Let Somebody Go

Od Yohisser

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Fecha de publicación:20/05/2023. Cansado de su monótona y dolorosa existencia. Charlie, de 23 años, con una p... Více

Prólogo
Nada
1. Wao Que Originalidad...
2.¡Oh maldición, almenos ten la decencia de taparte!
3.Idiota no supongas... Solo disfruta
4.¿¡No ves anime!?
5.Que se joda León Tolstoi
6.Malditos instintos de hombre primitivo
7.¿Cuál es la primera letra del abecedario?
8.Todo se vé más fácil desde aquí
9.Ok, caí en mi propia trampa
10.¿Acaso tienes Alzheimer?
11. Está muy jodido esto de ser yo...
12.¡Auxilio, mi novio es un depravado sexual!
13. Puedo oler la ironía
Capítulo Final
Nada
Un Hombre Sencillo
Charlie
Epílogo
Nada
Laisser quelqu'un partir
Final

Serena

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Od Yohisser

Recuerdo claramente el día más meloso de todos...

Nos encontrábamos en la playa, observando el atardecer de una manera extremadamente cursi y ridícula. Experimenté una extraña sensación, no solo las típicas mariposas en el estómago, sino una paz inusual. No era la paz tras una batalla, ni tampoco la calma previa a la tormenta. Simplemente paz. Ambos estábamos juntos sobre una manta, bajo una sombrilla frente al mar interminable.

Mis pies se hundian en la arena mientras movía mis deditos, mi cabeza estaba sobre su hombro, mis ojos veían las olas moverse suavemente, ir y venir continuamente mientras el viento soplaba refrescando casi tanto como el mar.

Me sentía tan cursi, tan boba y tan feliz junto a él.

Sentía como si me pudiera permitir Fluir junto a él.

Pero desgraciadamente aun seguía sin saber quien era yo.

Pero desgraciadamente seguía sintiéndome desaparecer.

Tenía miedo de entrar al mar y desaparecer, tengo miedo de acercarme mucho a él y luego desaparecer, tengo miedo de lastimarle. Y luego desaparecer.

#

La noche era fría, el festival se veía hermoso, gente nos rodeaba por todos lados, caminando ruidosos y sonrientes. Lámparas de papel encendidas por todo el lugar, de diferentes colores y tamaños. Todo era tan hermoso.

¿Debí dejar que besaras a esta persona? ¿Debí dejar que me besaras?

Estaba tan aterrorizada.

—¡Lo volví a hacer, desaparecí, volví a desaparecer!.

No podía dejar de aferrarme a su espalda, no podía. Mis lágrimas empaparon su camisa y mis manos la arrugaron.

Me sentía ridícula, me sentía temerosa. ¿Como reaccionaria él? De seguro pensaría que estoy loca, hasta yo misma creo que estoy loca.

Desde mi llegada a ese sitio, he experimentado constantemente un sentimiento de temor, el temor a desaparecer, a desvanecerme como a veces sucede. En ocasiones todo se desvanece, por breves momentos o incluso horas. Y de repente reaparezco, en un lugar distinto, con ropa diferente. Me siento desorientada y llena de miedo, es como si estuviera experimentado una especie de muerte y resurrección sin darme cuenta.

¿Estoy desapareciendo? ¿Es solo mi mente? ¿Por que desaparezco? ¿Que son esos sueños en donde veo a un hombre mayor caer a un precipicio? ¿Quien es esa persona? ¿Quien soy yo? ¿De verdad soy Serena? ¿Quienes son esas persona.... Que salen en sueños.... Esa chica morena y..... Ese hombre cargandome en la nieve?

Puedo sentirme desvanecer.

Completamente.

Lara


#Muy, Muy, Muy antes en otoño.

Es extraño estar aquí, eso pensé.

La mañana es fría, el bosque que nos rodea parece profundo y oscuro, el cielo está nublado, casi por completo. Veníamos de lejos, habíamos viajado mucho tiempo en el carro de papá, sus asientos son cómodos pero es difícil, difícil estár cómoda por 5 horas de viaje. Mis muñecas ya me eran aburridas para luego de la primera hora, ya las había involucrado en suficientes aventuras, me sentía mal por ellas, era feo pensar que las estaría convirtiendo en personas que constantemente tienen que estar superando retos, hiendo a fiestas constantemente y salvando al planeta siempre. Sentía pena por ellas, por eso ahora que finalizó el viaje siguen descansando en la parte de atrás del carro de papá.

>>Aquí hay un poco de nieve<< eso pensé al momento de undir mis pequeños pies en ella, en el pequeño espacio con nieve; Fría y blanca como ninguna otra, para ese momento apenas y había alcanzado ver la nieve en programas de TV, por eso me sentí emocionada, pero al mismo tiempo no me sentía cómoda para jugar de inmediato. Era extraño estar en este lugar, con este frío, con estas personas usando cascos y llevando tablas de madera dentro de la casa frente a nosotros, papá está feliz, demasiado. Sus ojos miran la casa como lo hizo cuando se compró su carro.

—¡Es hermosa! —exclamó papá, lleno de juventud y entusiasmo digno de él —¡Aquí pasaremos las vacaciones desde ahora! —apuntó sonriente a la casa. Aunque no todos eran tan entusiatas.

—Claro... —mamá no parecía muy convencida mientras miraba a su alrededor; Bosque y frío en todas direcciones —por que cuando piensas en pasar unas buenas vacaciones te llega automáticamente este paisaje.

El sacamos casi no alcanza a papá.

—Ay amor, no seas pesimista —le pidió papá en lo que se ponía en frente de ella para besarla en la comisura de los labios — Tu solo imaginate navegar por ese hermoso lago —apuntó al lago detrás de nosotros —Tu, Yo y Lara flotando suavemente sobre las aguas.

—Las muy frías aguas —soltó mamá.

—Tu solo dale una oportunidad —le pidió mientras tomaba sus manos frente a ella, luego las besó suavemente —porfiiiiis.

Entonces papá puso ojos de perrito, esos de los que me dan risa, entonces mamá comenzó a mirarlo feo, pero como siempre su mirada se va aflojando hasta que ya ni siquiera parece molesta. Luego de un largo suspiro mamá dijo:

—Esta bien —soltó mamá por fin —Pero conste que dije que es un pésimo lugar para vacacionar.

—¡No te arrepentirás amor! —entonces papá volteó a verme —¿¡Lista para jugar en la nueva casa, chiquitita!?

Recuerdo que sonreí de inmediato.

#

Nos quedamos en esa casa, lo recuerdo vagamente, el frío a diario aumentando cada día un poquito más, nuestra casa de madera blanca, mi habitación en el segundo piso. Todo está borroso, la sonrisa de papá, la sonrisa de mamá, la cara de ese hombre... Nuestro vecino...

Recuerdo que fuimos de picnic, ese señor nos llevó a un bonito lugar, con un gran presipicio. Desde lo alto de la montaña se veía una gran ciudad, con grandes edificios grises alcanzando el cielo, desde allí parecían pequeños juguetes. Daba miedo solo estar cerca de la orilla. La caída se veía casi infinita. El señor es muy amable, eso creo, me dijo que si voy en línea recta por detrás de mi casa terminaré llegando hasta allí. Me pareció emocionante pensar eso. Yo subiendo la montaña. Como una aventurera.

Para cuando nos dimos cuenta otoño ya había terminado, y la tormenta de nieve llegó. Azotó el lugar con fuerza, papá dijo que nos iríamos en una semana de vuelta a casa. Y que volveríamos el próximo año.

Me sentía mal por el señor vecino, me lo imaginaba quedandoce solo en esa cabaña, con la fuerte tormenta y la soledad. Era algo triste.

Entonces un día, no recuerdo muy bien cual. Yo salí de casa, el cielo estaba tapado completamente por nubes grises, el viento movía las hojas en los árboles como si quisiera arrancarles, con fuerza. Yo decidí salir, a algún lugar a jugar con la nieve. Supongo que me adentré mucho en el bosque.

Por que me perdí.

La oscuridad era aterradora, tenía mucho miedo, mis manos temblaban y respirar ese frío aire me dolía en los pulmones. Sin importar a que dirección caminara no encontraba algo más que árboles y nieve. Con cada paso que daba todo se tornaba más oscuro. Recuerdo que por un momento me senté de espaldas a un gran árbol, podía mirar sus ramas moverse muy arriba de mi, era un árbol alto. El sonido del viento era lo único que podía escuchar, el frío es lo único que podía sentir, miedo es el sentimiento que dominaba en mi. Estaba perdida.

Hasta que el llegó, con la sombra de una barba canosa en su barbilla y su cara llena de arrugas profundas que lo hacían ver como si...... Como si jamás hubiera sonreído antes. Pero es extraño, no tengo miedo, la forma en la que me habla, en la que se acerca y me carga en sus brazos es muy gentil. Como si antes ya hubiera tenido algo frágil en sus manos, hace bastante tiempo. Sus ojos reflejan tristeza, bastante tristeza, tanta qué me quita el frío.

—Tranquila niña, te llevaré a casa —decía mientras caminaba en ese bosque, con una pequeña linterna iluminaba lo que estaba frente a él —Tus padres están muy preocupados, es fácil perderse en este lugar... —le me veía, con algo de preocupación supongo —Yo.. He... Bueno, yo tuve una hija... Como tu, pequeña y traviesa, aunque jamás se perdió... — parecía divertirle un poco el recuerdo — Aunque no se perdió nos dio un gran susto. Era otoño y.... El lago se descongeló antes de tiempo, mi... —sus facciones temblaron —Mi.. Mujer... Y yo fuimos a andar en bote sobre el lago, llevamos a nuestra hija y —tuvo que acomodar su voz por alguna razón —Ella estaba riendo, decía estar viendo peces desde la orilla del bote y por estar tan a la orilla terminó cayendo de cara al frío lago..—su sonrisa no es una muy feliz —Nos asustó, tuve que entrar de inmediato al agua para meterla de nuevo al bote.

Entonce nadie habló por muchos pasos más, podía escuchar el viento, la fricción de la ropa, la respiración de ambos y el crujir de las ramas. Por varios pasos podía escuchar tanto y tan poco.

—Cuando volvimos a casa —ya no sabía si me estaba hablando a mi —Ella se pegó al calentador, temblando y después de mucho llorar recuperó el calor y... Ella simplemente sonrió, sonrió al tomar una tasa de chocolate, allí pensé que... Aveces... Aunque tengas frío y miedo, simplemente... Si alguien te hace una bebida caliente al volver a casa.... Puedes seguir... O no sé, yo que sé, solo soy un viejo.

—No eres solo un viejo —le dije, con la voz algo rasgada por el llanto. El me miró atentamente por unos segundos, luego sonrió, cosa que parecía imposible.

—Y tu no eres solo una niñita traviesa —dijo —Tengo un nieto de tu tamaño, bueno, tal vez un poco más grande.

El camino a casa fue corto y frío, para nosotros. Solo para nosotros.

Para papá fue aún más largo, y aún más corto.

—¡Se lo digo oficial, mi esposo salió hace ya mucho tiempo y no a vuelto! —gritaba mamá, alterada —Por favor mande a sus hombres a..

—¿Con esta tormenta? —interrumpió ese hombre gordo y de bigote —Solo lograremos perder aún más hombres, ni siquiera los bomberos se atreverían a salir con esta tormenta.

—Yo iré —dijo el señor Florens acercándose a nosotros desde su casa —Conozco el bosque y creo saber a que dirección se dirigía.

—Está seguro —el oficial lo miró dudando —Hasta usted tendría dificultades para estar allí afuera, en el bosque.

—De todas formas no puedo sentarme a esperar —dijo el señor al comenzar a caminar lejos, apenas se había alejado unos metros y ya lo parecía haber tragado la tormenta, apenas podía ver lo que estaba frente a mi.

—Volvamos a la casa amor, papi estará bien —decía mamá al llevarme de la mano de vuelta a esa casa.

Quien diría que no volvería a ver a papá. Nunca más.

Al día siguiente los policías nos llevaron al lugar, bastante arriba en la montaña, en el lugar de los picnis, en el fondo del presipicio. Allí estaba papá. O eso decía el policía, no pude verlo.

Recuerdo varias cosas, recuerdo el sonido del motor del auto del policía, recuerdo el frío que aun había, y la cantidad de nieve en el suelo que hacía difícil caminar, también recuerdo la forma en la que mamá reaccionó a la noticia.

Primero un gran respiro, luego un grito, luego el llanto, la forma en la que se aferró al uniforme del policía frente a ella, luego los pequeños golpes en el pecho de aquel hombre, mientras el llanto permanecía, luego de unos segundos recuerdo que se volteó a ver directo a mi dirección y me vio, vio a esa pequeña parada entre la nieve.

Esa pequeña con el pelo suelto y despeinado, con ese pequeño abrigo blanco y esos pantalonsitos gruesos y grises.

Me vio con esos ojos llenos de furia, de odio y dolor. Sus ojos decían "Tu eres la única culpable" por dos segundos dijeron eso, luego mamá reaccionó, como si hubiera recuperado su cuerpo que estaba en manos del odio, luego se vio la culpa en sus ojos, más lágrimas cayeron y luego corrió a abrazarme.

Pero yo jamas olvidaría esos ojos.

lloraba desconsolada, sin decir que era la culpable, aun sabiendo que así era. Yo soy la culpable de que papá muriera, si tan solo no me hubiera perdido... Papá seguiria aquí.

Yo llevaría esa culpa en mi, por mucho tiempo. Por años.

Mamá también.

Y eso nos cambiaría drásticamente.

A mamá sobre todo, ella se obsecionó con su trabajo, tal vez para escapar de la realidad y el dolor; mismo dolor que prefirió enterrar en trabajo de maquillista, tratando me maquillar las caras de los famosos y tratando al mismo tiempo de maquillar su dolor.

Me fui acostumbrando a estar sola, al principio lloraba todas las noches, pero a la largae fui acostumbrando a que esta casa estuviera vacía. Llenas de bonitos recuerdos, poco a poco siendo tapados por malos.

Desayunar sola, ir a la escuela sola, almorzar sola, cenar sola, dormir sola.

Recuerdo que una vez... Mamá llegó tarde a la casa, la niñera se había ido hace varias horas. Pero mamá entró a mi habitación y con suavidad me despertó.

—¿Que pasa mamá? —alcancé a preguntar con mi ronca voz.

—Mañana... —mamá parecía querer llorar —Tu y yo iremos a una pequeña audicion —me sonrió con tristeza mientras sobaba mi frente —Tu papá... Sabes... Él era director en una televisora y... Esa televisora está buscando modelos... Niños y niñas modelos para... Alguna revista de ropa de niños.. —una pequeña lagrima rodó por su mejilla —Pensé que eso sería algo que querría tu papi....

Me sentía confundida, por el fuerte olor a alcohol que desprendia su aliento, por sus ojos rojos y llorosos y por lo destruida que puede verse una persona.

Y por lo doloroso que es ver rota a una persona que amas.

Luego de eso mamá solo se quedó dormida allí mismo, al lado de mi cama con su cabeza sobre el colchón. Ella necesitaba dormir, sin embargo como siempre, no lo hizo por mucho.

Al día siguiente mamá me llevo temprano a un set, de fondo blanco y lleno de cámaras. Habían varios niños y niñas, esperando parados junto a mi en ese set fotográfico. Las niñas llevan vestidos hermosos, y todas son muy lindas. Los niños se ven elegantes y con el cabello brillante por el gel.

Yo llevo un vestido blanco, recuerdo que a papá le encantaba este vestido, de hecho el lo compró. Presumía diciendo que tenía mejor gusto que mamá.

—No lo arruines —dijo mamá mientras acomodaba un moño sobre mi cabello.

—Trataré de no...

—No trates —terminó de acomodar el moño —Solo no lo arruines y punto.

Entonces se situo detrás de las cámaras, en donde estaban el resto de padres, animando a sus hijos. Pero mamá me miraba sería, evaluando, analizando. Cada que veo sus ojos recuerdo como me miraron ese día. Se me hace un horrible nudo en el estómago solo de recordar.

Estoy comenzando a sudar, aun no han comenzado con la seción de fotos y ya estoy temblando, siento una precion en el estómago, y algo de náuseas. Creo que vomitaré

Vomitaré y mamá lo verá, me seguirá viendo con esos ojos tan vacíos, entonces la decepcionaré, lo haré y ella volverá a verme como el día en el que le dijeron que papá murió.

—Te ves linda —escuché decir, lo dijo una linda chica morena a mi lado, parecía mayor, más alta y femenina —Eres muy linda así que no te preocupes.

Lo decía con seguridad, como si de verdad lo creyera.

>>Esta chica me está hablando... <<pensé >>¿por que lo hace?<<

—Es que tenias mala cara —dijo —es normal tener nervios.

Su cabello es hermoso, como pequeños resortes dando vueltas y vueltas. Esponjado y negro azabache. Nunca había visto a alguien con el cabello ta rizado.

—Yo... Yo..

—Solo sonríe, sonríe mucho para que nadie se de cuenta de lo nerviosas que estamos.

—¿Tu... también..

—¡Claro que si! —me sonrió. De una manera genuina y hermosa.  —Me llamo Serena —tomó mi mano sudada, sin asco ni asombro —es un placer conocerte ¿tu como te llamas?

¿Como es que es tan linda y educada?

—Emm....me llamo Lara.

—¿Quieres ser mi amiga, Lara?

—¿T-Tu amiga? —casi me atraganté con saliva.

—Zeee   —miró fastidia a su alrededor —Es que al resto de niños no les agrado.

—¿Por que?

—Mamá dice que por que no somos adinerados —explicó, luego su mirada se fue a otro lugar —oí a papá decir que se trataba de un tema "racial" o algo así... Yo digo que es por que son unos idiotas.

—No entiendo — dije. Algo apenada —¿Por que quieres ser mi amiga?

—"De todas las posesiones, la amistad es la más valiosa" eso dijo Heródoto.

Entonces la miré, como quien no le llega oxígeno al cerebro. Supongo que lo desentendida se me vio en la cara por que en segundos dijo:

—Tranquila, yo tampoco entiendo —volvió a verme sonriente —Solo te vi y dije :¿por que no?.

—¿Solo por eso?

—¿Se necesita más para ser tu amiga? —entonces me miró, yo la miré de vuelta. Y sin saber que responder, o como reaccionar. Sentí ganas de reír un poco, tal vez por que no entendía muy bien que pasaba por su cabeza y también por que me sentía feliz de que alguien quisiera ser mi amiga.

—Esta bien.

—¿Amigas? —me sonrió.

—Si, amigas —le sonríe de vuelta.

—¡yupiii! —celebró, luego se detuvo en seco para sonreirme —¿Te doy un consejo?

—Em... ¿Si?

Su sonrisa se amplió —Solo fluye. No tengas miedo a cagarla —sonrió —"En la vida hay algo peor que el fracaso: el no haber intentado nada" —recitó —Eso dijo Franklin D. Roosvelt.

¿Debería saber quien es ese señor? Pensé al verla sonreír frente a mi.

Luego de eso nos tomaron fotos, me sentía nerviosa y temerosa. No estaba haciendo bien mi trabajo, apenas podía forzarme a sonreír. Mamá seguía mirándome, con su mirada fija y sería, como evaluando mi comportamiento en cada momento. Recuerdo pensar que las demás madres de los niños no los veían así, todas reían y estaban emocionadas de ver a sus hijos posar... Pero mi mamá.... No parecía feliz. Hace años mamá no lucia feliz.

—Mañana vendremos nuevamente, aun se tienen que tomar algunas fotos —dijo mamá. Estábamos en el auto camino a casa.

—Está bien —solté, mirando a la ventana.

—El fotógrafo me dijo que te conseguiría otra toma de fotos para una pequeña revista infantil —dijo  —Debes soltarte más, sonreír mas, te vi allá y parecías demasiado nerviosa. Así no llegaras a nada.

—Lo siento.

—No importa que lo sientas, importa que sonrías bien para la próxima —entonces nos detuvimos en un cemaforo, mamá apretó el volante con un poco de fuerza —A papá le hubiera gustado verte allí, el solía trabajar en ese set... Cuando lo conocí —solo podía verle de espaldas, no podía verle la cara. O eso pensaba ella, pues el retrovisor me permitía ver sus ojos llorosos llenos de tristeza.

—Lo haré mejor para la próxima mamá, te lo prometo —dije, con una precion horrible en el pecho.

Era un dolor extraño, dolía al ver a mamá llorar, al oír su llanto en la noche. Pero no se limita solo al ver llanto, también aparece al ver la sonrisa de papá en cada fotografía que miro. Es un dolor tan extraño el que siento.

—Vi que te hiciste amiga de esa chica morena —dijo mamá.

—Eh.. Si..

—Es bueno —soltó, en un tono más suave —Ella es casi una profecional, esa pequeña lleva dos años en la industria... Te hará bien pasártela con ella.

¿Es una casi profecional? Pero ella me había dicho que estaba nerviosa y...

¿Me mintió?

#

—Si, te mentí —admitió como si nada. Ahora tenía un hermoso vestido púrpura de una sola pieza, se veía como una princesa.

—¿Por que? —le pregunté.

—“Cuando las cosas se ponen difíciles, lo duro es ponerse en marcha" eso dijo Joseph Kennedy —soltó a la nada —Lo hice por que te veías nerviosa —dijo —Sentí un poquito de lastima y decidí ayudarte.

Entonces... Lo de ser amigas..

—Aunque fui sincera con lo demás —soltó mientras me miraba a los ojos —Si quiero que seamos amigas.

No pude evitar sonreír un poquito. No tenía amigos, nadie se me acerca desde que en la escuela se regó la noticia de mi papá, todos me ven con ojos de tragedia y Lastima.

—¿Quieres venir a mi casa? —me preguntó.

—¿A tu casa?

—Si, obvio.

—Tendría que pregunt... —dije en lo que me volteaba a ver a mamá a lo lejos, hablando con los fotógrafos con esa cara seria y autoritaria —Bueno.. Tal vez no me dejen..

—Tranquila, Yo te saco permiso —entonces Serena apareció en mi rango de visión, se acercaba a saltitos hacia mamá >>¿¡Que se supone que hace!?<< las vi conversar unos segundos, Serena le sonreia encantadora y mamá la miraba atentamente, luego de unos segundos mamá le sonrió brevemente y Serena saltó de alegría, luego volteó a verme mientras me hacía señas con los brazos.

#

—¡Bienvenida a mi habitación! —soltó Serena al entrar —Como puedes ver en cada pared hay un póster diferente, tengo alrededor de 37 posters pegados y planeo tener más.

Era impresionante, tantos rostros famosos pero desconocidos para mi. Tanto hombre de pelo largo y camisas de cuero. Era increíble lo diferentes que eran la habitación de Serena y su persona.

—¿Te gusta... La música rock? —le pregunté al entrar y ver todos esos posters en las paredes blancas.

—"Si el hombre no ha descubierto nada por lo que morir, no es digno de vivir"...  Gran frase de Martin Luther King —sonrió —Me encanta la música rock —dijo al dejarse caer sobre la cama —Korn, Metálica, Gun's an roses, Queen, Disturbed, Pandax, ECDC, y podría seguir —dijo —Pero mi favorita es Avril Lavigne —decía mientras alzaba sus manos al techo, en donde se encontraba el póster más grande que jamás vi.

—Wao.. —dije. Sabiendo que era lo único que podía articular.

—Si, wao... —soltó orgullosa —Este es mi lugar, aquí puedo ser yo misma y de dejar de usar esos vestidos... —entonces pareció recordar algo mientras chaqueaba los dedos —¡casi lo olvido! —se levantó de la cama —Debo quitarme este vómito de princesa —señaló su lindo vestido —¿No te molesta que me vista frente a ti?

—N-No, no me importa —dije torpemente.

—Te tomo la palabra —soltó sonriente mientas abría su closet y se quitaba el vestido, definitivamente era mayor que yo, su cuerpo era más curbilinio, incluso le habían crecido los senos (cosa que a mi aun no), sus caderas son más anchas y su cintura más delgada. ¿Así me veré yo dentro de unos años?

—¿Puedo hacerte preguntas? —dije. Mirando un póster con hombres con la cara pintada de forma extraña con pinturas blancas y negras.

—Si, no me importa —dijo mientras se desnudaba.

—¿Como es que sabes... Esas frases? —sentía curiosidad.

—Bueno, lo resumiré... Ya que es una larga historia —soltó un gran suspiro, como si se preparara —Mi abuela vive lejos, mi abuela materna —aclaró —Y vive en uno de esos pueblitos que los abuelos adoran en donde no pasa absolutamente nada interesante. Y creeme que no exagero, jamás pasa nada en ese pueblo. Hace dos años estaba condenada a pasar una semana allá, y no tenía nada con que entrenerme. Mi abuela no es una persona que adore la tv, o la radio. Por eso un día mientras revisaba cosas para escapar del aburrimiento encontré un gran libro — sonrió, parecía recordar —Lleno de polvo y super pesado, eran un gran libro que ponía en el título: Grandes frases de Grandes pensadores. Era la cátedra de las frases. Estaba tan aburrida que me costó tres días leerlo todo, y el resto de la semana memorizar más de la mitad de las frases.

—¿Hablas en serio? —me parecía ridículo pensar que alguien tan alegre e interesante como ella pudiera aburrirse.

—Tu solo di el nombre de un gran pensador, filósofo, celebridad o científico y yo te diré por lo  menos tres frases —dijo —Si no consigo decir almenos tres frases, te regalo uno de mis amados posters.

—Em... En realidad no necesito ningún..

—¡Solo pregunta!

—Esta bien.. —solté, luego comencé a pensar. Solté el primer nombre que se me vino a la mente —¿Socrates?

—mmm... Sócrates.. —decía pensativa —​​​​ fué un filósofo clásico griego... considerado como uno de los más grandes, tanto de la filosofía occidental como de la universal —decía casi como si lo leyera de algún lugar —A decir verdad tiene buenas frases, 1) "Solo hay un bien: El conocimiento". 2)"La verdadera sabiduría está en reconocer la propia ignorancia" y, 3) "sé amable con todo el mundo, pues cada persona libra algún tipo de batalla". Listo, gané.

Ni siquiera podría saber si de verdad ganó, no sé ninguna frase de Sócrates. Solo lo dije por que hace poco en la escuela hablaron sobre el en clases.

—Eres muy buena —dije.

—Si lo sé, soy lo máximo — soltó como si nada.

Entonces me dispuse a preguntar algo más.

—¿Cual es tu edad? —pregunté. Sin dejar de mirar.

—Em... —se puso una camisa blanca con un símbolo en el estómago —Tengo 16 años... ¿Y tu?.

—Yo... Tengo 13 años —contesté. —Los cumplí en abril.

—Oh.. Eso no fue hace mucho —dijo en lo que saltaba para ponerse unos shorts de mezclilla —Eres una niñita —soltó burlona —Tranquila que yo te cuidaré ¿vale?.

—No bromees —sonreí.

—No bromeo —dijo mientras se ponía una camiseta —¡Listo! Ahora charlemos —se acostó sobre la cama —ven aquí, siéntate niñita —pidió, entonces poco a poco me senté en una de las orillas de la cama, viéndole buscar la máxima comodidad mientras movía su cuerpo —Ahora dime..... ¿Que es... Lo que te gusta?

—¿Lo que me gusta? —pregunté confundida.

—Si... lo que te apasiona — dijo —Todos tenemos algo que nos gusta.

—Em... No lo sé.. —no me apasiona ninguna cosa en especifico. No soy tan interesante como para tener gusto concretos a mi corta edad.

—Vamos... No seas aburrida, a todos nos gusta algo, ya sea el anime, los cómics, la música rock o todas al mismo tiempo, al igual que yo —sonrió.

—Pues... No lo sé.

Entonces Serena soltó un largo suspiro de aburrimiento, me sentía mal, como una persona nada interesante. Apenas tengo trece años ¿puedo ser lo suficientemente interesante para una chica de su edad? Creo que no... ¿Verdad? Que tan interesante puedo ser ¡por dios! Apenas tengo un poquito más de una década con vida.

—Bueno... —comenzó a decir —¿Quieres ver algo genial?

—Emm...si claro.

—¡Pues sigueme!

Entonces se levantó rápidamente de la cama y comenzó a jalarme del brazo fuera de la habitación.

—¡Se supone que te debo seguir, no que tu debas arrancarme el brazo!

—¡Deja lo quejumbrosa niñita!

Luego de que me arrastraron por varios sitios de la casa terminamos pasando por una puerta cerca de la cocina, detrás de esa puerta habían unas escaleras en bajada qué llegaban a una habitación espaciosa y llena de diferentes cosas, varias en el medio de la habitación tapadas con sabanas blancas. Podía llegar a ver unas lavadoras en una esquina, unos cuantos trofeos de atletismo y.. Música.

—Este es el lugar donde crearé mi carrera artística —señaló al lugar de paredes grises opacas —Un pequeño lugar en donde puedo hacer lo que me gusta.

Pensé un momento, luego miré alrededor.

—¿Aquí lavas ropa? —pregunté. Y ella me miro apretando un poco los labios.

—Si...Lara, aquí lavo ropa ¡pero también! —fue al centro y tomo las mantas qué cubrían lo que sea que estuviera allí en el medio de la habitación —Aquí también es donde hago mi magia —entonces quitó la manta —¡magia musical!

Señaló la batería, guitarra, bajo y guitarra acústica que se encontraban amontonadas bajo las mantas.

—Con estos bebes —tomó la hermosa guitarra eléctrica color rojo labial —Con estos bebes hago mi música.

—¿Haces música?

—¡Obvio niñota! —me gritó por alguna razón —¡No se si te habías dado cuenta antes pero me encanta la buena música!

—Bueno.. Si pero.. No sabia que sabias tocar instrumentos —me excusé.

—"La ignorancia, la raíz y el tallo de todos los males" —recitó. Entonces ella se puso la gittarra encima con la cinta que esta traía, y comenzó a caminar en dirección a unos trofeos que ya había visto anterior mente. Luego, de espaldas a mi y sin avisar comenzó a lanzarmelos.

—Este fue mi primer trofeo —decía tranquila mientras me lo lanzaba, de no haberlo atrapado milagrosamente se me hubiera estampado en la cara —Y este fue cuando toqué el piano en esa feria, todos estaban maravillado con mi interpretación de bohemian rapzodi —entonces me lo lanzó, muy a la derecha para que me diera pero aun así lo atrapé, parecían valiosos.... Y pesados —Y este.... Fue hace dos años, me hicieron participar en un pequeño concurso de talentos en mi antigua escuela —recordó divertida —Para ser sincera yo era la única con talento allí, es decir... Tu creerás que lo digo por alardear pero literalmente la única persona minimamente talentosa en ese concurso lo único que podía hacer era tocar la flauta con la nariz, que seamos sinceras.. Es un buen talento, pero eso no quiere decir que deje de  sonar como si la flauta estuviera rogando por su vida.

Entonces me quedé esperando que me lanzase ese gran trofeo, trofeo que realmente no creí que pudiera atrapar. Definitivamente caería al suelo o me daría de lleno en la cara. Pero Serena no lo lanzó, solo siguió mostrándome la historia de unos cinco grandes y hermoso trofeos más.

Al final, cuando puse en su lugar a los dos trofeos qué por alguna razón me lanzó. Me dirigí a ella con admiración.

—Es genial que puedas tocar todos esos instrumentos —le dije mientras la veía sentarse detrás de la batería —¿Cuantos instrumentos puedes tocar?

Ella sonrió —Todos los que ves aquí.. —luego pareció recordar algo, su sonrisa desaparacio en el momento que puso cara de total fastidio —Pero eso es justamente lo que me fastidia de todo esto... —suspiró cansada mientras veía al frente —Se tocar todos estos instrumentos, la guitarra eléctrica, la acústica, el bajo y la batería, inclusive el piano de allá —señaló un piano polvoriento en una esquina de la habitación, tenía muchas cajas y juguetes encima —Puedo tocar todo esos intrumentos pero no puedo hacer una sensilla cosa: Componer.

—¿Componer?

—Si Lara, eso que acabo de decir —me dijo —No se componer canciones, escribirlas y... Cantarlas me es difícil, no tengo una armoniosa voz ni tampoco una mente compositora —tomó los palillos de la batería —Mi sueño no es pasar el resto de mis días desfilando en pasarelas hasta que sea muy vieja y ya nadie me quiera contratar, no quiero ser modelo;Quiero crear mi propia banda de rock e irme de gira por el mundo, conociendo lugares, asistiendo a conciertos y haciendo que la música llegue a los corazones de todo el que la oiga. Ese es mi puñetero sueño.

—Es un sueño muy bonito —dije. Sinceramente.

—Lo es... Pero mientras no sepa componer..

—¿Que tan difícil es componer?

—Literal, no es difícil solo debes... —entonces tomó una libreta qué se escondía debajo de una almohada y comenzó a escribir —Solo debes escribir... Emm..... —parecía pensarlo bien —Yo siempre te querré... Por que soy genial y... Aunque yo te amé... En.... ¿Se que soy genial? ¡Arghh! ni siquiera puedo... Escribir un poco .

Se lamentó haciendo a un lado la libreta. Entonces yo la tomé, solo por curiosidad.

—Tienes una linda letra —dije. Observando lo que acaba de escribir.

—Eso no importa a la hora de componer, así que no me importa.

—Lo que escribiste no está tan mal, es decir... Si tan solo... —tomé el lápiz —Yo siempre te querré... Aunque me hagas sentir mal/ tu mirada fuerte en mi /Tu sonrisa angelical/ Dime que debo hacer ¿por que eres tan genial?/ quiero estar a tu nivel para........ —entonces me detuve —.... Y hasta allí llegué.

Entonces Serena abrió los ojos conos grandes platos redondos, viéndome fijamente, como si me estuviera prendiendo en llamas.

—¿Acabas de sacar eso de tu cerebro? —soltó anonadada.

—¿Que clase de pregunta es esa?

—¿¡Desde cuando sabes componer!? —exclamó tomándome de los hombros.

—¡No sé hacerlo! —respondí mientras era agitada —¡solo escribí lo que se me vino a la mente! —entonces me arrebató la libreta y comenzó a caminar por la habitación sin dejar de verla —Lo que escribí no es para tanto.

—¡Lo sé! —dijo —Pero es condenadamente buena para ser tu primera vez, es decir ¡tienes trece años! —exclamó riendo —Y sabes componer mejor que yo, literalmente voy a clases de música y jamás pude aprender y ahora tu.... —me miró —Tienes talento, mi profesor dijo que los grandes compositores normalmente son personas retraídas, a las que les han pasado cosas turbias —pestañeó par de veces —¿te han pasado cosas turbias?

—Em...bueno..—entonces recordé el frío del bosque en mucho tiempo —Creo que exageras —dije nerviosa. Tratando de desviar la conversación.

—Puedes mejorar, eso está claro pero... —balbuceó, varias veces —Tienes una semana —me dijo muy seria.

—¿Que?

—Tienes hasta mañana para hacer la letra de una canción.

—¿¡Una canción!? —solté entre risas —Nunca podría, no tengo el talento suficien__

—¡Claro que lo tienes! —interrumpió algo enojada —Una de las razones por las que te hablé cundo te vi ese día
.. Fue por que parecías ser igual a mi —dijo —Tu no querías estar allí, no querías sonreír para las fotos... No te emocionaba ni un poco el mundo del modelaje y por eso me vi en ti, por eso te hablé... Yo no hablo con nadie Lara, odio todos esos niños molestos en los set de fotografía infantil, odio a los que tienen mi edad y a los que tienen la tuya, los odio a todos.

Era increíble ver lo sería que estaba Serena en ese momento, parecía bastante seria.

—¿No quieres compartir mi sueño? —me preguntó —al menos date una oportunidad, trata de componer una música... Porfis..

Su mirada, ojitos de cachorro, como los que le ponía papá a mamá. Ahora entiendo un poco más a mamá, supongo que es difícil resistirse a esos ojos.

—Está bien — solté, sin ganas.

—¡Ya veras que no te arrepentirás! —soltó alegre —Me lo entregas mañana en la clase de música.

—Ok... —dije sin mucho afán. Luego reaccioné —¿¡Clases de que!?

#

—¿Como le hiciste para convencer a mi mamá? —le pregunté a Serena sentada a mi lado en ese salón.

—Le dije que era para que superaras tu miedo escénico, y que yo misma me encargaría de hacer de ti una gran modelo —soltó sonriente —Dios, la que hago por una niña de trece años.

Hasta ahora no me había interesado nada en especial, no veía gran cosa en la tv, no escuchaba gran cosa por la radio, no hacía gran cosa en mis tiempos libres. Pero desde ese momento... Desde que conocí a Serena sentí que eso podía cambiar, sentí que ella era la clase de persona que siempre hace cosas increíbles, y que si estaba cerca de ella podía hacer esas cosas yo también.

— Lara, observa —Serena me mostró su libreta, tenía grandes rayones con lápiz tinta negro, parecía haber escrito algo allí con caligrafía agresiva y chorreada, como escrito en sangre —Flowing to fucking hell —¡ese podría ser el nombre de nuestra banda! —soltó emocionada.

—El título me parece algo agresivo —le dije.

—Haremos rock, no pendejadas —soltó.

—Aun así creo que "Fluyendo al puto infierno" es un nombre bastante agresivo —admití. —Además creo... Que si es el nombre debería tener un significado para ambas.

—Mmm... —entonces comenzó a mirar el pedazo de papel —Tal vez tengas razón niñita —apretó sus labios pintados de negro —Bueno, dejemos el "fluyendo" y tu pon lo demás.

—¿Que?

—Yo seguiré fluyendo, me encanta esa palabra y su significado. Pero tu definirás hacia que fluimos —explicó.

Entonces me detuve a pensar, el nombre es algo que importa mucho, tiene que ser algo que tenga un gran significado para mi.

¿Papá? ¿Mamá? ¿Ellos son ese algo?

Por alguna razón aveces recuerdo al señor amable en la cabaña de al lado, su nombre no lo recuerdo pero... Si recuerdo su cara, sus ojos tristes y su barba con canas, sus arrugas y la pequeña sonrisa que en pocas ocasiones me mostró.

Incluso cuando temblaba de frío, en la nieve.

Flowing in the snow —dije, sin más.

Serena se me quedó viendo un largo rato, mientras su sonrisa se hacia más grande. Al final agarra su libreta y vuelve a escribir, pero esta vez el nombre que le dije. Esta vez más sangriento, y más agresivo.

Al parecer le gustó.

A mi me gustó.

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