El hada le dijo que era posible romper el embrujo uniendo su magia a la de los nobles sentimientos de Blanca y así juntas Hada y Blanca lograron romper el hechizo no sólo con la magia del Hada, sino también con el amor de Blanca.
En un instante desaparecieron todas las penumbras y reapareció el reino luminoso que alguna vez había sido y su príncipe, que por fin, después de tanto tiempo volvían a ver la luz.
Blanca corrió a buscar a su príncipe y ambos después de un instante de asombro se unieron en un fuerte abrazo, abrazo que se daban por vez primera, como nunca antes habían podido hacerlo.
También aparecieron todos los habitantes del castillo, que habían sido alcanzados por el embrujo y que ya se habían vuelto unas débiles esencias, presencias casi fantasmales, rumores apenas perceptibles que rondaban el castillo, algunas veces escuchadas por las noches o en la oscuridad. Todos ellos volvieron nuevamente a la normalidad como si nada hubiera pasado.