𝐒𝐀𝐍𝐈𝐓𝐀𝐓𝐄𝐌 ‹ sanzu +...

By phuthernxx

83K 10.4K 1.1K

─────────ೋ .★★. ೋ───────── ❛ la única razón por la que Sanzu odiaba verse todos los días al espejo y en cualq... More

ㅤㅤㅤ♡┄┄┄ cicatrices ٭ santake au.
˚‎ ⊹ ♡ ー capítulo número: uno ˚‎
˚‎ ⊹ ♡ ー capítulo número: dos ˚‎
˚‎ ⊹ ♡ ー capítulo número: tres ˚‎
⠀⠀⠀⠀˚‎ ⊹ ♡ ー capítulo número: cuatro ˚‎
⠀⠀⠀⠀˚‎ ⊹ ♡ ー capítulo número: cinco ˚‎
⠀⠀⠀⠀˚‎ ⊹ ♡ ー capítulo número: seis ˚‎
⠀⠀⠀⠀˚‎ ⊹ ♡ ー capítulo número: siete ˚‎
⠀⠀⠀⠀˚‎ ⊹ ♡ ー capítulo número: nueve (final alternativo) ˚‎

⠀⠀⠀⠀˚‎ ⊹ ♡ ー capítulo número: ocho (final) ˚‎

5.1K 689 131
By phuthernxx

🦋 cicatrices ◍ santake fanfic 🦋

.

.

.

─¡felicidades a todos por graduarse, chicos!

Los hermanos mayores entre ellos Shinichiro y Takeomi, antiguos alumnos del grupo desmadroso en esa época que estuvieron en la Universidad conocido como los Black Dragons, volvían a reunirse después de la graduación de sus hermanos y amigos, saludando a los viejos profesores que les dieron desde joven.

Takemichi sonreía ante la cámara que su novio sostenía entre sus manos para sacarle un par de fotografías a la familia de su novio, sonriendo como él disfrutaba de la compañia de sus suegros.

─ven, acércate Sanzu. Debemos posar toda la familia.─ decía la señora Hanagaki de cabellos negros haciendo un ademán invitándolo a que formara parte de la sesión de fotos en el álbum de recuerdos.

─¿e-eh? Pero...─ fue interrumpido por el señor que era considerado como el padre que no pudo tener, siendo sujetado del brazo para quedar al lado de su novio.

Sus demás amigos y compañeros estaban ocupados entreteniéndose con las largas pláticas llenas de motivación gracias a sus seres queridos, entre esas personas formaba parte Takeomi contándoles acerca de los obstáculos de la vida.

Sanzu golpeó la palma de su mano avergonzado que su hermano se tratase de un filósofo, llevándose el segundo puesto después de Shinichiro, el hermano mayor de Mikey, sin duda eran geniales tenerlos pero escucharlos decir eso contando que en época de universitarios fueran rebeldes.

─y lo dice la persona que se saltaba clases a la mitad del día.─ murmuró el albino rascando su nuca viendo la escena divertido. En eso fue tomado de los hombros por su novio quien se puso de puntitas─. ¿Qué sucede, Michi?

─quería llevarte a un lugar especial.

Sanzu levantó una ceja, ¿Qué especie de lugar irían? ¿Apunto de asistir a la fiesta de graduación hecha por sus amigos? El rubio le regaló una pequeña sonrisa, tardando unos minutos en pensarlo para después aceptar acompañarlo.

─chicos, los veo luego.

Los demás aceptaron y decidieron adelantarse, Takemichi entrelazó sus dedos con los de su novio para irse en la motocicleta que acabó arreglando un día antes de asistir a la graduación.

Sanzu estuvo aferrado sobre el cuerpo pequeño y delgado de su novio, sin siquiera soltarlo por miedo a caerse o perderse en el camino. Takemichi aumentó un poco la velocidad para tomar atajos rápidos para dar con la dirección que el hermano de Santa le diera, teniendo la intención de asistir.

─ya puedes quitarte la venda de los ojos, querido.

Sanzu pasó sus manos detrás de su cabeza, deshaciéndose el nudo que apretaba leve sus ojos y al hacerlo, abrió sus ojos por completo. Estaba enfrente de la tumba de sus padres, su corazón fue agrietarse.

─michi, yo...─ su novio asintió para tomar su mano y ponerla encima de la lápida, pasando los dedos en la placa que apuntaba sus nombres y las fechas de sus nacimientos hacia su muerte.

Sintió las ganas de llorar de nuevo.

─hola papá, hola mamá.─ dijo antes suspirar con nostalgia─. Ha pasado un tiempo, ¿no lo creen? Deben de pensar que fui un mal hijo por no haber estado ahí para verlos ser enterrados y despedirme de ustedes, lo sé... Sé que es demasiado tarde para poder hablar con ustedes... Y despedirme pero, yo sólo quería decirles...─ sintió sus mejillas mojarse, estaba llorando pero eso no lo detuvo─. Sólo quería decirles que lo lamento y que los amo de todas formas. Perdón por no asistir a su entierro, perdón por haber sido un niño que les causara tantos problemas, perdón por decirles cosas hirientes, perdón más que nada por decirles que estaría mejor sin ustedes cuando no fue así. Jamás me arrepentiré de admitir que fueron y son muy importantes para mi vida junto a mis hermanos. Yo... Los extraño...

Sanzu sé arodilló llorando, siendo acompañado por el ojos azules que lo abrazó por detrás.

─siempre los he amado y jamás podré disculparme con ustedes por el simple hecho que no están aquí... Aún así yo, estoy intentando por seguir adelante. Cargando ese peso en mis hombros... Sé que debo seguir adelante, eso es lo que hubieran querido ustedes...─ decía entre lloriqueos─. Me hubiera gustado que vinieran a mi graduación así podría haberles presentado a mis amigos y...─ tomó la mano de Takemichi que posaba sobre su hombro, el ojos azulinos sonrió un poco─. Presentarles al chico de quien me enamoré como me habían dicho de niño. Encontrar a la persona que me amara por como soy. Así si sea un desastre o un niño gruñón como me decían, pude encontrarlo y vengo a presentárselos.

Takemichi le sonrió para besar su mejilla y colocar sus manos hacia el suelo, arrodillado del todo y suplicar lo siguiente:

─por favor, señor y señora Akashi, permítanme estar al lado de su hijo.─ sintió la mirada de su novio sobre su cuerpo y sonrió sin mirar arriba─. Si es para siempre, mejor. Quiero amarlo, respetarlo y protegerlo, quiero que él sea mi esposo, con la persona que me dé motivos motivos para seguir adelante, que sea la persona que se despierte a mi lado todas las mañanas y días. Quiero que él sea el padre de mis hijos y la persona con quien quiero estar unido a él.

Dicho lo último se levantó para darle un abrazo siendo correspondido en esos pocos segundos, en eso una brisa recorrieron por sus cuerpos sonando la campaña que tenían encima de la lápida de los padres de Sanzu. Dándoles una señal que aceptaban su felicidad compartida a lo que los dos se dieron una sonrisa y agradecer, quedándose a rezar unos minutos más para regresar a la motocicleta yendo hacia la fiesta que organizaron sus seres queridos.

─quería ser yo él que te dedicara esas palabras, Takemichi.─ confesó el mayor de estatura volviendo a darle un abrazo a su pareja. Colocando su mentón en su coronilla.

─lo siento cariño, será para la próxima.─ le contestó antes de esconder la motocicleta─. Tal vez cuando sea el momento en el que nos casemos, ¿no es así?

Eso hizo sonreír a Sanzu como todo un enamorado, pegando su cabeza en el hombro de su novio para poder irse del cementerio, cerrando sus ojos y agradecerse a sí mismo por tener a Takemichi siempre a su lado. De no ser por él, no se hubiera abierto con sus emociones, con sus amigos, con su propia familia que eran sus abuelos y hermanos, tener la seguridad de enseñar sus cicatrices, liberar sus sentimientos guardados en el fondo de su frío y encerrado corazón, visitar y hablar por primera vez con sus padres, despidiéndose de manera oficial.

Lo que quedaba por agradecer, era tener todo lo que tenía ahora, gracias a su novio y las personas importantes que apreciaba tanto.

.

.

.

─cariño, ¿Qué estas haciendo? Debes acostarte, le puede hacer daño a ti y a nuestro bebé.

Sanzu lo regañó por quinta vez, tomando el cesto de ropa para acomodarla en la lavadora sacando a su esposo del cuarto, siguiéndolo a recostarse en la cama matrimonial de su habitación.

Había pasado doce años desde que se graduaron, cada quien por sus lados incluyendo al par de novios que tuvieron que distanciarse sin embargo, jamás dejaron de hablarse todos los días, manteniéndose firme su relación a base de videollamadas y conversaciones. Sin olvidar tomar sus propios espacios, llegando a tener un trabajo estable acompañado de su relación duradera.

Comprometiéndose hace tres años y ahora, estaban esperando la llegada de su primer hijo. Todo estaba yendo de maravilla como soñaron en su adolescencia, haciéndose realidad ahora mismo.

─quería ayudarte, esposo mío. Tu has hecho demasiado todos estos meses y yo no he podido ser de mucha ayuda.─ formó un puchero en sus labios como un niño pequeño, el pelirosado soltó una risita.

─Takemichi, cielo, agradezco que te preocupes por mi pero tu salud es más importante ahora. En especial porque tienes a nuestro bebé en tu pancita.─ respondió para acariciar suavemente el bulto formado alrededor de nueve meses, besando sus labios para acostar su cabeza encima de esta. Haciendo círculos y figuras con su dedo─. Estoy feliz por verlo muy pronto, ya quiero que esté con nosotros, Michi.

─eso lo sé muy bien, cariño.─ acarició la mejilla derecha de su esposo para mirar como su estómago grande sé movía de un lado a otro, causándole otra contracción.

─parece que nuestro renacuajo ya quiere salir a ver al mundo.─ canturreaba el de cabello atado rosado, sonriendo como su primogénito se emocionaba cada vez que le hablaba al estar muy cerca de su panza.

─Sanzu, ¿puedes traernos yogurt con fresas y unas papas?─ los ojitos brillos de Takemichi se hicieron por esperar, dándole un aspecto adorable como sus mejillas rosadas y gorditas se formaban.

Sanzu a este punto acabaría muriendo por el exceso de ternura que su esposo le plasmaba cada vez que se le antojaba algo, para él y para su bebé.

─si mi rey, en seguida te lo traigo.─ acomodó el adelantal celeste que usaba Takemichi, entrando a la cocina para prepararle sus antojos.

El pelinegro se quedó aburrido mirando televisión, en eso que sonó el teléfono se levantó con dificultad pues no era nada sencillo cargar una panza casi del mismo tamaño que una sandía, era difícil poder levantarse o siquiera agacharse por lo que tendría que tomar sumas restricciones.

En especial cuando tu esposo fuera sobre protector, en este caso era Sanzu ya que no dejaba que su esposo estuviera todo el día levantado a menos que hicieran sus ejercicios para irse preparando al momento de estar en el parto.

Al lograr dejar su asiento del sofá para acercarse al mueble a revisar el número telefónico, paró sus movimientos al sentir algo líquido bajar por sus piernas; quedándose estático en menos de pocos segundos.

Había roto la fuente.

─¡¿pero qué...?!─ en eso sintió las contracciones, llevando su mano por debajo de su vientre y suspirar con pesadez─. ¡Sanzu! ¡L-llama a nuestros amigos y...! ¡Argh! ¡M-maldición...!

Por suerte llegó Sanzu pero estaba ocupado con las manos.

─lo siento cariño, ¿Qué estab-...? ¡No puede ser...!─ gritó exaltado dejando la bandeja de comida de antojos para ayudar a su esposo─. Tranquilo, cariño, necesito qué respires, ¿sí? Respira hondo y exhala.

Llamó el celular a todos sus amigos y familiares, notificándoles qué su hijo estaba por nacer a lo que todos sé pusieron nerviosos y otros actuaron por su cuenta a llegar al hospital antes que ellos. Sanzu acabó llevando a su esposo a Urgencias donde sus hermanos estaban esperándolos junto a los familiares de Takemichi.

Sé preparó para hacerle compañia vistiéndose como un enfermero y estar dándole apoyo a su marido, tardando alrededor de unas horas. Ese tiempo fue duro para el orbes azules, pero luego de ver como Sanzu sostenía un bulto celeste entre sus brazos, todo el dolor que sentía sé le olvidó por completo.

─nuestro bebé, Michi, nuestro lindo y tierno bebé.─ decía con los ojos llorosos, Sanzu sé había puesto tan feliz que no pudo impedir recordar a sus padres. Ahora estaba experimentando lo que significaba ser padre en ese mismo instante.

Tuvieron que llevarse al bebé para revisarlo pues tenían que hacerle varios exámenes paran comprobar que no tuviera ningún problema, quedándose tan exhausto que acabó cayendo dormido.

Sanzu sé quedó toda la noche tomando su mano mientras estuviera soñando con su esposo y su hijo en brazos.

─es muy hermoso, tiene tus mismas facciones, Sanzu.

─pero nuestro hijo heredó tus ojitos azules bonitos.─ decía el pelirosado girando la puerta para ingresar la casa, había pasado tres días y por fin pudieron regresar a su dulce y cálido hogar ahora teniendo un nuevo integrante más en sus vidas.

─es tan precioso.─ susurró Sanzu besando la cabeza de su hijo para besar su frente, acostándose en la cama que estaba alistada con todo lo necesario en sus primeras semanas como padres. El bebé había heredado sus cabellos blancos, ojos azules como los de su esposo y la sonrisa contagiosa de ambos, mezclados en uno sólo─. Es tan esponjoso, me encantan sus mejillas.─ agregó acariciando las mejillas del niño, este tomó uno de sus dedos para llevárselo a su boca y chupar de él.

─ven, dámelo. Tengo que darle de comer.─ el mayor de estatura tomó con cuidado el cuerpo diminuto de su hijo para entregárselo en sus brazos mientras Takemichi sé acomodaba contra el respaldo de la cama, desabrochando su camisa para que su niño fuera alimentarse. Acercando la boca del recién nacido quien no tardó en encontrar su pezón y succionar la leche poco a poco. En eso de percató de la sonrisa de su hombre─. ¿Qué ocurre, Haru?

─gracias por darme este hermoso regalo, cielo.─ besó la sien de su cabeza procediendo a darle una sonrisa cariñosa─. Gracias por amarme, Takemichi. A pesar de mis cicatrices e inseguridades, me amaste por quien era y en la persona que soy ahora. Prometo qué los voy amar y proteger con mi vida.

Takemichi sonrió antes de extender su mano para qué tomara asiento a su lado, siendo obedecido por su esposo qué se acercó.

─y yo gracias a ti porque ahora tengo mis dos amores juntos, nuestro pequeño Hikaru y a ti.─ besó sus labios y los dos se quedaron contemplando la belleza de su hijo, quedándose enlazados en un abrazo, sin intenciones de alejarse para siempre.

Fin. ♡

.

.

.

🦋 cicatrices ◍ santake fanfic 🦋

Nota:

¡Espero que les haya gustado y muchas gracias por llegar hasta aquí! Me siento muy feliz de terminar por primera vez una historia, aiñ.
Luego les subiré un extra, agradezco muchos sus comentarios y leídas. Jamás pensé que esta obra tendría tantas leídas, leer sus comentarios me hacen tan feliz.
¡Muchas gracias por leer! ♡♡♡
editado*

Continue Reading

You'll Also Like

3.8K 446 6
el rojo es un color que más había visto en su vida rojo en el piso, paredes, su cuerpo, sus amigos. Un color tan hermoso que aborrece con su alma per...