Gracias A Mamá

By IveBrooks

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"Mamá quería que dejara de parecer gay y terminó llevándome hasta él" Wang Yibo quiere ser bailarín, su mamá... More

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23 『Final』
24 『Epílogo』

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By IveBrooks

"Últimamente he estado perdiendo el sueño"

—Mira el lado bueno, ya tienes el look de peleador.

La voz de YiXuan interrumpió el silencio que se había creado en la sala de espera, frente a la oficina del director. Yibo tenía los ojos cerrados mientras presionaba una compresa fría contra uno de sus ojos y decidió ignorar a sus amigos que estaban sentados a su lado. Toda su concentración se encontraba en evitar que las lágrimas bajaran por sus mejillas, el lado derecho de su rostro dolía pero se negaba a demostrarlo.

—No seas idiota, no puede verse.

—¿Por qué?

—¡Tal vez porque le sacaste el ojo con un yoyo! —gritó Wenhan.

La profesora que los mantenía ahí sentados, pareció agotar su paciencia porque se levantó haciendo caer la silla en la que se encontraba. Aunque estaba muy dispuesta a gritar se vio interrumpida por la llegada de otra profesora.

—Oh, ¿qué está pasando? —preguntó con una sonrisa suave, los chicos vieron que les guiñó un ojo y se relajaron en sus asientos— No le iba a gritar a estos dulces niños, ¿verdad?

—Profesora Xiao —la grinch, la profesora que había estado a nada de gritarles, se puso tensa ante la mujer enfrente suyo— Estos "niños" —hizo comillas con los dedos para enfatizar— estaban peleando fuera de sus salones, interrumpiendo la armonía.

—Esa no es razón para gritarles, estoy segura de que esto es un malentendido —contraatacó.

Yixuan como el chismoso que era, fingió inclinarse para atarse los zapatos mientras escuchaba con curiosidad el intercambio. Wenhan, lo golpeó en la rodilla al notarlo.

—Son pláticas ajenas —murmuró.

—Pero están hablando de nosotros —respondió.

Si le iban a meter en algo, mínimo tenía que saber que era, no por chismoso, sino por el bien de su futuro. Se enderezó de nuevo ante la mirada reprobatoria de Wenhan y lo ignoró mientras se reclinaba sobre él para llegar a Yibo.

—Oye, Wang —lo llamó, Yibo no se movió pero como su codo se inclinó hacia abajo, en clara muestra de que no quería golpearlo por accidente— ¿Conoces a la maestra Xiao?

Yibo frunció las cejas aunque YiXuan no podía verlo, empezó a sentir un hormigueo en su hombro por sostener tanto tiempo la bolsa de hielo que empezaba a descongelarse contra su piel. Un par de gotas resbalaron por su mejilla.

—No —Yixuan hizo una mueca mientras se volvía a enderezar.

Había escuchado el apellido Xiao antes, pero no recordaba donde. Quizá en algún rumor escolar, pensó, aunque la profesora Xiao era conocida por ser la mejor maestra de la escuela y ninguna generación de alumnos que la conociera se atrevería a hablar mal de ella. YiXuan y sus amigos nunca habían tenido una clase con ella pues sus grupos eran diferentes, era muy mala suerte.

Después de un rato la discusión entre ambas profesoras concluyó, la maestra Xiao se quedó en la habitación despidiendo con una mano a la grinch, con burla y se ganó una risita de Yixan. La mujer se giró para mirarlos.

—Hola, chicos, creo que aún no nos conocemos. —sonrió, Wenhan y Yixuan quedaron sorprendidos porque la sonrisa de la mujer era genuina, parecía hacer el lugar más brillante.

Si Yibo alzara el rostro, encontraría esa sonrisa muy familiar. Le recordaría a un chico que no podía salir de su cabeza, o quizá lo llevaría varios años atrás, en medio de un partido de fútbol con esa misma sonrisa alentando a alguien del equipo. Sin embargo no lo hizo, solo escucho el intercambio, con los ojos firmemente presionados mientras trataba de controlar el dolor.

—Soy la profesora Xiao —se presentó— aunque ustedes pueden decirme JieJie

Rió con alguna broma personal y ambos chicos se contagiaron con su alegría, a pesar de no haber entendido nada.

Los cálidos ojos se posaron en la tercera figura que se encogía en el asiento, sintió un pinchazo de preocupación y se acercó a ellos en tres zancadas.

— ¿Puedo? —sus cejas bajaron mostrando una expresión opuesta a la de hace unos momentos, Yibo abrió su ojo sano y asintió sin ver realmente a la mujer, bajo la compresa dejando ver su párpado hinchado que empezaba a adquirir un suave tono morado. La mujer tomó la bolsa y frunció los labios.— ¿Ya te dieron algo para el dolor?

Yibo negó con la cabeza, a pesar de que esta se sentía entumecida. Si abría la boca era probable que soltara un sollozo. No es que sintiera la necesidad de ocultar sus sentimientos, él era directo, pero creía que el dolor, la fragilidad solo se le podía mostrar a alguien especial. Alguien que estaría dispuesto a secar esas lágrimas, incluso si se burlaba un poco, mientras él estuviera de acuerdo con eso no importaba. Por eso, llorar en una oficina amarillo chillón con adultos que realmente no se preocupaban por él, no era parte de sus planes.

La señora Xiao entró a la oficina del director bajo dos pares de miradas curiosas, sin importarle en lo más mínimo que estuviera vacía o que eso podría considerarse una falta de respeto. Se escucharon un par de cosas siendo movidas y salió con una caja blanca de ahí.

—¿Eres alérgico a algún medicamento? —preguntó, Yibo volvió a negar y ella dejó la caja blanca en la mesita, se inclinó sobre sus rodillas para estar a la altura del joven en el sillón.—¿Pueden darme espacio?

Sonrió con tranquilidad hacia Wenhan y Yixuan que se pararon y se alejaron hasta la puerta de la habitación, en posición de soldado. La mujer abrió la caja mientras les agradecia y busco algo ahí. Pareció encontrarlo pues lo sacó y se lo entregó en la mano a Yibo.

—No debería hacer esto —dijo por lo bajo, para que los otros dos no escucharan— pero se que duele, la pastilla reducirá el dolor.

Yibo tomó la cápsula bicolor y la apretó en su mano.

—Gracias —murmuró. La mujer sonrió al cabizbajo chico.

—Está bien, el dolor es difícil de soportar cuando se está solo. —su tono cálido, era como el sol de las mañanas que baila sobre las flores, dándoles la fuerza necesaria para abrirse en primavera. Yibo sintió que las lágrimas que había estado reteniendo cristalizaron sus ojos, pero de manera terca se negó a llorar. Llorar no solucionaba nada.

La mujer se levantó de nuevo, rozando por accidente el cabello del chico, como si fuera una palmadita en la cabeza.

—¿Me van a contar qué sucedió? —los soldaditos que habían mirado el intercambio con curiosidad se miraron entre sí y se rascaron la nuca nerviosos.

—Wenhan puede decirle, Jijie —Yixuan se salvó de la explicación, Yibo los escuchó mientras se inclinaba hacia donde habían dejado las mochilas para sacar una botella de agua y tomar la medicina.

—Bueno...nosotros comenzó— estábamos tratando de animar a Yibo, Sung-joo trajo un yoyo así que empezamos a jugar, para hacerlo reír porque estaba enojado al tener que ir a practicar ese deporte extranjero... —enredó sus dedos entre sí— ¿boxeo? en vez de música en el teatro porque su madre no...

Yixuan le dio un codazo en el estómago al ver que hablaba de más, Wenhan soltó el aire que estaba retenido y Yuxin aprovechó para continuar en su lugar.

Yibo los miro desde su posición, entrecerrando los ojos.

—Entonces Yibo nos mostró su increíble talento con el yoyo y cuando quise imitarlo...bueno —se rascó el brazo con pena— lo golpeé por accidente.

—¿Eso es cierto, Yibo? —la señora se veía muy confiada en sus palabras pero aún así preguntó.

—Sí.

Y lo era, una hora antes, mientras el grupo de amigos esperaba el ingreso a sus clases, habían tratado de animarlo y el accidente ocurrió tal cual mientras le enseñaba a Wenhan a girar el yoyo, sin embargo la grinch lo vió y sin dejarlos explicar arrastró a la dirección a los únicos que puedo agarrar mientras los otros huían. Así solo tres del grupo habían acabado, por un malentendido, posiblemente más de una hora esperando la llegada del director en completo silencio, al menos le habían dado una compresa fría a Yibo en algún momento.

—¿Y ya pidió disculpas?

—Sí.

La mujer repaso con la mirada a ambos chicos y finalmente asintió, los dos soltaron un suspiro de alivio, sorprendidos por la capacidad de la mujer para generar confianza y para intimidarlos en cuestión de segundos.

—Como fue un accidente los dejaré ir. —los chicos se relajaron de manera visible, una mancha en el expediente era lo último que necesitaban.

—¿No debemos esperar a...? —la mujer les guiñó un ojo.

—Si no se encuentra el director, es la subdirectora quien se debe encargar.

—¡Gracias profesora Xiao!

Los tres recogieron sus cosas y se apresuraron a salir, tal vez aún llegaban a la clase, la mujer los vió irse con una pequeña sonrisa tirando de sus labios. Volvió a entrar a la oficina y agarró la computadora.

¿En serio?, quién utiliza su propio nombre como contraseña.

Entró a la base de datos y busco el nombre de Yibo, un par de minutos después tenía el archivo. Lo leyó por encima y frunció el ceño, destacado en artes, sin embargo nunca lo había visto participar en ningún evento, si lo que había dicho el otro chico era cierto, entonces tal vez el joven Wang necesitaba la ayuda de alguien. La señora Xiao sabía cómo tratar con adolescentes, pero los adultos tercos y de mente cerrada eran mucho más difíciles.

—¿Debería intervenir? —preguntó en voz alta mientras la impresora soltaba un zumbido, la primera hoja era una foto a blanco y negro de Wang Yibo.

Caer era duro y doloroso.

Junto con el golpe en el ojo de la semana pasada y los moretones que había conseguido mientras aprendía a usar el skate de manera correcta, Yibo había olvidado cuántas cicatrices llevaba ya. Presionó su mano en un puño, sintiendo los vendajes contra su piel, estaba en la cima de una de las rampas del parque, si bien no era la más grande tampoco era la más pequeña y servía para su primer intento.

Desde ahí las figuras se veían un poco oscurecidas, pues una lámpara apuntaba justo encima de él. Eso le recordó que ya llevaba una buena parte de la tarde ahí y pronto sería hora de irse. Un grupo de chicos lo alentaba por lo bajo, recién conocidos que se habían tomado el tiempo para enseñarle diversos trucos con la patineta.

Estaba agradecido con ellos.

Así que tomando otra respiración, se colocó en posición y bajó. La adrenalina hizo que su corazón latiera fuerte contra su pecho, el viento golpeó su cara y lo hizo sonreír, de regreso trató de poner el pie en el suelo para detenerse. Lo siguiente que supo fue que estaba otra vez en el suelo y la patineta rodaba lejos.

Suspiró quedándose unos segundos ahí, alguien se acercó viéndolo desde arriba.

—Debiste frenar con el tail —dijo mientras le ofrecía una mano— al menos ya sabes como caer.

Yibo bufó mientras se levantaba con su ayuda.

—Te ves muy mal, ¿estás durmiendo bien? con tus ojeras ya pareces panda.

Yibo se quitó el casco y se frotó el ojo bueno antes de responder.

—Estoy bien —claro que no iba a decir que un cantante se estaba metiendo en sus sueños y cada vez que cerraba los ojos lo veía sonriéndole mientras lo invitaba al escenario.

El chico sonrió misterioso y alzó las manos en señal de inocencia.

—¿Te vas? —Yibo asintió y le aventó una rodillera encima, haciendo que este riera mientras la atrapaba— Te espero mañana a la misma hora, discípulo mío.

—No puedo, tengo que ir al gimnasio —hizo una mueca— ese que está enfrente.

Si por él fuera, se quedaría toda la tarde en el parque practicando, pero a su madre se le había metido en la cabeza la ridícula idea de que practicara boxeo, Yibo no podía entender los pensamientos tan contradictorios de su madre. Daba a entender que la música y el baile eran cosas de mujeres pero ella veía enfrentamientos de "boxeo". Tenía muchas ganas de replicar en contra y objetar, pero su terquedad era la misma que la de la mujer, la había heredado. Sus enfrentamientos seguirían concluyendo en nada. 

El joven giró la vista como si pudiera ver el edificio a lo lejos, se encogió de hombros— Yo asisto a la academia de arte que está a lado, podemos vernos aquí después.

—Tal vez, Lay.

—¡Vamos mejorando! —festejó— Ahora dime "Shizun"

Yibo resistió el impulso de tirarle la otra rodillera encima.  

Capítulo recién salido del horno porque mi semana libre ayudó. 

La canción que me inspiró para hoy y a quien corresponde la primera frase-título es Counting stars de One Republic. 

Este cap es un complemento del anterior, suceden cronológicamente en los mismos días pero desde puntos de vista diferentes. Ya vimos que estuvo haciendo Didi y cómo fue que la señora Xiao consiguió la foto que vio Zhan ge. 

Ahhhh tan cerca, en el mismo lugar, en el mismo parque, respirando el mismo aire y no se encontraron, que frustración. 

En otros temas mi soulmate y yo andamos queriendo publicar un fic Yizhan de almas reencarnadas destinadas a estar juntas pero bueno, está en planificación. Si les gustaría leerlo dejen su punto chismo y yo les aviso cuando lo publiquemos.

Y ya entrando en confianza, si son fans del wangxian tengo un fic cortito y de humor por si les interesa. 

Byeeee.


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