriendo de oreja a oreja y se lanzó hacia su novio, abrazándolo por el cuello. 

—Amor —suspiró cerca de su oído.

—Hey, hola —YoonOh acarició su cintura con su mano libre y caminó, haciendo que ambos entraran a la casa—. Que lindo te ves —besó su mejilla y sin soltar su agarre, dirigió sus labios a los del mayor.

—Te extrañe mucho —musitó sobre sus labios y se alejó con un puchero.

—Yo también —besó aquel bultito tierno que formaban los labios de su novio—. ¿Los niños ya llegaron? —el mayor asintió—. ¿Me ayudas a servir la comida antes de que se enfríe?

TaeYong se alejó de él y vio la bolsa que su novio llevaba en la mano que no tenía sobre su cintura.

—¿Cuánto fue? —YoonOh le dijo que no se preocupara por eso y fueron a la cocina para servir la comida.

La llevaron al comedor y fue cuestión de segundos para que los pequeños aparecieran.

—¡Papi! —Jeno corrió hacia YoonOh y el mayor lo cargó, abrazándolo con fuerza.

—¡Hola! —aún con Jeno en brazos, se inclinó un poco y chocó los puños con el chino, quien de inmediato correspondió con una sonrisa—. Vayan a lavar sus manos, traje pollo frito.

Los pequeños asintieron bastante emocionados y corrieron con cuidado hasta el baño para hacer lo que YoonOh les había pedido. Luego de un par de minutos, tomaron asiento junto a los mayores.

La comida fue muy amena, ya que no pararon de hablar de lo que habían estado haciendo en los casi diez días que no se habían visto. XiaoJun miró directamente a YoonOh y comenzó a contarle que había sacado diez en todos sus exámenes, incluyendo el de matemáticas y que solo faltaba hacer el de historia para poder sacar su promedio general, pero se sentía nervioso, ya que era sobre la historia de Corea del Sur. También contó que su maestra le había dicho que si sacaba un diez más, sería uno de los mejores alumnos de la generación. 

—Estoy seguro de que serás uno de ellos —el castaño esbozó una sonrisa que fue correspondida por el pequeño.

Por otra parte, Jeno le contó sobre sus amigos, ya que su promedio no era tan bueno como él de su hermano y aunque no le diera vergüenza hablar de eso, no le interesaba mucho.

—¿Tienen tarea? —preguntó YoonOh comenzando a recoger los platos y los niños negaron—. ¿Por qué no ponen una película mientras papi y yo preparamos palomitas?

—¿De caramelo? —preguntó Jeno.

—Sí. ¿A ti te gustan Jun? —Jeno frunció el ceño ante la atención de YoonOh hacia su hermano. No lo malentiendan, amaba a su hermano, pero a cualquiera le molestaría dejar de ser el centro de atención de su "papi"—. ¿O preparamos de mantequilla? Podemos hacer ambas —se encogió de hombros.

—De mantequilla —el chino casi susurró con las mejillas coloreadas de un leve rojo—. Por favor...

—De acuerdo —el mayor sonrió—. Vayan a elegir la película —ambos asintieron y fueron hacia la sala.

—¿Sabes que te quiero muchísimo? —TaeYong se acercó a él y depositó un beso en su mejilla, haciendo que se sonrojara.

TaeYong sabía que era un asco preparando palomitas, así que le dejó esa tarea a YoonOh, mientras él lavaba los platos.

Cuando ambos terminaron, fueron hacia la sala con dos tazones de palomitas y cuatro sodas, además de un par de caramelos que YoonOh había llevado. Los pequeños habían elegido "Minions" y su padre suspiró, ya que ya la habían visto decenas de veces. Tomaron asiento frente al televisor, quedando los pequeños en medio de ambos y comenzaron a disfrutar de la película.

De vez en cuando soltaban comentarios de lo divertidas que eran ciertas escenas mientras devoraban las palomitas. XiaoJun y YoonOh comían las de mantequilla, y TaeYong y Jeno las de caramelo.

Cuando la película terminó, decidieron ver "Mi Villano favorito", ya que querían seguir viendo a esos tiernos personajes amarillos.

No saben en qué punto de la película Jeno se quedó dormido, pero comenzaron a escuchar pequeños ronquidos. YoonOh pausó la película y lo cargó con cuidado para recostarlo en el sofá de un lado. Lo cubrió con una frazada y volvió a sentarse, pero esta vez, más cerca de XiaoJun.

El chino se sintió extraño al principio, ya que nunca había tenido tanta cercanía con alguien que no fuera su padre, sus tíos o una de las cuidadoras del orfanato en donde vivió la mitad de su infancia, pero después de un par de minutos se acostumbró a la sensación cálida que emanaban los brazos de los mayores y se inclinó un poco para quedar recargado en el torso de TaeYong. Subió sus piernas y de inmediato se dio cuenta que no cabría, a menos que su padre o YoonOh se movieran, pero ninguno lo hizo, en cambio, el castaño tomó sus pies y los subió a su regazo. XiaoJun se sintió extraño de nuevo e incluso se tensó, pero decidió relajarse y acomodarse mejor sobre ambos. 

Terminaron de ver la película y XiaoJun teniendo en mente que todos debían cooperar en casa, tomó los tazones vacíos con cuidado para llevarlos a la cocina, pero YoonOh lo detuvo diciéndole que él lo haría, más sin embargo, él insistió en llevarlos. 

—Papá,  ¿me prestas tu celular para jugar? —preguntó luego de haber recogido todo.

—Claro, mi vida —sacó el móvil y se lo dió—. ¿Te quedarás a jugar aquí o subirás a tu habitación? —el menor tomó asiento en dónde antes estaba y sonrió.

TaeYong y YoonOh fueron hacia la cocina para lavar todo lo que habían ocupado, incluidas las cacerolas en dónde habían preparado las palomitas y en dónde el caramelo se había secado.

—¿YoonOh?

—¿Si, amor?

El rostro de TaeYong se tiñó de rojo.

—¿Seguirás teniendo el mismo horario...? No sé... ¿Las próximas dos semanas?

—Si es por tu cumpleaños, no te preocupes. Ya le dije a MoonBin que me cubra —lo miró con una sonrisa—. ¿Qué quieres hacer para celebrar?

—No sé —se encogió de hombros—. Lo de siempre...

—¿Qué es lo de siempre?

—Prepararé un pastel e invitaré a John y Mark.

—¿Es todo? —el mayor asintió—. ¿Y si hacemos algo diferente este año?

—No me gustan las celebraciones...

—¿Por qué no? —el pelinegro se encogió de hombros con una pequeña mueca—. Podemos ir a comer con los niños y los Seo.

—Lo pensaré —esbozó una sonrisa y su novio asintió. 

Luego de un par de minutos Jeno despertó y tallando sus ojitos fue hasta la cocina para pedirles a sus papis que le prepararan algo de cenar, ya que su estómago rugía de hambre, según él.

TaeYong le sirvió un poco de cereal y llamó a XiaoJun para preguntarle si él también quería cenar, pero el chino negó diciendo que había comido demasiadas palomitas. Subió a su habitación para ponerse la pijama, mientras su hermanito cenaba y los mayores lo veían atentamente.

Al terminar su rápida cena, su padre lo envió al piso de arriba para que cambiara su ropa por su cómoda pijama y también para que lavara sus dientes y su rostro.

Cuando la hora de dormir de los pequeños Lee llegó, ambos mayores los acompañaron a su habitación para desearles buenas noches.

—Descansa, Nono —YoonOh depositó un beso en la frente del pelinegro quien sonrió ampliamente al oír aquel apodo dulce.

—¿Cuándo vas a venir? —preguntó con un brillo singular en los ojos.

—No estoy muy seguro, pero espero que pronto —esbozó una sonrisa—. Descansa, DeJun —se giro sobre su mismo lugar y agitó su mano de lado a lado.

XiaoJun le devolvió el gesto y se recostó luego de que su padre le diera su beso de buenas noches.

—¿Vendrás al cumpleaños de papá? —preguntó y cubrió la mitad de su rostro con las sábanas, para evitar que el mayor viera sus mejillas sonrojadas.

—Por supuesto. Es un día bastante especial. ¿No lo crees? —el chino asintió con la cabeza—. Espero poder venir antes de ese día —soltó un pequeño suspiró y se despidió una vez más de los menores para salir de su habitación.

Cuando TaeYong y YoonOh llegaron al piso de abajo, fue cuestión de segundos para que el mayor rodeara el cuello del contrario y pegara sus labios contra los suyos.

—¿Ya te dije que te extrañé? —se alejó un poco de él y el menor asintió con una sonrisa—. Es que de verdad lo hice...

—Yo también y más aún después de ese día —volvió a besarlo, pero esta vez rodeó su cintura y lo pegó más a él, llevando sus besos hasta su oreja—. No sabes cómo he deseado repetirlo —susurró con la voz algo ronca.

El mayor no pudo evitar gemir y volver a besarlo en los labios, mientras lo empujaba contra la puerta y lo acorralaba contra esta.

—Podemos hacerlo —susurró sobre sus labios—. ¿Por qué no subimos a la habitación? —acunó el rostro del menor entre sus manos y lo miró directamente a los ojos.

—Perderé el metro, amor —frotó su nariz con la del contrario.

—¿Y si te quedas a dormir? —hizo un pequeño puchero.

—Tengo que trabajar —suspiró rendido y bajó un poco sus manos, dejándolas en su espalda baja, casi casi en su trasero—. Te quiero.

—Yo más —musitó con un tono algo triste y se alejó de él—. Avísame cuando llegues a casa, ¿sí?

—Por supuesto —sonrió ampliamente y besó su mejilla antes de salir de su casa.





TaeYong estaba recargado en la isla de su cocina esperando que el agua hirviera para poder vacíar la pasta y comenzar a cocinar la comida favorita de sus pequeños: macarrones con queso.

—¡¿Estás en casa?!

La voz de Mark lo hizo dar un saltito en su lugar.

—¡En la cocina!

—¿Podrías cuidar a Yeri? —preguntó casi con desesperación.

—Claro. ¿Todo está bien?

—Voy a seguir a Johnny.

—¿Qué?

—Decidí confiar en que me amaba y no haría nada para lastimarme, así que ayer fui a su oficina para sorprenderlo —sus ojos se aguaron—. Le preparé su comida favorita y llegué con mi lonchera y una estúpida sonrisa solo para que el asistente me dijera que Johnny no estaba ahí —se encogió de hombros y comenzó a sollozar.

Su hija lo miró con un puchero y TaeYong se la quitó con cuidado para distraerla, pero sin dejar de prestarle atención a su amigo.

—Le pregunté al chico si trabajan en un gran caso y él me dijo que no, que de hecho, casi no tenían casos que atender. No sé cuál fue mi reacción, pero me metió a la oficina de Johnny y me pidió que me relajara —suspiró con pesadez y sorbió su nariz—. Lo seguiré para verlo a los ojos y pedirle el divorcio frente a su amante.

TaeYong se sentía tan desconcertado por la situación, ya que, conocía a Johnny desde hace más de quince años y el americano nunca demostró que podría llegar a lastimar a su pareja de ninguna forma, así que de verdad le sorprendía que fuese capaz de serle infiel a su esposo, con el que llevaba más de cuatro años y con él que había decidido dar un gran paso como lo era la paternidad.

—Ve con cuidado, ¿si?

Mark asintió y salió casi corriendo de casa de su amigo luego de darle un gran beso a su bebita y de agradecerle



Cuando Mark llegó a la oficina de Johnny y vio que aún faltaban media hora para que saliera, así que tuvo tiempo para pensar en si lo que haría estaba bien. Pensó en que durante su relación Johnny nunca hizo nada que lo hiciera dudar de él, de hecho, él mismo se hacía ideas tontas en su cabeza a causa de la bisexualidad de su esposo.

—Aún puedes volver a casa, Mark —susurró para sí mismo y suspiró.

Cuando vio a su esposo salir del estacionamiento en su auto y tomar el camino contrario a casa, comenzó a seguirlo a una distancia considerable. Luego de poco más de media hora, Johnny aparcó en una cafetería, y no era cualquier cafetería, llevaba el mismo nombre del vaso que encontró en su auto. Mark decidió dejar su auto al final de la cuadra e ir caminando hasta allá, solo para confirmar que su querido esposo estaba compartiendo un pedazo de pastel con un chico, que por desgracia estaba de espaldas a él.

Decidió esperar en el restaurante de a un lado y para que los trabajadores del lugar no lo echarán de ahí, pidió un plato de ramen con queso. Acomodó su silla de modo que pudiera ver perfectamente la puerta de la cafetería, y comenzó a comer sin muchas ganas.




YoonOh recibió un mensaje de Johnny diciéndole que ya estaba por llegar, así que ordenó su café, y el café favorito de Johnny. Desde hace quince días se había estado viendo a diario con el americano para organizarle una fiesta a su novio por su cumpleaños. Ambos sabían que TaeYong tal vez se molestaría, pero estaban dispuestos a correr el riesgo solo por darle lo que merecía: una gran fiesta en su honor.

En cuanto Johnny llegó, pidió una rebanada de pastel y fue cuestión de segundos para que la linda mesera que los había estado atendiendo todas esas veces les llevara el pastel con dos cucharas, ya que solo era "una entrada". Al terminar su café, iban al restaurante de a lado para comer algo más "fuerte".

Mientras bebían sus respectivos cafés y compartían aquel pastel, YoonOh le contó los detalles de la noche a anterior y también le mencionó que TaeYong no sospechaba nada y que creía que de verdad estaba doblando turno.

Al finalizar sus bebidas, YoonOh pagó (ya que era su turno de hacerlo) y salieron del lugar.

—De verdad estoy tan feliz por ustedes —Johnny sonrió ampliamente y rodeó los hombros del menor con su brazo—. De verdad merecen esa intimidad que tanto desean. ¿Por qué no lo llevas a cenar el miércoles? —se encogió de hombros.

—¿En su cumpleaños?

—¡Claro! Le darás su regalote y lo dejarás muy feliz para que en su fiesta sorpresa no nos mate —rio—. Y si aún así quiere hacerlo, YoonOh nos salvará con sus besos —levantó los labios y comenzó a lanzarle besos al castaño.

—Le dije que podríamos ir todos a cenar y me dijo que lo pensaría, así que no creo que quiera que seamos solo él y yo.

—Podemos ir a cenar todos y... —no pudo seguir hablando porque un fuerte ruido lo interrumpió.

Aquel ruido había sido la mano de su esposo sobre la mejilla de YoonOh.

—¡Son unos imbéciles! —de inmediato todas las miradas presentes fueron hacia ellos.

—¿Amor? —Johnny soltó a YoonOh y trató de acercarse al canadiense, pero solo se ganó una bofetada.

—Quiero que tomes tus cosas y te largues de la casa.

—Mark...

—¡¿Cómo pudieron!? ¡Es tu mejor amigo, Johnny! —dijo con lágrimas en los ojos y sin importarle que la gente de su alrededor comenzara a murmurar—. Y tú, YoonOh... Después de todo lo que ha pasado...

Johnny no pudo evitar reírse con fuerza.

—¿Amor, tu crees que YoonOh y yo...? —arqueó su ceja—. No es para nada mi tipo —se mofó.

—¡Oye! —el menor se quejó.

—Le estoy ayudando a organizar una fiesta para TaeYong. Lo hemos estado haciendo durante días.

—Una fiesta se puede organizar en un par de días, no en un par de semanas.

—Teníamos que tener una cuartada segura y hacerlos creer que estábamos trabajando, así que a veces solo nos veíamos para comer.

—¿Y por qué no me incluyeron?

—Porque tú y TaeYong tienen sus secretos, así que me pareció justo que YoonOh y yo tuviéramos los nuestros —se encogió de hombros.

Mark perdió la cuenta de cuántas veces le pidió disculpas a YoonOh por aquella bofetada y seguiría pidiéndole perdón hasta que dejaran de verse sus dedos marcados en la mejilla del menor.

Luego de hablarle de algunas de las cosas que compraron para la fiesta de TaeYong, se despidieron y tomaron sus caminos. Johnny y YoonOh se fueron en el auto del americano, ya que iría a dejarlo a casa, cómo había estado haciéndolo todo ese tiempo, y Mark iba camino a casa de los Lee para recoger a su hija.

Cuando llegó, saludó a sus sobrinos con la mejor sonrisa que tenía y cargó a su bebita para repartir varios besos en todo su rostro. Se quedó un momento con ellos para hablar acerca de cómo les había ido en la escuela y cuando los pequeños terminaron de contarle, fue a la cocina, ya que su amigo lo esperaba ahí para hablar a solas.

—¿Qué pasó? —preguntó TaeYong en cuanto lo vio entrar.

Mark suspiró.

—Lo seguí hasta la oficina de unos colegas. Al parece están trabajando en caso conjunto o algo así —se encogió de hombros—. Oye, de camino aquí no pude evitar recordar que tu cumpleaños es pronto —su amigo asintió con una sonrisa—. ¿Qué tienes planeado?

—¿Seguro me estás diciendo la verdad respecto a lo de John? —su amigo asintió con una sonrisa—. Pensaba hacer lo de siempre, pero YoonOh me dijo que podríamos ir a cenar y me gusta la idea —se encogió de hombros.

—Creo que te regalará algo más que una cena —dijo de manera juguetona.

—Con "ir a cenar" me refería a todos. Ustedes, los niños, él y yo.

—Suena bien —esbozó una sonrisa—, ¿pero de verdad quieres eso? ¿No quieres una fiesta?

—No —rio.

—¿Qué tal si hipotéticamente te hiciéramos una fiesta?

—¿Hipotéticamente? Me molestaría mucho, pero no te preocupes, porque es hipotéticamente —rio.

—Claro... —rio con nerviosismo.















🌹 🌹

Disculpen la tardanza, pero no he tenido mucho tiempo para dedicarme a mis historias, de verdad el trabajo me está consumiendo mucho y ya van como dos semanas que trabajo de lunes a domingo 😭 Además se me ocurrió la magnífica idea de meterme al gym y de vender postres, así que la verdad en mis ratos libres prefiero acostarme a ver la tele que intentar escribir 🥺

Muchas gracias a todxs los que me siguen leyendo y esperan con ansias el final,, prometo no tardar mucho con el siguiente capítulo ❤️

Nos estamos leyendo uwu

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