トイレ: Baño
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El silencio de aquella obstentosa habitación fue interrumpido por una sola voz, la voz de su perdision tal vez— Buenos días Mikey.
Con sonrisa en labios el hombre de cicatrices se acercó a las cortinas blancas que ocultaban el sol de la mañana, ya era de día. Aunque el sol no se filtrara del todo en la habitación el hombre se escondió bajo sus sabanas, odiaba la rutina de todos los días, odiaba a Haruchiyo en las mañanas.
La mirada del pelirosa paseo por la habitación en busca de alguna señal de anoche, aunque el malestar y malhumor de Mikey en las mañanas era común el no descartaba la idea de haber pasado una mala noche con algún hombre.
— Mikey, iré a preparar tu baño, ¿Desea el agua... Frío o caliente? —el silencio del hombre se hizo presente, no hablaría, nunca lo hacía en las mañanas, eso lo aprendio hace mucho, al igual que la temperatura correcta para el— Tibio será
Haruchiyo se retiró hacia el baño, tenía un aproximado de 15 minutos para asimilar la situación; la mañana.
Sin embargo hoy era ese día, esos días, su mente se burló de el trayendo el recuerdo de aquel hombre, recordar aquellas mañanas en las que pasaba con Draken, tan simples y monótonas que ahora extrañaba, extrañaba a Kenchin, ¿Si se hubiera quedado, si estuvieran juntos... Sus mañanas serían igual?, El solo imaginar a Draken despertando a su lado lo agitaba, le dolía.
— Está listo tu baño, vamos
—... —La realidad lo golpeó al escuchar la voz de Haruchiyo, aún recostado se inclinó no quería darle la cara al pelirosa, no le gustaba que lo viera llorando, era demasiado orgulloso para permitirse aquello— Mikey, es hora de tu aseo vamos.
No recibió respuesta, lo entendía y con una sonrisa comprensiva se acercó hacia donde el hombre, suavemente volteo al peliblanco que limpiaba sus ojos, sus mejillas rojas y húmedas, con una mano ayudo a limpiar su rostro, siendo detenido por el mismo que con pereza se asomó a la orilla de la cama a sentarse. Odiaba la falsa comprensión del peli-rosa y odiaba su mirada en las mañanas.
— Vamos, primero la camisa —Haruchiyo estiró sus manos y comenzó a desabrochar la camisa, dejando ver su pálido dorso, las heridas y marcas de las noches que pasaba en camas ajenas estaban contadas por el mismo, ni una más, ni una menos, su mano paseo por el mismo sin impetuo ocasionando un escalofrío en Mikey, el cual apartó su mano — Lo lamento, ahora tú pantalón—las manos de Haruchiyo se acercaron a su cintura, Mikey se agitó—¿Pasa algo?
—... —no recibió respuesta, el peliblanco solo desvió su rostro, siguio bajando, finalmente encontrándose con el miembro erecto de su jefe ¿fue su tacto lo que lo puso duro?, No lo sabía, solo quería devorar esa polla pequeña, como si de una paleta de tratara —¿Puedo...? —El pie izquierdo de Mikey se colocó en su hombro, tirando de el hacia atrás, no quería que lo toque, fue claro y el pelirosa lo captó. Finalmente levantándose y ayudando a Mikey hasta la bañera.
El silencio era sepulcral, lo único que resonaba en las paredes era el tararear de Haruchiyo mientrss enjuagaba el cuerpo desnudo de su Mikey en aguas de rosas, poder tocar a su gusto a Mikey en el baño lo exitaba hasta los huesos aunque ciertamente sabía sus límites, límites que Mikey no ponía a falta de sus fuerzas en las mañanas. Un cuerpo sin vida en aquel baño con la mirada baja, y dejndose llevar por el tacto de Haruchiyo sobre su cuerpo.
— Haruchiyo
El llamado de Mikey no lo soprendio, aunque poco común el contesto
— ¿Si?
— Acaso tú... ¿Tu crees que el me odie? —La pregunta le cayo como un valde de agua fría, no la esperaba, no en esa situación
—¿Quien? —La pregunta fue estúpida, el sabía perfectamente de quien hablaba, pero hacerse el desentendido era su papel, pues realmente lo odiaba, odiaba que el fuera la causa de su llanto, odiaba que extrañará a su corazón el cual él mismo se arrebato — Por favor, deja de fingir no saber de quién hablo
— ¿Te refieres a Ryuguji? —Sus manos se alejaron del cuerpo de Mikey, se sentía ajeno cuando hablaban de aquel, un detalle que no ignoraba el mismo Mikey pero la preguntaba ya estaba sobre la mesa —Si, Ryuguji
— ¿Odiarte...?, No, no creo que te odie —La mirada cansada del peliblanco se dirigió a Haruchiyo— la palabra le queda corta a lo que debe sentir por ti ahora, después de Kanto...
Ni siquiera termino y sintió el frío suelo en su rostro, se reincorporo luego de un momento sintiendo un ardor en su boca, se apoyó en los lados de la tina dando frente a Mikey que se encontraba sentado sobre la misma, sus miradas se desafiaban hasta que las manos del peliblanco acunaron el rostro de Haruchiyo y lo acerco a el, sus bocas se abrieron ligeramente en lo que era un beso profundo, Mikey tiraba ligeramente del labio inferior de Sanzu el cual sentía más ardor, la falta de aire los separó dejando agitados a ambos.
Su mano se acercó a las mejillas de Mikey el cual cerró los ojos y hablo—¿Me odias?
— Sabes que lo e intentado, cuando te veo con otros hombres intento odiarte, pero no puedo, no importa el daño que causes simplemente no puedo, odio no poder odiarte —Un beso suave los unió otra vez— ¿Tu me odias?
— Odio que me bañes, puedo hacerlo yo mismo, no te necesito —dicho eso volteo su cuerpo dándole la espalda, este solo suspiro y se agachó a su altura para seguir enjuagando
— No hago estas cosas por gusto, si no fuera por ese día, yo... Yo no sé qué hubiera echo
— ...
— Mikey —el rostro del hombre volteo ligeramente— prométeme que no volverás a hacer eso, por favor, prométeme que no lo intentarás de nuevo... Mikey
— ...
— Encontrarte en ese estado me rompió, no sabía qué hacer por un momento pensé que te había perdido realmente yo...
El peliblanco se alzó de la bañera aún desnudo dando la espalda al pelirosa.
— ¿Mikey?
— Cambiame
El pelirosa se alzó a su par, Mikey no respondería y con toalla en mano lo ayudo a enolverlo.
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El baño había terminado, Mikey se encontraba sobre el regazo del de cicatrices mientras este lo ayudaba a cambiarse, era una exageración que asumió Haruchiyo, una exageración que no le molestaba pero ciertamente solo se permitiría con alguien tan enfermo como Haruchiyo.
— Sanzu —el pelirosa solo emitió un sonido en señal de estar escuchándolo mientras pasaba los boxers por sus piernas— tócame
— ... —solto la prenda en un instante mientras volteaba a mirar al peliblanco— ¿Que?
— Querías hacerlo antes, vamos tócame —la bipolaridad de Mikey siempre lo confundía pero no sé negaría a la oferta, con sus manos agarró la caderas de Mikey colocándolo sobre su miembro, ahora duro— No digas esas cosas a la ligera, mira como me pusiste, ¿Mikey?
— Masturbame
— ¿No lo has echo desde entonces?
Negó con la cabeza.
— ¿Me estas jodiendo?
— ¿Lo harás?
Puso su mano sobre el miembro del peliblanco, este movía sus caderas sobando su trasero con el miembro de Haruchiyo que estaba erecto ya, la sensación de tenerlo debajo aún con la tela lo ponía caliente.
La mano de Haruchiyo finalmente reaccionó ante el movimiento de Mikey sobre su regazo, comenzó a estimularlo con movimientos suaves, que a cada tanto aumentaba la velocidad, los jadeos no tardaron en llegar, la atención que Haruchiyo le daba lo extasiaba llegando poco a poco al clímax, más la sensación del miembro debajo suyo era placentero. La mano libre de Haruchiyo no tardó en encontrar el pezón ya duro de su amante, comenzando a sobar la punta en círculos mientras acercaba su boca al cuello que según el pedía atención.
— M-me voy a venir... —este se aferraba a las piernas de Haruchiyo mientras este estaba concentrando en lo suyo— Sanzu
Callo finalmente al sentir la lengua de Sanzu entrar en su boca, ahogando sus gemidos y eyaculando finalmente, la mirada de Sanzu paso hacia el miembro de Mikey.
— Que problema, acababas de bañarte... Debo limpiarte
Lo coloco cuidadosamente en la cama, Mikey ya no tenía fuerzas para ese momento, pero Haruchiyo tenía que terminar su trabajo, su lengua acariciando el miembro junto a lo mojado que se sentía ahí dentro, estaba en sus límites, sentía que ya no podia aguantar alguna estimulación más, apesar de haberse venido.
La lengua de Sanzu era una experta, lamía como si de una paleta de tratara, el rostro rojo de Mikey y su mano aferrándose bruscamente en su cabeza empujandolo era jodidamente caliente para Sanzu.
Finalmente se alejó, terminando de cambiar a Mikey.
Este mismo se dedicó unos minutos para su aseo antes de llevar a Mikey a la limusina que los esperaba.
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La gran limusina se abría paso en las calles de Tokyo, la mirada de Mikey sobre las calles era lo común en esos viajes largos, el celular de Sanzu no dejaba de sonar, 3 horas se habían atraso y ahora todos estaban sobre el, no sabía en qué demoraron tanto, en el baño o el sexo que siguió en el ascensor no le importaba tampoco.
Su mirada se desvió hacia una tienda de Taiyais artesanales, aún con Haruchiyo distraido y el auto parado por el tráfico bajo del mismo, si Haruchiyo no se daba cuenta de que acababa de bajar de la limusina era por que realmente lo estaban regañando por la demora, llegó a la pequeña tienda y se acercó hacia la recepción.
— Dos Taiyakis, por favor
Una mano se posó sobre su hombro tirando de el haciendo que volteara.
— Tiene que respetar la fila amigo
Se quedó congelado, no sabía que decir o hacer, sus piernas comenzaron a fallarle y su mente daba vueltas, estaba jodido muy jodido.
— Hey, ¿Estás bien?
— Ryuguji...
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N/A: bueno aquí el 2do one-shot, me demore mucho pues soy muy exigente con mi escritura (apesar de que el primer capítulo todavía no está editado XD) , este capítulo también falta editar pero más por qué quiero poner separadores bonitos y como lo quiero subir ya, entonces ahí está, luego pondré los separadores
¿Que tal les pareció, les gustó?, Todavía tengo pendiente más oneshots para este libro así que sean pacientes, si les gusto no olviden votar y comentar para saber si les gusto y agradezco todo el apoyo que recibió este libro pues realmente no pensé que tanta gente lo leería, soy pánico, en fin, muchas gracias los quiero muak