Ha pasado una semana desde el incidente con Parker. He estado de los nervios desde ese día. Mi padre se encargó de todo mientras hacía lo que para él, era más una venganza que la ley. Según él, Parker se merecía cadena perpetua, y lo entiendo, cuando a un hijo le hacen lo que Parker me hizo a mí, no hay poder sobre la tierra que impida a un padre detenerse y hacerlo pagar, y mucho más si tu padre es policía.
Parker ha rogado por mi presencia, necesita, según él, hablar conmigo, verme y toda esa mierda, pero yo no quiero verlo, ni siquiera quiero pisar la cárcel, es un lugar horrible y allí es donde pertenece. Justin ha estado mucho más cerca de mí que antes. Duerme conmigo, me prepara el desayuno, nos vamos juntos a la universidad, me acompaña a la biblioteca, hemos vuelto una o dos veces más a la pista de carreras, nos hemos refugiado en el huerto de flores para llenarnos de la tranquilidad que emana ese lugar. Han sido días en los que se lo agradezco enormemente, su compañía me hace más fuerte.
En cuanto a Jessica y a mí, todo está más que perfecto. Estoy tan feliz de que volvamos a ser las mejores amigas. Nos hemos juntado en tarde de chicas con Litzie y Kourt, y he visto que Jessica empieza a llevarse mejor con ellas, en especial con Kourt que no habían tenido un muy bonito comienzo que digamos.
Mi padre está de lo más contento con que Parker esté en la cárcel. Me enteré días atrás que le dio él mismo unas cuantas palizas y tuvieron que sacarlo de donde estaba Parker porque por poco y lo mata. Su relación con mi tía va de maravilla según ellos. No puedo negar que se ven muy bien juntos, estoy aprendiendo a aceptar verlos de arriba para abajo como dos adolescentes riendo por cualquier cosa, y me he dignado en pensar que ambos se merecen eso y mucho más. Mi madre y Bryan aún siguen en la ciudad, no sé cuando se marcharán pero parece que no tienen planeado hacerlo por ahora. Y hablando de mí, en unos días es mi cumpleaños número veinticuatro y realmente estoy emocionada. Hace ya bastante que no disfruto ni celebro de verdad un cumpleaños mío. Desde que pasó lo que pasó con Parker me había vuelto más encerrada en cuanto a celebrar mi cumpleaños, sentía que no tenía motivos para celebrar y que mi vida era un asco, pero las cosas han cambiado.
Estoy en mi departamento terminando unas cosas de la universidad. Últimamente no hago otra cosa que hacer trabajos y terminar tareas. El timbre se escuchó y con toda la vagueza que he adquirido estos días por culpa de Justin, me levanto del suelo donde estaba sentada y me acerco a la puerta para abrirla.
Oh, que sorpresa. Patricia aparece frente a mi puerta.
—Hola Patty, que agradable...—Su mano derecha se estampó en mi rostro haciéndome retroceder unos pasos atrás.
¿Qué acaba de pasar? Ella entra sin permiso alguno al living y se detiene enfrentándome cara a cara.
—Eres una cínica Debby. Jamás pensé que actuarías así.—Dijo mirándome con desprecio absoluto.
Me siento confundida, débil y con la cabeza dándome vueltas como una ruleta. Patricia nunca me había mirado de esta forma, tampoco me había hablado como lo está haciendo y mucho menos me había pegado como lo hizo.
Estoy temblando de la sorpresa.
—Patty, realmente no estoy entendiendo nada.—Suspiré con confusión.—Has venido aquí, me has pegado sin razón alguna y me tratas como si hubiera hecho algo malo. Explícame, porque no estoy entendiendo nada.
Su mirada era espeluznante, y su labio inferior temblaba y sus ojos estaban rojos, tenía ganas de llorar.
—¡No puedo creer que tengas el descaro de mentirme en mi cara!
Su voz alterada me deja saber que esto es algo grave. No entiendo nada, y estoy en un estado de shock profundo porque aún no supero la cachetada que me dio.
—Si no te explicas no voy a entender tu comportamiento.
—¡Eres una desvergonzada!—Vuelve y me grita dejándome aún más perdida.—¿Cómo se te ocurre meterte con mi otro hijo después de que Jaxon murió? ¡Eres una cualquiera!—Su grito impactó mis tímpanos haciéndolos flaquear.
Me quedé inmóvil en mi lugar con la respiración acelerada. ¿Cómo lo sabe? ¿Quién carajos le contó la verdad? Entendía que había llegado otro de esos momentos en los que no estaba preparada mentalmente para enfrentarlo. Me moví incómoda con la mirada de ella encima de mí.
—¿De dónde sacas eso?—Fue lo primero que salió de mi boca.
Ella niega fúrica con la cabeza.
—¡Eso es lo de menos! Lo importante es que lo sé y que aún no puedo creerlo. Se me hace imposible saber que tú y Justin tienen una relación, mientras que Jaxon está muerto.
Resoplo.
—Yo puedo explicarlo. Las cosas no son como piensas, todo tiene una explicación.
—Yo no necesito más explicación que esta.
Lanzó un par de fotos a la mesa junto a mis papeles de la universidad. Con las manos temblorosas las tomo en mis manos y cierro los ojos ante semejante fotografías. Me petrifiqué viendo de cuales fotos se trataban. ¡Joder y mil veces joder! ¿Cómo llegaron esas fotos a sus manos? Visualicé cada una de ellas. Son fotos de Justin y mía besándonos en cada lugar de la universidad. Alcé la mirada demasiado apenada hacia la madre de Justin quien me mira como a un enemigo.
—¿Quién te dio estás fotos, Patricia?
—Ya te dije que eso no tiene importancia, pero agradezco tanto a esa persona que me haya abierto los ojos, que me haya dejado ver quien realmente eres.
Esto no podía estar pasando. Era la última cosa que necesitaba para entender que estoy metida más allá de la boca del lobo. Patricia y yo siempre fuimos muy buenas amigas, y desde que Jaxon me llevó a conocerla estuvo encantada conmigo. Ahora la versión es otra, no creo que vaya a querer saber de mí nunca más.
—Yo no soy una persona mala Patty, y lo sabes. Me conoces desde hace muchos años y sabes perfectamente que amé a Jaxon con locura. Sabes perfectamente toda la mierda que le aguanté sólo porque lo amaba. Tú misma presenciaste una de nuestras discusiones el día que Jaxon murió. Lo que pasa entre Justin y yo vino después, y ninguno de los dos lo buscaba. Solo pasó.—Intenté darle un pequeño resumen de las cosas pero sé que no va a funcionar.
Ella caminó de un lado a otro por el departamento mirando las fotos que aún conservaba de Jaxon en el living, y otras que tenía de Justin.
—Jaxon era mi ángel y lo perdí esa noche.—Se dió la vuelta y me miró a los ojos.—¿Cómo crees que se sentiría Jaxon al saber que estás con su hermano?—Preguntó clavando sus ojos en los míos.
Suspiré y observé una de las fotos de Jaxon. Su sonrisa, su mirada, él me hacía feliz, pero también me rompió el corazón muchas veces.
—Justo antes de Jaxon morir me habló de alguien que siempre estaba con él que estaba enamorado de mí, en el momento no lo entendí, pero semanas después, cuando comencé a sentir cosas diferentes por Justin, me di cuenta que estaba hablando de él. Jaxon sabía perfectamente que Justin estaba enamorado de mí pero nunca me lo dijo.—Mi voz se escuchaba rasposa, hablar de Jaxon me pone muy triste.
Ella negó con la cabeza.
—¿Y cómo estás tan segura de que hablaba de Justin? Jaxon no era estúpido para entregar a la mujer que amaba a los brazos de su hermano. No te creo nada.—Habló firmemente.
—Es tu problema si lo crees o no. ¿Quién más iba a ser si no era Justin? Nolan siempre ha estado con Litzie y Dylan ha estado babeando por Jessica por años. ¿Quién más si no es Justin? Jaxon sólo salía con los chicos, él no se asociaba con nadie más y eso usted lo sabe.—Su semblante se contrajo aceptando lo que estaba diciendo.
La vi pensar y pensar una y otra vez, hasta que levantó su mirada hacia mí.
—Puede ser, pero yo no voy a permitir que tengas una relación con mi hijo, yo me voy a encargar de que lo que ustedes supuestamente tienen se acabe, porque donde sea que Jaxon esté debe estar revolcándose por el dolor que ustedes dos le están causando.
Sin decirme más nada salió por la puerta azotándola bien fuerte. Me senté en el sofá con enojo aparente. ¿Quién le enseñó esas fotos? Jessica. Su nombre me llegó tan de repente a la cabeza que quería rechazarlo.
Ella no pudo hacerme esto.
"Claro que pudo hacértelo, recuerda que aún sigue enamorada de tu rubio dorado. Estoy pensando que no es muy confiable tu mejor amiguita como la llamas". Estúpida conciencia que no deja de joderme.
De un salto, tomé las llaves de mi auto y me encaminé fuera del departamento, esto lo arreglaríamos de una buena vez y por todas. Saludé a Mark que se encontraba en su puesto de trabajo como todos los días y salí del edificio abriendo la puerta del auto y entrando para tomar camino a la universidad. Si no recuerdo mal, hoy Jessica tiene clases hasta las cuatro de la tarde, así que tengo tiempo aún de verla.
Mi cabeza no dejaba de pensar en lo que acababa de suceder. Patricia ya no me quiere cerca de ella ni de su familia, y para mí, eso duele demasiado. Observo las fotos que descansan en el asiento del copiloto y una furia de adrenalina se apodera de mi cuerpo. Esto tiene que acabar, porque están tomando mi vida como si fuera un jodido juego de ajedrez donde mueven las piezas a su antojo. Estacioné en la universidad y salí del auto corriendo por el ascensor para llegar a los pasillos. Divisé a Jessica en su casillero buscando algo. Me acerqué firmemente a su lado con las fotos en las manos.
—Pensé que ya todo había vuelto a ser como antes, pero ya veo que no puedo confiar en ti.—Solté sin pensarlo y Jessica volteó a mirarme sumamente confundida.
—Debby. ¿Qué estás diciendo?—Preguntó con el ceño fruncido.
—De esto.—Le mostré las fotos.—Patricia fue a mi departamento con estas fotos diciéndome que era una falsa y una cínica, y no quiero pensar que fuiste tú que lo hiciste Jess, no quiero hacerlo.
Los ojos de Jessica seguían en confusión.
—Debby, yo no soy responsable de esto, tienes que saberlo. ¿Cómo pretendes que yo te haría algo así? Somos amigas de nuevo y te prometí que no interferiría entre tú y Justin, y lo dije enserio.—Sus ojos verdes brillaban de la confusión y el terror.
Suspiré con alivio.
—¿Entonces quién fue? ¿Cómo llegaron estás fotos a manos de mi suegra?—Me recargué entre los casilleros frustrada.
Jessica se quedó pensando. La vi paralizada en su lugar batallando con su cabeza.
—¿Qué sucede? ¿Sospechas de alguien?—Me puse rígida en mi lugar mientras esperaba una respuesta de mi amiga.
—Es Sarah, estoy segura.—Dijo con demasiada seguridad.
—¿Sarah?
Jessica miró para los lados como para que nadie nos escuchara y se acercó a mí para susurrarme.
—Desde que tú y yo volvimos a ser amigas, Sarah ha estado de un humor de perros. Me discute a cada rato que soy una tonta y no sé que más. Tiene a Lauren loca de hablar babosadas y me dijo que como yo ya volví de tu lado, ella se encargaría de separarte de Justin, y que lo iba a lograr. No tengo dudas que fue ella quien le mandó esas fotos a Patricia para dificultarte más las cosas con Justin.
Todo lo que Jessica acaba de decir tiene demasiada lógica. ¡Pero claro! ¿Cómo no lo pensé antes? Son las mismas fotos que Sarah le había dado a Jessica la vez que nos descubrió a mí y a Justin en su departamento. Mi mirada se transformó en furia total, y dejando a Jessica en el pasillo caminé decidida a buscar a la zorra patética de Sarah, ella y yo teníamos algo que resolver.
—¡Debby! ¡Debby! ¿Qué haces? ¿A dónde vas?—Escuché los llamados de Jessica detrás de mí pero no me detuve, yo iba a ir por mi objetivo.
Entré al campus de la universidad, donde los chicos practican sus deportes y la vi en medio de la cancha con sus amigas que son iguales o peor que ella. Su sonrisa me hacía detestarla más y saber que se tiñó el pelo de negro para parecerse a mí me encabrona los sentidos. Con pasos apresurados caminé cerca de ella con Jessica detrás de mí. Cuando llegué a su lado, detuvo su estúpida charla y su mirada se enfrentó a la mía.
—Bradshaw.—Dice cruzándose de brazos y su grupito de idiotas hicieron lo mismo.
La miro sin ningún humor.
—No sabes lo feliz que estoy de encontrarte Smith. Tú y yo tendremos una charla un poco fuerte.
Su sonrisa se borró de un santiamén. Está chica aprenderá que meterse con Debby Bradshaw, a veces puede ser muy peligroso.