INFINITY ━━ Hwang Sun-oh.

By unstablcx

59.2K 5.7K 678

⠀⠀⠀⠀⠀⠀ . . . ❪ love alarm 𝗳𝗮𝗻𝗳𝗶𝗰𝘁𝗶𝗼𝗻 ❫ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀ ❛ Yo estaba ahí para ti. Todo ⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀ qu... More

𝗜𝗡𝗙𝗜𝗡𝗜𝗧𝗬
. . . OOO
ACT ONE. | 𝖤𝖷𝖨𝖫𝖤 𝖶𝖨𝖳𝖧 𝖠 𝐶𝐴𝑅𝐷𝑰𝑮𝑨𝑵
‌. . . OO1 | 𝖡𝖤𝖥𝖮𝖱𝖤 𝖮𝖥 𝖤𝖵𝖤𝖱𝖸𝖳𝖧𝖨𝖭𝖦
‌. . . OO3 | 𝖲𝖨𝖫𝖤𝖭𝖢𝖤
‌. . . OO4 | 𝖯𝖱𝖨𝖭𝖢𝖤𝖲𝖲 𝖣𝖮𝖭'𝖳 𝖢𝖱𝖸
‌. . . OO5 | 𝖨 𝖫𝖮𝖵𝖤 𝖸𝖮𝖴 𝖥𝖨𝖱𝖲𝖳
‌. . . OO6 | 𝖮𝖳𝖧𝖤𝖱 𝖫𝖨𝖥𝖤?
‌. . . OO7 | 𝖸𝖮𝖴'𝖱𝖤 𝖬𝖸 𝖡𝖤𝖲𝖳 𝖥𝖱𝖨𝖤𝖭𝖣
‌. . . OO8 | 𝖶𝖧𝖤𝖭 𝖨 𝖬𝖤𝖤𝖳 𝖸𝖮𝖴
. . . OO9 | 𝖯𝖮𝖲𝖳
. . . O1O | 𝖡𝖴𝖳 𝖲𝖧𝖤 𝖢𝖮𝖬𝖤 𝖨𝖭𝖳𝖮 𝖸𝖮𝖴𝖱 𝖫𝖨𝖥𝖤
. . . O11 | 𝖳𝖧𝖤 𝖱𝖤𝖠𝖲𝖮𝖭 𝖥𝖮𝖱 𝖭𝖮𝖳𝖧𝖨𝖭𝖦
. . . O12 | 𝖥𝖤𝖤𝖫 𝖫𝖨𝖪𝖤 𝖨𝖭𝖥𝖨𝖭𝖨𝖳𝖸
𝖳𝖧𝖤 𝖫𝖤𝖳𝖳𝖤𝖱 𝖳𝖧𝖠𝖳 𝖭𝖤𝖵𝖤𝖱 𝖠𝖱𝖱𝖨𝖵𝖤𝖣.
ACT TWO. | 𝖳𝖶𝖮 𝐶𝑅𝐸𝐴𝑇𝑼𝑹𝑬𝑺
. . . OO1 | 𝖠𝖥𝖳𝖤𝖱 𝖠𝖫𝖫
. . . OO2 | 𝖨 𝖠𝖬 𝖧𝖠𝖯𝖯𝖨𝖤𝖱 𝖴𝖭𝖳𝖨𝖫...
. . .OO3 | 𝖤𝖵𝖤𝖭 𝖨𝖥 𝖤𝖵𝖤𝖱𝖸𝖳𝖧𝖨𝖭𝖦 𝖨𝖲 𝖥𝖨𝖭𝖤, 𝖶𝖧𝖸?
. . .OO4 | 𝖭𝖮 𝖬𝖮𝖱𝖤 𝖥𝖤𝖠𝖱
. . .OO5 | 𝖠𝖢𝖢𝖤𝖯𝖳 𝖸𝖮𝖴𝖱 𝖯𝖠𝖲𝖳 𝖠𝖭𝖣 𝖬𝖮𝖵𝖤 𝖮𝖭, 𝖱𝖨𝖦𝖧𝖳?
. . .OO6 | 𝖡𝖤𝖳𝖶𝖤𝖤𝖭 𝖣𝖱𝖤𝖠𝖬𝖲 𝖠𝖭𝖣 𝖭𝖨𝖦𝖧𝖳𝖬𝖠𝖱𝖤𝖲

‌. . . OO2 | 𝖥𝖤𝖤𝖫𝖨𝖭𝖦𝖲

2.6K 273 61
By unstablcx











HAN MYEONG

La pelinegra se encontraba al lado del chico, su mejor amigo, con los labios apretados y aguantando cualquier sentimiento negativo.

Una de las cosas que ha aprendido Myeong es que por más destrozada que una persona pueda llegar a estar, siempre sonríe y muestra amabilidad. Las lágrimas van para la noche, por algo dicen que los monstruos y demonios aparecen a esas hora.

—Estas algo rara desde que saliste de la... ¿Cómo era? ¿Oficina? —Aunque el pelinegro  con ese sutil y mal chiste trataba de hacer reír a la joven que se encontraba a su lado, ella simplemente asiente con una sonrisa.

Una sonrisa, que para el parecer del chico, era plástica.

Da un suspiro al darse cuenta que ella no diría nada realmente, tal vez eso era algo que le frustraba de Myeong, nunca habla de sus sentimientos.

Baja la mirada para sacar nuevamente su celular, escribiendo un mensaje a su conductor:

Date prisa.

Bloquea su teléfono, y antes de que pueda volver a colocarlo en su sitio ve como una pelota se aproxima a ellos.

La chica seguía absorta en sus pensamientos, ¿Acaso debería preocuparse?

Cómo es típico, Hye-yeong sale de la nada como si fuera un héroe errante salvando las vidas de cualquiera que lo necesitará, cubriendo con su cuerpo a ambos jóvenes del balón.

Es entonces cuando la pelinegra sale de su estado catatónico, se da cuenta de lo que pudo haber pasado y que, por andar navegando en distintos recuerdos y sentimientos desgarradores, no pudo proteger a su mejor amigo.

—¿Qué mierda? —cuestiona, con aquel tono que indicaba irritación por aquella acción, apartando el cuerpo de su mejor amigo.

—Por si no te habías dado cuenta, una pelota casi te golpea esa cabeza grande que tienes pero llegué yo para salvarles el culo —expresa el chico, posando sus manos en su cadera —. ¿Por qué no se quitaron?

—Porque te tenemos a ti — se adelanta a responder Sun-oh —. Además de que pensé que Myeong estaba pendiente.

El nombre dicho por esa voz para la chica se le hizo raro, un escalofrío recorrió su cuerpo ya que ahora, después de que ocurriera aquella escena cuando pensaba en el pelinegro, solo pensaba en no ser lo suficientemente buena para él.

—Están locos —expresa Hye-yeong, mientras miró a la chica, algo en sus ojos no cuadraba, era como ver un cuerpo sin alma.

Profundo, ¿No es así? Sin embargo, la facilidad que había desarrollado para leer a la de cabellos largos le daba la capacidad de saber que lago no iba del todo bien en la mente de la chica —. ¿Estás bien?

—Perfectamente —fuerza una sonrisa, que quien no la conociera bien no pensaría lo falsa que podía llegar ser una simple expresión, el chico la mira de arriba a bajo y le dió una mirada dubitativa, no sabía si creer en lo que decía, sin embargo, no tenía otra opción más que aceptar aquella respuesta.

Hye-yeong se acerca a la pelota, patenadola con la suficiente fuerza para que llegara a sus destinatarios.

—Si lastimas su cara, te costará una fortuna. ¿Lo sabes? —exclama él mientras se voltea, para dirigirse a ambos chicos, solo Sun-oh se reía ante el comentario.

Esa exageración, en cualquier otra situación seguramente Myeong se habría reído por lo real y algo estúpido que podía ser eso.

Sin embargo, aunque parecía haber vuelto a la realidad seguía ida. Cómo si su cuerpo estuviera presente pero ella no, solo respondía cuando se dirigían a ella y eso no es común, puesto que, es de las típicas personas que cuando esta en confianza habla hasta de la bobería más absurda del mundo.

Ambos chicos intercambiaron unas miradas con preocupación pero trataron de no hacerle caso a la extraña actitud de la pelinegra.

Hye-yeong, sin decirle mucho más, le da un pequeño empujón con sus manos, algo que parece traerla de vuelta a la realidad.

—¿Y eso por qué fue, idiota? —cuestiona ella mientras toca con su mano suavemente su hombros.

— Y ya la trajimos de vuelta —suelta con una sonrisa llena de orgullo.

Ella rueda los ojos, mientras empieza sepultar cualquier pensamiento relacionado con el incidente.

“Ni que se hayan enamorado a primera vista, eso no existe.” Se dijo a si misma.

—¿En qué tanto estás pensando? —cuestiona Sun-oh mientras atrae a ambos chicos para envolverlos con sus brazos, uno de cada lado.

—Nada, cosas triviales supongo —suelta al aire, mientras continúa caminando con ambos chicos.

—Cierto —la pelinegra voltea a ver al responsable de dicha respuesta, quien saca su teléfono para mostrar un vídeo de Instagram dónde ambos se encontraban caminando pero el love alarm de Sun-oh sonaba mucho más de lo que es habitual.

Eso fue en hoy en la mañana,  ¿Tan rápido se había hecho conocido?

—¿Cómo se siente? — cuestiona su mejor amigo.

—Lo mismo le pregunté yo —expresa la pelinegra, algo que hace reír a Sun-oh.

—¿Y el de ustedes? —vuelve a preguntar el pelinegro, está vez moviendo su cabeza para observar a ambos chicos —¿Qué tan seguido suena?

—No bajé la aplicación —suelta Hye-yeong mientras guarda aquel celular.

Ambos jóvenes comienzan a mirar de manera persuasiva a la única chica pequeña (en cuanto estatura se refiere) presente, a lo que ella frunce el ceño con confución.

—¿Qué?

—¿Qué tan seguido suena? —pregunta, pero esta vez es Hye-yeong quien la repite.

—No lo sé, no es muy seguido.

Miente, ella ni siquiera tenía la aplicación por miedo a que su mejor amigo se dé cuenta de los sentimientos que tiene hacia él.

—¡JoJo! —esa voz masculina parece sacarlos de la conversación, cuando ambos jóvenes empiezan a apreciar a la chica nombrada.

Se quedan hipnotizados mirándola como si fuera un objeto codiciado por todo el mundo.

Myeong es capaz de ver la manera en como  los chicos la miran, darse cuenta que sucedía algo más entre aquel par de mejores amigos con ell, aprieta sus labios y ve la reacción de Hye-yeong, dándose cuenta que ella es la chica de la que tanto le había hablado.

Nunca le dijo su nombre, sin embargo, la expresión y la manera de observarla, era obvio.

En ese momento, en el que ambos chicos la vieron como si fuera la única chica presente en el lugar, la sensación de malestar volvió al cuerpo de la pelinegra. No, no estaba enamorada de los dos, era esa cosa dentro de tu corazón que hace sentirte invisible y que por más que intentes cualquier cosa, lo seguirás siendo.

Eso.

Ese relato es la mejor manera de describir lo que la de cabellos largos sentía, no era solo por el rechazo indirecto hacia la chica por parte de Sun-oh, sino que, darse cuenta que tanto su otro mejor amigo como el ya mencionado estaban fijados en la misma persona y ella estaba de adorno. Sintiéndose invisible al lado de ellos.

Sun-oh es el primero en salir del trance, para apreciar lo distraído que estaba Hye-yeong viendo a JoJo.

—Descarga Love alarm —se escucha la voz de Sun-oh.

Se aleja de aquellos jóvenes, lo que parecía ser un día como cualquier otro al final terminó dándose cuenta que su mejor amigo, Hye-yeong está enamorado de ella y conociendo bien a Sun-oh se atrevería a decir que si bien no la ama, tal vez le atrae.

Comenzó a dar pasos errantes para no tener que pensar en eso que tanto la acomplejaba, no tenía una dirección específica, sin embargo, su madre siempre le enseñó de pequeña: si ya no te sientes cómoda en un lugar, es mejor irte.

De todas formas los jóvenes seguían distraídos y en su mente, no se dieron cuenta de la manera tan abrupta en la que se fué.

En el proceso de alejarse, todos empiezan a mirar a un mismo lugar: el cielo.

Seguía avanzando ignorando todo lo que sus compañeros veían y algunos vitoreaban, es entonces cuando siente unos ojos posarse sobre, Cheon Duk Goo, ambas miradas parecen conectarse.

Ambos son amigos, se llevaban bien porque tenían gustos similares y a veces, se encontraban en alguna que otra clase o en situaciones parecidas a esa.

Parecía como si el destino, de alguna retorcida manera, buscaba el momento de juntarlos cuando alguno de ellos encontraba mal. Miento, ellos eran muy buenos amigos.

Él le dedica una sonrisa, ella con la poca energía que tiene, débilmente le sonríe. Se acerca al chico, no dice nada, ambos se entendían y sin mucho palabrerío, empiezan a caminar juntos. Quiero decir, ella está un poco más atrás de él para seguirle el paso, más allá de eso, no interactúan y aunque estaban metidos en un camino sin aparente rumbo (según la percepción de la chica), de una extraña manera ambos conectaban en el silencio, ya que aquellos dos jóvenes pasaban por una situación relativamente similar.

Mientras todos estaban pendientes de lo que sucedía en el cielo, él empezó a subir las escaleras, ella también y cuando piensa que iba a seguir caminando tal vez para llegar al último piso de aquel edificio, se detiene.

—¿Qué miras? —cuestiona ella, colocándose al lado de él, no estaba mirando al cielo, entonces, ¿Qué era lo que apreciaba?

—Cállate —dice con una brillante sonrisa, entonces es cuando lo entiende: amor.

Otra vez, el amor. Él no era disimulado en su mirar, sus ojos se dirigían a una chica que si bien tiene una relación con JoJo, no estaba segura ni de cómo se llamaba.

Da un suspiro, ella ingenuamente pensó que acercándose a otra persona no tendría que saber de ese tema; amor.

Ve el cielo, en el cual se apreciaba el logo de Love Alarm, una de sus manos va a su boca buscando mordisquear el poco largo que sus uñas poseían.

Últimamente había vuelto a adquirir aquel hábito de morderse las uñas. Era una constumbre que solía hacer de pequeña y que aprendió de su padre, pero que con el tiempo se fue aplacando, hasta ese momento.

La pelinegra, por otro lado. Comenzó a caminar alejándose de todo, nada más para esperar al conductor, quien en un día malo se encarga de alegrarlos con sus comentarios agrios.













❪ . . . ❫











Ella sabía que esa tarde llegaría tarde a casa. Ya que, lo que se suponía que iba a ser  en una espacapada de unos minutos de todos los sentimientos encontrados aquel día, hasta que se dió cuenta de lo tarde que era porque el cielo había tomado un tono más naranjoso, era hora de irse antes de que sea de noche.

Y es que si bien, su plan original era pasar un rato en otro lado y cuando volviera encontrar a sus amigos para irse.

Cuando volvió al lugar donde los había dejado ya no estaban, así que la chica supuso que se habían ido, así que decidió irse caminando. En el trayecto, mientras la pelinegra pensaba en todo lo sucedido aquel día.

Claro, le llegaban notificaciones y el tono de llamada que con el pasar de su caminar se hacía más insistente, pero estaba harta.

Harta de sentirse como la misma mierda por no ser capaz de decirle a Sun-oh lo que sentía, de tener miedo de que su presentimiento estuviese en lo correcto.

Así que, agarro su teléfono sin fijarse en quien la llamaba, simplemente le dió al botón de apagar y lo guardo en el bolsillo de su falda.

¿Que más puedo decir? Mientras la pelinegra caminaba para distraer su mente, entraba a distintas tiendas aunque fueran de cosas que, ni siquiera, sean de su interés.

En eso transcurrió su tarde, en hacer relativamente nada.

La última tienda que estuvo fue una de maquillaje y skincare. Viendo algunos productos que no compraría por la falta de dinero y recordando las frases más importantes que le había dejado su padre como lección:

“Si nadie te ama por no ser atractiva, hazlo tu primero.”

Ella no lo aplicaba del todo ya que la mayoría del tiempo, la pelinegra solo se recriminaba a si misma por cosas que no estaban en su poder, o cosas que simplemente no tenía la culpa.

Aquel producto que no iba comprar era aquel que le recordaba todo lo malo. ¿Tiene sentido?

Ella volvió a dejar su producto dónde lo había encontrado, despidiéndose de las empleadas de aquel local.

Volvió a encaminarse, está vez a la que se supone que es su casa. ¿Realmente lo era?

La chica era de cuestionar mucho la existencia de las personas (más que todo de la suya) y porqué de las cosas. Los pensamientos tan retorcidos que podrían pasar por aquella mente joven, ella solo tenía diecisiete años. Y  tal vez el ver a los siete años el cadáver de su padre colgado en una cuerda, le dió a entender y aprender varias cosas.

Cuando estaba su padre vivo tenía tanto miedo a la oscuridad que se iba a la cama de ellos dos para poder dormir.

Ya a los ocho, por alguna razón no le tenía miedo a la oscuridad y de hecho, cuando sus amigos le preguntan cómo le fue en su día cuando estaba mal simplemente decía:

Tuve un día oscuro.

Una vez le dijo eso a su madre y lo único que respondió fue que de ser así encontrará alguna vela para que se iluminará su día.

¿Cómo la pelinegra le puede decir que ver una vela le recuerda a cuando tenía siete años y estaba frente al ataúd de su padre? Todos llorando y ella pensando que tal vez la muerte no era tan mala porque al fin y al cabo, si lo hizo su padre debió ser por algo. En ese momento aprendió que todos en algún momento morirán y que a veces es preferible hacerlo con mano propia.

Tenía nueve cuando conoció a Hye-yeong y Sun-oh. Para ella, los dos eran todo en su vida, lo único bueno que llegó en ella.

Ya que si bien, no consideraba su propia vida una tragedia, solo consideraba que lo único que podría recastar de ella sería a sus mejores amigos.

¿Qué más? Sun-oh y Hye-yeong por mucho tiempo se habían encargado de protegerla, trataban de distraerla y que se sintiera mejor.

Es entonces que ella en medio de su trayecto, decide sacar su celular. Quería ver la hora pero inmediatamente que prendió aquel aparato, las notificaciones llegan y pensó que si eso era lo que sentía Sun-oh cuando hace que toda chica que lo vea suene su love alarm.

Sun-oh ssi:

Dónde estás? 12:39pm.

Dónde te metiste, niña? 12:40pm.

Nos iremos sin ti, por boba 12:40pm.

Ya me preocupas, estás bien? 1:20pm.

Ya llegamos a casa y tú no estás, encima andas extraña. No te suicidaste verdad? 1:21pm.

Un idiota que encima cuenta chistes malos, pensó ella.

En serio, Hye-yeong y yo estamos preocupados por ti 1:23pm.

Responde las llamadas al menos, tonta 2:10 pm.

Audio de 3 segundos. . .

Sun-oh: bueno, espero que contestes niña porque Hye-yeong y yo estamos empezando a creer que estás muerta.
Hye-yeong: aparece de una vez, chica.

Y otras veces ella se preguntaba cuál era el mal que había cometido para tener amigos tan idiotas.

Mensajes así del montón estaban en su bandeja de entrada, tanto de Hye-yeong y Sun-oh (quien era el que mostraba más preocupación). Ya que entre sus chistes malos, la preocupación aún se estaba en aquellos mensajes, en esas llamadas perdidas y sus:

Llámame si estás bien.

Quería contestar aquel mensaje, o devolverle la llamada, pero algo le dijo que lo mejor sería simplemente llegar a la casa y hablar con ellos allí.

Ella siempre seguía su intuición.

Continue Reading

You'll Also Like

109K 13.4K 32
Itadori descubre una debilidad del rey de las maldiciones. Su esposa Natsumi Pero para eso debería entender la historia de ambos que se remonta en la...
145K 12.2K 49
Mia es una alumna con notas obresalientes quien además es la mejor amiga de Itadori Yuji, el menor de los gemelos más polémicos en toda la escuela. ...
508K 36.7K 72
Historias del guapo piloto monegasco, Charles Leclerc.
171K 14.7K 38
No hay nada que haga más feliz a Jay que conocer a Violetta, su artista favorita. ¿Qué pasará cuando Chiara, su hermana mayor, le ayude a cumplir su...