Serkan estaba centrado en su trabajo mientras escuchaba a Piril dar ordenes desde la terraza, ambos habian estado ultimando detalles para un futuro viaje que tenian programado para ver los avances en el proyecto de Chipre pero pronto su concentracion se vio desviada cuando cierto rostro se asomo desde la puerta.
—¿Como van?— pregunto Eda con una sonrisa que solo hizo que él la imitara antes de pedirle que pase.
—Todo va bien. ¿Tu como vas?¿Has visto a Kiraz?— pregunto Serkan mientras tiraba un poco de ella para conseguir el beso que estaba esperando.
—Yo voy bien, y a Kiraz no la he visto. Creo que esta en su oficina— respondio Eda antes de hacer un leve gesto que Serkan no pudo pasar por alto. Estaba a punto de preguntarle por ello cuando Engin se hizo presente en la sala con su entrecejo fruncido.
—¿Alguno sabe que es lo que esta sucediendo?— pregunto tomando asiento al lado de su esposa que apenas e iba cortando la llamada con los jefes de construcción.
—¿De que hablas?— pregunto Serkan haciendo que su amigo ruede los ojos.
—De nuestros hijos— contesto Eda por Engin quien asiente dandole la razon.
—Hace unos días parecía que todo estaba bastante bien y ahora... cada uno encerrado en su oficina, sin siquiera dirigirse la palabra cuando tendrían que estar preparándose para la reunión de la semana próxima— concluyo Engin logrando esta vez captar la atención del pelirrojo quien busco la respuesta en su esposa que solo se mantuvo en silencio.
—Ambos son profesionales, la reunión no me preocupa— comento Piril segura. —Pero de verdad se me hace raro este comportamiento de parte de ambos.
—No crei que fuera tan serio— respondio Serkan. —¿Tengo que intervenir?— consulto después viendo a su esposa negar.
—No, al menos no por ahora— pidió Eda. —Ellos son adultos, veamos como lo resuelven por su cuenta— pidió después viendo a Engin y Piril asentir estando de acuerdo.
—Es cierto, ya no son nuestros niños. Y aunque sea por trabajo tendrán que hablar, ellos encontraran la forma de llegar a buen puerto— dijo la pelirroja.
—Esta bien, no interrogare a nadie— prometio Serkan sacándole una sonrisa a la castaña.
—Bien entonces hablemos del nuevo proyecto sobre la mesa— intervino Eda. —El nuevo hotel de los Sahin, Kiraz hablo con el hijo de Emre, el esta acargo de este nuevo hotel asi que con el nos comunicaremos.
—Perfecto, tengo los diseños anteriores de los hoteles que ya hicimos para ellos, podemos iniciar con una base en ello y después dependiendo de lo que nos pida vamos modificando— comento Piril y los demás asentieron en acuerdo.
—Igualmente le pedire a Emre que se acerque en la proxima reunion, nuestros negocios siempre han sido con el— intervino Sekan antes de que Eda lo reprendiera con la mirada.
La castaña sabia muy bien porque su esposo estaba reacio a la presencia de Aslan Sahin, mucho mas sabiendo que estaba cerca de su hija pero no habia nada que hacer, no podian dejar de hacer negocios con un antiguo cliente ni tampoco Serkan podia agarrar a golpes a aquel chico que hizo sufrir en algun momento a su niña.
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Can intento no preguntar por ella, no acercarse a su oficina sabiendo que ella estaba alli, paso toda la mañana entre el trabajo, saliendo y volviendo de la oficina, renegando con Erdem y haciendo mas trabajo junto con su madre pero no dejo de pensar en ella en un solo momento, no podia sacarsela de la cabeza aunque quisiera asi que perdiendo totalemente la paciencia decidio tomar camino hacia la puerta en la que podia ver su nombre resaltando en letras cursivas. No escuchaba nada desde afuera pero sabia perfectamente que alli estaba, escondiendose de el.
—¿Puedo pasar?— pregunto entonces asomándose.
—No creo que sea lo mas conveniente Can— respondio la castaña poniéndose rápidamente de pie.
El castaño noto enseguida su nerviosismo al verla ordenar las cosas de su escritorio sin siquiera levantar el rostro para mirarlo, y aprovechándose de ello entro en la oficina poniéndole seguro a la puerta detrás de el. El sonido de la puerta cerrándose fue lo que logro que Kiraz levantara la vista espantada.
—Can.
—Tenemos que hablar de una vez por todas.
—No quiero, no puedes imponerte asi— respondio Kiraz alterada.
No estaba lista para verlo, por eso lo había estado esquivando toda la santa mañana.
—Kiraz... yo se que es incomodo para los dos pero tenemos que hablar de ello.
—¿Y que quieres decir? ¿Qué es lo que quieres que te diga Can? Porque la verdad no se que decir, no se que decirte a ti porque todo esta muy confuso para mi— revelo ella mientras él comenzaba a asentir.
—Entiendo.
—No, no lo creo.
—Claro que te entiendo. Tampoco esta siendo fácil para mi, no es fácil estar parado aquí frente a ti esperando... no se que de nosotros.
Ambos se quedaron unos minutos en silencio después de aquella respuesta, se mantuvieron la mirada todo el tiempo hasta que Kiraz solto un suspiro y tapo su rostro.
—¿Y que hacemos?— pregunto entonces volviendo a verlo. —¿Qué quieres hacer tu con esto?— insistió viendo como el fruncia el ceño.
—Yo... quiero que me digas, que sientes por mi— pidió. —Quiero que me digas que sientes después de lo que paso— especifico.
—Yo crei, que volveríamos a ser amigos— dijo ella antes de notar la leve decepcion en el rostro de Can. —De verdad lo crei.
—Me queda claro entonces.
—No— interrumpio ella viendo como el volvia a levantar la vista. —Lo creía, cuando volvi de Italia pensé que podíamos reconstruir nuestra amistad, pensé que si pasábamos tiempo juntos... yo nunca me espere esto Can. Esa es la verdad. No digo que no lo quiera, digo que me confunde porque jamas me lo imagine— explico ella viéndolo arrugar el entrecejo.
—¿De verdad jamas lo imaginaste?— pregunto confundiéndola. —¿Jamas te diste cuenta de lo mucho que me gustabas?— pregunto entonces dejándola sin habla.
Kiraz no supo que decir, claro que a lo largo de los años estuvieron aquellos amigos, incluso novios que le decían que Can estaba interesado en ella pero por alguna razón ella nunca fue capaz de creerlo, siempre creyo que el la quería mucho como amiga, eran inseparables y el cariño se mantenía intacto aun cuando las cosas empezaron a enfriarse y ellos empezaron a distanciarse. En ese momento fue cuando Kiraz pensó que no debía ser cierto, si Can de verdad hubiera sentido algo por ella se lo hubiera dicho.
—Nunca me lo dijiste— respondio ella apenada. —Yo... ¿Cómo podía imaginármelo?¿Como podía saber que era cierto si ni siquiera hablábamos? ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Qué te detenia de decírmelo si nos teníamos confianza para todo?
Fue Can quien no supo que decir entonces. ¿Qué lo había detenido? El miedo, miedo a perderla incluso como amiga y al final, en el peor escenario eso termino sucediendo, ellos se distanciaron. ¿Podia culpar a Kiraz por no notar que estaba enamorado de ella? O todo este tiempo había sido culpa suya por no expresarle lo que sentía.
—Tenias que habérmelo dicho— dijo ella. —Pero eso ya no importa, no influye en lo que nos esta pasando ahora.
—Es cierto no influye en nada, pero tenia que habértelo dicho— contesto el. —Tenia que haberte dicho el instante en el que me di cuenta lo mucho que me gustabas, lo celoso que me ponía verte con otros, lo mucho que me dolia estar lejos de ti. Tenia que haberte dicho eso... que estaba enamorado de Kiraz Bolat.
Kiraz sintió el nudo en su garganta que no la dejaba hablar, ese que se fue formando con cada palabra que salía de la boca de Can, asi como se acumulaban las lagrimas en sus ojos antes de caer por sus mejillas. Lloraba por haberlo hecho sufrir en silencio, lloraba porque le dolia no haberlo sabido.
—Se que no te sientes igual, y lo entiendo. Pero para mi ha sido asi toda mi vida— continuo hablando el. —Yo jamas te presionaría, pero desde que volviste...
—Te veo de forma diferente— interrumpio ella. —No fue el beso, fue desde que bailamos juntos en el bar, de hecho creo que fue desde nuestro primer encuentro, desde que me tomaste la mano ese dia— confeso viendo como sus palabras impactaban en el. —Se siente raro pero eso no es malo y aun asi... es muy confuso para mi Can.
El castaño la veía parada ahí, detrás de su escritorio con las lagrimas que aun insistían en salir demostrando cuanto se había guardado, cuanto le afectaba la situación.
—Kiraz...
—Dame tiempo— pidió la castaña viéndolo asentir rápidamente. —No te digo que te alejes, digo que... lo dejes ser. Pero no te alejes— dijo después viendo como volvia a asentir pero esta vez con una pequeña sonrisa.
—¿Fue demasiado por hoy?— pregunto Can logrando que ella le de una pequeña sonrisa ladeada antes de asentir. —Esta bien, no voy a volver aquí por hoy, a menos que sea estrictamente necesario.
—Puedes venir cuando quieras solo... dejemos las conversaciones de nosotros para otro momento— pidió ella viéndolo sonreir.
"Nosotros" con eso Can estaba mas que satisfecho, por el momento.
—Que conste que intente darte espacio y me diste via libre para venir cuando quiera— respondio haciéndola reir.
—Lo tengo claro— contesto ella. —Pero para volver, tienes que irte primero— dijo después sacándole una carcajada al castaño que hizo que ella sonriera abiertamente, olvidando por completo que hace unos minutos estaba llorando.
—Muy bien, me lo estas dejando muy en claro. Ya me voy— dijo Can mientras se encaminaba a la puerta. —Nos vemos luego.
En cuanto la puerta se cerro Kiraz se dejo caer sobre su silla antes de soltar una pequeña risa nerviosa.
Can Sezgiz estaba enamorado de ella. Jamas se lo habia imaginado y aun asi podia sentir el revoltijo de emociones que le causaban sus palabras, sus gestos determinados al decirlo, la forma en la que la miraba, hasta podia jurar que sus rodillas se debilitaban.
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DIA DE TMP, DIA DE KIRAZ Y CAN.
Amo como se esta desarrollando su historia pero diganme que les esta pareciendo a ustedes, diganme que los aman tanto como yo jajaja.
Adoro leer sus comentarios, y mucho mas que me sigan leyendo. Hoy me tomo un ratito para agradecerles de nuevo.
Gracias, espero que sigan disfrutando.
Los amoo.
A. D'C.