Atracción mortal.

By andreawoon

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Dereck Jones y Hailey Williams en un mundo perfecto, jamás hubiesen coincidido. Él no tenía nada, ella poseí... More

Dedicatoria.
Personajes
Prólogo
1.- Dejar de ser.
2.- Escape.
3.- ¿Alianza?
4.- Cobardía.
5.- Contra esquina.
6.- Culpas.
7.- ¿Otra vez tú?
8.- Muffins.
9.- Sentirse bien.
10.- Consecuencias.
11. -No es un error.
12.- Quedarse o escapar
13.- Permitirse confiar.
14. -Muffins y algo más
15.- Si eres importante.
16.- El chico que quiero ser.
17.- Más que una fachada.
18.- Un sitio seguro.
19.- Era cuestión de tiempo
20.- Sueña conmigo.
21.- Merecedor de más.
22.-No sería capaz.
23.-Rayo de luz.
24.- Falsa esperanza
25.- Respuestas
26.- Ojalá pudiera
27.- Romper el silencio
28.- A la luz.
29.- Liberación
30.- Darle el poder.
31.- Usar la razón.
32.- Deseos
33.- Tener un lugar
34.- Sellwood.
35.- Ser capaz.
36.- Son solo mentiras.
37.- ¿Ahora qué?
38.- Serie de malas decisiones.
39.- Cumplir el propósito.
40.- Culpas
41.- Aceptar la realidad.
42.- Familia.
43.- No es el final
44.- Fuego extinto.
45.- Paraíso
46.-Parte de algo.
47.- Lo que siempre merecí.
48.- Perdonar
50.- Crear arte.
51.- Enfrentamiento
52.- Apagar el dolor.
53.- Un futuro grande.
54.- La vida más bonita.
55.- El ser real.
56.- Los infiernos no son para siempre.
Epílogo.
Extra 1.- Mi paraíso
Extra 2.- Lo mejor del mundo.
Extra: Jayden Lewis.
Agradecimientos
Secuela Extra
HISTORIA NUEVA: JAYDEN LEWIS

49.- El chico real.

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By andreawoon

«Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.»

Pablo Neruda

Observo a Dereck demasiado concentrado en el libro de ejercicios matemáticos frente a él.

—¿Necesitas ayuda? —inquiero limpiando el pincel.

—No, creo que soy capaz de terminarlos —asegura sin mirarme. Muerde la punta del lápiz y su cejo se frunce—. O tal vez no.

Suelto una pequeña risa, abandono el banco en el que me encontraba y camino hacia la cama. Los exámenes finales se acercaban, las calificaciones del último periodo eran más importantes que nunca, porque en menos de tres meses, sería la graduación.

Habíamos enviado los ensayos a las universidades correspondientes, según lo que Dereck me había dicho, envió su ensayo y currículum a Yale, a la Universidad de Arte de Chicago y a la universidad de Washington.

Me coloco a su costado, Dereck sostiene su mentón con las manos hechas puños y mira el libro.

—No entiendo porque deben dar matemáticas, estudiaré arte. ¿De qué me servirá saber encontrar un maldito ángulo en esta curva?

—No es un ángulo, es el área —lo corrijo—. Empecemos por ahí.

—Ángulo, área, es lo mismo —se queja rodando en la cama y quedando boca arriba—. ¿Cuál es la diferencia?

—¿Realmente me estás preguntando esto? —inquiero algo incrédula y divertida—. Ven aquí, voy a explicarte.

—¿Por qué no los haces por mí? —sonríe con inocencia.

—Porque entonces cuando el examen final llegue vas a reprobar y te recuerdo que no podemos darnos el lujo de que eso ocurra —sentencio—. Así que me pondré en mi mejor papel de maestra, ven aquí.

Se acomoda de nuevo a mi costado, y por la siguiente hora hago mi mejor esfuerzo para que Dereck entienda la forma de resolución, al final, parece ser que no se le complica tanto como hace creer.

—Ya, he tenido suficientes números por hoy —dice mientras cierra el libro y lo aparta. Lleva una de sus manos hacia su cabello y lo sacude.

—D, ¿has pensado que haremos si alguno de los dos no entra a Yale? —inquiero.

—Tu lugar está asegurado en Yale, Hallie —me recuerda—. La pregunta sería, ¿Qué haremos si yo no soy aceptado en Yale?

—No tengo un lugar asegurado, hay muchos aspirantes. —murmuro—. Pero, ¿lo has pensado?

—Bueno, supongo que nos adaptaremos —responde.

—¿Cómo? ¿Viéndonos para navidad? —cuestiono—. Verano lo pasarás en Texas, acción de gracias y navidad viajas a Londres con Luke, nos veríamos ¿qué? ¿Una semana al año?

Se mantiene en silencio, mirándome con algo de confusión.

—No iré cada verano a Texas, y no lo sé, tal vez pueda quedarme aquí la siguiente navidad, en todo caso ¿por qué te pones así? —inquiere con suavidad—. ¿A caso...?

Algo en mirada cambia y parece alarmado.

—¿A caso quieres terminar conmigo para ir a la universidad?

—¡No! —exclamo—. No, claro que no, solo...solo considero nuestras posibilidades.

—Hallie, primero, ¿por qué no nos mantenemos con la idea de que iremos juntos a Yale? —toma una de mis manos antes de seguir hablando—. Si eso no pasa, entonces buscaremos soluciones, acoplaré mis horarios a los tuyos, te visitaré cuando tenga oportunidad, no va a ser el fin del mundo.

Suspiro, paso las manos por mi cabello y vuelvo la atención a él.

—Lo siento, es solo que el asunto de la universidad me pone nerviosa —admito formando un mohín—. No quiero pensar que tal vez podamos pasar meses sin vernos.

—Bueno, lo resolveremos cuando llegue el momento —asegura acercándose. Sus manos se envuelven alrededor de mi cintura y me atrae a su cuerpo.

Dereck echa el cuerpo hacia atrás, cayendo sobre las almohadas y yo me coloco encima suyo. Sus labios atrapan los míos y por una brevedad de tiempo olvido que mis padres se encuentran en casa y que pueden entrar en cualquier momento.

—Eres muy guapo —susurro contra sus labios.

—Y tú eres preciosa —responde.

Mis piernas se encuentran a los costados de su cuerpo, apoyo las manos contra su pecho y la duda me invade.

—¿Dereck ya has tenido sexo?

—Oh, qué directa, Williams —responde en medio de una risa—. ¿Vamos a hablar de eso ahora?

Me aparto de su cuerpo, acomodándome ahora a su costado.

—No lo sé, hay muchas cosas de las que no hemos hablado —manifiesto—. Cosas que tal vez deberíamos de hablar.

—¿Cosas como qué?

—Empecemos con la pregunta que te hice —insisto—. Quiero saber si...si cuando ocurra seré la primera porque tú, Dereck Lewis, definitivamente serás el primero.

Sonríe, acomoda un mechón de mi cabello y niega.

—¿No? —vuelve a negar—. ¿De verdad? Es decir, das la impresión de que tal vez ya sucedió.

—Bueno, he salido con algunas chicas y lo sabes, y aunque lo más serio que tuve fue con Kiara, nunca llegamos tan lejos. No puedo decir que no he hecho cosas solo por curiosidad, solo que quiero hacerlo con alguien que sea especial, ya sabes, no que sea un simple momento.

Apoyo la cabeza contra su hombro.

—Sí, entiendo eso —admito.

—Dijiste que querías hablar de cosas —me recuerda—. ¿Qué cosas con esas?

—No es que quiera, es que...—suspiro apartándome—. Ya sabes, hay cosas que se hablan para saber si estamos en sintonía. Cosas sobre casarse, querer hijos en un futuro, todo eso.

Asiente con lentitud.

—¿Tú quieres todo eso? —Parece pensárselo. Aparta la mirada por un par de minutos antes de volver a mirarme.

—Quiero casarme, definitivamente. Pero...los hijos son un tema complicado.

—¿Por qué? —sonríe.

—¿Realmente me estás preguntando por qué? ¿No es evidente?

—No siempre es tan evidente —expreso.

—No quiero una responsabilidad tan grande —dice y algo en mí se revuelve—. Creo que los hijos son algo que debe desearse, y deben ser amados y cuidados. Y si yo fuese padre lo haría, pero Hallie, no somos inmortales. ¿Qué pasa si un día tu y yo solo...no lo sé...tenemos un accidente o algo?

Intento retener la sonrisa de que me incluya en la hipótesis porque eso quiere decir que el futuro lo ve conmigo.

—¿Qué pasa si solo nos vamos y ellos se quedan? —inquiere—. No podemos confiar en que las personas que aparentan ser buenas con nosotros, lo sean con ellos. No quiero tener que cargar esa responsabilidad, con esa duda.

—Pero no quiere decir que vayamos a morir cuando sean pequeños. —niega.

—No creo ser un buen padre, no tuve un ejemplo y...y no quiero hacer, o decir algo que pueda lastimarlos. No creo poder perdonármelo y creo que ya me he sentido culpable el suficiente tiempo de mi vida, como para volver a sentirme de esa manera.

—Yo si deseo hijos —susurro captando su atención—. Dos, en realidad. Sé que somos jóvenes, apenas vamos por los diecinueve, pero cuando imagino una familia, siempre hay niños.

Dereck toma una inhalación. Suelta el aire de a poco y luego busca mi mano, entrelaza nuestros dedos y deja un apretón.

—Tú lo has dicho, apenas vamos por los diecinueve.

—Luke sería un abuelo genial —digo y lo escucho reír con fuerza.

—¿Imaginas a Luke como abuelo? —inquiere con diversión.

Me encojo de hombros.

—Sería genial—. Él niega, pero no aparta la sonrisa de sus labios.

—Apenas tenemos dieciocho, Halley. Tenemos toda una vida para pensar en eso —dice inclinándose hacia mi cuerpo—. Muchas cosas por vivir, experimentar, tanto por disfrutar. Y cuando el momento llegue, vamos a resolverlo porque no quiero obligarte a renunciar a algo que deseas.

—Y yo tampoco obligarte a algo que no quieres —susurro—. No quiero que...

—Deja de pensar por adelantado, ¿sí? Disfrutemos nuestro ahora. Nuestro presente.

—Te quiero —susurro.

—Yo también lo hago, y mucho —admite antes de acercarse por completo y besarme.

Y así descubro que Dereck era, es y será mi persona favorita en todo el mundo.

No acostumbraba llegar tarde a clases, pero el haberme quedado hasta tarde terminando un cuadro, pasó la factura.

Coloco con prisa mis libros dentro del casillero, tomando el único par de cosas que me servirían para las clases siguientes.

—Halley —volteo, un malestar se presenta en cuanto observo a Zane.

—Zane —respondo con indiferencia. Cierro el casillero y guardo los libros en la mochila.

—¿Crees que podamos...?

—Tengo prisa —interrumpo su pregunta, cuando intento cruzar por su lado una de sus manos me sujeta con firmeza impidiéndome me andar—. ¿Qué quieres?

—Oye, éramos amigos y todo lo que ocurrió con tu novio...

—Con mi novio no ocurrió nada —me defiendo liberándome de su agarre—. Lo que pasó, fue que me echaste toda la culpa de algo que yo no hice. Eso pasó.

—Halley...

—¿Qué buscabas en todo caso? —inquiero—. ¿Culparme? ¿Cómo te enteraste?

—Escucha Halley. Eres demasiado para él. Toda la escuela lo sabe, tus padres realizan donaciones anuales de miles de dólares, alguien como tú no va con alguien como Jones.

—Eso no responde mi pregunta.

—Cuando hablaste con la tutora lo escuché, estaba por los pasillos y solo me detuve delante de la oficina, te escuché decir todo. Luego Jennifer vino y dijo...

—Aguarda, ¿Jennifer Taylor? —Zane asiente.

—Hall, esa chica está loca por Dereck. Nos encontramos en el pasillo, vino y dijo que debía decir que tú lo hiciste, que tú dijiste todo y que eso bastaría para que Dereck se alejara. Lo hice porque eres demasiado para alguien que vale tan poco.

—¿Y qué valor tiene alguien que utiliza algo tan doloroso de una persona para avergonzarlo? —arqueo una de mis cejas—. Y que además recurre a una maldita mentira para culpar a alguien más.

—Yo creo que nada —ambos volteamos cuando la voz de Dereck se escucha—. Y al final no te resultó, ¿no es verdad? Terminaste con la nariz rota, y Halley y yo seguimos juntos.

—Jones más vale...

—Lewis —corrige Dereck.

—Que te cambies el maldito apellido no va a hacer nada —masculla con suficiencia—. Seguirás siendo el pobre idiota de Sellwood que no podía defenderse de su padre.

—Puede que tengas razón —me sorprende la tranquilidad con la que habla—. Pero la diferencia, es que llevo el apellido del hombre que es el campeón mundial de box. Oh, y mis abuelos adoptivos son millonarios. Mucho más que tus padres, supongo. No me defendía de Patrick, pero perfectamente puedo defenderme de idiotas como tú. ¿Quieres que te lo recuerde?

—Tenemos que ir a clases —intervengo tomando la mano de Dereck y tirando de él hacia el lado contrario de donde Zane se encuentra. Él me sigue, apenas hemos avanzado unos pasos cuando Dereck voltea.

—No te metas conmigo, Zane. —advierte.

Tiro de él nuevamente y avanzamos, los pasillos están vacíos los que nos deja saber que probablemente no dejarían entrar a ninguno a clases.

—¿Escuchaste...?

—Sí —dice—. Y juro que Jennifer y yo tendremos una conversación.

Habla con seriedad, pero tan pronto me mira una sonrisa aparece en sus labios.

—Y creo que nos quedamos fuera de clases.

—Creo que si —concuerdo—. Creí que ibas a golpearlo.

—Ganas no me faltaron, pero eso significaba ir a dirección, llamar a Luke y no quiero un nuevo regaño, ni hacerle pagar cincuenta mil dólares como donativo. Así que me tuve que aguantar —dice soltando una risa.

—Lewis —susurro y me mira.

—Nicolás dijo que deben saber que no se pueden meter con un Lewis, y salir ilesos —menciona con una pequeña sonrisa—. Solo se lo dejé saber.

Lo miro a detalle, y me doy cuenta que Dereck ha dejado de ser aquel chico que conocí en la oficina del director, aquel que intentaba ocultar lo que era realmente.

Ahora era el real, y no parecía tener intención alguna de ocultarlo.

Y yo, yo estaba tan orgullosa del chico en el que se estaba convirtiendo.

—Es increíble —Lucie observa a Colton.

—¿En serio? ¿Esperas que crea que tú no sabías nada? —inquiere él.

—Puede que tal vez haya mencionado lo disgustada que estaba con la relación, pero, cariño, sabes que Jen adora a Dereck. —Colton le da un codazo que dista mucho de ser discreto, y Lucie me mira.

—Todos sabemos eso —dice Colton—. Pero de eso a querer culpar a Halley, es demasiado.

—Halley, lo siento si te incomoda...

—No, no —respondo —para nada.

—Escucha, puede que al inicio fuimos demasiado borde contigo, pero es mi mejor amiga, entiendes eso, ¿no?

—Entiendo que las amigas siempre se apoyan entre sí con el chico que les gusta —respondo—. No hay problema, Lucie.

Lo cierto es que eran amigos de Dereck, no míos. Aideen decía siempre que Dereck en realidad no tenía amigos, exceptuando a Colton, puede que dijera la verdad.

Un par de veces intenté que Dereck, Aideen y Melody convivieran, pero parece ser que no eran precisamente personas destinadas a coincidir.

—¿Todo en orden? —Colton pregunta apenas su amigo se coloca a mi costado.

—Todo en orden —dice con una leve sonrisa.

—¿Hablaste con...?

—Sin preguntas del tema, Walker —advierte.

Ninguno insiste sobre el tema, e intentamos pasar el tiempo de comida de forma tan amena cómo es posible.

Dereck y yo compartimos la última clase, así que salimos juntos. Me había invitado a almorzar en su casa así que no aguardamos por mis padres.

—¿Lista? —pregunta cuando ambos nos hemos colocado los cascos. Me acerco a su torso, envolviendo las manos a su alrededor y asiento.

Dereck conduce a prisa, el aire golpeándonos y mi cabello moviéndose por el viento producen una sensación maravillosa. Es un trayecto corto, sin embargo, se disfruta completamente.

Cuando llegamos, Dereck coloca la motocicleta en el interior del garaje, Luke nos recibe en la sala informando que Alessandra llegará pronto.

No había venido con tanta frecuencia a la casa de los señores Lewis, cuando nos reuníamos siempre era Dereck quien me visitaba, así que estar aquí se siente como la primera vez.

—Parece que el orden y tú se llevan bien —bromeo ingresando a la habitación.

—En parte, la otra es porque Less es compulsiva del orden —admite en medio de una risa—. Y las habitaciones deben estar perfectamente limpias. Ya sabes, cosas de mamás.

Me mantengo mirándolo por lo que ha dicho, él parece no ser consciente mientras se deshace de la chamarra.

—¿Qué? —inquiere cuando se percata de la mirada.

—Nada, solo...—el sonido de su celular me interrumpe, lo toma y su entrecejo se arruga mientras observa la pantalla.

Se aparta mientras coloca el celular contra la oreja.

—¿Hola? —mantengo la mirada en él, retrocede un par de pasos y su rostro se contrae.

—Si —susurra levemente.

—¿Quién es? —inquiero.

De un segundo a otro, su rostro palidece. Me incorporo, caminando el corto espacio para acercarme a él.

—Dereck, ¿qué...? —Se aparta con brusquedad dejando caer el celular y no me permite decir nada más porque se apresura hacia el baño.

Me quedo ahí, sin saber exactamente qué es lo que ha pasado. La llamada sigue en curso, así que tomo el celular y corto.

—Dereck, cariño...—la puerta esta trancada, el sonido de él vomitando me alarma—. Dereck abre la puerta.

No hay una respuesta.

—Dereck —golpeo la madera—. ¡Dereck!

—¡Largo, Halley! —grita con voz rota.

Me aparto, salgo de la habitación a prisa con la esperanza de encontrar a Luke abajo.

—¡Señor Lewis! —Luke gira—. Es Dereck, él...

Basta con decir el nombre para que Luke suba prácticamente corriendo las escaleras.

—¿Qué pasó? —inquiere mientras ingresa a la habitación.

—No lo sé, él...él tomó una llamada y luego...

—Dereck, hijo —Luke golpea—. Hijo abre la puerta.

Lo hace, está inclinado sobre el váter, con el rostro pálido y la respiración irregular.

—No, no entres en pánico —Luke parece saber exactamente lo que sucede—. Un recuerdo, un sitio seguro ¿lo recuerdas?

Dereck me mira. Sonrío aun cuando por dentro me siento desesperada de no saber que rayos ocurre.

—Él llamó —dice cuando consigue recuperarse—. Él dijo que va a salir. Debí colgar, Luke debí hacerlo cuando dijeron que era una llamada del centro penitenciario, pero yo...

—Hey, no, no —Luke coloca los brazos a los costados de su cuerpo—. No, no te disculpes. No quiero disculpas. ¿Está bien? Voy a resolver esto.

—Él no va a salir ¿verdad? —inquiere, el temor es evidente en su voz—. Luke él no puede salir.

—Un Lewis, ¿recuerdas? Eres un Lewis ahora, tienes toda una familia que va a cuidar de ti. Te colocaré unos malditos guarda espaldas si hace falta, pero te prometo que no volverá a hacerte daño. No va a volver a hacerte daño, hijo.

Luke se aparta, toma el celular y me mira.

—No lo dejes solo, puede entrar en pánico en cualquier momento —susurra—. Vuelvo enseguida.

Asiento.

—Hallie...

—Está bien, cariño —susurro dejándome caer sobre las losas junto a él—. Vas a estar bien. Lo estarás.

Se refugia en mis brazos, su corazón late con rapidez, con tanta como no lo he sentido jamás.

—Dijo que saldrá pronto, que lo hará —susurra contra mi pecho—. Quiero quitarle este poder sobre mí, Halley. Quiero quitarle el miedo que me provoca el solo hecho de escuchar su voz.

—Luke va a arreglarlo —susurro—. No tienes que preocuparte por nada, él ya no tiene el poder, lo perdió hace mucho, D. Es normal que estés asustado, te hizo mucho daño, pero eso se acabó. Nadie va a permitir que vuelve a acercarse.

No responde, se mantiene contra mi cuerpo y yo me quedo ahí, la voz fuerte de Luke se escucha en el pasillo, parece discutir con alguien y continúa de esa manera por algunos minutos.

—Dereck, no hay indicios de que vaya a salir —su cuerpo se relaja un poco. Luke se coloca en cuclillas. —He llamado a Dacher, la cadena que enfrentó fue de diez años, sin libertad condicional. No hay posibilidad de que salga. No puede tener contacto contigo y juro que voy a averiguar cómo es que lo dejaron llamarte.

Lleva las manos hacia el rostro. Sus manos tiemblan con ligereza y Luke lo nota.

—Iré por las pastillas.

—No —responde de inmediato—. No las necesito.

—Dereck, las necesitas —Luke se mueve por el espacio, abre una de las gavetas y lo miro tomar un pequeño frasco. Sale por algunos instantes, tiempo en el que Dereck permanece en silencio.

Cuando vuelve, lo hace con un vaso de agua. Lo observo tomar la pastilla, me incorporo y salgo del espacio cuando lo pide.

—Va a estar un poco somnoliento ahora —expresa Luke en voz baja cuando Dereck cierra la puerta del baño—. Son pastillas para evitar que tenga ataques de pánico ante mucho estrés así que si lo notas algo cansado, es solo por eso.

Cuando sale del baño y Luke se asegura que estará bien, se marcha.

—No era precisamente esto lo que tenía planeado —susurra cuando nos acomodamos sobre la cama. Cierra los ojos y toma una inspiración.

Giro, sosteniéndome con uno de los codos y extiendo la mano para acariciar su rostro.

—Está bien, mi cariño —murmuro con dulzura—. Me quedaré aquí a verte dormir.

Sonríe.

—Ah, ¿sí?

—Sí, tal vez pueda hacer un dibujo de ti —señalo—. Durmiendo como un ángel.

Abre los ojos, soy consciente de la forma en la que se le iluminan.

—Entonces me dormiré justo ahora —bromea—. Si lo vendes, quiero la mitad de las regalías.

Golpeo levemente su hombro.

—No lo vendería. Lo conservaría para mí —manifiesto—. Una total obra de arte.

Abro los brazos y se acomoda, deja descansar la cabeza contra mi pecho y nos mantenemos en silencio, acaricio su cabello hasta que su respiración se vuelve completamente suave.

Permanezco un largo rato así, cuando estoy segura que no va a despertar, me escabullo de la cama.

Tomo la libreta de bosquejos que siempre traigo conmigo, el lápiz para dibujar y me coloco al frente, obteniendo una imagen clara de Dereck.

Con el rostro sereno, la cobija cubriéndolo y la expresión más tranquila que alguien pudiera poseer.

Así que solo lo hago, solo comienzo a pintar. 

____________________________________________________________________________

¡Nos leemos mañana! 

No se olviden de votar y comentar, significa mucho para mí. 

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