Corazón de Piedra

By LadySakuraLee

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Una chica que todos odian por ser diferente, encuentra la comprensión y el amor en quien menos lo imaginó (In... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 6
Capítulo 7
capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22: Final.

Capítulo 5

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By LadySakuraLee

DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar. Sólo publico en Fanfiction y Wattpad, si encuentran mis historias en otros lugares y con otros personajes que no sean de Inuyasha entonces es PLAGIO.

Capítulo 5:

-    La tenías merecida.

Aún escuchaba su voz retumbando en su cabeza, pero también sentía el ardor de su mejilla lastimada. Se había quedado parado ahí, con la mano en la cara, viéndola alejarse de él irremediablemente. Minutos más tarde despertó de su ensueño y parpadeó repetidas veces, como recién dándose cuenta de lo que realmente había pasado. "no quiero que me hables, que me mires, que te acerques a mí, ¡nunca!!!". Inuyasha sacudió la cabeza como queriendo evitar aquellos pensamientos e hizo una mueca de desprecio.

-    Ja, nadie me dice lo que debo hacer.- Dijo orgullosamente, mientras apretaba con ambas manos el acelerador de la moto y comenzaba nuevamente una loca carrera calle abajo.

********

-    Estas muy deprimida, hija- Dijo su mamá cuando la vio llegar a la casa. Ella dejó la mochila en el suelo, junto a la mesa y se sentó pesadamente.

-    Son las clases mamá... - Dijo apenas mientras colocaba ambos brazos sobre la mesa y recostaba la cabeza en ellos.- afortunadamente... mañana es sábado... - Dijo cerrando los ojos y dormitando un poco. Su madre la miró con ternura mientras se acercaba a ella tocándole la cabeza.

-    Tengo buenas noticias... tu hermana dice que vendrá pronto a visitarnos. Hoy me llamó.

Kagome levantó la cabeza y la miró sin expresión.

-    ¿Vendrá a visitarnos?- Dijo sin evitar un tono de voz preocupado.

-    Claro... - Sonrió complacida la mujer. Kagome la miró con detenimiento y luego volvió a colocar la cabeza entre sus brazos.

-    Me alegro mamá- Dijo apenas, aunque ni ella misma creía en sus palabras.

Luego de la cena, de la cual comió bastante poco, subió a su habitación dispuesta para dormir, el sueño que antes tenía se esfumó cuando su madre le dio aquella noticia. Su hermana. Hacía mucho tiempo que no la veía... hace un año aproximadamente... justo en la fecha en que Hoyo tuvo el accidente... Otra vez aquellos recuerdos tan dolorosos comenzar a hacer efecto en su corazón. Se acurrucó como un bebé cubriéndose con la cabecera la cabeza, y sin poder evitar que las lágrimas cayeran por sus sonrosadas mejillas, casi toda la noche.

********

Los rayos de sol se colaban traviesamente por sobre las cortinas, haciendo que uno de ellos le diera directamente sobre la cara. Abrió los ojos apenas y luego volteó la cabeza. El reloj marcaba las 08:10 AM. Abrió los ojos con sorpresa y se levantó de un súbito.

-    Ay, no, ¡me quedé dormida!!- Dijo con desesperación, mientras se dirigía rápidamente al baño.

Bajó luego de unos minutos a toda prisa son siquiera detenerse ante el vaso de leche que su madre había puesto en la mesa.

-    Lo siento mamá... comeré algo después.- Dijo apenas dándole un beso y corriendo a todo lo que daba.

Maldición, iba a llegar tarde justo en la clase que impartía aquel estricto profesor ¿qué haría? Se suponía que justamente hoy él daría una trabajo que iban a tener que realizar. Cuando llegó a la Facultad, las puertas de las aulas ya estaba cerradas. Tuvo la intención de entrar pero la última vez que lo hizo no fue del todo agradable... menos sería ahora si aquel odioso chico se encontraba ahí. Suspiró tristemente mientras volteaba y se dirigía a la biblioteca, para esperar nuevamente hasta la siguiente clase. Justo cuando se sentó en un lugar junto a los ventanales, levantó los ojos y se encontró con la mirada de él, que leía un libro no muy lejos de ella. Kagome lo miró sorprendida y luego bajó la vista rápidamente mirando el interior de su mochila, sin poder evitar sentir un temblor en sus manos. Qué torpes estaban esta vez. Tomó un libro y abrió una página incierta, simulando querer leer algo que era de su interés. Pero aunque sus ojos se encontraban enfocados en el interior del libro, lo único que podía pensar era en lo incómodo de tenerlo tan cerca. Argg, estaba poniéndose cada vez más nerviosa. Levantó la vista disimuladamente y nuevamente se sorprendió porque él aún tenía los ojos clavados en ella. Kagome hizo una mueca sintiéndose hastiada y nuevamente enterró la cabeza en el libro.

Sintió el silencio del lugar, no había nadie a esas horas de la mañana salvo los bibliotecarios que se empeñaban en arreglar los estantes con el orden que ellos acostumbran a almacenar los libros, y ellos dos. ¡Oh!

¡Qué mala suerte! ¡Y qué descarado!! Mirarla así, sin más... ¿acaso no sentía un poco de vergüenza o remordimiento por todo lo que le había hecho?? Pero qué se podía esperar, de un delincuente como él. Movió la cabeza con una semi sonrisa. Que tonta! Permitir que ese chico arruinara su vida por estupideces. Se concentró nuevamente en el libro y leyó, esta vez, con interés su contendido. Las horas pasaron y el reloj de la Universidad tocó las 10 AM. Levantó la cabeza y tomó sus cosas rápidamente, evitando tener un contacto visual, mínimo que sea, con el chico. Caminó apresurada hasta el aula justo cuando esta se abría. Sus compañeros comenzaron a salir comentando a cerca del proyecto que debía realizar. Lo sabía, ahora tendría que preguntarle a Kouga qué era lo que debía hacer. Pero no había señales de él.

-    ¿No vino a clases?- Se preguntó preocupada. En eso vio a Tsubaki saliendo seriamente y se paró de súbito frente a ella. Kagome la miró preocupada. Pero la chica no la miraba a ella, su vista estaba enfocada más arriba. Kagome volteó y se asustó un poco al ver la presencia del joven Inuyasha justo tras ella. Se turbó un poco y luego se apartó del lugar. Maldición, que susto!. El profesor salía en ese momento y Kagome se acercó rápidamente hasta él.

-    Profesor, lo lamento, yo no pude... - Dijo excusándose. Él, un hombre joven pero empeñado en parecer más importante siendo extremadamente estricto, la miró seriamente.

-    Señorita Higurashi, nuevamente tarde.

Ella contuvo la vergüenza antes las palabras del hombre que seguramente iba a sermonearla delante de Inuyasha, que no se encontraba muy lejos.

-    Perdón... sólo quería saber... el proyecto que debemos hacer.- Dijo sumisa.

El hombre la miró tras sus gafas.

-    Será un trabajo de a dos. Todos ya tiene sus temas asignados. Usted, junto con el joven Inuyasha, ya que llegaron tarde, van a tener que trabajar juntos. El tema de ustedes es la leyenda de la perla de Shikon. Se entregará en un mes más, la nota vale el 60%. Es un informe escrito y una exposición oral.– Dicho eso se marchó sin más, dejando a Kagome con la imposibilidad de protestar. Miró a Inuyasha que también la miró levantando una ceja, sonriendo. Seguramente el muy descarado estaba disfrutando de esto. No, no estaba dispuesta a trabajar con él. No ¿por qué?. Enojada ante su actitud arrogante, se mordió el labio y corrió tras el profesor alcanzándolo en las escaleras.

-    Profesor, por favor... ¿podría trabajar sola?

El hombre la miró arrugando el ceño.

-    ¿Tiene algún problema?

-    Creo que... creo que... es mejor que trabaje sola... no conozco a ese muchacho y tal vez sería difícil ponernos de acuerdo...

-    Señorita Higurashi, usted, por si no se ha dado cuenta, se encuentra en la Universidad, ya no son niños. Le he asignado a ese compañero y tendrá que aprender a trabaja en equipo. Recuerde que esta nota es muy importante. Lo hace con él o reprueba la asignatura. Usted decide.

Kagome lo miró asustada, queriendo una vez mas protestar. Pero... sus calificaciones... debía obtener buenas calificaciones para conservar la beca. Las palabras de protestas murieron en sus labios mientras bajaba la vista derrotada. El profesor siguió su camino sin prestarle mayor atención. Los otros profesores bajaron y todos los alumnos entraron a sus respectivas aulas, Kagome sin embargo, se sentó en un escalón y escondió la cara entre sus brazos y piernas. El lugar quedó en un silencio total y ella, sin pode evitarlo, aguantó a más poder las lágrimas que querían caprichosamente salir de sus ojos. Sintió el dolor en su garganta. Ahhh, este no era el lugar apropiado para llorar. Pero... todo estaba mal... ¿por qué? ¿por qué las cosas tenían que ser así'?

-    No es tan malo.

Levantó la vista y se encontró nuevamente con él, a su lado, afirmado en el barandal de la escalera. Kagome se levantó orgullosa y sin prestarle mayor atención salió afuera. Necesita aire. Necesitaba estar lejos de todo este nido de presumidos. La cafetería estaba con poca gente, así que pudo sentarse en su lugar favorito, el de siempre. Una muchacha se acercó presurosa.

-    Hola, ¿café con leche?- Dijo mirándola risueña.

-    Como siempre, Sango- Dijo ella devolviéndole la sonrisa. La otra chica se dio media vuelta y se alejó de ella. Al cabo de unos minutos volvía con una taza humeante del más delicioso café con leche... tal vez sentía que era delicioso porque estaba hambrienta.

-    Te traje esto también.- Dijo la muchacha dejando un pequeño plato con galletas.- son de vainilla... deliciosas- Dijo la muchacha risueña.- regalo de la casa.

-    Muchas gracias- Dijo Kagome agradecida. La otra chica se alejó del lugar.

Kagome se recostó en la silla pensando en lo que se venía ahora en su vida. Hacer el maldito proyecto junto con él... no... ¿cómo?... ni siquiera le hablaba... seguramente Tsubaki iba a querer asesinarla después de saberlo. No, ¿por qué todas las cosas salían tan mal?

*********

Una semana después había recolectado un poco de la información que necesitaba para el proyecto, pero aún faltaba demasiado. Debía obtener la más alta calificación, debía hacerlo, pero... en toda la semana no había cruzado una palabra con él, a pesar que se encontró varias veces frente al chico y él siempre estuvo dispuesto a hablarle pero rápidamente ella se escapaba del lugar, ignorándolo una vez más. Golpeó el lápiz repetidas veces sobre la mesa tratando de hacerse la idea de que en algún momento tendrían que hablarse, siquiera para ponerse de acuerdo de cuales serían las partes que les corresponderían a cada uno. Era la hora del intermedio y suspiró aliviada al pensar que en dos horas más sería la próxima clase, un tiempo suficiente para seguir desarrollando el trabajo. Caminó lentamente hasta llegar a la laguna, un lugar en que los jóvenes ecologistas mantenían cisnes de cuello negro y algunos patos silvestres, convirtiéndose aquel paraje, a un costado de la última facultad, en un lugar ideal para el estudio o descanso, debido a la tranquilidad. Se sentó en el pasto aún verde y frío y sacó los libros para una vez revisar los datos que tenía. No era suficiente.

-    Hola.

Levantó la vista poniéndose la mano en la frente, para cubrirse del sol que le daba justo en la cara. Al enfocar sus ojos castaños vio nuevamente aquella aborrecible persona que tanto había esquivado. Bajó rápidamente la cabeza y se concentró en el cuaderno que tenía abierto. El chico sonrió a medias y se sentó frente a ella. Kagome hizo una mueca exasperada y lo miró con rabia.

-    ¿Qué haces aquí?

-    Tenemos que hacer nuestro proyecto. Ya hemos perdido una semana.

Kagome sonrió a medias y mirando su cuaderno le habló.

-    Tal vez lo habrás perdido tú, no yo- Dijo severa.

Se produjo un silencio entre ellos dos bastante incómodo para la chica. Ahhh ¿por qué no se va?- se dijo ella exasperada. Levantó nuevamente la vista y vio como él sacaba unos libros de su mochila.

-    He encontrado algo de información. Mira.- Dijo sin más, como si nada hubiera pasado entre ellos. Kagome lo miró casi con sorpresa como él le entregaba los libros. Ella los tomó en sus manos y comenzó a hojearlos.

-    Mi padre era un estudioso en la Historia Japonesa, tiene muchos libros que me dejó, creo que servirán.

Kagome escuchaba apenas mirando interesada el contenido de los libros. Era en verdad muy interesantes.

-    Si... - dijo apenas.-... si... hay mucha información aquí... - Levantó la vista y vio la cara del joven sonriendo complacido. Ella puso la cara más seria posible.

-    Pero no lo suficiente- Dijo, dejando los libros frente a él, sobre el pasto. Inuyasha los tomó nuevamente y los hojeó.

-    Creí que servirían.- Dijo casi para si mismo. Kagome se detuvo por primera vez para contemplarlo. ¿Cómo una persona con él podía ser un delincuente?

-    ¿En qué estas pensando?.- Dijo él de pronto, sonriendo. Ella sacudió su cabeza y enfocó sus ojos en su cuaderno.

-    Eso a ti no te importa- Dijo secamente. Escuchó como él reía casi a carcajadas.

-    ¿Por qué eres así?- Preguntó casi reprochándola. Ella levantó la vista mirándolo asombrada.

-    ¿Perdón???- Preguntó con sorpresa, pestañeando repetidas veces.

-    Así... tan... poco amistosa... - Acotó Inuyasha ya casi arrepintiéndose de sus palabras y guardando los libros en su mochila, evitando la mirada casi asesina que ella le estaba dando. Kagome tomó sus cosas rápidamente y se levantó de súbito.

-    Creo que tú no eres la persona apropiada para decirme eso- Dijo rápidamente, mientras intentaba guardar también sus libros dentro de su mochila. Inuyasha se levantó rápidamente.

-    Ahhh, no me digas que ya te enojaste- Preguntó divertido. Kagome volvió a mirarlo roja de rabia.

-    Eres increíble, ¿verdad?- Respondió irónica.- Tú, precisamente tú me reprochas como soy... – Kagome sonrió irónicamente y se dio la vuelta, pero no alcanzó a dar medio paso porque se vio de pronto fuertemente sujetada de su brazo.

-    Pero no seas así... sólo quiero que seamos amigos.- Dijo con una pequeña sonrisa. Kagome hizo un ademán fuertemente para soltarse de su brazo, que tuvo éxito.

-    ¡Yo no soy amiga de delincuentes!

Inuyasha la miró asombrado.

-    Qué... ¿crees que no sé que eras tú quien me secuestró la otra vez?- Dijo nuevamente irónica, mirándolo desafiante y colocando una mano en su cintura.

-    Sí, claro que lo sé- Dijo él sonriendo.- pero... no puedes juzgarme sólo por eso.

-    ¿No?... ¿y la estúpida broma que me hiciste en el gimnasio???

-    Pues vas a tener que trabajar junto a un delincuente lo quieras o no- Respondió el chico también desafiante. Aquella actitud exasperó más a la chica.

-    Tú realmente quieres hacerme la vida imposible.

-    No me importa lo que pienses- Dijo el chico encogiéndose de hombros.

-    Te odio.- Respondió Kagome con rabia.

-    ¿Si?- Dijo él casi riendo.

-    Te odio, te odio.- prosiguió ella.

-    No me interesa - Siguió el chico apenas mirándola. Ella exasperada levantó la mano para darle nuevamente una bofetada, pero esta vez él ya estaba preparado. Sujetó su mano con ambas manos muy fuertes y con el impulso que ella había tomado se vio de pronto demasiado cerca de él. Inuyasha, con sus manos fuertemente en su muñeca, vio como ella arrugaba el ceño e intentaba levantar su otra mano libre, pero nuevamente se vio fuertemente sujetada, las manos de Inuyasha, sobre sus muñecas. Lo miró asustada. La sonrisa de Inuyasha desapareció de su rostro. Estaba serio, muy serio. Kagome al ver su cara tan cerca de la suya bajó la vista turbada. Los segundos pasaron entre ellos, ella intentó nuevamente zafarse, pero él la atraía con un fuerte ademán más hacia su cuerpo.

-    Suéltame- Dijo ella seriamente, pero sin mirarlo. Sintió nuevamente su asustado corazón latir con violencia dentro de su pecho.

-    Estas muy acostumbrada a golpearme- Dijo él severamente. Kagome levantó al vista al fin para mirarlo. Por primera vez vio de cerca sus dorados ojos.

-    Te odio- Dijo con rabia y vio con sorpresa como una semi sonrisa se dibujaba nuevamente en los labios de Inuyasha.

-    ¿Sabias que... del odio al amor sólo hay un paso?

Continuará...

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