Gracias A Mamá

By IveBrooks

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"Mamá quería que dejara de parecer gay y terminó llevándome hasta él" Wang Yibo quiere ser bailarín, su mamá... More

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23 『Final』
24 『Epílogo』

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By IveBrooks

"Hazme tu radio, y enciéndeme cuando te sientas mal."

Su primer beso fue con Xiao Zhan

El pensamiento inundó su mente desde que se besaron unos días antes, por primera vez, Yibo aún no podía creerlo. Se sentía demasiado surreal.

Ninguno era un besador experimentado, fue más experimental, pero estaban bien con eso, tenían mucho tiempo para conocer los labios del otro. Yibo en especial, tenía un deseo reprimido por besar el lunar debajo del labio de Xiao Zhan.

—Te ves muy feliz, —Yubin lo trajo de vuelta al presente, haciendo que dejará de suspirar embelesado— de nada. —le lanzó una botella de agua, atribuyéndose las buenas noticias— ahora concéntrate en la carrera, aposté mucho dinero por ti.

Y por eso es que Yibo no estaba en la habitación de Zhan cumpliendo sus deseos.

Primero debía ganar la carrera, Xiao Zhan le había advertido que si no cumplía con su trabajo primero, no habría ningún otro beso, a pesar de que aceptaba los que él le robaba de manera espontánea.

—¿Y Zhan ge? —preguntó, acomodándose la gorra para que el sol no le diera directo a la cara, Yubin se sentó junto a él, permitiendo que el equipo pasará de aquí para allá arreglando cosas.

—Creo que fue por sus padres o algo así.—dejó salir un bostezo, viendo hacia él con curiosidad—¿Esos guantes son nuevos? —señaló hacia las prendas que Yibo sostenía.

—Me los regaló la señora Xiao, —comentó con felicidad, acercandolos a la altura de Yubin para poder presumir— por mi cumpleaños.

—Incluso te has ganado a la suegra, eres demasiado increíble Wang, —suspiró y Yibo le lanzó una mirada fría— pero en serio necesito que te concentres en esta carrera, ¡es importante!

—Todos dicen eso y nadie explica porque —rodó los ojos, Yubin lo ignoró y siguió hablando.

—Sé que estás enamorado de ZhanZhan y que babeas por él, pero necesito tu cerebro en la pista y no en tus pantalones...—su teléfono sonó y contestó con un poco de duda— ¿Bueno? ¡Ah! ¡Sí! Esperame ahí, voy por ti. ¡Nos vemos Wang! ¡Recuerda mi dinero! —gritó alejándose.

Yibo bufó, a pesar de que ya llevaba unos cuatro años yendo a esa pista, apenas hacía unos meses que había empezado a trabajar como corredor, su primera carrera fue un rotundo éxito convirtiéndolo de un don nadie a uno de los mejores corredores y ganando miles de fans de la noche a la mañana, hecho incomprensible para él, que trataba de mantener un perfil bajo fuera de la pista. Esta sería su décima carrera: si ganaba, competiría en un circuito internacional, si perdía, no viajaría, pero le seguían pagando.

Pero el estaba ahí para ganar, por algo se había esforzado tanto, cayéndose incontables veces para aprender a conducir.

Se puso los guantes mientras pensaba, el peso de la protección ya era algo familiar y el color complementario que cubría los dedos llamó su atención, una sonrisa tiró de sus labios al darse cuenta que la señora Xiao y Zhan pensaban que el verde le quedaba mucho mejor a Yibo que cualquier otro color.

—¿Te han dicho lo guapo que te ves en traje de motociclista? —se sentó en el lugar que Yubin había dejado, Yibo se inclinó hacia él, divertido y le susurró la respuesta.

—Sí, —admitió, Xiao Zhan lo miró con las cejas fruncidas y lo golpeó levemente, recibió el golpe con gusto y se rió antes de defenderse— pero solo acepto coqueteos de mi gege.

—Mhhh — Zhan asintió, satisfecho con la respuesta y tomó la mano enguantada entre las suyas—Con cuidado —pidió.

—Gege, me encanta que te preocupes por mí —puso su cabeza en el hombro de Xiao Zhan— quizá deberíamos huir mientras podamos —bromeó.

—No bromees Wang Yibo, —se quejó— además no podríamos huir porque desde hace rato que todo tu equipo nos está viendo.

Yibo se reclinó, para ver que de hecho, sus amigos y más personas los observaban de manera poco disimulada desde la carpa.

—Quizá podamos huir después de la carrera.

—No lo creo, —Zhan quiso besarlo al verlo hacer una mueca que rayaba en lo infantil, pero se recordó que estaba en público y lo siguió escuchando— tendré suerte si logro escapar de aquí antes de que anochezca —Yibo recordó lo que Yubin había dicho antes y se enderezó—¿Están aquí tus padres?

—No se perderían ninguna de tus carreras —sonrieron.

—Debemos decirles —comentó Yibo, un poco nervioso— de lo nuestro.

—Y exactamente...¿Qué es lo nuestro? —inquirió con diversión, disfrutando del sonrojo en las orejas de su didi.

—Pues...

—¡Wang Yibo! —Wang Han lo llamó desde la carpa y le hizo señas, alrededor de todo el circuito la gente empezaba a sentarse en las gradas, con gritos emocionados y grandes pancartas.

La hora se acercaba demasiado rápido.

—Debes irte —Zhan lo soltó con pesar y Yibo se levantó pero pensó algo de último momento así que se inclinó hasta la altura de Zhan para verlo a los ojos, el chico se inclinó hacia atrás en la silla para dejar un poco de espacio entre ellos.

—Gege, ¿no hay un beso de buena suerte? —ladeó la cabeza, su expresión llena de picardía.

—No lo necesitas— dijo Xiao Zhan a pesar de eso, sin resistir el impulso, terminó dejando un beso rápido en su mejilla, sorprendiendo a su didi que se tambaleó hacia atrás.

No esperaba que lo besaran, Zhan se cubrió los labios para no reír por la cara graciosa que puso Yibo.

—Espera, didi, —lo llamó, Yibo se detuvo, y Zhan se levantó agarrando el protector que estaba ahí aún lado— te ayudarte a ponértelo.

La armdura de protección fue puesta por Zhan, que tardo un poco más mientras lo abrochaba, Yibo dejo de respirar mientras Xiao Zhan subía el cierre y cerró los ojos para no besarlo ahí mismo.

—Listo.

—Ganaré, Ge, por tí —prometió y luego añadió como una ocurrencia tardía—. Sí lo hago...¿serías mi novio?

Xiao Zhan se detuvo, Yibo abrió los ojos para ver a su sorprendido gege reír.

—Sí, claro que sí.

Mientras tanto, Yubin arrastraba a su amiga hasta el palco reservado para los trabajadores del estadio.

—Te lo dije, los mejores asientos. —hizo un ademán en dirección a la pared de vidrio que permitía ver todo el circuito— Yo nunca miento, Xuan Lu.

La chica entrecerró los ojos.

—Ella no vino, no tienes que ser tan espléndido —dijo, refiriéndose a la chica con la que Yibo había tenía la cita tiempo atrás, era amiga de Xuan Lu y gracias a ella pudo invitarla a salir, pero al parecer no estaba interesada pues nunca le respondió los mensajes, ni asistió al estadio cuando las invitó, Yubin no tuvo tiempo para pensar en ello porque la Xuan Lu si iba acompañada.

—Lo sé, lo sé —la tomó de la muñeca para alejarla de la otra chica— ¿Qué hace ella aquí?

—¿Xiang Mei? —LuLu señaló a su amiga con desconcierto y Yubin asintió, esperando una respuesta.— Dijo que conocía a Yibo y tú "novia" —hizo comillas con los dedos para enfatizar— le regaló el boleto que le enviaste.

—¡Pero aquí está Zhan! ¡Y esta chica es con quién Yibo tuvo la "cita" —imito sus comillas.

Entonces Xuan Lu conectó todos los puntos y se golpeó la frente al entender.

—¿Por qué no me dijiste?

—¡No sabía cómo se llamaba!

—¡Mi plan puede ser arruinado por ti!

—¿Qué plan? —detrás de ellos apareció una mujer, la señora los miró entrecerrando los ojos, en su mano un vaso de la mesa de aperitivos. Yubin y Xuan alu sufrieron un sobresalto.

—Señora-a Xiao —ambos sufrieron un tartamudeo al reconocer a la mujer.

—¿Sí? —sonrió con ternura, pero ambos jóvenes sufrieron un escalofrío.

—Usted es muy atento. —Xiang Mei se acercó a ellos, charlando como un hombre, el padre de Xiao Zhan— Yo nunca había venido a una carrera —admitió.

—¿Te interesó al fin? —preguntó el hombre con cortesía, la chica se sonrojo un poco.

—Es solo por...

—Esposo, —la mujer lo interrumpió, y ambos voltearon a verla, ella sonreía abrazando a dos jóvenes en pánico— los amigos de A-Yi y Zhan Zhan igual están aquí.

El hombre iba a saludarlos pero Xiang Mei se apresuró a soltar un chillido emocionado, demasiado emocionado.

—¿Ustedes son los padres de Yibo?, —se inclinó en un saludo— Un gusto conocerlos.

Xuan Lu y Yubin intercambiaron miradas llenas de preocupación por lo que ella podía decir, miraron hacia la chica y negaron con la cabeza frenéticamente, pero ella los ignoró.

—Tú debes ser Xiang Mei —la señora Xiao habló, la chica sonrió tontamente con un sonrojo en sus mejillas.

—¿Yibo les hablo de mi? —preguntó con esperanza.

—No —admitió el señor Xiao con desinterés.

—Pero...

—Creo que hay una confusión, querida, nosotros no somos los padres de A-Yi —explicó la señora Xiao—, somos sus suegros.

Xiang Mei abrió y cerró la boca sin saber que decir, Yubin y Xuan Lu soltaron jadeos sorprendidos. La vergüenza cubrió el rostro de Xiang Mei.

El señor Xios dejó que su esposa se divirtiera y se acercó a la pared de vidrio, recorriendo a la multitud bajo el, por costumbre divisó el espacio que el equipo de Yibo siempre usaba y sonrió al presenciar cómo sus hijos estaban acurrucados contra el otro.

—Los niños se ven muy felices —comentó señalando hacia ellos, su esposa soltó a los jóvenes para ir a su lado y ver la escena.

—Yo-o, mejor me v-oy —Xiang Mei susurró, antes de darse la vuelta y escapar de ahí.

—Umm —la señora Xiao se abrazó a su esposo, viendo cómo Yibo se reclinaba sobre su hijo y una pequeña risa escapó de sus labios— Realmente esperaba verlos así algún día, solo que no sabía que se tardarían tanto.

—Cuatro años no es demasiado, querida, al menos así están seguros de lo que quieren.

La mujer asintió, satisfecha.

—Y ustedes, niños, no deberían de jugar con los sentimientos de los demás —advirtió sin siquiera voltear.

Yubin y Xuan Lu que ya estaban cerca de la puerta, escapando en silencio, se asustaron.

—¡Sí señora! —afirmaron al mismo tiempo.

—Ahora vengan para acá, quiero escuchar bien lo que hicieron.

Los jóvenes tragaron saliva y se acercaron, dispuestos a contar cómo habían traído a Xiao Zhan de la universidad a base de ideas, engaños y celos.

Cuando Xiao Zhan llegó al palco, se encontró con sus padres y amigos charlando animadamente mientras compartían golosinas.

—¿Está todo bien? —preguntó, aunque Joe estaba extrañado, su madre tenía ese don para llevarse con cualquiera.

—Hijo —la mujer lo llamó haciendo un gesto— apresúrate, ya va a empezar la carrera.

—Yo creo que va a ganar A-Yi, —comentó el señor Xiao— se ve que la suerte lo beso, sse ve muy motivado.

Los demás rieron y Zhan no entendió el chiste, pero se avergonzó al recordar que casi besa a Yibo para darle suerte.

Su padre no podía estar refiriéndose a eso...¿o si?

Pero no le prestó demasiada atención, deseoso por ver la carrera y después, por fin formalizar su relación con Yibo.

Había perdido la cuenta de las vueltas, solo podía sentir el motor rugir bajo sus manos, la adrenalina corriendo por su sangre.

Wang Yibo iba segundo lugar en la carrera, pero aún faltaban un par de vueltas para terminar, así que no sé concentró en los demás competidores, sino en lo que tenía enfrente, la pista, el murmullo ahogado de los gritos en las gradas.

El recuerdo de los labios de Xiao Zhan contra su mejilla.

Se acercó demasiado al hombre de amarillo, la curva se acercaba y debía reducir la velocidad, pero en cambia aceleró un poco más, casi derrapando contra el suelo, pedo se sostuvo como ya lo había intentado miles de veces.

Y pasó la curva adelantando a su oponente.

Está era la última vuelta, solo debía pasar por unos kilómetros más y ganaría, quizá cuando saliera victorioso, Zhan lo recibiría con un beso. Pensó en esa posibilidad de salir de ahí como un ganador, con los sentimientos a flor de piel y la emoción desbordando, les diría a los padres de Zhan que amaba a su hijo. Y qué ahora tenía la oportunidad de darle la vida que se merecía, al fin tenía la oportunidad de amarlo.

Sonrió, lo siguiente que supo fue que sufrió un impacto en el costado.

Unos segundos antes, en el palco, el señor Xiao frunció las cejas mientras veía la pantalla, Yibo cruzó al primer lugar, eso ya le aseguraba el puesto de ganador en esa última vuelta. Pero un corredor se acercó demasiado, uno que había seguido a Yibo durante toda la carrera.

—Esto no me gusta, tengo un mal presentimiento.

Al escuchar las palabras de su padre, Zhan dejó de sonreír y miró atentamente la pista.

Un corredor vestido de negro se acercó demasiado a Yibo, chocando contra él y haciendo que ambos salieran de la pista.

Un jadeo colectivo apareció en la multitud.

Pero Xiao Zhan ya no se sentía capaz de pensar.

—¡Yibo! —gritó con preocupación y salió corriendo del lugar.

En la gran pantalla, el corredor de amarillo paso la línea de meta.

Yibo se levantó de la hierba, con enojo, se quitó el casco para poder respirar y pateó la motocicleta tirada a su lado. El corredor de negro estaba lejos de él, aún tirado en el suelo.

Se llevó las manos al rostro con frustración. Soportando las ganas de gritar y patear al otro hombre.

Hubo el sonido de un cañón, anunciando al ganador, pero lo ignoro incapaz de armar dos pensamientos seguidos en su cabeza. Estaba demasiado frustrado, enojado.

Los paramédicos no tardaron en llegar, alejándolo de ahí y haciéndole preguntas incomprensibles.

Alguien le quitó el protector de plástico roto, le revisaron las manos heridas y buscaron más lastimada.

Yibo fue poco consciente de esto, hasta que pasaron al otro corredor en una camilla a su lado, el hombre parecía moribundo, a pesar de que solo había caído a un lado de su moto.

Se enfureció, alejó a los enfermeros y pateó una de las sillas, todos a su alrededor se callaron, viéndolo expresar su frustración. Golpeó la pared a puño limpio, manchando de sangre los vendajes blancos que apenas habían sido colocados.

Entonces ocultó su rostro entre sus brazos.

Quería llorar.

Xiao Zhan llegó hasta él, abrazándolo por los hombros.

—Esta bien, didi —trato de calmarlo.

El familiar aroma que le traía paz nublo su mente.

Yibo no se sentía el mismo y de nuevo, en los brazos de Zhan se sintió poco capaz de merecer su amor.

—Lo arreglaremos —paso una mano por si cabello, y Yibo se permitió llorar en el hombro de Zhan.

Los demás desviaron la mirada, dejándolos en su momento íntimo.

—No puedo, Zhan —admitió en un murmullo bajo.

No solo era perder la carrera, era el sentimiento de frustración, el mismo que había tenido durante años viviendo en casa de sus padres. Un sentimiento que trataba de enterrar lo más posible.

No podía ganar.

No podía enfrentar a sus padres.

No podía gritar lo mucho que amaba a Xiao Zhan.

Por más que lo intentara, sus esfuerzos siempre eran inútiles.

—Han anunciado al ganador, —Yubin entró a la estancia con mucha decepción en su tono— tomarán esto como un accidente.

La queja de todo el equipo se escuchó.

Yibo apretó los puños, pero Zhan metió sus manos entre ellas.

—Didi, —lo llamó para centrar toda su atención en él— para mí eres el ganador, para mí siempre serás el mejor y si esa gente ridícula no quiere aceptarlo, está bien para nosotros, ellos se darán cuenta del error que cometen.

Yibo no hablo, Xiao Zhan lo conocía demasiado bien, sabía lo que sentía y sabía cómo calmarlo, por él Yibo siempre trataba de ser mejor, era el turno de Zhan de ser el mejor para su didi u eso significaba, darle todo el apoyo que Yibo fingía no necesitar.

—Te amo, Wang Yibo —lo tomó de las mejillas para que lo viera a los ojos, sin importarle si los escuchaban o no — así seas un ganador o un perdedor, tú no te rindes, es tu mayor cualidad. Así que salgamos de esto, juntos, como los novios que somos.

Yibo respiró con dificultad, sintiendo picazón en sus ojos y asintió con lentitud, arrastró a Zhan a un abrazo, lleno de dolor, frustración y con sabor a esperanza.

Menos de una hora después, Yibo agradeció a todos su fans por su apoyo y preocupación con un orgulloso Xiao Zhan a su lado. 

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