Caricias prohibidas

By Itsvodka_girl

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Lea es tranquilidad, amor, paz y felicidad. A pesar de su difícil vida en los últimos años, obligada a pausar... More

🥵Información importante🥵
Cumpleaños de Jayden

¿Nuevo trabajo?

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By Itsvodka_girl

Ver a Angelique y Jayden besándose me hizo sollozar más, pero no, de seguro alguien con malas intenciones habrá hecho esa imagen, Jay jamás me sería infiel, mucho menos con mi mejor amiga que es como mi hermana.

Me levanto y seco mis lágrimas acostándome, de seguro mañana será un mejor día.

Al día siguiente amanezco con un mal sabor de boca, literalmente me siento paranoica mientras tomo el taxi para ir a mi trabajo.

-¿Se encuentra bien, señorita?-pregunta el taxista mientras suspiro viendo por la ventana.

-Sí, no se preocupe-le sonrió agradeciéndole.

-Vale.

Pasan los minutos y decido encender mi celular, con la esperanza de recibir algún mensaje de Jay, pero nada. No hay ni siquiera una llamada.

No entiendo, dice amarme pero ni por hipocresía me ha escrito un "hola". En fin.

La cafetería Flores exóticas me recibe y le pago al señor, deseándole lo mejor en su día y me bajo arreglando mi uniforme que consiste en una blusa polo blanca con filos negros, un pantalón de tela negro y zapatos bajos del mismo color.

Al abrir la puerta la campana suena y todos mis compañeros voltean a verme, fruncí mi cejas al notar que me veían con tristeza. Elizabeth se me acerca pero otro de mis compañeros la interrumpe hablando:

-Lea, el jefe te está esperando en su despacho-dijo y se fue a seguir limpiando.

¿Porqué todos huían de mí?, sigo caminando pasando por las mesas y saludando a todos, pero ellos siguen con cara de terror.

Cuando llego al despacho de mi jefe mi corazón empieza a bombear más de lo normal y me asusto dando dos golpes a la puerta café, rogando que no sea nada malo lo que tenga que decirme.

-Pasa, Lea, y siéntate-el viejo calvo abrió y señaló la silla.

-Buenos días, señor, espero que se encuentre bien-hablo, sentándome y juntando mis manos encima de mi abdomen.

-Igualmente, Lea. Seré sincero, las opciones que me has dado no han servido para nada en la cafetería; en vez de subir a bajado incontrolablemente, y eso no me favorece.

-Pero, señor, le he dado las mejores opciones en marketing, solo que usted las ignora, no entiendo como es que me dice esto-<<no es justo lo que me está diciendo>>, pienso.

-Estás despedida-abre y cierra una de sus gavetas, tirándome un sobre café sobre su escritorio -lo de este mes, por tu liquidación ven en una semana.

¿Qué?, ¡esto no puede ser!

-Es un maldito viejo calvo que ni siquiera su esposa soportó. Ahora entiendo porqué lo dejó-me rio cogiendo el sobre y me levanto-Púdrase, que tenga buen día jefe.

Cuando salgo del despacho empiezo a llorar porque es una maldita injusticia. Viejo de miércoles, si la cafetería se fue a la quiebra fue porque se pasó mis métodos por donde no le da el sol.

-Lo siento, hicimos lo posible para que no te despida-lamenta Jenny abrazándome y yo niego dejando un beso en su mejilla.

-Ay Lea, lo siento tanto, amiga-abrazo fuerte a Elizabeth y niego armándome de valor y así poco a poco voy despidiéndome de mis ex compañeros, algunos lloran y otros bajan la cabeza, tristes. Siempre me llevé muy bien con todos.

Salgo de la cafetería con el único pensamiento de que me vengaré; no vale la pena llorar por algo sin importancia, los trabajos van y vienen.

Andando por las calles un anuncio llama mi atención y hace que lo arranque de donde está pegado.

"Se necesita joven de 18 a 22 años para mesera en un bar-restaurante, horario estable y buena paga. Para más información comuníquese a los números xxxxxxx o al xxxxxxx"

Hay una foto del bar y no está para nada mal, se ve lujoso.

Uh, interesante. Doblo la hoja, pero una rafaga de viento hace que se me suelte de las manos. ¡Ay, no! empiezo a correr, necesito ese empleo.

Voy tan distraída que no me doy cuenta que hago caer a una mujer.

-Lo siento, discúlpame-le doy mi mano y ella se ríe parándose y acomodando su falda.

Es de tez blanca, cabello negro y ojos azules; tiene una falda y una blusa manga larga, parece que trabaja en una oficina.

-No te preocupes-me sonríe-creo que esto es tuyo, ¿verdad?-me extiende el anuncio y yo lo tomo dándole las gracias.

-Debo irme-ve su reloj de muñeca-hasta luego, ¿Lea?. -pregunta viendo mi gafete en la camisa.

-Sí, soy Lea, ¿y tú?

-Natascha Ruzzo, mucho gusto-pasa por mi lado y puedo oler su perfume.

¿Qué me está pasando hoy? ¿Por qué no puedo dejar de ser tan torpe últimamente?

Retomo mi camino, iré a visitar a Jayden, no queda muy lejos de aquí, necesito desahogarme con él y confirmar que la foto que llegó es falsa.

(***)

-¿Jay? -lo llamo abriendo la puerta de su departamento pero no logro escuchar nada por la música a todo volumen que tiene.

Vuelvo a llamarlo pero no hay respuesta, reviso y todo está en orden. <Qué extraño>>.

La música viene de su cuarto, empujo un poco la puerta y lo que veo me deja totalmente en shock...

Natascha Ruzzo

Paso por su lado y muerdo mis labios, cuando llego a mi auto mi chófer abre la puerta, saludándome.

-Buenos días, señora Ruzzo-saluda amablemente, cerrando la puerta.

-Buenos días para ti también, Alfred-digo alisando mi traje, y no puedo dejar de pensar en ella y como miró mis piernas, cierro los ojos borrando esa imagen de mi cabeza, pero no puedo. Es casi imposible.

-Alfred, sabes que te aprecio, viejito, ¿no?

-¿Qué favor necesita ahora, mi niña?

-Necesito que investigues a alguien, su nombre es Lea. En la tarde te pasaré más información ya que memoricé dos números de un nuevo local y estoy segura de que ella trabajará ahí.

-Como diga, ¿desea música?

-No, no te preocupes si quieres pon para ti, Alf.

-Gracias.

Lea tiene un aire de sumisa y eso es muy interesante para mí.

Los días pasan y, cuando estoy a punto de irme, Alfred entra con una carpeta bajo el brazo con el nombre de Lea.

-Señora, aquí está toda la información sobre la muchacha que me pidió-dejó la carpeta sobre mi escritorio-con su permiso, me retiro.

-Quédate, viejito-él asiente y va al mueble a leer el periódico.

Abro la carpeta y una foto de ella me da la bienvenida, tiene un precioso rostro de ángel, paso a la siguiente hoja en donde me indica su nombre, edad, donde nació, donde creció y donde reside actualmente; de todo lo que leí solo dos cosas odié: 1; que ella haya crecido en un orfanato porque sus padres fueron unos adictos al crack y no podían sostenerla en esa calamidad de vida. 2; que tenga una dependencia con el imbécil de su novio, un tal Jayden, sigo leyendo y me alegra saber que terminó con él pero no están los motivos y por ultimo como tenía la certeza, Lea aceptó el trabajo hace un par de días, de 4pm hasta las 12pm.

Empiezo a reírme al ver lo eficaz que es mi chofer a pesar de los años que tiene.

Me levanto y camino hacia él y me tiro a abrazarlo, dejando besos por toda su cara.

-Te amo, Alfred, ¡te amo!-me río y él me empuja para que no le aplaste las rodillas.

-¿Estás loca? me vas a joder las rodillas, Natascha, compórtate.

-Se que quieres reírte, hazlo.

-Solo le pido a Dios paciencia. ¿Puedo preguntarte algo?

-Siempre, Alfred.

-¿Porqué tanto interés en esa muchacha cuando tienes más sumisas a tu disposición?, ¿Lea te atrae?

-¿Qué? estás loco, por supuesto que no, no hables tonterías, solo me parece una chica muy indefensa, yo ya pasé por su edad y no tengo buenos recuerdos de esa época.

-Lo sé, cielo, pero debes olvidarte de eso ya para que te sientas bien contigo misma y puedas rehacer tu vida con alguien más.

-Tengo hambre, vamos a comer, anda-le digo parándome y cogiendo mi bolso y saco, no quiero hablar de eso ni ahora ni nunca.

Él negó y se adelantó a encender el auto.

Alfred es como un abuelo para mí y agradezco a la vida por habérmelo dado en el peor momento de mi vida.

(***)

-Nunca haz probado una pizza, ¿Cómo puedes decir que no te gustan, joder?-inquiero, dándole una mordida a mi hamburguesa y veo como Alfred ve con cara de rareza el pedazo que compré para él.

-¿Quieres que te acompañe a ver a Lea?-pregunta pasándome el vaso de coca-cola y yo lo pienso.

-Lo que decidas para mí está bien.

-Bueno, iré contigo y llevaré mi arma.

-Perfecto.

El olor a sexo nos golpea de frente al entrar al supuesto bar-restaurante y puedo sentir como mis pezones se endurecen al ver la vestimenta de las chicas: un short corto y una top que se les pega como una segunda piel y tacos altos.

-Mejor te espero en el auto, hija, que te vaya bien-tartamudea Alfred dándose la vuelta y dejándome aquí parada, una alemana de tetas grandes me mira y se empieza a acercar.

-Hola, preciosa, ¿buscas a alguien? -toca mis hombros y yo me relajo.

-Sí, te buscaba a ti. Necesito un pequeño favor, indícame donde esta el baño.

Pasamos por el túmulo de gente hasta que llegamos a los baños y la empujo para que entre conmigo, se muestra algo asombrada mientras la arrastro a uno de los cubiculos y cierro tras entrar.

-Esto... ¿qué quieres? -pregunta en medio de un jadeo cuando le sobo descaradamente una de sus grandes y apetitosas tetas.

-Lo que yo quiero, preciosa, es mucho mas que obvio en este momento.

Ella no se opone, por lo que le saco las tetas y llevo una a mi boca, chupando su pezon mientras el otro es asaltado con pellizquitos por parte de mi mano. Sus gemidos no tardan en hacer eco por todo el baño, pero no me preocupo, al contrario, el saber que alguien puede estar escuchando me prende mas. Llevo sus manos a mi culo e inmediatamente ella comienza a masajear mis nalgas de forma suave.

Me separo de sus pechos para liberar los míos de la camisa y el sujetador, su mirada deseosa y el aire de sumision que la envuelve hace palpitar mi clitoris de manera desenfrenada.

-Desnúdate - ordeno con voz ronca, presa del deseo.

Ella obedece sin despegar su vista de mis tetas, su coño libre de vello recibe mi mano que se va escabullendo cada vez más. Llego a su clitoris y lo masajeo lenta y tortuosamente, haciendo que se retuerza contra la pared donde la tengo arrinconada. Afortunadamente el cubículo es de un amplio suficiente para llevar a cabo lo que estoy deseando.

Ella no parece ser de muchas palabras, lo que ahora mismo estoy agradeciendo.

Detengo el movimiento de mis dedos y ella abre sus ojos de inmediato, suplicando con la mirada que no me detenga. Con un movimiento de cabeza le indico lo que debe hacer, acción que capta al instante y se pone de rodillas ante mi. Subo mi falda hasta la cintura y saco mi braga, agradezco a mi nivel de flexibilidad cuando levanto mi pies derecho y lo sostengo de la pared, muy en alto, quedando parada y abierta a ella, quien rapido pega su cara, haciendo contacto con la humedad de mi intimidad.

Su lengua comienza trazando leves círculos sobre mi clitoris que se van convirtiendo en algo mas intenso poco tiempo después, introduce dos de sus dedos en mí sin abandonar los movimientos en mi boton palpitante. Estoy cerca del orgasmo, eso lo puedo saber y sentir cuando mi cuerpo se sacude con violencia al sentir los espasmos placenteros.

Poco tiempo después ya he ajustado mi ropa y estoy esperando a que ella termine de colocarse la suya. Estoy fuera del cubículo, frente al gran espejo, retocando mi maquillaje. Ella sale a pasos cortos y con las mejillas coloradas.

-¿Cual es tu nombre?- le pregunto en voz baja cuando veo que la ultima chica que quedaba ha salido.

Doy la vuelta colocando el labial en el bolso y ella permanece recostada de la pared cuando responde:

-Jenell.

-Bien, Jenell. Como veras, ya tuve lo que quería, ahora necesito un pequeño favor.-asiente, prestando atencion a mis palabras. -He venido aqui por una chica, su nombre es Lea.

-Esa debe ser la chica nueva, su trabajo es atender las mesas. -dice, su acento es agradable, tanto que podría mojar al escucharla hablar; solo que ahora solo me interesa encontrar ese rostro de angel que se ha negado a abandonar mi cabeza.

-Quiero que me indiques dónde la puedo encontrar.

Volvemos a chocar con la multitud de personas sudadas y malolientes que están regadas aquí adentro. La sigo hasta que llegamos donde hay menos personas, o no sé si es que casi no las noto porque de este lado están sentadas, comiendo.

-La puedes encontrar en esta área, yo ya debo irme a continuar con mi trabajo.-el rubor llega a sus mejillas de inmediato, pero no la dejo ir.

-Ten, esto es para ti.-le extiendo mi mano.

-Lo siento, pero no lo hice por dinero. -niega con la cabeza e intenta marcharse.

-No lo tomes como un pago por sexo, más bien sería una compensación al tiempo que abandonaste tu trabajo. Ven, lo más seguro es que te lo descuenten.

Finalmente lo toma y se va, yo busco con la mirada a la chica con cara de angel que he grabado en mi memoria. Fallo en mi intento de busqueda durante los primeros minutos, hasta que volteo a la barra y ahí la veo: con su mirada perdida como si estuviera sumergida en sus pensamientos.

¿Qué te atormenta, pequeño angel?

Su uniforme es similar al de las demás, solo que su pieza inferior es un tanto mas larga. Se ve muy sexy.

Encamino mis pasos en su dirección a la vez en que veo como un hombre borracho se le acerca e intenta sostenerle la cara para besarla. Lo golpeo por las costillas y el cae al suelo, ella me mira, sorprendida, sin formular palabra alguna. El hombre intenta levantarse, pero el grado de alcohol en su sistema se lo hace más difícil de lo normal.

Sujeto los brazos de Lea y la jalo hasta afuera, ni de broma la dejaré en ese bar de mala muerte.

-¿Tienes algo ahí dentro?-pregunto al salir de la masa de personas.

-Yo... eh... sí, mi bolso.

Me mira fijamente, como si tratara de reconocerme.

-Vamos por él y nos largamos de este lugar. -intento caminar devuelta, pero ella me detiene:

-¡Espera! Ahí trabajo, además recién estoy comenzando y pueden despedirme si me voy así. No puedo irme.-niega.

Lo pienso un momento, mi secretaria renunció hace algunos días, esta es la oportunidad perfecta para las dos.

-Tienes asegurado un mejor trabajo, donde no correrás ni el más minimo peligro, Lea.

En todo caso, el único sería ser deborada por mi, y eso solo pasaria con su consentimiento.

Y la jalo hacia adentro, soportando el nada agradable ruido, para buscar sus pertenencias y largarnos de ese lugar de horrible aspecto.

Mientras Alfred conduce, Lea y yo vamos platicando, la veo y pienso ¿qué demonios hizo para que no salga de mi cabeza?.

¿Qué creen que pasará después?✨😮

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