ꨄ︎•*•ꨄ︎•*•ꨄ︎•*•ꨄ︎
El pantalón de Harry cae al piso y mira a su esposo cambiar el pañal a Edward. Pasaron todo el día en la playa, por lo cual regresaron cansados.
Los mellizos luego de un baño, se durmieron como dos ángelitos.
Louis bañó a Edward y ahora se encontraban ambos peleando.
Ve al bebé patalear cuando Louis le quiere poner otro pañal limpio, y Louis le frunce el ceño para parecer malo, aunque sea lo más tierno que existe.
-Eres muy berrinchudo, pequeño diablito -Louis susurra dando besitos repetidos por toda su barriguita.
Edward ríe escandalosamente.
Aún le parece tierno como Louis se ve cuidando a su hijo.
Tierno y caliente. Pero no se lo dirá.
Louis lo odia, lo sabe bien.
La noche que fue a aclarar lo sucedido, le dejo en claro eso. Lo odia.
Aún Harry no entiende si acaso vio fotos o algún dato falso que le haga creer con tanta seguridad de que lo engañó.
No fue para nada como lo pintaron y le duele no poder decirlo.
Harry se acuesta en la cama suspirando, Louis deja a Edward a su lado, y Harry empieza a jugar con el bebé cuando Louis se retira al baño.
El pequeño bebé mira su anillo que le llama la atención.
Su anillo de casamiento; Todavía no se lo saca porque le parece muy especial para sus hijos. Y personalmente le dolería sacárselo.
Mira la televisión hasta unos minutos más y nota que Edward se quedó dormido. Lo acomoda de costado y besa su cabello algo mojado todavía.
-Buenas noches, pequeño osito.
-Que lindo que aún se lo digas -comenta Louis ingresando a la habitación con una remera negra y grande junto a un pantalón de pijama, y el cabello mojado viendose malditamente caliente.
Se sienta en la cama y teclea en su teléfono.
Harry apaga la televisión que ya no le parece interesante. Mira de reojo a su pequeño esposo jugar con sus labios.
Quiere besarlo, chupar sus dulces labios.
-¿Tengo cara de payaso?- Louis pregunta repentinamente.
Tienes cara de un muñequito muy bonito.
-¿Qué?
-Harry, estás sonriendo y me estás mirando. ¿Acaso tengo algo en la cara?
-De hecho, sí. -murmura quitándose la remera.
Louis endurece su mandíbula. Tiene claro que su esposo sigue estando en buena forma a pesar de los años.
No quiere verse con una perra caliente y necesitada, pero su cuerpo sabe lo que esa acción causó en él.
Y tiene calor.
Edward hace un ruidito con su boquita, se asemeja a un ronquido, el cuál lo saca de su trance.
Harry lo ha escuchado y ríe.
-En todo se parece a ti -aclara Louis tocando su cabello.
Edward se ve como un increíble ángel a la luz de la luna, con todas las facciones de Louis y Harry juntas. Un bebé totalmente bonito y tierno.
-Sus hermosos ojos no los saco de mí -ahora el rizado habla, mirando al techo.
Louis frunce el ceño, no sabe cuál fue la necesidad de decir eso, pero recuerda que Harry cada vez que podía se quejaba de que Edward era muy bonito por tener sus ojitos azules. Siempre lo recalcaba.
-Buenas noches, Harry -El ojiazul murmura y cierra sus ojos.
Louis pasa su brazo abrazando a Edward, quien choca sus mejillas regordetas con la mejilla de Louis.
Harry voltea su rostro y se toma el tiempo de apreciar al hermoso castaño durmiendo a su lado.
La luz de la luna, que entra por la ventana, lo favorece. Sus facciones delicadas lo hacen ver como un ángel.
-Buenas noches, pequeño osito.
ꨄ︎•*•ꨄ︎•*•ꨄ︎•*•ꨄ︎
Leonel camina hasta la cocina en dónde escucha los ruidos.
Se frota sus ojitos con sus puños y bosteza. -Papito, tuve una pesadilla -dice al borde del llanto.
-Bebé, no es nada. No llores chiquito- Louis lo toma en sus brazos y lo sienta en la mesada. -Cuéntame que sucedió, mientras cocino algo, ¿si, bebé?
El pequeño de ojos verdes asiente y empieza su relato.
Por otro lado, Harry despierta a causa de la baba de su hijo por su dedo.
La cama está desatendida y es probable que Louis ya esté despierto, lo comprueba cuando voltea y no ve a Louis por su alrededor.
Edward ríe cuando lo ve despierto, y vuelve a morder su dedo, aunque especialmente su atención está en el anillo dorado de Harry.
-¿Te gusta demasiado el anillo, verdad?
El bebé balbucea algo y saca el dedo de su boquita. Levanta apenas su dedo y mira con atención el anillo que brilla gracias al sol que ilumina el cuarto.
Harry sonríe dejando que su bebé juegue con su anillo mientras se encarga de su cabello desordenado.
ꨄ︎•*•ꨄ︎•*•ꨄ︎•*•ꨄ︎
En la mesa mientras todos comen, Darcy cuenta su sueño maravilloso a su hermano, Leonel hace caras de desagrado, él no tuvo la misma suerte.
Louis aunque quiera evitarlo, no puede dejar de mirar la mano de Harry. Cuando fue a ver por su hijo, vio como el bebé jugaba con el anillo, mientras Harry dormía profundamente.
-No sabia que conservabas el anillo -comenta Louis bajo, solo para que escuche su esposo.
Realmente nunca observó su dedo por si todavía tenía el anillo. Claramente se negaba a comprobar y lamentarse si llegaba a ver que no lo usaba más.
Harry mira la mano del ojiazul y suspira.
-No puedo decir lo mismo- dice claro pero bajo.
Y como si su incomodidad se sienta en el aire. Edward tira su plato de comida en reproche porque no le gusta la lechuga.
Louis le limpia su boca y lo baja de su sillita de comer para ponerlo en su andador.
-Quejarte es lo último que podrías hacer -dice el ojiazul enfadado y lleva los platos hacia el lavado.
Harry maldice.
-Bebés vayan a mirar la tele creo que está dando Backyardigans.
Los mellizos asienten y van hasta el sofá donde se sientan a mirar dibujos, Harry lleva a Edward hasta ellos. Los tres se acuestan y miran el programa estando completamente tranquilos.
Harry agradece que no se dieran cuenta de su pelea pacífica-molesta.
Harry va hacia la cocina y ve a Louis limpiarse las lágrimas rápidamente.
-Lo siento mucho -suelta con su voz lleno de dolor.
-No lo sientes. -afirma con la voz sensible -si lo sintieras de verdad te esforzarías por recuperar tu vida.
El ojiazul murmura apoyándose en el lavado. Nunca se debilita, solo cuando algo de verdad le duele, siente su cuerpo decaer.
-Cometí errores, demasiados. Pero esa vez me senti tan sucio y horrible que sentía que no te merecía. Nunca toqué a otra persona que no seas tú.
-No es cuestión de merecer -dice Louis volteando -te debes ganar tu merecido. Si ibas y me lo explicabas, te ahorraría hacer toda esa mierda de irte de la casa para evadir tu estupidez.
El rizado baja la mirada.
-Me duele tanto ver que no intentas cambiar las cosas. ¡Solo te persigues por aquel hecho y no tratas de arreglarlo!- murmura con dolor disfrazado de odio.
Harry quiere gritar la verdad, quiere abrazarlo fuerte y rogarle que lo perdone.
Pero no puede.
-Yo lo intenté.- Harry termina de hablar y casi corre a la habitación.
El castaño solloza más, apretando su anillo que cuelga de un collar, sosteniéndose de la mesada.
Quiere perdonarlo. Pero quiere más de él, sabe perfectamente que sucedió aquella noche, porque vio fotos.
Malditas fotos llegadas de algún número desconocido, no pudo ni preguntar cuando y porque pasó, solo se decayó. Lloró toda la noche.
Su cabeza le golpea fuerte, dos partes se debaten allí.
Su mente y su corazón.
Uno le advierte que no sea tonto, que lo engaño de la manera más descarada y lo lastimó.
Y el otro le dice que lo perdone porque no haría eso si lo ama, y debe haber una explicación buena.
ꨄ︎•*•ꨄ︎•*•ꨄ︎•*•ꨄ︎
1/2
Esᴘᴇʀᴏ ǫᴜᴇ ʜᴀʏᴀɴ ᴘᴀsᴀᴅᴏ ʙɪᴇɴ ᴇsᴛᴏs ᴅᴏs ᴅɪᴀs [24 ʏ 25] ♡︎
sɪ ᴠᴇɴ ᴇʀʀᴏʀᴇs ᴅɪɢᴀɴᴍᴇ ᴘᴀʀᴀ ᴄᴏʀʀᴇɢɪʀ.