━━━ 𝙘𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙘𝙞𝙣𝙘𝙤:
🌊 ࿐ reglas para ser una kook . . .
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Como cada mañana de la semana, el sueño de Julieta fue interrumpido por los llamados de su madre desde el otro lado de la puerta.
—¡Esta es la última vez que te llamo, jovencita! ¡Saca tu trasero de la cama!
Julieta gruñó al escucharla. Inevitablemente, se quitó la manta de encima. —Agh, ¡ya voy!
Hacía lo mismo siempre. No importaba si fuera fin de semana o vacaciones, no había día en el que Jenna Ross no levantara a su hija temprano para su sagrada sesión de yoga juntas.
Llevar a cabo aquella disciplina espiritual y física hacía que las mañanas del dúo madre e hija fueran mejores desde que se habían mudado a Figure Eight. Jenna decía que era su único medio para despejarse de sus problemas y sentir calma en la locura que vivía. Julieta en cambio, solo se burlaba de lo ridícula que se veía su madre fingiendo ser una experta pero, le agradaba la idea de mantener su cuerpo y mente activos.
Julie llevaba al menos unos cinco minutos despierta mirando al techo, indispuesta a salir de la cama y todavía procesando todo lo que le había pasado el día anterior.
No le sorprendía nada la actitud de los pogues en el partido. Los conocía y sabía a la perfección que ellos odiaban verla acoplada a su vida en Figure Eight siendo amiga de los chicos que tanto repugnaban, en pocas palabras, siendo toda una kook. Pero a pesar de que a Julieta le doliera el trato de sus ex mejores amigos hacía ella, tenía que olvidarlos, aceptar que ellos solo fueron una etapa de su vida y que eso ya se había acabado.
Agarró fuerzas de donde no las tenía y se levantó de su cama, poniéndose sus pantuflas y dirigiéndose directamente al baño para lavarse la cara y los dientes.
En cuanto salió, tomó su celular de su mesita de noche y lo encendió en ese momento. Tenía un montón de mensajes de Sarah y una llamada de Rafe en el inicio.
« Mierda, la fiesta. » maldijo internamente al recordar la importante celebración que tendrían los kooks la noche anterior por su victoria en el juego. Lo había olvidado por completo.
—Carajo... —murmuró rascándose la cabeza y desbloqueando el aparato.
Apenas abrió el chat de Sarah, su mamá entró por la puerta interrumpiéndola.
—Si no estás abajo en cinco minutos... -
—¡Te dije que ya voy, mamá!
—¡Sabes que no me gusta esperar! —canturreó yéndose de ahí.
Julieta bufó y lanzó su celular a la cama. Podía hablar con Sarah en la escuela.
(...)
—Al fin apareciste. —sonrió la señora Ross, viendo a su hija llegar al jardín con su esterilla azul, ya lista para su sesión.— Será mejor que te apresures, estoy a punto de empezar.
—Buenos días a ti también. —saludó sarcástica, extendiendo el tapete sobre el césped y parándose sobre el.
—Buenos días cariño. —le sonrió, y se puso en posición para su rutina.
Julieta comenzó su estiramiento, mientras su madre separaba sus piernas y se inclinaba hacia adelante poco a poco, inhalando y exhalando suavemente.
Eran alrededor de las siete de la mañana. Asquerosamente temprano para cualquiera, la hora perfecta para el dúo.
La vista que les daba el pantano desde el jardín era agradable de observar, además a esa hora la brisa que corría era refrescante. Perfecta para empezar el día.
Julieta terminó su calentamiento y comenzó con su rutina.
A veces, mientras intentaba concentrarse en las posiciones y su equilibrio, no podía evitar pensar en qué diría la Julie de hace diez meses sobre esto.
Aunque fuese bueno para su salud, practicar yoga le parecía algo muy kook de su parte. Casi podía jurar que su antigua ella se burlaría mucho de eso, pero intentaba quitarse esa idea de la cabeza.
No le gustaba pensar en lo que ella solía ser.
Cuando Julie y su madre se mudaron a Figure Eight, la joven pelinegra quería pensar que el ambiente y lujos en los que se rodearía no serían lo suficiente para hacerla cambiar.
Se necesitaría más que ropa de marca para sacar a la salvaje pogue que Julieta era, pero después de ser literalmente desterrada de la parte pobre de la isla, tuvo que intentar adaptarse a la rica.
Fue duro. Cuando se trataba de kooks, Julieta no tenía idea de nada. Ni cómo tratarlos, que les gustaba o qué mierda debía hacer para agradarles... Era terreno totalmente desconocido y aunque su madre había sido una kook a su edad, sus consejos no sirvieron de mucho en la academia.
Eran pocos los que le prestaban atención a Julieta, tal vez y esa fue la razón por la que cuando se integró al grupo, nadie se burló de su pasado pogue. Apenas la habían notado cómo crear rumores o solo hablar de donde provenía.
Claro, sí tuvo varios roces en los que chicas se burlaban de su madre o de ella siendo en realidad pobre, pero nada de eso le importó porque justo en el momento indicado, Julie conoció a Sarah Cameron.
El inicio de su amistad fue extraño, pero agradable. Los conocimientos y experiencias de Sarah siendo la mismísima princesa kook de la isla ayudaron bastante a Julieta. Ella estaba segura de que para encajar en la Academia Kook, solo necesitabas seguir un patrón. Dos simples pero indispensables "reglas" para ser notada y bien recibida.
❥ Regla número 1:
Ten una historia que te haga jodidamente diferente a los demás.
Provenir de una familia rica no era la gran cosa. Que tu familia tenga secretos escondidos detrás y además sea rica, era el verdadero éxito.
Julieta no tenía que hacer un esfuerzo en eso. Para ella su historia era terrible pero para los kooks resultó interesante.
Por más de un año, la mamá de Julieta había engañado a su padre con un hombre mayor, empresario y residente en Figure Eight, viudo y malditamente rico. La cantidad de dinero que tenía en su cuenta de banco había suficiente para que Jenna Ross dejara a su esposo y se marchara con su hija al lado rico de la isla. Fue un completo escándalo. No había nadie en Outer Banks que no conociera el descaro de Jenna al renunciar a su familia por dinero. Y aunque gracias a eso muchos odiaban a la madre de Julie, a la adulta nunca le importó. Ella misma se encargó de darse su lugar en Figure Eight y después de un tiempo lo logró.
Ahora Jenna tenía su dinero y sin intentarlo, Julieta una historia para ser interesante y encajar.
❥ Regla número 2:
Enamora a un kook y mantenlo tras tuyo.
Cuando Sarah comenzó a pasar la mayor parte de su tiempo con Julieta, las continuas visitas de la pelinegra a la casa de los Cameron y las miles menciones de su nombre en las cenas fueron la razón por la que Rafe se fijó en ella.
El no estaba enamorado, pero sí que deseaba a Julieta...
Ella era bonita, "estaba a su nivel", hablaba de cosas que no fuesen zapatos y su espíritu tenía una interesante pizca de rebeldía.
Pero había algo en particular. Una cosa que a Rafe lo volvía loco y que no lo dejaba renunciar a conquistarla.
Julieta era jodidamente difícil.
Desde que llegó a Figure Eight nunca se fijó en ningún chico. No aceptó citas y todos los que mostraban interés en ella, eran rechazados.
Rafe pensaba que no salía con ninguno de ellos porque simplemente no le gustaban o no eran su tipo, pero cuando él formó parte de ese grupo, empezó la locura, la insistencia.
El rubio no renunciaría a su "objetivo" fácilmente y eso significaba que Julieta ya cumplía la segunda regla.
Tenía a un kook detrás suyo.
Así fue como después de meses, Julie encajó en la academia.
Mejor amiga de Sarah Cameron, integrante de las porristas, hijastra de un hombre adinerado y proveniente de un escandilito pelinegro exactamente igual a ella, solo que mayor.
Aún así, muy a pesar de que ya llevaba viviendo alrededor de unos diez meses entre kooks y su estúpido ambiente superficial, Julieta no se olvidaba de donde venía.
La Corte. La zona pobre. Donde en vez de tener dos casas, tienes dos trabajos y disfrutas de los simples placeres que te da la isla... Esa era su realidad. Su verdadera ella.
Ex mejor amiga de Kiara Carrera, ex integrante de los pogues, primogénita de un hombre pobre que se ganaba la vida vendiendo alcohol en un bar de playa y una cazafortunas traidora que renunció a su familia por dinero.
Esa era la vida —o más bien el pasado— de Julieta. Para quienes la conocían, estaba bastante enterrado, pero para ella nunca había sido así. Desterrada de la corte o no, seguía siendo una pogue. Ni el dinero, ni la ropa cara, ni las nuevas costumbres que llevaba, podrían quitárselo.
Julieta estaba destinada a ser una pogue de por vida sin importar qué.
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holaaa <3 aquí está un poquito sobre julieta, se podría decir que es su "historia" pero solo es un adelanto, porque habrán capítulos en que se cuente con exactitud todo lo qué pasó con su familia, los pogues y JJ :)))
espero que les esté gustando, bye!
( ˘ ³˘)♥︎