Así coincidimos || Terminada

By MsMistery19

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¿Existe el amor de una vida pasada en otra vida? Nadie lo sabe. Sus caminos se cruzarán después de que al par... More

Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capitulo 45
Capítulo 46
Final/Epílogo

Capítulo 1

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By MsMistery19

Pov Calle.

Los Ángeles, 2023/ 2:11 pm.

De niños creíamos que en el 2023 habría autos voladores, rascacielos inmensos y robots a punto de gobernar el mundo.

Que estupidez.

En vez de eso el mundo cada vez está más loco y tiene cosas turbias, no obstante es el único planeta en dónde se puede vivir y a mí me tocó vivir en él, por desgracia y culpa de mi madre. Estaba tan agradecida de que por fin llegaba el fin de semana, había tenido una mañana muy ajetreada en la sesión de fotos de hoy. Mi cabeza dolía.

Solo esperaba llegar a mi hotel, darme un baño de burbujas y dormir cómo si me pagarán por ello. Aunque debía llamar un pequeño remolino adorable.

Había trabajado toda la mañana con el equipo, me cambiaban de ropa, de maquillaje y tenía que sacar mis mejores poses, el fotógrafo era exigente. Ahora estaba tirada en una silla, frente al tocador de maquillaje, el espejo con muchos focos alumbraban mi cara la cual seguía maquillada aún.

Estaba tan cansada que no quería ni desmaquillarme, al menos ya me había cambiado de ropa.

Nadie me mandaba a ser modelo.

Aunque no podía quejarme, era una de las modelos más famosas en América del Norte, era demasiado para el mundo y de ese tamaño era mi ego, y a eso súmenle que soy sagitario.

Los sagitario best signo, además de atractivos.

Era una mujer atractiva la verdad, con solo ver mi cara sabía que podía tener a quien sea mis pies. Por Dios, hasta Google sabe que soy la cara más linda de Colombia.

Si, era colombiana, pero tras perseguir mi sueño de modelaje– y buscar un mejor ingreso– terminé en Los Ángeles, después de tener una etapa de mi vida muy difícil. A mis 27 años tenía fama, dinero, un novio futbolista y guapo, un fandom medio loco, amigos y un hijo adorable que me esperaba en casa siempre.

Lo extrañaba, no dejaría que fuera con sus abuelos de vacaciones tan pronto.

Salí de mis pensamientos al oír las notificaciones de mi teléfono, extrañada lo tomé y miré miles de notificaciones en Twitter. El aparato iba a explotar de tanto vibrar. Empecé a leer las muchas personas que hablaban de mí detrás de una pantalla, de mi novio y cómo me estaban cancelando a alguien, pero no sabía si era a mi o a él.

¿Me están cancelando? ¡Yo no quiero que me funen!

Así decía la chaviza hoy en día.

¿Qué mierda pasó? Sin más preámbulo empecé a leer los hashtag que había en Twitter. Eran tendencia.

#Callesoltera

#Armandopitochico

a.

Mentira no era.

Me puse a leer los comentarios de la gente sin entender el contexto, y si, que me la metan sin pretexto.

🌻LunardeCalle: ¡Alguien meta a la hoguera a Armando con su pito chico!

🌻LaspatasdeLevi: Ese man siempre fue tan red flag. 🚩🚩🚩

🌻Calle_firmameunateta: Pobre de mi niña, ella no se merece eso :(

🌻Daniela_pisame_: ¡Protejan a mi nena de ese man!

Esos eran uno de los tantos comentarios, después de unos minutos me encontré con un hilo. Armando, mi novio, ahora ex por supuesto, me había puesto el maldito cuerno con otra modelo. Desde temprano y ya andaba valiendo verga.

Había fotos de ellos juntos y no eran fotos cualquieras, era fotos de ellos cogiendo en vía pública.

Señor, ya suéltame, no quiero ser tu mejor guerrera.

Dejé de leer el revoltijo en Twitter cuando mi tono de llamada sonó en mi camerino con una llamada entrante de mi manager.

— ¿Bueno?— Respondí, hubo silencio.

— ¿Por qué tú novio tiene el pene tan pequeño?— Resoplé rodando los ojos.

Ni yo lo sabía, no lo voy a negar, cuando lo vi por primera vez me decepcioné. Pensé que era team sangre, pero la papa frita nunca creció. Yo sé que estoy pagando algún karma del cual no sé qué carajos hice mal.

— No sé, así lo tiene su mamá o papá. — Repliqué alzando mis hombros.

— ¿Por qué su mamá?— Inquirió.

— Del tamaño de la concha depende el mar. — Mencioné, viéndome en el espejo con luces, arreglando mi cabello.

— Ah...— Soltó Verónica.

Verónica Castro y no, no era la de México, la que tenía un romance con Ana Gabriel. Esa pareja tenía poder, sé de ellas porque se rumoraba que estuvieron juntas en su juventud. Lástima que Verónica tuvo miedo al éxito.

En fin, su canción reconocida era para los del clóset, no tenía pruebas pero tampoco dudas. ¿Con quién carajos estaba hablando? ¡Ah, con Verónica! Soy distraída.

Verónica era mi manager y prima, lejana pero lo era. Desde mis inicios de carrera ella apostó por mí y yo por ella, me llevó al éxito y siempre se lo agradeceré, cómo ella me agradecía al confiar en ella, ahora ella era la manager de mucha gente famosa. Pero siempre era la encargada de mi imagen, y a pesar de ser un poco seria en su trabajo, éramos unas primas que se querían mucho.

En conclusión no teníamos filtro.

— ¿Para qué llamabas?— Inquirí a mi manager, escuchándola pelear con alguien.

— Tus números bajaron en Instagram. — Informó, arrugué el gesto.

— ¡¿Por qué?! ¡A mí me pusieron el cuerno!— Exclamé con irritación.

— La mayoría de fans hombres venían del fandom de Armando. — Explicó Vero, llevé una mano a mi frente.

— Ese cabeza de pene, ahora sus estúpidos fifas están en mi contra. — Murmuré con fastidio.

— Eso te pasa por-

— Salir con un jugador de fútbol. — Complete. — No me lo recuerdes.

Ciertamente no sabía qué hacía con Armando, últimamente no me agradaba y no hablo exactamente por su profesión, odiaba el fútbol. Para mí mala suerte pero buena suerte para Armando acabé con él, aunque si me ponía un dedo encima lo dejaba sin bolas, por suerte siempre tenía mi gas pimienta cerca.

— ¿Ahora qué?— Pregunté.

— Voy camino al hotel para ver una solución. — Avisó Vero, suspiré.

— Está-

Mi teléfono vibró en mi oreja con otra llamada entrante. Lo aparté de mi oreja y el nombre de Armando con un corazón se vio en la pantalla.

Con que llamando, infiel.

— Te llamo después. — Le dije a Verónica.

— Daniela-

Colgué la llamada y le respondí a Armando con la mandíbula apretada.

— ¡Tú! ¡Care' guanábana!— Exclamé exaltada.

— Hola, mi amor. ¿Cómo estás?— Enchiné mis ojos sin poder creer su serenidad.

— ¡Deja el cinismo, Armando!— Espeté furiosa.

— Ay, ya lo sabes. — Murmuró.

— Si, ya lo sé, baboso. — Repliqué.

— Te juro que fue un desliz, tú sabes que esa modelo siempre me coqueteó.

Abrí mi boca totalmente ofendida. De todas las excusas baratas no esperaba está. Era un perro mentiroso, y ni siquiera debería de llamarle así, los perros eran más fieles.

— ¿Y tenías que meterte con mi competencia?— Inquirí con los labios fruncidos.

— Cosas que pasan cuando suceden. — Contestó con calma.

Definitivamente no tiene neuronas.

— Eres un imbécil, pito corto, capricornio de mierda.

Quería meterme al teléfono y dejarlo pelón con una rasuradora y darle golpes en su pelona con fuerza o depilarlo con cera, así sentía dolor y yo no iría a la cárcel por provocarle daños.

— Te vas calmando, ¿no?— Habló con voz agria. — No es mi culpa que tú ni me pongas atención.

— ¡Me la paso trabajando, imbécil!— Grité furiosa.

Era la verdad, me la pasaba trabajando pero siempre hacía espacios para cuidar “mi relación” y tener tiempo con mi hijo.

— ¿Y? Nunca cogemos y eres aburrida. — Mencionó Armando.

Ok, eso me dolió, me bajó el ego por un momento. Pero eso no es de mujeres diosas cómo yo, así que se vaya a la mierda y me bese el culo.

Me retracto, mi trasero era preciado.

— Vete a la mierda.

Sí, eso estaba mejor que darle mi glorioso culo.

— Cómo sea, pasaré por ti para ir a cenar por ahí. — Rodé los ojos al oírlo.

¿Creía que íbamos a seguir juntos después de todo esto?

— Mejor dobla en la esquina y chocas contra un poste. — Deseé con ironía. — No voy contigo a ningún lado.

— Deja de decir estupideces. Paso por ti. — Declaró severo, pinché el puente de mi nariz con mis dedos.

— Armando. — Mencioné.

— ¿Qué?

— Eres un imbécil y no te quiero volver a ver. — Respondí con tono de voz dulce fingido.

— ¿Me estás cortando?— Mencionó sorprendido.

— Siempre se te salía cuando estaba arriba, imbécil. — Él soltó un jadeo sorprendido y ofendido. — Adiós.

Colgué la llamada y tiré el teléfono en el sofá que había en el camerino. Pasé mis manos por mi cara frustrada, solté un gritito con rabia dando un pisotón al suelo.

Había perdido dos años de mi vida con esa asquerosa persona.

Armando era un idiota y todos los sinónimos que le seguían. Ni siquiera sé cómo terminé saliendo con él. Tal vez fue porque es futbolista, guapo y carismático, y quería una figura paterna para mi hijo, soy una idiota al pensar en esa idea, el idiota ni servía para hacerme venir con los dedos.

Al universo nada le costaba mandarme un romance que me dejara viendo corazones en el aire y suspirando el nombre de mi ser amado cómo los libros que leo.

Necesitaba aire.

En mi idioma es: ponerme peda con alcohol urgentemente.

Pude ver qué mi teléfono vibraba otra vez, el nombre de mi manager de nuevo apareció en pantalla. Sin muchos ánimos, dejé pasar la llamada. Tomé mis cosas y salí de mi camerino. Con el equipo que trabajé hoy no dejaban de verme, muy seguramente ya sabían mi tragedia. El pito chico de Armando.

Por poco y ya decía muuu con los cachos que me salían a relucir.

Mantenme.

Pov Poché.

Bar el bicho/ 2:05 pm.

Hoy era viernes y mi cuerpo sentía decepción porque no lo sabía.

Solté un suspiro girando mi lápiz para borrar la línea que había hecho, este dibujo no estaba saliendo cómo quería.

— ¡¿Es Nick de Zootopia humanizado?!

Exclamó mi mejor amigo a mis espaldas. Di un salto en mi lugar llevando una mano a mi pecho, casi me da un infarto por el susto.

Así tenía la conciencia.

— Cuidado y se enteran todos, culón. — Respondí rodando los ojos.

Aún habían unas cuantas personas en las mesas, había pasado la jornada del almuerzo, por suerte hoy salíamos temprano. Pero a Caleb no le importaban los clientes.

— Déjame verlo. — Pidió el pelinegro.

— No. — Repliqué.

Cerré mi preciada libreta y Caleb hizo un puchero.

— No seas mala. — Lloriqueó, suspiré. — ¿Cuánto le va a medir?

— ¡Caleb!— Mencioné dándole un golpe, él bufó.

— Aburrida. — Murmuró antes de irse.

Esbocé una pequeña sonrisa negando con mi cabeza. Volví a abrir la libreta y seguí dibujando el zorro que por alguna razón tenía aura coqueta. No me gustaban ese tipo de cosas, pero habían personas que si les gustaba, por lo cual un día se me ocurrió una estupenda idea, y mis ideas no son buenas. Ese día puse en tweet para los furros, - o algo así decía google- el tweet decía así.

“Si te gustan los dibujos furros, yo los puedo dibujar. Se acepta plata, mansiones, autos, riñones y diamantes”

El tweet fue un éxito, mi teléfono explotó con dm's pidiendo muchos dibujos. Un dinero extra no venía mal y dibujar a los personajes de Disney en animales o humanizados daba dinero.

La gente era rara, pero cool. No la mayoría del tiempo pero ajá.

Mi teléfono vibró en la barra, lo tomé y tenía un mensaje de Rose, mi mejor amiga en Twitter. Enchiné mis ojos.

Rose
@RoseBichota

Quiero un pedido”

Me llevé una mano a la boca para no explotar en una risotada. Claramente le seguí el juego.

¿Cuál?

Un dibujo de la bestia posando en calzones”

“¿Rose? 🤨📸

¿Quién es Rose?

Es tu cuenta, amiga”

¡Mierda! ¡Olvidé cambiar de cuenta!

No soy furra, es la personalidad”

Ay ajá”

...

¿Si me lo vas hacer?

Si. Págame”

💳💥💳💥💳💥

Me parecía estúpido que me escribiera, cuando literalmente estaba en el baño, bombones no estaba haciendo. Mis mejores amigos eran una cosa pero bárbara.

Tal vez por eso vivimos juntos y tenemos una banda de la cual casi nadie sabe. Deberíamos ser una banda reconocida, tocamos muy bien. Pero nadie aprecia las buenas cosas de la vida.

Tenemos el flow pero somos puro flop. Así dice la chaviza hoy en día.

Seguí dibujando, pero de pronto pude ver de reojo que Caleb se acercaba a mí con su teléfono y una sonrisa.

— Maje, mira lo que me encontré. — Mencionó con cara pícara.

— ¿Qué quieres, culón? — Respondí.

A veces Caleb me decía palabras de su país, generalmente no le entendía, bueno un poco. Pero la mayoría de veces creía que invocaba a un demonio.

Caleb rodó los ojos y sacudió su cabeza, mostrándome su teléfono otra vez.

— No seas quedada, mira.

Mis cejas se arrugaron y miré la pantalla del teléfono de Caleb, estaba en Twitter y había dos hashtag en tendencia.

#Callesoltera

#Armandopitochico

Solté un jadeo, me llevé una mano al pecho y miré a Caleb.

— Mi momento ha llegado. — Murmuré.

Miré al cielo y alcé mis manos al aire con los puños cerrados.

Piensa en grande y te estrellaras de golpe. ¿Importaba? No. Era Daniela Calle, me estrellaba donde sea si me lo pidiera.

— ¡Calle está soltera!— Grité feliz.

Comencé a saltar de un lado a otro, Caleb me miraba con los labios fruncidos y una ceja alzada.

— ¡¿Pero cómo pasó?! ¡Pasa el chisme completo!— Pedí, moviendo a mi mejor amigo cómo lechuga vieja.

— ¡Espera!— Exclamó, lo dejé de sacudir esperando una respuesta. — Su ex le puso el cuerno con otra modelo.

— ¿Quién le pone el cuerno a Daniela diosa Calle?— Inquirí con las cejas fruncidas.

Nadie en su sano juicio le sería infiel a tremenda mujer.

Si ella me fuera infiel le pediría perdón.

— Es hombre, ¿qué esperabas?— Replicó Caleb obvio.

— Tú también lo eres y te gustan. — Mencioné con duda.

Caleb llevó su dedo índice a su barbilla pensativo.

— Me gusta la verga no ellos. — Concluyó, hice una mueca.

— Asca. — Respondí, Caleb rió.

No me gustaban los hombres, lo supe cuando de niña creía que me gustaba un chico, pero cuando iba a darle mi primer beso salí corriendo y bese a mi vecina en aquel entonces. No sé porqué el impulso pero desde ese día descubrí mi orientación sexual.

¡Que me besen las mujeres!

— Tu crush está soltera, tírale los perros. — Soltó mi amigo con picardía.

— Déjame le escribo.

Tomé mi teléfono y me fui a mi cuenta fandom, obviamente el nombre era el más original. @Callepartimeendos que nombre tan glorioso y original.

Le mandé un mensaje de los tantos que tenía sin leer de mí. Pero primero miré sus historias, había subido una sola foto de su cara, pero era suficiente para tener ganas de vivir.

Rápidamente respondí la storie de Instagram.

Holaaa, pérdida. ¿Adónde tan soltera y sin conocerme?

“¿Qué tal si te doy un amor bonito?

Terminé de escribir la respuesta, recargue mi barbilla en mi puño esperando una respuesta, pero nada.

Fue entonces cuando pasó lo inesperado.

— ¡Me dejó el visto!— Chillé de emoción al ver el visto. — ¡Caleb, busca el anillo!

— ¡Te dejó en visto nomás!— Contestó Caleb de pesimista.

— Solo te da envidia. — Le saqué la lengua.

Estaba a nada de casarme con Daniela Calle, él solo tenía envidia.

— Contexto. — Una tercera voz se hizo presente. Era Rose.

— Te la meto sin pretexto. — Arrojó Caleb riendo.

— Uy que rico. — Respondió Rose, reí.

— ¡Mi futura esposa está soltera!— Exclamé otra vez con una sonrisa, suspiré.

— Ay, Garzón, eres fan de Daniela Calle hace dos años y no puedes superar que ella y tú no estarán juntas.

Rodé los ojos, me tapé los oídos e hice ruidos con la boca. Mis mejores amigos no eran positivos. Abrí mis ojos y dejé de hacer ruidos, los chicos bufaron.

— El día que lo logre me besarán los pies. — Puntualicé orgullosa.

— Lo siento, tengo fetiche de pies y me excito. — Declaró Rose, enchiné mis ojos.

— Rose, eres furra y te gustan las patas. — Me acerqué a ella y la tomé de los hombros. — Veo que escogiste el camino de la perdición.

— Idiota. — Murmuró.

Caleb y yo reímos, entonces nuestras risas pararon al ver a nuestro regordete y no tan adorado jefe acercarse.

— Pochesita, querida. — Me llamó. — Te toca cerrar el bar.

Edgardo iba con una sonrisa de oreja, se puso su chaqueta y dejó las llaves del local en el mostrador.

— Pero-

— Limpien el lugar. — Me interrumpió. — Adiós.

Y así sin más, mi jefe salía de su local sobando sus manos con una sonrisa yendo a su coche.

— A trabajar para irnos de aquí. — Informé a los chicos.

Ellos se quejaron y soltaron un bufido desconforme.

• ────── ♪ ────── •

Llevaba horas trabajando en el bar de Edgardo, el viejo ojo alegre me dejó a cargo del bar así él se iba a perder el dinero que tenía con su amante.

Era un suggar para muchas damas que creían en su mentira de que era un gran empresario, pero cuando las traía al bar siempre terminaba con una bebida encima y una mejilla roja. Aunque últimamente lo veía muy sonriente, con los chicos pensamos que tiene novia, pero una muy pervertida.

Caleb los escuchó en una llamada y según la información de mi amigo la chica le decía daddy.

¡Ja! Hasta mi jefe tenía más vida amorosa que yo.

¿Por qué a mí nadie me decía mommy? Ah ya sé, es que no tengo plata. Bueno si tengo, pero ese es otro asunto que no debía recordar.

— Maldita pobreza. — Murmuré.

A mí nada me costaba ser alguien millonario, y no tirar basura ajena de un bar que me pagaba 15 dólares por hora, pero tristemente me tocó dejar cosas de mi vida atrás.

Aunque era mi culpa el que estuviera sacando basura. Creo.

Suspiré y sostuve la bolsa negra repleta de basura con fuerza. Abrí el contenedor de basura y justamente cuando iba a lanzar la bolsa de basura el final de esta se rompió, dejando que toda la basura apestosa saliera a medio camino.

— ¡Ni para hacer bolsas sirven!— Resoplé con fastidio.

Obviamente el que creó las bolsas tenía la culpa de que se rompiera no mía.

Tiré la bolsa vacía inflando mis mejillas, puse mis manos en jarras viendo al cielo, los muchos puntos blancos inundaban en el infinito fondo negro.

Bajé mi vista y observé cómo los perritos de la calle se acercaban a los restos de la comida que tiré con hambre. Llevé una mano a mi pecho doliente soltando un jadeo de sorpresa.

¡¿Quién se atrevía a tirar tan lindos perritos?! Dios daba sus peores batallas a almas inocentes.

Me senté en el suelo recargando mis mejillas en mis puños, mis codos en mis piernas. Miré a los perritos comer con euforia, sonreí.

— Tan bonitos y aquí tirados. —Murmuré viendo a los caninos.

Acaricié a uno de los perritos, era blanco con rayas amarillas, sus ojos eran verdes. El perrito era lindo. Si pudiera me lo llevaría conmigo.

— ¡Wof!— El perro ladró.

— No me pongas esa carita, me rompes el alma. — Dije, viendo cómo el perro dejaba su cabeza en mis piernas.

— ¡Wof!— Dijo otra vez con la lengua de fuera lamiendo mi mano con ternura.

Llevé mi puño a mi boca con cara trágica. Ayuda, me está convenciendo.

— Es que no puedo llevarte, entiéndeme. — Respondí con pena.

El perro estaba muy cómodo en mis piernas, dejando a los otros de lado y acurrucarse en mí.

— No eres tú, soy yo.

Sacudí mi cabeza con ganas de llorar, el perro me veía con desprecio. No era justo que me despreciará por no poder llevarlo conmigo.

Entonces se alejó de mí con la cabeza en alto para irse con los otros. Fue el peor adiós que había vivido hasta hoy.

— ¿Qué mierda pasó?

Giré mi rostro cómo si del exorcista se tratara, respiré aliviada cuando vi a Caleb con el ceño fruncido viéndome.

— ¿No ves que se cayó la basura?— Puntualicé con voz obvia.

— Es que también estás tirada en el suelo, no sé diferenciar cual es cual.

Solté un jadeo ofendida, Caleb rió y yo le saqué el dedo del medio.

— Malparido gonorrea. — Murmuré.

Caleb rió encendiendo un cigarrillo, arregló su cabello negro y de mechones blancos mirando al cielo. Los tatuajes de su brazo se veían por la camiseta que portaba.

— ¿Tocaremos mañana?— Cuestionó, bajando la vista para verme, solté un suspiro.

Nuestra banda no se le veía futuro, tocábamos todos los fines de semana aquí, en este mismo bar, pero no lo sé, esperaba más.

— No lo sé, solo vienen los mismos de siempre. — Respondí a mi mejor amigo.

— Si tan solo hicieras una llamada y buscarás su ayuda. — Murmuró soltando el humo del cigarrillo.

— No empieces, Caleb. — Murmuré viéndolo con mirada asesina.

— Tranqui, vos sabes que así empiezan las bandas. — Caleb soltó el humo de su cigarro riendo. — Mira al Freddie Mercury tocaba en un bar también.

— Que consuelo. — Musité, parándome del suelo.

— ¿Entonces?— Presionó, me quedé en silencio.

— Ya veremos mañana. — Me límite a responder.

Con Caleb íbamos a entrar al bar de nuevo para cerrar, pero un ruido nos alarmó por completo.

— ¿Qué fue eso?— Inquirí.

— ¿Me ves cara de adivino?— Caleb tiraba el cigarro al suelo. — Yo que sé que es.

— Viene de las bolsas de allá. — Dije enchinando mis ojos, tratando de ver.

— Mi tía una vez revisó unas bolsas y tenía una serpiente. — Contó mi mejor amigo con nervios.

— No estamos en la selva, Caleb. — Repliqué rodando los ojos.

— ¿Quién dijo que mi tía si?— Mencionó.

— Agh, solo vamos a ver.

Nos acercamos a pasos pequeños, Caleb estaba todo encorvado protegiéndose detrás de mí, yo tenía ganas de correr, pero mi curiosidad era más grande.

Ahora entendía a las personas de las películas de terror, por eso los mataban, por chismosos.

Llegamos al bulto de bolsas negras amontonadas, escuchamos un quejido y algo moverse. Miré a Caleb y alzó los hombros sin entender nada.

Me acerqué un poco más y entonces abrí mis ojos grandes, Caleb se acercó y abrió su boca sorprendido.

— Jueputa que es tu crush.


































Signo: Sagitario.

Apodos y edad: Cal, Avenida, Calle, Muñequita. 27 años.

Amante de: Animales, mujeres, girasoles y el café.

Fan de: Ana Gabriel.

Odia: Los Escorpio.

Debilidades: Guitarristas.

Signo: Escorpio.

Apodos y edad: Poché, Pochosaurus, Poch, Pitufo, Duende. 28 años.

Amante de: Animales, mujeres, dibujar y café.

Fan de: Daniela Calle y Calle Daniela.

Odia: Los ex's de Calle y los Capricornio.

Debilidades: Castañas.

Signo: Libra

Apodos y edad: Emo, Culón, Puto. 28 años.

Amante de: Anillos, dibujos furros y sexo.

Fan de: Marco Antonio Solis.

Odia: Ser pobre.

Debilidades: Hombres por desgracia.


Signo: Tauro


Apodos y edad: La brujita, Señora de los signos. 25 años.

Amante de: Astrología, poliamores y el chisme.

Fan de: Jenny Rivera, anime.

Odia: Nada, es paz y amor.

Debilidades: Mujeres y patas.

• ────── Flow llegando ────── •

Meta: 90 votos y 95 comentarios.

Primero que nada, noches porque buenxs estamos todxs.

Ya volvimos, ya volvimos.

Para empezar este ff presiento yo, lo van amar porque se van a cagar de risa, si es que ya no lo hicieron.

No falta decir que contiene escenas explícitas, escenas +18, groserías, insultos, etc.

Espero adoren los personajes cómo yo. Más adelante se verán y recordarán otros *alza las cejas pícaramente*

Hablando de personajes Caleb es hondureño y puede que no entiendan palabras, si no lo hacen se hará una sección de Caleb dictionary. Si gustan claro.

Noticia inesperada *suenan los tambores*

NO HABRÁ DRAMA AQUÍ.

Puro amor y risas, banda. Un ff tranquilon ya que lloraron en el anterior. Puede que haya drama, pero es un pelito a comparación de lo dramática que soy.

No será tan largooooo, creo, pero si entrenido.

¿Dudas?

¿Preguntas?

¿Teorías?

¿Qué signo son?

¿Tacos? Dos por favor.

¡BIENVENIDOS A OTRA AVENTURA LITERARIA!

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