devoción (18+)

By AxelAxxxel

777K 25K 9.2K

Soy tu único Dios, dirás mi nombre o no pronuncies nada. (Múltiples historias -one shots eróticos- dónde Suku... More

𝐏𝐫𝐚𝐲 𝐧𝐨𝐰, 𝐬𝐚𝐲 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐮 𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫 (+18)
𝐘𝐨𝐮 𝐫 𝐦𝐲 𝐥𝐨𝐯𝐞, 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭, 𝐚𝐧𝐝 𝐬𝐨𝐮𝐥 (+13)
𝐒𝐢𝐭 𝐝𝐨𝐰𝐧 𝐨𝐧 𝐦𝐲 𝐟𝐚𝐜𝐞 (+18)
𝐅𝐮𝐜𝐤 𝐦𝐞 𝐚𝐧𝐲𝐰𝐡𝐞𝐫𝐞 (+18)
𝐂𝐮𝐦 𝐧𝐨𝐰 (+18)
𝕱𝖑𝖊𝖘𝖍[I] (+21)
𝕱𝖑𝖊𝖘𝖍[II] (+21)
𝕱𝖑𝖊𝖘𝖍[III] (+21)
𝐏𝐢𝐜𝐤 𝐮𝐩 𝐭𝐡𝐞 𝐅𝐮𝐜𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐩𝐡𝐨𝐧𝐞 (+18)
𝐈 𝐫𝐮𝐛 𝐦𝐲 𝐝𝐢𝐜𝐤 𝐨𝐧 𝐦𝐲 𝐠𝐟 (+18)
𝐖𝐨𝐨𝐝𝐬? (+18)
𝐑𝐢𝐝𝐞 𝐦𝐞 (+18)
𝐒𝐥𝐨𝐰𝐥𝐲 (+18)
𝐌𝐫.𝐏𝐢𝐠𝐦𝐚𝐧 (+21)
𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲?𝐏𝐭.𝟏 (+13)
𝐃𝐚𝐝𝐝𝐲?𝐏𝐭.𝟐 (+18)
𝐑𝐨𝐮𝐠𝐡, 𝐢 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐢𝐭 𝐫𝐨𝐮𝐠𝐡 (𝐏𝐭.𝟏)(+18)
𝐂𝐚𝐫 𝐒𝐞𝐱 (𝐏𝐭.𝟐)(+18)

𝐏𝐫𝐢𝐞𝐬𝐭, 𝐢 𝐡𝐚𝐯𝐞 𝐬𝐢𝐧𝐧𝐞𝐝 (+18)

36.9K 1K 392
By AxelAxxxel

Advertencia:
-Escenas sexuales narradas de forma explícita.
-Lenguaje vulgar, DirtyTalk, Amokoscisia, Salirofilia, Duololagnia, Roleplay, Fingering, Sexo oral, Agorafilia, Hierofilia, Astenolagnia, Public, Cruising.
-Sería como una parte dos de Church (one shot del libro OS AnimexTú).

×××

-Joder, no soy el de abajo porque no es lo mío, pero me arrodillaría ante tí justo ahora.

Pronunció luego de soltar un silbido el pelirosa, tomando a su bonita novia por la cintura mientras pasaba su lengua lentamente por sus labios, observándola con suma lujuría.

-Lo mismo digo, padre.

Respondió burlonamente viendo el disfraz de Sukuna: una toga negra con un pequeño cuadrado blanco justo en el corto cuello negro de la túnica.

Un cura sumamente excitante, digno de ser una tentación para pecar.

-Que tentadora oferta.

Mordió el labio inferior de la chica suavemente, para pasar su miembro bucal por estos de manera lenta y sumamente obscena, enviando un escalofrío al cuerpo de la fémina cubierto por un disfraz diminuto de monja.

En realidad lo único que tenía de monja era lo que se colocaban en la cabeza, porque la vestimenta por debajo de su cuello era vestido ceñido a su pequeño cuerpo era de cuero negro, con un bonito escote, y un bonito liguero rojo haciendo juego con sus carnosos labios carmesí.

-Apúrate antes de que termines con una erección de la cual yo me tendré que encargar, y no con mi boca.

Dijo risueña besando castamente los labios dulces del "padre Ryomen" como él había dicho que lo llame mientras llevara puesto la negra toga que se ajustaba perfectamente a sus musculosos brazos y ancha espalda, haciendo mojar las bragas de cualquiera que lo viese,incluyendo a su preciosa novia ___.

-Me gusta la idea, no vayamos una mierda, nos quedamos.

Abrazó por detrás a la chica, brindando mordidas suaves en su hombro descubierto, decorado por un tatuaje de un pentagrama.

-No Sukuna, ya le he dicho a mi prima que estaría allí- giró su rostro para darle un "piquito"- Serán sólo unos minutos, es sólo porque es su cumpleaños y lo prometí.

Sukuna rodó los ojos, maldiciendo a la prima de su bonita pelinegra; besó la pálida mejilla de su chica y la tomó de la mano para dirigirse al su negro corolla hybrid.

-No entiendo como coño logras convencerme con todo lo que deseas.

Dijo sonriendo ladino, con su vista en el camino mientras manejaba.

-Porque te encanto- afirmó mordiéndose el labio en cuanto sintió la gran mano del tatuado posicionarse en su desnudo muslo, brindando un ligero apretón en su tierna carne para luego dar un par de palmaditas.

-Quizás.

Giró su rostro por unos segundos hacía la fémina, sonriéndole con absoluta sinceridad, sin la pizca burlona o de orgullo que siempre portaba.

×××

-Padre, debo confesarle algo.

Pronuncié arrodillada, con la vista baja, en frente de Sukuna que se hallaba sentado en uno de los cubículos donde se confesaban.

Si, regresamos a la iglesia, y no prescisamente porque sea creyente.

Al menos no creyente en un dios superior que no fuera Sukuna, y viceversa. Después de todo lo tenía a mis pies desde hacía años.

Nosé como rayos lo logré, pero soy la única persona a la que Sukuna ama más que a si mismo(esobrad).

No pasamos más de 10 minutos en la fiesta.

Mi novio me cargó en cuanto le dije que quería irme y nos fuimos a jugar al parque más cercano. Si, Ryomen podía ser un completo crío estando conmigo.

Los columpios lo enloquecen.

Una cosa llegó a la otra,y bueno, terminamos aquí.

En la bonita capilla "Paraíso en la tierra, casa del niño Dios".

Estoy de acuerdo con las primeras cuatro palabras, gracias a la experiencia anterior con mi bonito hombre tatuado.

-¿Qué sucede mi niña?.

Sukuna sonrió ladino, acercando su rostro al mío, apoyando sus codos en sus rodillas.

El puto traje de padre le sentaba jodidamente bien.

-Últimamente he estado...pensando cosas.

-Míreme mi niña, sino no podré saber si me está mintiendo.

Como ya era más que sabido, Sukuna amaba el maldito contacto visual.

Lo miré directamente a sus ojos, utilizando aquella expresión de inocencia tan descaradamente fingida.

Él relamió sus labios.

-He tenido pensamientos impuros, padre Ryomen.

Aquel apodo tan rídiculo que me hubiera hecho reír en otro contexto, ahora me había calentado, ha decir verdad; y por el brillo en sus ojos pude notar que a él también.

-¿Qué clase de pensamientos? Sé más específica ___.

Su ronca voz me mojaba de sobre manera, sumado al hecho de que no desconectabamos nuestras miradas cargadas de deseo absoluto.

Siendo simplemente iluminados tenuemente por la luz de la luna que atravesaba los cristales en estilo gótico que poseía la iglesia.

-Me he tocado a mi misma pensando en alguien en quien no debería, padre..

Una de sus grandes manos me acarició la mejilla, y se acercó peligrosamente a mí.

-¿En quién, mi niña?.

Sonrió ladinamente.

Llevaba queriendo que me folle desde que salimos de la puta casa, y sé muy bien que el estaba más que duro desde que me puse el jodido vestido.

-¿Si se lo digo no se enojará?.

Rocé nuestros labios, era más que consciente de que estaba poniendo mucha fuerza de voluntad para no mandar este raro roleplay, que yo pedí, al carajo, con tal de tomarme ahora.

-Si no me lo dice, no la podré ayudar.

Solté un suspiro suave, que chocó directo con sus deseosos labios.

-En Satoru.(neamentira).

-En usted.

En cuanto pronuncié eso, se alejó de mí, dejandome estupefacta.

-Eso está muy mal ___.

Negó con su cabeza ligeramente mientras chasqueaba su lengua en desaprobación.

-¿Qué imaginaste ___?.

Se apoyó en el asiento de madera, y pasó su índice y pulgar por la comisura de sus labios.

-Se detallista, este padre necesita saber que tan mala niña has sido para poder absolverte de tus pecados.

-Y-yo.- antes de poder continuar, palmeó su pierna derecha, mientras brindaba un ligero asentimiento, incitándome a sentarme encima.

Me aproximé y justo cuando iba a apoyar mi trasero en su musculoso muslo, me sostuvo por la cintura, evitando el contacto.

Chasqueó su lengua en negación.

-Una a cada lado mi niña, es más cómodo para mis piernas, hoy he ejercitado bastante.

Mordí mi labio inferior disimuladamente e hice caso.

Sentándome a horcajadas en su pierna derecha, apoyando mi sexo cubierto por simples bragas contra su muslo.

-¿Y?, te he dicho que me cuentes.

Mis manos se colocaron en su pierna, por delante de mi.

Las suyas no me tocaban, sólo se encontraban a sus costados, se estaba esforzando bastante para no posar sus manos en mí.

-Bueno...usted me besaba, y sus manos acariciaban mi cintura.

Miré hacia abajo justo cuando el se mordió el labio inferior.

Sus grandes manos se dirigieron a mi cintura, dejando notar lo grande que era en comparación mía, ya que prácticamente rodeaba mi circunferencia casi por completo.

-¿Cómo?, muéstrame, te lo permito.

Mis manos llevaron las suyas de arriba a bajo, con delicadeza y conforme pasaban los segundos y Sukuna me cuestionaba cosas, permití que sus dedos viajaran hasta por debajo de mis senos, para dejar sus manos allí.

-Luego me dejaba que me frote en...usted sabe.

Su lengua pasó lentamente por sus dientes.

-No ___, no lo sé, ¿Por mi pierna, quizás?.

Comenzó un vaivén firme y lento, moviéndome sobre su muslo, causando una fricción bastante exquisita en mi ansiosa intimidad sobre su piel.

Un jadeo provino de mi boca, de verdad no quería seguir alargando esta mierda.

-Me masturbe pensando en como usted me follaba, padre Ryomen.

Mi gesto era de súplica, y solté esas palabras mirándolo directo a los ojos.

Y en cuanto ví su sonrisa más que socarrona, sus pupilas sumamente dilatadas y cargadas de lujuría pura, supe que estaba jodida.

Iba a estar más que jodida, al fin.

-¿Cómo osas decirme eso ___?, me temo que debo castigarte.

De un simple movimiento dejó mis pechos y abdomen contra sus piernas, dejándole una vista plena de mis glúteos en cuanto subió el vestido.

-¿Te gustó imaginar como te follaba?, que niña tan sucia eres.

Dicho eso, sólo pude gemir al sentir una nalgada, una muy suave en comparación a las que me daba Sukuna, pero sabía más que bien que iría aumentando.

Me encanta.

-Responde.

Ordenó en un gruñido, golpeando más fuerte para luego acariciar la zona profanada por su palma.

-Me mojé muchísimo, padre.

Podía sentir claramente su erección contra mi abdomen.

-Eres una zorra total, mi niña, estás admitiendo como te gustaría que te folle, en una puta iglesia.

Por un momento se salió del papel, pero ni siquiera presté atención a eso porque mi Sukuna era de lo más vulgar y obsceno; y eso me fascinaba.

-Quiero que lo haga realidad, padre.

Otra nalgada resonó en toda la capilla al igual que mi jadeo, para luego sentir como apretaba entre sus dedos mi carne, totalmemte excitado.

-¿Quíeres mi polla?¿Eso quíeres, mi pequeña puta?.

Asentí repetidamente.

-Primero tu castigo, si haces ruido por demás te quedas sin follada, y con el orgasmo a medias.

Sabía muy bien que hablaba enserio.

-Castígame Sukuna.

Pronuncié en un tono lascivo que le hizo soltar un gruñido.

Otra nalgada, esta vez tiñiendo mi piel de rojo con la forma de su gran mano, para luego acariciarme.

-No me digas que hacer.

Temblé encima de él.

Giré ligeramente su cabeza y su mirada se conectó a la mía.

Ni siquiera tuve tiempo de tomar aire, ya que, su palma se estrelló contra mi piel, pero esta vez en mi sexo, lo suficientemente fuerte como para enviar una corriente de pura excitación por mi cuerpo.

-Joder, este jueguito de mierda te ha dejado chorreando.

Pronunció burlonamente mientras mis ojos se cerraban fuertemente debido a la reciente sensación tan exquisita.

Su palma se quedó estatica sobre la tela de mis bragas.

Sin pudor alguno me froté sobre esta, moviendo mis caderas de arriba a abajo.

-Peor que una maldita gata en celo.

Dijo ronco para reírse, y de un simple movimiento, hizo a un lado mis braguitas y hundió su dedo corazón en mi sexo, dejando este empapado y apretado entre mis paredes al instante.

-¡Maldición!.- jadeé llevando mis manos atrás de mi espalda, demostrando total sumisión a Sukuna.

Su mano libre tomó mi cabello, levantando mi cabeza, sin despegar mi pecho de sus piernas.

-Un puto dedo y tu coño me está apretando jodidamente bien.

-Quiero otro.- gemí bajo, sintiendo como su falange nestaba completamente en mi interior pero no hacía movimiento alguno.

Su mano soltó mi cabello y golpeó fuertemente mis nalgas, turnándose, dejando mi piel en aquel tono rojizo que él tanto adoraba.

-¿Uno no es suficiente puta?.

Negué repetidamente, y a mitad de mi negación, hundió dos dedos.

Enterró sus tres dedos en mi chorreante intimidad, arrancándome un gemido sumamente alto y a él un gruñido, completamente complacido de lo que producía en mi.

-¿Esto querías ___?.

Otra nalgada resonó, acompañando mis gemidos con su nombre.

-Respóndeme puta, ¿Te gusta que te joda con mis dedos?.

Movió su musculoso brazo de arriba a abajo, colisionando sus largos dedos contra mi punto dulce una y otra vez.

Mi cuerpo temblaba sobre sus piernas.

Los obscenos sonidos de chapoteo provenientes de mi sexo, mis gemidos y sus vulgares palabras resonaban en la maldita iglesia.

-¿Vas a correrte?, ¿Tan rápido?, esperaba más de mi niña favorita.

Pronunció regresando al papel, soltando una risa burlona.

-Por favor, quiero correrme~.

Supliqué, con mis ojos más que llorosos, y mis brazos siendo firmemente mantenidos en mi espalda por su mano libre.

Los movimientos de sus dedos se tornaron duros y rápidos, en forma de gancho, golpeteando sin parar mi punto g.

-Córrete si puedes pequeña puta, aprovecha.

-Maldita sea, ¡Si!.

Pequeños espasmos invadían mi cuerpo, y en medio de mi exquisito clímax, sus dedos salieron de mi y me nalgueó de forma dura, arrancandome un lloriqueo de frustación absoluta.

Giré mi cabeza, encontrandome con su mirada cargada de deseo y superioridad.

-¡¿Qué haces Sukuna?!

Moví mi trasero de lado a lado, buscando fricción alguna, pero él sólo rió.

-Te he dicho que era un castigo.

Sonrió ladinamente, levantando mi cuerpo con su mano en mi nuca.

Acercó mi rostro al suyo y escupió mis labios, para pasar lentamente su lengua por mi mejilla.

-Un puto castigo para una zorra como tú.

Jadeé ante aquel trato que era tan típico en nuestros sexuales.

Deliciosamente Humillante.

-De rodillas.

Pronunció en un gruñido sobre mis labios, llevando su mano a mi cabello y enredando sus dedos en este.

Me posicionó entre sus piernas, de rodillas, como habia pedido.

Levantó con su mano libre la túnica negra, y desabrochó su pantalón, liberando su erección jodidamente dura.

-Oh dios.-jadeé mientras se me hacía agua la boca.

-¿Qué has dicho?.- cuestionó con su voz más que ronca.

Se inclinó y acercó mi rostro al suyo de forma brusca, haciendome gemir.

-Tú único dios soy yo jodida zorra, vas a pronunciar mi puto nombre o no pronuncies nada.

Ordenó en un gruñido, enviando una corriente de excitación directo a mi sexo.

Escupió en mi boca una vez más, yo pasé mi lengua lentamente por su saliva, con una sonrisa y sin dejar de mirarlo, haciendolo sonreir orgulloso.

-Ahora vas a usar esa bonita boca y te vas a atragantar con mi polla, ¿Entendido?.

Asentí reiteradamente mientras el se masturbaba bajo mi mirada.

Me acercó a su duro miembro.

Delineó mis labios con su punta, decorada por líquido preseminal; y bajo sus suspiros pesados, dió golpecitos con su glande en mi boca.

-Saca la lengua.

Exigió y lo hice, para ahora recibir los golpecitos de su dureza en mi miembro bucal.

-Sabes que hacer si te ahogas.

Me dijo con una pizca imperceptible de ternura, recordandome lo aprendido desde hacía años, para hacer cada que me follaba la boca, evitando a toda costa el lastimarme.

Asentí, y sin dejarlo ni pensar, hundí toda su extensión en mi boca, produciéndole un susurro incoherente ante tal carga repentina de pura excitación.

Su mano en mi cabello formó una improvisada coleta y comenzó a dirigir el ritmo, haciéndome tragar literalmente toda su dureza.

El saber hacer garganta profunda era toda una ventaja.

-Mírame...si, justo así...toda.

Sonría ladinamente, moviendo lentamente su pelvis contra mí, intentando que me acostumbrara al ritmo.

Su mano libre acunó mi cuello, indicandome indirectamente lo que iba a hacer.

Dejé mi cabeza estática, él se levantó ligeramente del asiento, y de un momento a otro comenzó a follarme la boca, llenando el sitio de mi saliva, sonidos más que obscenos, y sus exquisitos grúñidos.

-Joder, así, aguanta.

Luego de un par de embestidas tiró con fuerza mi cabello hacia atrás, permitiendome tomar aire al tener su bendita dureza fuera de mi boca.

Tomé una bocanada de aire, y al instante volvió a meter su miembro por completo en mi boca, para sacarlo todo nuevamente, y volver a repetir la acción.

Mis gemidos ahogados lo excitaban incluso más.

Disfrutabamos tanto de esto.

Me folló la boca bruscamente unos segundos más, para sacar definitivamente su miembro de mi cavidad bucal y colocarse de cuclillas mientras tomaba mis mejillas de forma brusca entre sus manos.

Sus labios rozaron los míos, y me brindó una cachetada, para luego besarme con esa posesividad tan característica en él.

-Lo has hecho bien, muy bien.

Halagó sonriendo, y me besó nuevamente, para escupirme entre el beso, tornándolo más vulgar de lo que ya era.

Su mano libre brindó un golpe a mano abierta en mi seno, haciéndome jadear.

-Quiero que me jodas, aquí y ahora.

Jadeé sobre su boca, a sabiendas que quería que rogara.

Sukuna sonrió y me alzó, para acercarme al asiento de madera.

Me apoyó con algo de suavidad, mi espalda se pegó al respaldar; y con sus manos rodeando la parte posterior de mis rodillas abrió mis piernas lo máximo posible, dejandolas casi a la altura de mis senos.con mi sexo totalmente expuesto para él.

-Que rico coño te cargas.

Sonrió orgulloso, observando lo increíblemente mojada que me encontraba.

Se inclinó y me beso con notoria lujuria, para mover su pelvis de arriba a abajo en cuanto su duro falo estuvo entre mis labios vaginales, causando una fricción extasiante.

Mordió con fuerza mi labio inferior y se separó ligeramente, mirándome fijo.

-¿Qué quíeres ___?.

-Fóllame de una vez Sukuna, déjate de tonteri-

Él sonrió ladinamente y sin dejarme terminar, movió su pelvis, alineando su hombría justo en mi entrada, y de una sola estocada se hundió en mí.

-¡Oh Sukuna!.

Gemí fuertemente echando mi cabeza hacia atrás mientras sus manos apretaban fuertememte mis muslos y sus labios soltaban un gemido ronco y bajo.

-Mierda,___.

Gruñó para ponerse recto y comenzar con unas embestidas brutalmente fuertes.

Me penetraba con suma rudeza, haciendo rebotar mis senos, y deslizar mi cuerpo de arriba a abajo en aquel asiento de madera.

Sus gruñidos y susurros incoherentes debido al placer eran la gloria.

El sonido vulgar de nuestros sexos fundiendose violentamente resonaban en nuestros oídos, llenándonos de gozo.

-Que jodidamente apretada estás, me asfixias la polla, zorra.

Sonrió sin despegar la vista de nuestras intimidades.

-Se siente...tan bien.- gemí con dificultad al sentir como golpeaba reiteradas veces su miembro contra mi dulce punto y como arremetía dentro de mi con suavidad nula, mojandome al punto de chorrear el maldito asiento.

Sus manos tomaron bruscamente ls mías y me obligaron a rodear mis piernas para mantenerlas completamente abiertas para él.

Entre sus largos dedos aprisionó mi cuello, se inclino para besarme con fuerza, y con su mano libre, utilizó tres dedos para torturar mi clítoris de lado a lado, acompañando las exquisitas penetraciones que le otorgaba.

-Agradéceme por follarte ___, ni siquiera debería por haberme obligado a ir con tu jodida prima.

Gruñó sobre mi boca, aumentando la velocidad de sus embestidas y dedos.

El agarre en mi cuello era más duro conforme pasaban los segundos, haciendome voltear los ojos de puro placer.

-Es-estoy cerca.- Gemí sobre su boca.

-Agradece maldita puta, o te juro que paro ahora.

Su ronca voz lo era todo.

-Gracias por-¡Ah!...por follarme Sukuna.

Lloriqueé sobre sus labios, arrancándole otro gruñido.

-Más fuerte, grita mi puto nombre zorrita.

Eso fue más que suficiente.

-¡Sukuna!.

Gemí al punto de casi gritar; temblé sobre el asiento, mientras él no frenaba sus movimientos, sonriendo más que orgulloso al exprimir hasta la más ínfima gota de mi placer.

Me besó con suma rudeza, aflojando el agarre en mi cuello, y dejándome recibir su gemido ronco al liberar su semilla dentro de mí mientras se hundía por completo, disfrutando de mis contracciones y mi interior.

Nuestras respiraciones intentaban nivelarse.

Nuestras pupilas observaron la ajena, y una sonrisa invadió nuestros rostros.

-Te amo tanto, joder.- pronuncio para besar mi mejilla y morder esta suavemente.

Salió de mi arrancandome un jadeo y se puso de cuclillas para colocarme mis bragas, acomodar mi vestido y sostenerme por la cintura por mis temblorosas piernas, en cuanto me levanté.

Volvió a colocarse de pie, abrochando su pantalón y acomodando sus prendas bajo mi atenta mirada.

-Te has mojado más de lo usual, al parecer el follarte a un cura era una fantasía oculta.- pronunció burlón al ver la cantidad de líquido sobre el asiento de madera.

-Cierra la boca.- respondí algo avervonzada mientras tomaba su mano para salir de allí.

-La cierro si te sientas encima.

-¡Sukuna!.

Él rió, y luego de observar si no había nadie por las calles, salimos de allí.

Estando en la calle, no hicimos más de diez pasos y lo observé.

Sukuna entendió al instante y sonrió negando levemente.

Se agachó ligeramente a unos pasos delante de mí.

-Sube.

Más que gustosa lo hice.

Entre calles, luces, y conversaciones y risas, llegamos a casa.

-¿Podemos hacer esto más seguido?.

-¿El qué?.

Me cuestionó mientras me bajaba lentamente y con cuidado de su espalda.

-Follarme con un disfraz de cura.

Sus manos se posaron en mi cintura, acariciándome lentamente antes de entrar a la casa.

-Tienes fetiches jodidamente extraños- rió ronco- Y aún así me tienes como un completo hijo de puta enamorado.

Una sonrisa sin pizca de burla adornó sus labios, mirandome con suma ternura.

Lo besé al instante, él me correspondió son dudar.

-¿Enamorado, eh?- lo molesté un poco ya que no era muy cotidiano el que Sukuna admitiera algo que normalmente consideraba de gente inferior.

-Como si no se notara ___, me tienes en mis putas rodillas por tí.

Dicho eso me brindó una nalgada y mordió mi labio inferior con suavidad para hablar sobre mis labios.

-Entremos, voy a cocinarte algo, no has cenado por ir temprano con la loca de tu prima.

Levanté mis hombros.

-He comido polla.

Sukuna soltó una carcajada ante mi respuesta para negar divertido con su cabeza.

-Pasas demasiado tiempo conmigo, ___.

Continue Reading

You'll Also Like

72.5K 2.9K 20
hola,soy ____(tn),tengo 17 años,de estatura 1,65 mi cabello es ondulado,rubio y mis ojos son grises,mis hermanos son nathaniel,la rata de laboratorio...
14.5K 835 22
El amor es ciego, te enamoras de la persona que no debes aunque sea tu propia hermana -Cuando crezcamos seremos esposos -dijo T/N cuando jugaba con I...
187K 15.8K 35
|𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄| «El amor es el arte de crear por la sensación misma, sin esperar nada a cambio,más allá del placer mismo del acto creativo...
193K 11K 18
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...