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Rubius
Había llegado con anticipación al instituto, el padrino me había traído en su coche, deseándome suerte, aunque más para asegurarse de qué no me fugara y me fuera de botellón o qué se yo.
Después de mis salidas ya no confiaban en mi.
Al llegar me puse a observar a los muchachos que entraban al vestíbulo buscando a sus camaradas. A mi le hubiese gustado estar igual...
Pero no tenía a nadie a quién buscar, había llegado hace solo unos dos meses a España después de la última reconciliación de mi madre con el padrino y no tenía ningún conocido en Madrid, los últimos tres años estuve en Noruega, todos mis colegas estaban allá.
De pronto pude ver a un trío de tíos abrazados y a una chica de cabello azul, y pensé: Me he' namorao'
Me ponen de una manera las tías con el cabello de colores, es impresionante, joder, de solo pensarlo ya me pongo palot.
—¡Hostia, una tía de cabello naranjo! — pensé casi en voz alta cuando vi a la muchacha pasar frente a mi, avanzando.
Vi cómo varios más comenzaban a moverse y a entrar por una puerta en el vestíbulo y cómo no tenía ni puta idea de qué hacer, pos los seguí y qué les den.
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Había resultado una clase en plan instructiva de qué podíamos hacer y que no, había seguido a la tia de naranjo más esta se había sentado con un chico de lentes hipsters, piel clara y cabello oscuro.
— "Mierda" — pensé — "¡Va a quitarme a la muyaya!" —el sujeto era muy guapo y me decepcione, joder, casi podría haber ligado.
Cuando la mujer qué nos hablaba se distrajo, aproveche para saludar con mi típica energía al volverme, más sin darme cuenta me había inclinado de más y ahora estaba cara a cara con el cabrón de antes, por un momento me asuste, pero al observar sus ojos me di cuenta de la calidez y amabilidad de estos, además de lo divertidos qué se veían estando confundidos y asustados, así qué me reí cómo gilipollas, con lo qué me gané el primer regaño del año.
Luego de eso, procedimos con las presentaciones más formales, el tio era majo y la verdad me había agradado, parecía ser gamer, ya qué llevaba una camiseta negra con el logo de "Far Cry 4", lo cuál llamó aún más mi atención.
Le sonreí a Mangel cuando me dio la razón al decirle qué eramos iguales, hasta qué escuché una leve risita femenina y miré a la muchacha junto al tio éste.
— Eh, tu. — le hable a la chica, quién alzo la vista y me encontré con unos bonitos ojos claros, acompañados de su melena peli-naranja. — Soy Rubius, ¿Y tu? — pregunté intentando evitar gritarle qué fuera la madre de mis y hijos.
—Jannies. — respondió con una mirada extraña, quizás un poco sorprendida.
—¿Qué tal, Janni'h? — preguntó Mangel saludándole con ternura.
Pero no recibió respuesta alguna, ya que se levantó de golpe mirando al frente y acto seguido todos los demás lo hicieron.
—¡Hostia, puta! — maldije dándome la vuelta mientras me paraba, sintiéndome algo raro al ser el más alto de todos ahí, solo para ver cómo poco a poco comenzaban a salir estudiantes y una qué otra persona se volteo a ver al ser el último en pararme, y más con tanto jaleo entre la mesa y la silla.
—Eh, ¿Qué ése no es el tio de las flechipollas? — escuché decir a alguien y sentí cómo mi rostro se acaloraba.
Al salir nos distribuyeron en grupos, en mi caso me fui con los de tercer grado, dónde para suerte mis iban Jannies y Mangel, y muchos otros más.
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—Muy bien alumnos, me parece qué la gran parte de vosotros sois nuevos, así qué podéis presentaros sí gustan a medida qué los nombre para ver sí están todos. — dijo la profesora, acomodándose sus lentes y apartándose el cabello rubio.
Comenzó a pasar lista, nombrando a todos, no pude apréndeme todos los nombres, sí escuché a un tal Guillermo, Cristian, Miguel, y otros.
Me puse a observar, había varios grupos formados, algunos estaban rapeando y cantando, otros jugaban con sus DS y varios grupos de tíos hablando y tías cuchicheando, además de alguna qué otra pareja besándose melosamente, y estábamos los nuevos.
Los nuevos y solitarios, apartados del resto.
—¡Hey, rubiuh! — me gire y vi a Mangel llamándome, estaba sentado con uno de los tíos con los qué lo había visto antes casi al final de la última fila de pupitres. — Ven, tio. — me levante y me acerque con una sonrisa.
—Cheeto, e'hte e' rubiuh, lo conocí hace un ratoh. — me presento.
—Hola, soy el primo de Mangel. — sonrió y le di la mano al joven con la barba un poco frondosa.
—Un gusto. —
—Ven, rubiuh, sientate con nosotro'h macho, te ve' muy solo allá. — me ofreció Mangel y me senté frente a el, de todos modos los asientos estaban desocupados.
—¿De dónde ere'h Rubiuh? — preguntó Cheeto.
—Uh, pues de Noruega. — respondí.
—Wow, ¿En serio? Ni se te nota el acento, cabrón. — río Mangel, me di cuenta de que en verdad empezaba a agradarme.
—¿Y vosotros habláis catalán? —
— No, tio, de chavales un poco pe'ho uno pierde la practicah al vivi'h aquí'h en Madri'h— sonrió Cheeto.
—¿Y cuanto tiempo lleva' en E'hpaña, Rubiuh? — preguntó Mangel.
—Unos meses, volvimos para vivir aquí después de qué mi madre se arreglara con mi padrastro. — respondí y Mangel volvió a sonreírme.
—¿Sabes qué tio? Me haz caído bien, podríamo'h juga'h un vídeo juego algún día. — dijo Mangel mientras sus ojos brillaban.
—De puta madre, ¿Qué juegan? — pregunté emocionado.
Así comenzamos a hablar, también conocí al otro tio, Maximus, me contaron también qué los dos tenían un canal en Youtube, al igual qué yo.
—¡Sabia qué me sonaba de algo, Mangel, te lo dije! — sonrió alegre Cheeto.
— Ay ci :3 — sonreí en plan retard y los tres rieron.
—¡Ah, weón, matate culiao, vai' a empezar con tus weas homosexuales ahora! — escuché de pronto un grito enojado muy familiar y con una especie de acento inexistente. Me gire a verlo y entonces ahí estaba.
—¿Xoda? — pregunté mientras Cheeto y Mangel miraban a los dos castaños, uno de lentes y barba qué intentaba quitarle el móvil al otro comprometiendo la cercanía entre sus rostros.
—¡Pero Xodiwi, déjese querer! — sonrió el otro, y yo estaba seguro que lo conocía, o al menos su voz.
—¡Xoda! ¡Vardoc! — grité alegre llamando su atención y al verme Cristian esbozo una radiante sonrisa.
—¿Rubius? — se levantó y yo lo hice también, ambos nos dimos un abrazo en plan fangirl dando saltitos y nos soltamos. — Weón, nunca pensé qué te iba a pillar aquí. — dijo con su típico hablar chileno.
—Sí, de Skype a la vida real — le dije.
— Oye, culiao, mira, el rubius. — le hablo xoda a su amigo de lentes quién me sonrió y nos estrechamos las manos además también me abrazo y palmeo mi espalda.
— Al fin te conozco, rubius. — sonrió Vardoc y de pronto se quedo mirando la cara de xoda. — Uh, mi xodiwi no se me ponga celoso. — sonrió y lo abrazo.
—¡Suéltame, culiao! — le regaño el otro algo sonrojado.
Miré a mi alrededor y no eramos los únicos parados, pero sí había varios mirándonos, entre ellos pude ver varias caras conocidas que había visto en youtube.
—¿Estudiantes, podéis juntar los pupitres? Haremos una actividad de grupo. — preguntó la maestra mientras aplaudía con una sonrisa en el rostro.
Hicimos lo qué nos pidió y formamos una especie de círculo derp para poder vernos todos.
—Rubiuh, siéntate conmigo, macho. — me llamó Mangel y yo le sonreí y sin darme cuenta sentí cómo mi rostro se acaloraba.
— Claro, Mangel. — murmuré y ambos nos miramos manteniendo nuestras sonrisas.
Mi primera impresión había cambiado bastante con respecto a él, me agradaba hacer nuevos amigos.
Me agradaba Mangel... Solo qué no me había dado cuenta hasta qué punto.
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Ay ci :3 Comienzan las presentaciones y los raros sentimientos, entre europeos y latinos. ¡Me encanta cómo suena! XDD
Bueno, los qué no me conocen, sepan qué yo actualizo los domingos para qué sepan c: muchas gracias por leer y nos vemos,
Qué el salseo no ha hecho más qué comenzar >:33
Connymasamune c: