love story ━━ jj maybank.

santanastic

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𓂅 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐘 !! donde todos los pogues odian a julieta o'connor por ser una traidora mientras... Еще

━━━ 𝙻𝙾𝚅𝙴 𝚂𝚃𝙾𝚁𝚈!
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━━━ 𝙘𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙪𝙣𝙤:
🌊 . • .࿐ querida julie . . .

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"Querida Julie, te odio."

Escribió el rubio sobre el papel.

Lo releyó y frunció el ceño, inmediatamente tachando con su bolígrafo la oración.

"Querida Julie, ojalá nunca te hubiera conocido."

Volvió a escribir.

Ahora un bufido salió de él y rodó los ojos, incrédulo. Hizo un fuerte rayón encima de sus palabras, ocultándolas por completo y se dejó llevar por la desesperación que sentía en ese momento.

"QUERIDA JULIE, AÚN TE SIGO AMANDO MIERDA -

—¿JJ?

El rubio saltó del susto ante el pronto llamado, dejando caer su bolígrafo al suelo. Pope lo miró confundido y entró al salón.

—¿Qué hacías? —preguntó.

JJ se acomodó nervioso sobre su asiento y se apresuró a ocultar el papel entre sus libros.

—N-nada. —rió, arreglando su gorra y desviando su mirada, evitando la curiosa expresión de Pope en su rostro ante su comportamiento.— ¿Tú qué haces?

—Vine a verte... ya es hora del descanso. —respondió, observando con atención como su amigo escondía algo de entre sus cosas.— ¿Estabas escribiendo algo?

JJ abrió los ojos como platos e inmediatamente frunció el ceño. —¿Qué? ¡No! ¿De qué hablas?

—Es que estabas... -

—¿Sabes qué? Será mejor que vayamos al comedor, muero de hambre. —lo interrumpió, levantándose rápidamente de la silla y apresurándose a guardar sus pertenencias en el bolso.

Pope no dijo nada y solo lo esperó. Al llegar a la puerta, el rubio miró a su amigo y le sonrió ampliamente, dándole unas palmadas en el hombro en señal de que todo estaba bien.

Finalmente salieron del aula y se dirigieron a la cafetería del colegio.

Apenas divisaron a John B comiendo junto a Kie en una de las mesas, ambos jóvenes se les unieron inmediatamente, llamando su atención.

—Hasta que apareciste. —dijo John B, viendo llegar a su mejor amigo.

—¿Dónde estabas? —preguntó seguido Kie.

JJ miró algo asustado a Pope mientras se sentaba junto a él y él esperó su respuesta, curioso por lo que diría.

—En el salón —contestó rápidamente, intentando no verlos a los ojos.— ... hacía la tarea de historia.

—¿Había tarea de historia? —preguntó John B inmediatamente, ganándose un bufido por parte de Kie.

—No, esta semana ni siquiera hemos tenido esa clase. —dijo la morena disgustada, observando a su amigo frente a ella.— JJ está mintiendo.

John B rió y la curiosidad lo llenó ante la extraña actitud de su amigo. —¿Qué pasa, hermano? —preguntó interesado.

Los tres jóvenes callaron mirando con atención al rubio, mientras este permanecía en completo silencio.

Levantó su vista y notó como cada uno esperaba a que dijera algo. Rodó los ojos y negó.

—Nada. —soltó seco.

John B, Pope y Kie se dieron una mirada rápida e inmediatamente supieron que le pasaba a su amigo, y aunque no querían preguntar, lo hicieron.

—Es por el partido de hoy, ¿verdad? —cuestionó Kie, segura de que así era.

JJ se quedó callado y se apresuró a buscar alguna distracción que no lo hicieran responder a esa pregunta. Agarró el jugo que tenía John B frente a él y sonrió. —¡Wow! No sabía que todavía los vendieran... -

—JJ. —llamó serio Pope, todavía observándolo.

La sonrisa del rubio se borró y dejó a un lado el refresco. Suspiró y rodó los ojos, quitándose la gorra y pasando sus dedos por su cabello.

—Okay, sí. Es el partido, ¿y qué? —aceptó nada orgulloso y con un notable fastidio en su rostro.

—Creímos que ese problema ya estaba resuelto, JJ. —dijo Kie con los ojos entrecerrados, algo incrédula ante la confesión de su amigo.

—Bueno, ¿y qué se supone qué haga? No puedo evitarlo. —se defendió en seguida, desesperado.— Saben que esa mierda me afecta.

—Al igual que a todos. —admitió Pope.— Pero ya han pasado tres meses... y no hay manera de que las cosas vuelvan a ser como antes. Así que ya olvídalo.

—Pope tiene razón, hermano. Julieta ya tomó una decisión, ella siguió con su vida. —concordó John B con su amigo, apenado al ver al rubio así.— Tu también deberías intentarlo.

JJ permaneció en silencio y empezó a mover su pierna izquierda con desespero. Sabía que tenía que "seguir adelante", pero claramente no podía.

—Sí, es cierto. Y estoy en eso, ¿saben? —comentó de pronto, sorprendiendo a sus amigos. Agarró su mochila y empezó a abrir el cierre de esta.— Es por eso que estaba en el salón. Hoy es el día.

Sacó del bolso una pequeña caja y la colocó frente a todos en la mesa.

Los tres la miraron curiosos.

—¿Qué es? —preguntó Pope.

—Es Julieta... O bueno, sus pertenencias.

Todos comprendieron y asintieron como respuesta, todavía mirando la caja.

—¿Se la vas a devolver? —cuestionó Kie un poco triste ante la situación.

JJ calló y durante esos cortos segundos de silencio rogó para que alguno se opusiera, pero no hubo una sola palabra por parte de sus amigos.

—Sí. Si la veo hoy, se la daré.

—Genial, creo que es una buena idea. —sonrió la morena, dando leves palmadas al brazo de JJ como confort.— Así ya no tendrás nada que te recuerde a ella.

—Sí... exacto. —"rió" el, pero solo soltó una mueca.

« "Ya no tendrás nada que te recuerde a ella". ¿En serio? Esa mierda es totalmente imposible » pensó el y la desesperación empezó a llenar su pecho nuevamente.

Aunque JJ le devolviera a Julieta todo lo que ella le obsequió o que él conservó de ella, no bastaría, porque todo lo que lo rodeaba le recordaba a ella.

Absolutamente todo.

El timbre sonó y los estudiantes de preparatoria se levantaron de sus mesas para regresar a sus salones. Esa mañana, los salones de primero serían llevados al instituto de Figure Eight para estar presentes en el último partido de fútbol de la temporada y todos se sentían emocionados por ver competir a ambos equipos, pero JJ no se sentía así. Por primera vez —a pesar del fuerte amor que le tenía al fútbol— deseó no tener que ir al estúpido juego, y no porque no quisiera apoyar a sus compañeros, sino porque ahí estaría nada más y nada menos que Julieta O'Connor, alias: la chica que le rompió el corazón.

JJ era bueno simulando estar bien. El realmente podía estar pasando por el momento más jodido de la vida, y aún así, mostrarse perfectamente estable. El sabía engañar, pero cuando de Julieta se trataba, nunca era capaz de mentir.

No la había visto hace ya un tiempo. Tres meses para ser exactos.

Una que otra vez la veía pasar por los muelles de la isla, pero nada más. Al parecer ella tampoco tenía ganas de verlo, y era por eso que apenas y se atrevía a poner un pie en la corte.

Eso... y también porque JJ y los pogues la habían desterrado de ahí después de su terrible traición.

A los ojos de todos, Julieta ya no podía ser una pogue, simplemente no se lo merecía.

Los autobuses finalmente habían llegado al instituto y todos los estudiantes de primero de preparatoria fueron trasladados a ellos en orden. JJ yacía en su asiento, deseando que el viaje fuera eterno y nunca llegaran a la Kook Academy, claramente eso no iba a suceder, porque después de que el rubio escuchara algunas canciones de su playlist, el autobús de Kildare había llegado a su destino.

—¡Vamos a romperle los traseros a esos engreídos kooks, pogues! —gritó Kendall Ross, eufórico, en medio del bus, creando una fuerte ovación entre todos.

John B, Kiara y Pope gritaron animados, apoyando a Kendall, para así levantarse dispuestos a bajar del vehículo. Mientras el lugar se vaciaba, JJ se quedó sentado en su puesto, sin una pizca de ganas por ir.

Antes de que pudiera bajarse, John B miró a lo lejos a su mejor amigo.

El castaño suspiró e inmediatamente fue hasta el.

—¿No vienes? —preguntó.

—Solo estoy procesando algunas cosas, hermano. Si iré. —aseguró, sin quitar su vista de la ventana y aguantando sus ganas de huir.

John B sintió una punzada en el pecho al ver lo mal que estaba su amigo. Sin dudarlo, se sentó a su lado.

—Entiendo como te sientes, JJ... Yo también la perdí, ¿recuerdas?

El rubió soltó un suspiro, y rió incrédulo. —Sí, lo sé, hermano.

—Sé que es jodido, pero las cosas mejorarán. Créeme. —dijo, apoyando su mano en el hombro de JJ, dedicándole una cálida sonrisa.

JJ asintió y sonrió levemente. Había escuchado eso más de mil veces los últimos meses, pero nada parecía cambiar para el.

—¿Por qué en vez de estar aquí deprimido, vamos con los demás y disfrutamos del juego? —propuso John.— Estoy seguro que esos kooks pedirán piedad en la cancha.

JJ rió con tan solo imaginarlo. Ver a esos tontos siendo derrotados por su equipo definitivamente le daría las fuerzas necesarias para darle esa maldita caja a Julieta y finalmente dejarla atrás.

—Me muero por ver eso. —admitió el rubio.— ¿Y sabes qué? Que se joda Julieta. Estamos bien sin ella.

—¡Eso! Ese es el JJ que conozco. —sonrió John B, rodeando con su brazo a su amigo.— Ahora agarra esa mochila, y dale esa caja. Sin arrepentimientos.

El rubio asintió varias veces y en ese momento, se llenó de decisión.

El dúo de amigos se levantó y salió rápidamente del bus. Apresurándose para alcanzar a sus amigos en las gradas.

Todavía faltaban alrededor de cinco minutos para que el partido iniciara, por lo que sintieron prisa por llegar a sus asientos. Kie le había dicho a John B que les guardaría unos, pero considerando que la mayor parte de la preparatoria Kook estaba saliendo a la cancha, dudaban que su amiga pudiera conservarle esos puestos por mucho tiempo.

Apresuraron el paso y al salir del establecimiento, se encontraron con la multitud mezclándose en cada rincón. Muchos de los estudiantes llevaban carteles y vestimentas para apoyar a sus equipos. Algunos todavía seguían comprando snacks y otros ya estaban sentados, esperando con ansias a que el juego empezara.

Mientras John B buscaba con su mirada a Pope y Kie, JJ observaba desesperadamente cada lado del lugar, esperando encontrar a aquella pelinegra entre toda esa gente en la cancha.

John B sonrió al divisar a sus dos amigos sentados esperándolos y enseguida agarró del brazo al rubio para llevarlo, pero en cuanto iban a dar un paso para ir, aparecieron frente a ellos unos sonrientes Topper y Kelce, vistiendo con el uniforme de su equipo.

—¡Vaya! Mira, Topper... justo de quienes estábamos hablando. —sonrió Kelce, deteniéndose junto a su amigo frente a John B y JJ.

Su pronta presencia llamó la atención de JJ y al ver a esos dos idiotas frente a él, rodó los ojos.

—¿Qué tal, pogues? ¿Disfrutando su visita? —preguntó divertido Topper, cruzándose de brazos.

—Como no tienes idea. —soltó con sarcasmo, JJ.— ¿Y ustedes? ¿Quieren un autógrafo o algo así? —preguntó con un notable fastidio en su rostro.

Topper y Kelce rieron y empezaron a negar. —¿A poco sabes escribir, Maybank?

John B rodó los ojos y dio un paso adelante, empujando levemente a los dos chicos frente a él. —Ocúpense de sus asuntos, kooks... no nos interesa pelear con ustedes.

—A nosotros tampoco, John B. Con la paliza que le daremos a su equipo será suficiente. —aseguró Kelce, todavía con esa sonrisa egocéntrica en sus labio.

JJ rodó los ojos y rió incrédulo. —Sí, claro... como si unos débiles kooks pudieran ganarle al mejor equipo de la isla.

—Considerando que tenemos al mejor quarterback... sipe, si podemos hacerlo. —continuó Topper.

De pronto, a un lado de ellos Rafe Cameron salió de lo que eran los vestidores mientras rodeaba su brazo en el hombro de una joven con uniforme de porrista, la cual John B y JJ enseguida reconocieron.

Rafe se detuvo junto a sus dos amigos, mirando curioso a los dos chicos frente a ellos.

—John B Routledge y JJ Maybank, ¡wow! Que placer tenerlos por aquí. —empezó a hablar el.

En cuanto el joven mencionó aquellos nombres, la pelinegra que lo acompañaba levantó su mirada inmediatamente, topándose nada más y nada menos que con sus ex mejores amigos.

Tanto el corazón de Julieta como el de JJ y John B se detuvo. Eran ellos. Después de tres largos meses, estaban uno frente al otro.

JJ se quedó completamente paralizado al ver a la pelinegra con el idiota más grande de la isla, y ahora, aquel dolor que anteriormente sentía, se convirtió en completo enojo. Tanto, que hasta sintió su cara empezar arder por la cercanía de uno y el otro.

—Son valientes al venir. Saben que les ganaremos, ¿verdad? —cuestionó el rubio, sin soltar a la muchacha a su lado, quien irradiaba incomodidad en su mirada ante la situación presente.

John B miró de reojo a su mejor amigo y notó su enojo ante la escena. No era nada comprometedor, pero después de tres meses sin ver a Julieta encontrarla acompañada del príncipe kook sin duda estaba rompiendo en mil pedazos a JJ.

Por otro lado, Julieta sentía que en cualquier momento se desmayaría. El pecho le ardía y podía sentir como su corazón estaba a punto de salir de su garganta. Sabía que su anterior grupo de amigos estaría aquí, pero no pensó en topárselos tan pronto.

Parecía que JJ iba a responder las palabras de Rafe, pero el silbato del entrenador llamó la atención del grupo. Los chicos sonrieron al saber que el juego empezaría y empezaron a alejarse de ahí.

—¡Los destrozaremos, pogues! —gritó Kelce, mientras corría a la cancha y Topper lo seguía.

Rafe se despidió de Julieta, depositando un beso en su sien y también se marchó con sus amigos, dejando a la pelinegra sola con JJ y John B.

—Que bajo se puede caer en solo tres meses, ¿no, John B? —preguntó el rubio, mirando incrédulo a la joven.

John B negó, observando con completa decepción a quien hace unos meses, había sido su mejor amiga de toda la vida. Sin más, ambos se marcharon, dejándola sola, todavía sin poder creer lo que acababan de presenciar.

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