Alpha War [Taekook] - #SBATAE...

By MelanieGerpeLen

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Había cosas que estaban destinadas a no mezclarse nunca, como el aceite y el agua. Jungkook y Taehyung se apr... More

The Howling Saga
PRÓLOGO
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Capítulo 77
Capítulo 78
Epílogo

Capítulo 22

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By MelanieGerpeLen

" Labios quemados cuando sopla el viento, tinta negra en las ventanas. No puedo ver lo que nos depara el futuro pero quiero saberlo. Me inclina el dedo del pie en el camino de tierra. Demasiado calor para el diablo. [...] Es como si los corazones no sangraran como lo hace el mío. Todo lo que necesitamos es tiempo. El verano es una maldición y no puedo soltarla. Si nunca lo intentas entonces nunca lo sabrás. "

-Summer Is A Curse
(The Faim)






Cuando Jeon Jungkook abrió sus ojos se encontró a sí mismo sintiendo todavía el calor recorrer su cuerpo, sin embargo este parecía mucho más calmado. Quizás debido al error cometido la noche anterior o puede que porque su olor se estaba mezclando deliciosamente con el de Kim en esa habitación y aquello era algo que lejos de sus expectativas iniciales, a su lobo en realidad parecía gustarle lo suficiente como para que su celo se estabilizara. Fuera como fuese la cabeza ya estaba comenzando a dolerle de solo pensar en lo que él había decidido hacer, porque después de todo no estaba tan ido como le hubiese gustado estarlo para justificar su comportamiento. Aún siendo solo levemente consciente de lo que ocurría, sabía que más allá de lo que su lobo ansió solamente ellos dos eran culpables de haberse calmado mutuamente.

Como un futuro guardián nunca debería mostrarse tan sumamente débil a un simple celo como los que había atravesado durante toda su adolescencia. El problema es que lo que le sucedió la noche anterior en realidad parecía bastante más intenso que cualquiera de los ciclos por los que había pasado con anterioridad.

Las manos de Taehyung se habían sentido tan sumamente correctas que lo asustaba, un alfa debería haber supuesto un rechazo automático para su lobo dominante. Durante toda su vida Jungkook no recordaba haberse sentido atraído hacia alguien de su misma clase, ya fuese en estado normal o en consecuencia del celo. Sus compañeros siempre, sin excepción alguna, habían sido omegas de una belleza y aroma armoniosos. Ni siquiera lo atraían los betas, sino aquello que desde que era un niño sabía que le permitiría a su lobo obtener una buena descendencia que pudiese continuar con el legado de su familia. Y aunque le gustaría que la pareja fuese para él mucho más que lo que su madre era para su padre... También era consciente de que como un Jeon su deber iba mucho más allá de soñar con un amor fiel, honesto y apasionado.

Bastó un leve movimiento de cabeza para comprobar que el alfa norteño continuaba durmiendo a su lado, boca abajo y con los brazos alrededor de la almohada. Su respiración era tranquila y el sol de verano que se colaba a través de la ventana creaba líneas discontinuas sobre la espalda de la piel levemente tostada de este.

Jungkook no se movió ni un solo centímetro a pesar de la cercanía entre ambos, y si alguien le preguntase podría poner nuevamente de excusa su celo. Un celo que ni por asomo lo estaba mareando o cegando, un celo que permanecía de una manera tranquila y pasmosamente apaciguada. Su lobo se encontraba tan sumamente bien... Incluso el hecho de respirar aportaba calma a su cuerpo.

-Taehyung. - llamó, pero el norteño no se despertó. - Taehyung, despierta. Tenemos que conseguir supresores. Apuesto a que puedes telefonear a alguien ahora que la tormenta se ha calmado.

El chico parecía escucharle a juzgar por la forma en la que había comenzado a protestar con cada una de sus palabras. Sus brazos se afianzaron más alrededor de la almohada y a pesar de que se removió molesto, no se levantó o contestó al pedido del sureño.

Y si Jeon Jungkook no se sintiera tan sensible todavía, tal vez se hubiese atrevido a tocar la piel de este para balancear un poco su cuerpo con el objetivo de motivar su despertar. Bien, tenía que relajarse, Taehyung se lo había dicho la noche anterior. Solo se habían ayudado mutuamente, eso era todo y eso en ningún maldito momento implicaba que él quisiera algo más allá de una relación cordial, de trabajo o amistad con otro alfa.

-Tú también puedes usar el teléfono. - protestó finalmente el norteño, cuando Jungkook se animó a tratar de moverlo de su posición con una mano.

-Puedo hacerlo pero estoy seguro de que será más rápido y seguro si contactas con alguien que se encuentre cerca. Tenemos que volver a la zona neutral lo antes posible, los supresores no hacen milagros y de veras no quiero cometer más errores solo porque tu olor parezca motivar a mi lobo. Estoy seguro de que el detalle de que tu esencia es nueva ha tenido que influenciar y...

-¿Si me levanto de la cama y hago esa llamada dejarás de delirar?

Cuando Jeon Jungkook se sentó sobre la cama se sintió como un niño pequeño con su primera erección mañanera, no era algo poco frecuente. De vez en cuando le sucedía y se trataba de una cosa sencillamente natural, pero tener justo a unos centímetros de su cuerpo al mismo chico que la noche anterior lo había masturbado durante el celo más intenso que recordaba haber vivido... Un chico que era un alfa y además norteño... Se tapó casi hasta el medio del torso con la veraniega sábana blanca sobre la que permanecía el intenso olor a frutos del bosque predominante en Taehyung. Tenía que estar en medio de una pesadilla, tenía que estarlo a pesar de que su cuerpo se sintiera complacido y su lobo completamente tranquilo.

Era la única explicación que no lo asustaría, un mal sueño. Y se pellizcó la piel del brazo, Jungkook realmente lo hizo con fuerza esperando poder despertar en algún maldito instante. Nada ocurrió, Kim Taehyung seguía recostado a su lado con la piel expuesta y sus piernas largas envueltas por sábanas blancas.

-Lo haré, solo haz esa llamada. Por favor. - Jungkook se llevó una mano hasta los ojos para evitar la intensidad con la que la luz del sol de la mañana tropezaba con las paredes blancas de la habitación del norteño. - Cuanto antes los tomemos, mejor. Todavía tengo que visitar a mi senex para consultar si conoce algún motivo por el que el celo de un lobo se pueda adelantar de esta forma. Parece una broma del destino.

Taehyung no contestó al instante, dándose la vuelta y acomodándose sobre su cama con pereza se rascó la barbilla. Jungkook estaba sentado a su lado y realmente parecía estar cuestionandose su vida al completo, el norteño agradecía poder haber encontrado las fuerzas para rechazar la precipitada idea de mantener relaciones con este. Si el chico estaba así por el hecho de que un alfa lo había masturbado, ni siquiera podía imaginarse cuál habría sido su reacción si ninguno de los dos se hubiera detenido antes de ir más allá de lo que debían.

Las parejas de lobos solían acostumbrarse tanto a estar juntos que los celos de los mismos terminaban por coordinarse, no parecía ser su caso en lo absoluto pero definitivamente él mismo podía imaginar una explicación medianamente razonable para lo sucedido.

-Apuesto a que dirá que se debió a la Luna. - posando una mano tras su nuca, Taehyung observó con atención las reacciones del sureño. Desde su posición podía notar la musculosa espalda del aprendiz de guardián tensandose. - Es lo que los senex de mi clan enseñan a aquellos lobos que se encuentran cerca de su primer celo. Suelen advertir sobre el efecto de la luna en nuestros ciclos, también podría deberse a que nos hemos acostumbrado el uno al otro pero lo he descartado porque no somos una pareja. Sea como sea, nuestro celo se adelantó y nos hicimos un favor mutuo porque no teníamos forma segura de alcanzar supresores. Estoy seguro de que la cosa no es tan grave como tú crees, si los dos solemos alcanzar el celo en fases lunares similares es quizás normal que un cambio en la Diosa nos haya afectado a la vez.

-Eres un alfa. Eres un alfa, Taehyung.

Y ahí estaba de nuevo, ese mantra de los lobos Jeon acerca de que los alfas no podían juntarse con otros alfas para mantener relaciones o sencillamente formar una pareja.

-No me digas. No lo había notado. - Taehyung rodó los ojos. - Oye, comprendo que es realmente difícil para ti Jungkook, pero deberías dejar de recordarme todo el tiempo que en tu clan los alfas no se juntan. Sé eso, y lo sabía cuando te detuve. Que te haya masturbado para ayudarnos a ambos no significa que a partir de ahora cada alfa que veas te vaya a resultar atractivo y definitivamente lo hice sabiendo que estabas de acuerdo. Con o sin celo jamás tocaré a otro lobo si no es con su consentimiento previo, estábamos perdidos en la misma y exacta medida. - el norteño suspiró. - Ni siquiera significa que tú y yo vayamos a tener algo más que lo sea que tenemos. Eres el aprendiz de mi padre, un grano en el culo y una persona que podría ayudar a la unión en el futuro. Así es como te veo, no te perseguiré ni te obligaré a recibir mi marca. Nadie de tu clan tiene que enterarse, con una simple ducha te librarás de mi aroma. Llamaré a alguien, tomaremos el supresor que nos consigan y entonces podremos ir hacia la frontera para averiguar cómo se encuentra el caudal del río y cruzar si es posible. Deja de castigarte, ¿okay?

Jungkook tragó saliva y asintió. Era extraña la forma en la que no lograba sentirse culpable o tan siquiera mal, y pasmosa la manera en la que fácilmente el pánico estaba comenzando a cubrir cada una de las zonas de su mente y alma.

-Hei. - Taehyung se sentó sobre la cama cuando percibió el modo en el que el aroma del sureño comenzaba a tornarse agrio. - ¿Qué es lo que pasa exactamente, Jungkook?

Taehyung hubiese querido acariciar la espalda de este para calmarlo, el contacto entre los norteños en momentos de dolor era algo necesario pero estaba plenamente consciente de que para los sureños todo funcionaba de otra forma. Ellos eran guerreros y eso los obligaba a ocultar sus sentimientos para mostrarse fuertes la mayoría del tiempo, que Jungkook estuviera rompiéndose ante sus ojos sin duda implicaba muchísimo más de lo que él mismo lograba imaginarse.

-No lo entiendes, Taehyung. - Jungkook apartó las manos de sus ojos para centrarse en la mirada del alfa sureño a su lado, algunos resquicios de violeta seguían sobre los iris de este indicandole que el celo todavía no había abandonado tampoco el cuerpo del contrario. - Has crecido aprendiendo que las relaciones entre dos alfas son normales, para ti solo fue un favor... Yo he crecido aprendiendo que dos alfas que se juntan son un pecado y una enfermedad que debe ser erradicada. ¿Cómo crees que me siento ahora? ¿Cómo debería sentirme ante el hecho de que aquello que mi gente define de ese modo es lo que soy en este momento?

Taehyung asintió, era consciente de que el clan Jeon era tremendamente exigente con el cumplimiento de sus tradiciones incluso con la unión de por medio.

-No eres un delta si es eso lo que te preocupa, no te van a gustar los alfas solo por lo que sucedió anoche. - Taehyung finalmente cedió al impulso de tocar y llevó una mano hasta el cabello azabache de Jungkook para acariciarlo de manera cariñosa. - Te lo he dicho. Nuestros lobos estaban atravesando un ciclo extremadamente intenso, si no nos hubiésemos calmado mutuamente probablemente habríamos acabado luchando el uno con el otro. Tómalo como una especie de modo de supervivencia. ¿Okay?

Jungkook no contestó, y aunque no dijo nada el agradable toque del sureño lo calmó. Era indescriptible la sensación que el solo movimiento de los dedos de este entre los mechones de su cabello le provocaban.

-Ve a ducharte, Kook. Haré una llamada para que traigan lo antes posible los supresores más potentes que se vendan en toda la parte norte de la montaña, pediré que nos consigan lo mejor si eso puede ayudar un poco. ¿Está bien? El jabón de almizcle natural será bueno en la tarea de quitarte de encima mi aroma, tienes que calmarte un poco.

El sureño asintió.

-Entonces yo... Iré a darme una ducha para... Bueno, eso... Quitarme de encima tu olor.

Taehyung asintió.

-Ve, prepararé unas tostadas y zumo de mandarina mientras tanto.

Y la sonrisa que el norteño le dedicó al sureño sin duda fue un gran empujón para que las lágrimas de Jungkook no se derramaran. El hijo de los Kim era bueno, al menos ahora era consciente de ello más que nunca antes. El corazón de Taehyung parecía cálido y bonito.

-Taehyung. - lo llamó cuando este se levantó para ir hacia la puerta de la habitación. - Gracias por ser tan comprensivo conmigo.

Como Taehyung había predicho, el jabón de almizcle natural fue bueno para quitarse de encima gran parte del olor a celo que el norteño había dejado sobre cada una de las partes de su cuerpo durante la noche. Sin embargo, Jungkook todavía podía notar los matices de las frambuesas sobre su aroma natural mientras caminaba hacia la sala de estar de la casa de los Kim.
Había otro olor en aquel lugar, uno que Jungkook pudo percibir desde el primer día en el que uno de sus pies se posó sobre el escalón de entrada de la vivienda. El hogar de los Kim estaba repleto de una esencia familiar que no recordaba haber percibido nunca en su casa. Incluso semanas después de una mudanza permanecía, la esencia que mezclaba los aromas naturales de los tres miembros de esa pequeña familia convirtiéndolos en uno solo, se apoyaba sobre cada mueble, toalla y zona en la que él pusiera el hocico.

-He llamado a Hoseok, conseguirá los supresores más potentes que se vendan en el norte y nos los traerá en menos de una hora. Ha dicho que quiere hablar contigo acerca de ese misterioso alfa, creo que ha logrado averiguar algo. Al menos eso es lo que he entendido por la forma en la que me ha dejado completamente claro que se trata de un asunto urgente.

Jungkook asintió, le costaba mirar a los ojos a Taehyung tras la escena repleta de desesperación en la que se había sumido durante la mañana. Sabía que el hijo de los Kim no era culpable de nada de lo que sucedió entre ambos, los dos estaban perdidos en la intensa sensación que el celo les había provocado y juntarse fue sencillamente inevitable después de que la puerta de la habitación se abriera.

Podrían haber ido incluso más allá, Jungkook lo sabía porque recordaba la manera en que su lobo había rasgado su interior y chillado con necesidad en su cabeza para que le permitiese probar la piel del norteño.

-Y debe serlo si ahora quiere compartir sus avances conmigo, creí que era parte de los norteños que no están a favor de la unión entre manadas. - Jungkook siguió con la mirada a Taehyung cuando este tomó dos bandejas de madera de la encimera de la cocina para llevarlas hasta la sala de la casa. - Respecto a lo del supresor me alegra saber que nos conseguirá lo mejor que encuentre, nuestro celo parece bajo control ahora... Quizás podamos esperar una hora. Aunque sería bueno tomarlo en este instante.

Taehyung asintió y cuando Jungkook tomó asiento sobre el sofá, le ofreció una de las bandejas de madera sobre la que se encontraban posadas un par de tostadas con crema de chocolate, algunas fresas y zumo de mandarina recién exprimido. El sureño sintió a su lobo feliz cuando se llevó el vaso de cristal hasta la boca y el sabor explotó sobre sus papilas gustativas, era un poco ácido y estaba lo suficientemente frío para una época del año como lo era el verano. Ya ni siquiera recordaba la última vez que había logrado beber un zumo así de fresco. Los incendios del pasado verano acabaron con gran parte de las reservas de fruta del sur.

-Parece que te gusta. - Taehyung sonrió, decidiendo tomar el sillón individual de la sala de estar para evitar una cercanía poco recomendada con Jungkook, al menos mientras ambos se encontraban todavía con resquicios de celo haciendo brillar sus iris. - Las he recogido del jardín de mi padre y le he añadido un poco de hielo porque ahora que las lluvias se han ido, el calor ha regresado a ser difícil de soportar.

Jungkook asintió, no sabía si se trataba de su celo pululando alrededor de su cuerpo de nuevo o si realmente las temperaturas estaban haciendo mella en la sensación térmica del ambiente de la casa de los Kim, pero lo cierto es que sentir algo frío parecía completamente necesario para él esa mañana. Después de dos días completos de intensa lluvia, resultaba extraño ver esos potentes rayos de sol abriéndose paso hacia el interior del hogar de Tae a través de las enormes cristaleras que rodeaban el salón de la casa.

-Ha pasado un tiempo desde la última vez que he podido beber un zumo recién exprimido, las reservas de mi clan disminuyen constantemente y debemos controlar nuestro consumo.

-He escuchado algo sobre eso, es el principal motivo por el que mi padre siempre me pide que venga a por hierbas. Como un sanador depende de ellas casi todo el tiempo para llevar a cabo su trabajo pero en el sur el consumo y uso de las mismas está bastante limitado, por no mencionar el hecho de que no tenéis una cultura de siembra constante para reponer todo eso que recolectais. - Taehyung alcanzó una fresa de su propia bandeja, se había encargado de recolectarlas y lavarlas lo mejor posible, de la forma en la que su padre le había enseñado cuando tan solo era un niño pequeño. - Los Yook creemos que todo aquello que se toma de la tierra debe ser devuelto. Debes darle a la Luna el doble de lo que tomas de esta.

Jungkook rodó los ojos, asintiendo ante las palabras de Taehyung con una pequeña sonrisa. Ahí iban de nuevo, podía oler un debate asomándose a los ojos que brillaban el púrpura ante su mirada. No le molestaba escuchar a Tae, porque eso le permitía aprender acerca de lo que los Yook pensaban y del modo en el que estos trataban de vivir siempre. Sin embargo a veces podía ser monótono, y lo cierto es que comenzaba a odiar cuando sus debates los empujaban hacia una discusión real. Por mucho que ambos mantuviesen el tono tranquilo y las palabras calmadas.

-Te quejas de que siempre te recuerdo y repito en exceso que en mi clan las parejas de alfas no son permitidas o no lo eran hasta la unión, pero eres el primero en insistir cada día acerca de lo bien que lo hacen todo los Yook. Estoy seguro de que vosotros también cometéis errores de vez en cuando.

-Lo hacemos. - Taehyung asintió. - Perdona si mi insistencia te molesta, es solo que he crecido aprendiendo a respetar la tierra que pisan mis patas y a veces me resulta extraño que para vosotros no haya sido un asunto de especial importancia. No somos como los humanos a pesar de que tenemos las mismas tecnologías que ellos, nosotros debemos cuidar nuestra identidad ante los curiosos y por eso no podemos permitirnos destrozar la guarida que nos mantiene a salvo. Todos deberíamos poner un poco de nosotros mismos en el cuidado de nuestro hogar. Es el único que tenemos.

-Entiendo eso Taehyung, y también sé que los sureños lo hemos hecho mal en muchos aspectos. Solo... deja de decirlo constantemente. Estoy seguro de que hay muchos más temas de los que nosotros dos podríamos hablar. - muchos temas que además no terminarían en un debate acalorado de forma casi segura. - ¿No lo crees?

-Lo siento. - Taehyung bajó la mirada a su plato. A veces olvidaba que Jungkook amaba su tierra tanto como él amaba el suelo que lo había visto nacer. Los dos residieron toda una vida en partes diferentes de la montaña y aprendieron a ser lobos con ideologías y tradiciones completamente contrarias. - De verás siento haberte hecho sentir mal con mis palabras.

Jungkook negó mientras alcanzaba una de esas tostadas de pan con crema de chocolate, el norteño no lo había hecho sentir mal de algún modo sino la repetitiva costumbre de terminar en un debate que no los llevaría a ningún lado. Él sabía lo que los Jeon llevaban haciendo mal mucho tiempo, pero era debido a eso que la unión se estaba comenzando a forjar. Joy era consciente de que necesitarían ayuda para repoblar sus montes y llenar las alacenas de las casas con productos frescos procedentes de sus propias huertas.

-No es eso, Tae. Simplemente no me gusta discutir contigo, estamos dispuestos a aprender. Incluso si muchos Jeon todavía mantienen su mente cerrada a los cambios, aquellos que realmente importamos y nos preocupamos por el futuro de nuestro clan vamos a abrir nuestra mente.

-Pero eso llevará tiempo. ¿No es así? - Taehyung señaló, recordando la conversación que los dos tuvieron hace dos noches. - Estoy dispuesto a enseñarte todo lo que quieras. - y sonrió, porque sentía necesario hacerlo. - Si alguna vez quieres plantar algo no dudes en preguntarme.

Jungkook también sonrió, sintiendo el ambiente calmado rodearlo cuando el lobo de Taehyung dejó que su aroma repleto de buenas intenciones llegase hasta él. Pudo notar como su alfa interior se removía en el interior de su pecho exigiendo un poco de cercanía, callarlo casi dolió.

-Genial, entonces supongo que seguiré acompañándote a recoger hierbas y plantas para tu padre siempre que quieras.

-Eso estaría bien. Lo que dije ayer sobre mostrarte mi territorio y aquello que amo del norte, iba completamente en serio. Me gustaría que me permitas enseñarte, al menos hasta donde los límites de tu tradición y creencias puedan permitirte. - Taehyung bebió antes de seguir hablando. - Respetaré todo de ti y los otros sureños, todo excepto cualquier ataque hacia las familias y parejas alfas. ¿Okay?

-Me parece un trato adecuado, a cambio te enseñaré eso que nosotros hemos hecho bien. Hay algunas cosas en las que los Jeon podríamos daros un par de lecciones a los Yook.

-Si quieres enseñarme a morder yugulares es tarde, no olvides que mi padre es un sureño.

Jungkook dejó escapar una carcajada.

-¿Qué tal si te enseño a seguir rastros y captar hasta el más mínimo olor diferente con tu hocico? Estoy seguro de que el señor Kim ha hecho un buen trabajo entrenándote para que puedas defenderte por tí mismo, pero yo también podría darte algunas lecciones.

Cuando el norteño se relamió los labios por los que habían resbalado un par de gotas del zumo fresco de mandarina, Jungkook no pudo evitar mirar permitiendo que sus ojos brillasen en consecuencia.

-Lecciones. - Taehyung arrastró las palabras, observando con atención el color azul que se posaba sobre los iris de Jungkook. Sus propios ojos se activaron como una consecuencia, su alfa interior parecía querer responder y mostrar su fuerza para conquistar al del sureño. - Suena interesante en realidad.

-Sí...

Pero el sonido del timbre hizo que los dos apagaran sus miradas encendidas por el celo en tan solo un instante, saliendo de la ensoñación en la que habían caído por unos instantes. Probablemente Hoseok tenía los supresores que le habían pedido.

-¿No ha llegado demasiado rápido? - cuestionó Jungkook, extrañado.

-Quizás ha obtenido algo bueno en la tienda de la señora Lee. Deja que lo compruebe.

Taehyung se habría esperado prácticamente a cualquier persona, a excepción de su mejor amigo, al otro lado de la puerta de su casa. Así que cuando vió los característicos ojos de Jimin posándose con preocupación sobre los suyos, tan solo pudo sonreír en grande.

-¿Jimin? - el alfa norteño tiró de este hacia dentro a la par que Jungkook alzaba la mirada desde uno de los sofás para comprobar quién era la persona que había tocado el timbre de la casa.

El sureño alzó su mano a modo de saludo, reconociendo sin problemas al amigo de Taehyung que siempre estaba en la casa de los Kim mientras él entrenaba. Era imposible no saber quién era ese chico, porque parecía una extensión del propio Tae. Ninguno de los dos daba un paso sin avisarle al otro de adonde iba, por norma general.

-¿Sabes lo preocupados que están tus padres? - y ahí estaba, el lado protector de Jimin haciendo presencia mientras ponía uno de sus dedos contra el pecho de Taehyung y pinchaba con ahínco la piel de este. Le importaba muy poco ese intenso aroma que cubría la casa de los Kim aquella mañana, o el detalle de que él mismo había visto la luna brillar en el cielo antes de tiempo aquella noche. Todo lo que le importaba era que su mejor amigo estaba bien después de dos días sin molestarse en tratar de explicar su situación fuese como fuese.. - Alguien entró en nuestra casa, así que los Jung avisaron a mis padres en cuanto pudieron. Hoseok se encargó de quitarle importancia a la situación pero cuando mi madre se lo cuminó a su jefe...

-Mi padre...

-Tu padre.- Jimin asintió. - Vienen en camino para ayudar con la revisión de nuestra casa y otros asuntos que requieren de su presencia, también para comprobar que tu marca de nacimiento sigue intacta y ningún lobo se ha lanzado a morder tu yugular durante la luna llena que ha tenido lugar de forma inesperada esta noche. Las cosas se pusieron feas en el sur, todos esos lobos arcaicos trataron de detener a las parejas de alfas que estaban pasando el celo juntos en las cabañas de la zona neutral. Más vale que te inventes una excusa para no haberlos llamado en cuanto la tormenta se calmó.

Jungkook se levantó en el instante en el que escuchó esas palabras y caminó hacia el par de amigos sintiéndose levemente cohibido, ¿los sureños estaban atacando a norteños sin tan siquiera esconderse? Eso sonaba mal. Muy mal teniendo en cuenta que su prima había prohibido cualquier muestra de violencia y los lobos del clan Jeon seguían sin obedecer a pesar de haber recibido una orden directa por parte de su líder.

-Esta mañana las aguas del río estaban en calma y mi familia decidió aprovechar la ocasión para revisar nuestra vivienda, cuando estábamos entrando os ví desde la ventana de mi habitación hablando de algo cerca de la galería del salón de tu casa y no pude evitar venir a avisarte. A avisaros en realidad. - Jimin llevó sus ojos hasta el alfa sureño que todavía portaba unos coloreados iris repletos de azul. No quiso preguntar, más tarde tendría una forma de saber si algo malo había sucedido entre ese par pero de momento no le interesaba. Sabía que el celo de Tae coincidia con la luna llena, del mismo modo en el que Taehyung era consciente de que el suyo ocurría en cuarto menguante. Siempre se cubrían las espaldas en esas ocasiones y precisamente por eso el saber que su amigo estaba solo en la otra parte de la montaña... Lo asustó un poco. - Los líderes de los dos clanes visitarán el norte con el objetivo de que Jeon Joy conozca nuestras tierras, costumbres y a nuestra gente. Este mediodía. Su consejo territorial la acompañará y eso incluye al señor Cha y a tu padre.

Jungkook tragó saliva en el instante en el que los ojos de Jimin se posaron sobre los suyos. ¿Su padre estaba de camino? No podía ser, si este olía el celo de Taehyung sobre su piel las cosas definitivamente podrían tomar un rumbo peligroso. Porque él estaba más que seguro de que en una situación como aquella su presencia sería requerida, como la de cualquier otro chico de su edad que estuviese a punto de graduarse como guardián. No... No podía ser. Él jamás había tenido interés en el norte, su progenitor odiaba la parte de la montaña que habitaban los Yook. Desde siempre. Si este olía el más mínimo resquicio del celo de Taehyung impregnado en él podría reaccionar de la peor de las formas.

Había sido demasiado estupido. Había sido un idiota. Había estado demasiado cerca de un alfa, demasiado...

-Jungkook.- la voz de Taehyung sonó tajante y eso de alguna manera hizo que el lobo del sureño se calmase un poco en la sensación de miedo que lo envolvía. - Hoseok no tardará en llegar con los supresores, nadie va a saber lo que ha pasado.

Excepto Jimin. Taehyung supo en el instante en el que los ojos de su mejor amigo mostraron curiosidad, que sencillamente no podría negarle la verdad a la persona que había crecido y recorrido los montes a su lado desde que tenía memoria. Además, era probable que ya se imaginase que ahí había pasado algo mucho más allá de compartir algunas palabras con el sureño.

-Tranquilízate, vamos a ayudarte pero debes calmar a tu lobo. Tu agrio aroma está haciendo mella en mi alfa interior. Nuestro celo está inactivo momentáneamente porque los dos estamos satisfechos, pero una alteración fuerte en nuestro carácter y cuerpo podría reavivarlos.

-No puedo tranquilizarme. Mi padre odia el norte, no hay un solo motivo por el que él vendría aquí a pesar de la unión, sin importar que Joy quiera visitar la zona. - suspiró. - No es una hipérbole, Taehyung. Él literalmente odia el norte y a cada persona que procede del clan Yook, no recuerdo un solo momento de mi vida en el que mi padre no haya mostrado abiertamente su aversión hacia vuestras tradiciones y creencias. Si huele el celo de un alfa norteño sobre mí... No puedo saber con certeza cuál será su reacción, pero sí sé que no traerá nada bueno. Tampoco puedo esconderme, si no me ve a un lado de mi prima mostrándole mi apoyo empezará a hacer preguntas y no te haces una idea de lo inquisitivo que es tras haber ejercido de guardia del sur durante años.

Taehyung se mantuvo en silencio durante unos instantes, no sabía bien qué hacer. Todo lo que se le ocurría era darse un baño, tomar los supresores que Hoseok les conseguiría y rebozarse en la tierra de su montaña para alejar de él ese tranquilizador resquicio de olor que Jungkook impregnó intencionalmente en su piel en algún momento de la noche. No era el único apestando a un celo que no era suyo, él... Los dos sabían que había puesto todo de sí para cubrir con su aroma hasta la última fracción de piel del sureño.

Pero era normal, de alguna manera lo era entre dos lobos que atravesaban el celo juntos. Incluso si no eran pareja, el acto de marcar con olor provenía de sus propios instintos.

-Incluso yo puedo olerlo, él tiene razón. - Jimin asintió con la cabeza. - Quizás deberíamos pensar en algo. Tus padres llegarán pronto y los dos... No sé lo que ha pasado entre vosotros pero es perfectamente obvio que habéis compartido espacio durante el celo, vuestros aromas naturales están mezclados con tanta intensidad y sincronía que incluso mi omega parece un poco débil a pesar de que no le atraen los alfas.

-¿Alguna idea? - Taehyung se relamió los labios en un gesto de nerviosismo.

Jimin tan solo agitó su cabeza, tratando de pensar en algo que pudiese obtener un poco de sentido en aquella inesperada situación. Una semana atrás no habría esperado toparse con Jeon Jungkook oliendo como si su mejor amigo hubiese marcado territorio sobre su piel.

-Tomad supresores para deshaceros de esos restos de celo que hacen brillar vuestras miradas. - indicó, a pesar de que para cualquier lobo sería una medida obvia. - Después de eso id al lago, tus padres llegarán antes pero no está previsto que Joy y su consejo salgan del sur hasta el mediodía. El agua del lago Crystallo está llena de la energía de nuestras raíces, quitará ese olor a celo de vuestra piel y os envolverá con la esencia del norte. No puedo asegurar que no queden resquicios pero será mejor que una simple ducha. Después de ese baño, simplemente separaos. Tú vuelve al sur y empápate de tu montaña y tú regresa a casa para explicarle a tus padres que estás perfectamente bien, Tae.

Ninguno de los dos alfas pudo hacer otra cosa que no fuese asentir.

-¿Iremos al lago ahora? - Jungkook cuestionó, notando el modo en el que Taehyung se deshacía de algunas de las cosas que llevaba en los bolsillos de sus pantalones cortos.

-Por supuesto. Nos vamos en este instante.

-¿Qué pasa con los supresores que traerá Jung?

Taehyung chascó la lengua.

-Jimin, si ves a Hoseok alcanza lo que tiene para nosotros y...

-Os los llevaré. - Jimin asintió, empujando a los dos alfas hacia la salida de la casa. - Ahora id, voy a abrir ventanas aquí para destensar el ambiente. Cualquiera que entre por esa puerta olerá a celo si no se ventila adecuadamente.

Jungkook y Taehyung no tardaron en quitarse la ropa cuando llegaron hacia el inicio de los manzanos repletos de fruta roja que bordeaba la entrada en el bosque de lavanda que los llevaría hasta el lago. Entonces dejaron que sus lobos salieran y sus patas se hundieron en la tierra antes de comenzar su carrera acelerada.

Nadie tendría porqué saber que ellos dos se habían mantenido piel con piel aquella noche de luna llena. No al menos, si hacían bien las cosas.







------------
Holuuu!!

Espero vuestros comentarios en este capítulo porque es uno que he disfrutado especialmente escribiéndolo. A veces ocurre que los que para mí son los mejores para vosotres no, sin embargo son los que más me hacen querer saber lo que pensáis.

Así que de verás espero que os haya gustado.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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