Capítulo dedicado a:
agos_gilmore
Y
Lay_So
Hay pocas cosas que aprecie tanto como saber de ustedes, mis lectores, saber que están aquí, pendientes. Sus comentarios me alegran el día y estas dos personitas de acá arriba siempre llegan de primeras a comentar. Les amo, a todes.
Remus acertó el golpe en la nariz del viejo mago de barba blanca, logrando que la sangre se deslizara por sus fosas nasales manchando su barbilla de rojo.
-Ahora me siento mejor —le respondió a Dumbledore que le veía estupefacto después del puñetazo que le había propinado en cuanto se vieron.
Y es que Trouble, durante el desayuno les había contada las últimas noticias: a los estudiantes de Hogwarts les robaron sus recuerdos, por lo menos todos aquellos relacionados a la batalla de Trouble.
Adicional a eso, debieron escabullirse, aún furiosos y algo dolidos por la decisión del director, para que ninguno de los demás escolares les viese. En lo que a los otros estudiantes consernía, Trouble se había ido a visitar a una tía y los merodeadores habían ido a casa por problemas familiares.
No se despidieron de nadie, no podían. No hablarían con sus padres, no hablarían con el ministerio. No dirían nada a nadie si Dumbledore no lo ordenaba.
Sus amigos lo veían orgulloso con ojos de búho sorprendidos, la sonrisa de Trouble le lleno de valentía para mirar con desprecio a quien en algún momento considero su profesor favorito. Rápidamente saltaron el drama para dar las indicaciones necesarias.
Irían a una casa perteneciente a la orden, donde en teoría y citando las palabras de Dumbledore "los entrenarían en el arte de la muerte". El título les provocó un escalofrío.
Armaron sus maletas a prisa, siendo esperados por Trouble y el director bajo una atenta mirada. El ambiente estaba tenso, pesado. En un intento de aligerarlo Trouble bromeaba constantemente sobre los boxers de patitos de James.
-Vengan Jamsie —lo perseguía por la habitación con la ropa interior en mano— di Cuak Cuak.
Se aparecieron, era una casa mediana, de piedra, con la clase de aspecto que la hace ver costosa y antigua. Trouble parecía familiarizada con ella y entro de inmediato. Dumbledore se despidió en la puerta y, por lo que ellos supusieron, volvió a Hogwarts.
Sirius siguió de inmediato a la muchacha, importándole poco el interior de la vivienda.
-¿Cual es el plan? ¿Cuando atacamos? ¿Donde? —pregunto insistentemente.
-No hay plan, no lo haremos, en ningún sitio por el momento. Por lo menos no ustedes.
La mandíbula se le cayó a los pies a James.
-Entonces que mierda ¿Para que vinimos si podíamos salir de Hogwarts cuando nos necesitacen?
-Porque, hermanito, primero que todo los mortifagos ya deben saber de mi afecto hacia ustedes luego de que casi te dejas sacrificar por mi. Segundo aún tienen mucho que aprender si no quieren morir en batalla y, por último, no confío en mi padre cerca de ustedes.
Ellos asintieron conformes entre ellos en un gesto que resultaba hasta cómico.
Sonrieron los unos a los otros tomando de repente conciencia de que pasarían bastante tiempo juntos desde ahora, viviendo bajo el mismo techo.
Más tiempo incluso desde que se conocieron en Septiembre. En un mes llegaría a primavera.
Trouble retomo el mando de la conversación proclamando las reglas de la casa en lo que les daba el recorrido por la misma.
Primero: No interrumpirá o arruinaran una misión a propósito.
La sala parecía cómoda, con una gran alfombra y sillones marrones.
Segundo: No entrarán a los cuartos de los demás sin su consentimiento.
El pasillo estaba lleno de lo que parecían rasguños.
Tercero: No hablarán de la Orden con nadie a menos que estén seguros que formé parte.
La cocina era increíblemente espaciosa.
Cuarto: No tocaran nada que pueda ser importante estratégicamente para la Orden.
Pasaron por habitaciones que Trouble nombraba como "cuarto de estrategias" o "hechizos prueba"
Quinta: No mezclaran la orden con la Orden.
Y eso último los confundió en lo que ella les señalaba su habitación.
-Eso no tiene ningún sentido —replico Remus— dijiste la orden dos veces.
Ella sonrió dulce.
-Somos un gran grupo de personas bajo un mismo techo, es entendible que surjan lazos, que nos queramos o nos odiemos. A Veces que nos sintamos en familia. Pero la orden, su gente, no es tan importante como la Orden, la institución. Buscamos la prioridad del mundo mágico y debemos entender que perderemos a algunos de nosotros. La orden no es tan importante como la Orden.
El silencio fue sepulcral.
-Profundo —solto Peter sin pensarlo mucho y las carcajadas estallaron.
Trouble les propuso cocinar la cena en lo que ellos desempacaban y se preparaban mentalmente para todo lo que conllevaría el día de mañana.
-No es facil —dijo Remus en cuanto entraron a la habitación— vamos a matar, no hay opción. Lo saben ¿Verdad? No seremos los mismos después de esto.
-Lo se lunático —repsondio Sirius tratando de tranquilizarlo— pero creo que lo vale.
Se guardo el "ella lo vale" para si mismo.
Era tan extraño, sin duda no deseaban una mala vida, pero nunca imaginaron que en medio de una guerra bajarían a la cocina para encontrar a su amiga concentrada en lo que les cocinaba la cena.
Era demaciado hogareño para el aroma a muerte y peligro que acarreaban los acontecimientos. Daba miedo.
Se sentaron el los sofás a comer en lo que la música llenaba el mutismo de los amigos. Algo estaba mal, algo simplemente se sentía mal.
Luego, todo tuvo sentido.
Afuera se escuchó un ruido, Trouble les ordenó agacharse, llamo su varita de manera insonora y apunto a la puerta con la espalda recta y el cuchillo de la cocina en mano.
Llevaba pantuflas de conejo, y ese simple hecho casi hace reír a Sirius que vernos su cuerpo sobre la alfombra.
La puerta era aporreada hasta casi ser derribada. Una voz grabé se alzó detrás.
-Señorita Boredieng, Lucius Malfoy no está en Hogwarts.
Era Alastor Moody del otro lado. Trouble quito el hechizo que protegía la entrada y abrió de para en par la puerta.
-¿Que estás diciendo Moody?
El hombre con el ojo de vidrio bajo la mirada.
-Su padre ordena que vaya tras el inmediatamente y lo encarcele.
-¿Dónde?
El espero unos segundos.
-Ya sabe dónde.
Trouble giro la mirada a sus amigos. James corrió tras ella, Remus pretendía agarrarla, Peter la abrazaría del cuello pidiéndole que se quedará y Sirius cubriría la puerta.
Pero ella debía ir, ellos lo sabían.
-Si vuelvo y les falta un solo cabello te juro que yo misma te arranco el otro ojo.
El hombre de casi dos metros trago duro.
-Si señorita.
-No tardaré —les dijo.
Ella les sonrió de nuevo antes de salir por la puerta y fue entonces cuando la realidad le golpeó la cabeza a Sirius.
Miro a sus amigos con ojos que intentaba ocultar su preocupación, rojos y húmedos. Una sonrisa amarga en los labios.
Se lanzó al sofá, derrotado.
-Ahora ya nunca sabremos si eso será lo último que le escucharemos decir.
Se habían quedado sin apetito, o sueño, o esperanza.
hola mis amados lectores
¿que les pareció el capítulo de hoy? ¿que creen que vendrá? ¿alguna idea para los siguientes capítulos? ¿algún pedido especial?
~pregunta del capítulo: ¿Frases icónicas de Peter Petigrew?~
espero sus respuestas 😉
Les pido voten,comenten,siganme en mi perfil. no me molesta,me alienta a seguir escribiendo.
Gracias,los quiero.
psdt:si hay faltas ortográficas díganme por favor.
besos gabriela black.