"Yo soy la Sra. Malfoy y este...

By KorolineOsorio

234K 11.6K 4.5K

Hermione Granger tiene una gran pelea con sus dos mejores amigos después de terminar Hogwarts y decide partir... More

Capítulo dos: El escorpión, su brilante corazón y el cazador de estrellas.
Capítulo tres: El reflejo de la abuela Malfoy y el gran brillo del dragón.
Capítulo cuatro: La veracidad del matrimonio Potter
Capítulo cinco: Dilemas Y Accidentes.
Capítulo seis: Sorpresas y Conspiraciones
Capítulo siete: Tratos y disputas
Capítulo ocho: Batalla Campal en Hogwarts
Capítulo nueve: La inevitable verdad de ver.
Capítulo diez: Ayudando a un amigo.
Capítulo once: No más Weasley, por favor.
Capitulo doce: El cisne de la luna y el hydra dorado.
Capítulo trece: Mini Weasel y Weasellette Jr.
Capítulo Catorce: Perdedor
Capítulo quince: Cambio de rumbo
Capítulo dieciséis: Potter y Granger vs Weasley.
Capítulo Diecisiete: ¿Creíste que tú serías una pobre víctima?
Capítulo Dieciocho: Triunfo
Capítulo Diecinueve: Los últimos Malfoy
Capítulo veinte: Dejando el temor, trayendo una nueva paz

Capítulo uno: Nuevo comienzo, nuevo yo.

20.7K 825 385
By KorolineOsorio

Hola, está vez traigo este proyecto en mente. Se traga de un fic, que aproximadamente estará conformado por 5 capítulos.

Cada semana trataré de subir la continuación del siguiente. Espero y les guste. Los leo en comentarios :3


"Yo soy la Sra. Malfoy, y este es mi legado"

Capítulo uno: Nuevo comienzo, nuevo yo.


Londres, Gran Bretaña
Año 1999
La madriguera

En el cálido y peculiar hogar de los Weasley, en una de las pequeñas habitaciones se encontraba una pareja de jóvenes discutiendo. El pelirrojo, conocido como Ronald Weasley a simple vista se notaba desesperado. Por su parte, la otra interlocutora se encontraba sumamente tranquila y serena. Quería que el chico pecoso entendiera que debía irse para poder recomponerse de aquella guerra que habían vivido, además que era una gran oportunidad para ella de estudiar leyes mágicas en una universidad de prestigio mágica. Era un honor ser becada por el ministerio de Londres para que se superara con creces.

— Pero, Hermione. ¡No puedes hacer eso! Aquí mismo puedes seguir estudiando, ¿Por qué irte a otro país? No tiene sentido. — Expresó el pelirrojo de forma desesperada.

— Es una gran oportunidad para mi Ron. — Respondió con seriedad la chica dorada. — Además, necesito alejarme de Gran Bretaña un tiempo. Necesito pensar. — añadió con suavidad Hermione Granger regalándole una mirada tranquilizadora al chico que tenía enfrente.

— ¡Tonterías! Todo lo que necesitas puede estar aquí sin necesidad de irte a Francia. — Respondió con terquedad el Weasley menor.

La chica le miró sorprendida.

— ¿Ni siquiera entiendes que me voy por mi propio bien? — Cuestionó sorprendida y un poco molesta la de cabellera rizada.

— ¿Y qué hay de mi? ¿No sé supone que nosotros éramos "algo"? — Gritó Ron molesto. — Así no debería comportarse una novia. Que estupidez abandonar a su novio cuando más lo necesita.

— Ronald, no se de donde sacaste que nosotros éramos pareja. Habíamos acordado que lo que sucedió en la cámara de los secretos fue un error. — Contestó mortalmente sería.

— Se que podemos ser felices, solo estas confundida. — Debatió el pelirrojo cruzándose de brazos. Hermione suspiró con cansancio, tratando de tranquilizarse.

— Yo no te veo como algo más que un amigo, eres como mi hermano. — Dijo con voz suave la castaña, mientras ponía su mano en el hombro del chico.

— ¡Bien! ¡Si tanto te interesan tus estudios, como para ser una egoísta de mierda, puedes lárgate de aquí! — Gritó indignado Weasley empujando a la castaña a la salida de la habitación.

— ¿Acaso te estás escuchando? ¡Ronald, pensé que entenderías! Yo también necesito sanar… — Cuestionó hermione incrédula y dolida ante lo que se presentaba ante ojos, ella en este punto ya se encontraba fuera de la habitación. Él dentro en el límite de la puerta.

— Ya no eres bienvenida aquí, oportunista egoísta. Debí haberlo esperado, después de todo eres una Sangre sucia que no encaja en ningún lugar.  — Respondió mortalmente serio Ronald, para después lanzarle una mirada fulminante y a continuación proceder a  cerrar la puerta de un portazo frente a la cara de la castaña.

Hermione Granger se quedó confundida y aún más dolida por la reacción del que consideraba uno de sus mejores amigos. En verdad en ese momento quería soltarse a llorar, pero debía ser fuerte. Después de todo ella no había tenido la culpa del resultado de aquella plática. Ronald fue el que terminó insultando sin razón. 

Sabía que había sido dura con él, pero de alguna manera el pelirrojo debía entender que nada podría pasar entre ellos. Ella no le correspondía su sentimiento de amor. Solo podía verlo como un hermano que nunca tuvo. Reteniendo lágrimas en los ojos Hermione se giró para ir a su habitación por sus pertenencias, pero se topó con la sorpresa de que Harry Potter se encontraba detrás suyo.

— ¿En serio Mione? Te irás cuando más te necesito. — Dijo Harry de forma lastimera y decepcionada.

— Estás equivocado Harry. Esta vez yo no puedo hacerme cargo, yo debo sanar mis propias heridas antes de sanar la de otros. — Respondió triste la castaña.

— Pero tú y Ron están hechos el uno por el otro. Así es como debía ser. — Cuestionó el pelinegro de forma insistente.

— Basta Harry. No porque todos hayan pensado que terminaríamos juntos, así deban ser las cosas. Yo no amo a Ronald, también métetelo en la cabeza. — Respondió ofendida la chica de oro.

— Él te necesita Hermione. Perdió a Fred. Ginny también. Yo perdí mucha gente que me importa también. ¿En serio no puedes dejar tus intereses de lado solo un momento por tus amigos? — Contestó decepcionado el niño que vivió.

— ¡Y yo perdí a mis padres! ¡Las personas que más he amado en la vida! — Gritó encolerizada la castaña explotando por fin, dejando salir aquellas emociones que le estaban sobrepasando. — ¿Por qué me consideran ustedes dos una egoísta por pensar por primera vez en mi bienestar? Todos los años, desde que les conozco no he hecho otra cosa más que velar por su bienestar y la del mundo mágico. Creo que merezco un descanso de todos para poder encontrar mi camino.

Harry le miró sorprendido sin hablar. Después de un momento, carraspeó para poder responder.

— Tu eres más fuerte que nosotros. — Dijo con simpleza el niño de ojos esmeraldas.

— Eso no es una razón válida, también tengo sentimientos. Pensé que tú más que nadie lo entendería, Harry. — Contestó decepcionada la castaña.

— Es que no puedo admitir que mi amiga esté actuando de esta manera tan desinteresada. — Respondió un poco molesto el pelinegro.

— Un buen amigo me hubiera comprendido. — añadió Hermione con esperanza de que el chico de lentes recapacitara.

— Bien lo has dicho. "Un buen amigo". Supongo que debemos tomarnos un tiempo. — Dijo triste Harry Potter.

— ¿Estás queriendo decir que debemos dejar de ser amigos? — Preguntó Hermione anonadada.

— Si. Al menos hasta que todos volvamos a estar bien. — Contestó con seguridad el niño que vivió.

— Harry, acompáñame a Francia. Vayamos a tomar otro aire, olvidemos un momento la guerra que vivamos. — le rogó Granger.

— No Hermione, debo quedarme con Ron y Ginny. Si debo elegir a alguno de ustedes, los escojo a ellos. Lo siento mucho, pero yo no caeré en tu egoísmo.— Dijo Harry Potter con seriedad.

En ese momento Hermione sintió que su corazón se rompió. No podía aceptar que el niño que vivió cambiará su amistad y compañía por tantos años. Ella siempre había sido fiel y condicional. Jamás había dudado de él y así se lo pagaba. Trató la castaña de mantener la compostura y no derrumbarse a llorar frente a él. No les daría la satisfacción de ver cuánto la habían dañado.

— ¿Sabes? No estoy sorprendida. Sabía que si algún día tenías que escoger entre Ron o yo, lo elegirías a él. — Dijo Hermione muy seria sin demostrar que la había lastimado.

— Él fue quien me ayudó a poder encajar en el mundo mágico, Hermione. — Se excusó un poco avergonzado el pelinegro.

— Claro, después de todo es comprensible. Él es sangre pura, además estás en una relación con su hermana. Yo solo fui la hija de muggles que te ayudo en el transcurso de hogwarts para que te graduaras, aquella que te ayudo a resolver tus problemas y a ganar la guerra contra Voldemort. — Respondió con frialdad la castaña, pero sin dejar de sonreír de lado.

— No, lo que pasa es que...— Estaba a punto de excusarse de nuevo, pero la chica no le dejó.

— Déjalo, Harry. Fue bueno mientras duró. — Contestó duramente la castaña mientras se alejaba del pelinegro.

Rápidamente con un movimiento de varita invocó todas sus pertenencias ya previamente empacadas, y salió de la Madriguera con el corazón roto. Rumbo a su nuevo destino y vida. Se juró que sería una nueva Hermione a partir de ese momento. Una mejor de lo que era ahora. Con determinación se limpió unas cuantas lágrimas traicioneras que salieron de sus ojos sin su consentimiento.

— No voy a dejar que esto me afecte, saldré adelante. Con ellos o sin ellos. — Pensó con fiereza y orgullo la chica desapareciendo del lugar.

Ron y Harry le vieron marchar asomados por la ventana del cuarto del pelirrojo molestos e indignados.

— Ya volverá a pedirnos perdón, ya lo verás. — Dijo Ron con seguridad.

— No estoy muy seguro de eso Ron. — Contestó con melancolía Harry, sintiendo que la castaña había cometido un gran error.


París, Francia.
Año 1999
Campus universitario "Magia"

Después de la discusión que tuvo Hermione Granger con sus ex amigos se dirigió a Francia. Cuando llegó todo fue un caos dentro suyo. Habían ocasiones en las que consideraba que se había equivocado al decidir sobre su futuro, pero después reflexionaba sobre el comportamiento que habían tenido sus amigos con ella y aquel arrepentimiento se esfumaba tan rápido como había venido.

Se supone que los amigos estaban para apoyarse, a pesar de que consideraran que estabas tomando alguna mala decisión. Los suyos solo se limitaron a cuestionar su buen juicio y a denigrar su dolor.  Ella también era un ser humano con sentimientos y necesidades.

Cuando empezó la universidad, un día en los alrededores del campus, se encontró con la persona menos esperada.

— Hermione Granger, ¿Quién diría que la chica dorada estuviera en Francia? — Dijo un chico rubio apuesto, regalandole una sonrisa torcida que hubiera escandalizado a cualquier chica.

— ¿Malfoy? ¿Qué haces aquí? — Preguntó sorprendida la mencionada.

— Debería hacerte la misma pregunta, pero como soy un caballero responderé primero a la tuya. —  contestó solemne el chico. — Estoy estudiando aquí la universidad para ser pocionista. — Añadió en un tono más tranquilo y relajado.

Hermione se quedó muda. ¿Acaso Draco estaba actuando amable con ella?. El último año de hogwarts habían decidido actuar con cordialidad entre ellos debido a sus cargos como premios anuales, pero la interacción que estaban teniendo en ese momento no iba más allá de un simple trato entre conocidos. Aquel rubio estaba actuando muy amable y simpático con ella, muy diferente al chico callado y serio con el que trato en el pasado, mucho menos se parecía a aquel chiquillo malcriado purista de la sangre.

— La guerra cambia a las personas. — Pensó sabiamente la de cabellera rizada.

— Oye, ¿Te encuentras bien, Granger? — Preguntó dubitativo Draco enarcando una de sus cejas. Tenía dudas sobre el estado de la chica dorada que se había quedado casi catatónica. Ante la pregunta la joven dió un pequeño saltito reaccionando por fin.

— Discúlpame Malfoy, solo que es una gran sorpresa verte aquí. — Explicó un poco apenada. — Yo vine a estudiar leyes mágicas. — Añadió ya con normalidad la rizada.

— Debo admitir que me es grato poder encontrarte aquí. — Admitió con sinceridad Draco mirando a Granger con intensidad. A Hermione le parecieron unos ojos muy hermosos y brillantes, aunque no sabía que querían reflejar. Era todo un misterio.

Ante la mirada insistente, Hermione se ruborizo levemente cohibida. El rubio pareció darse cuenta y decidió aligerar el ambiente.

— Me refiero a que de todas las personas que conozco en Londres, es muy confortable encontrarte a ti. Ya sabes, te prefiero a ti en lugar de Potter, Weasylette o Weasel… — Corrigió el rubio platinado tratando de restarle importancia al asunto mientras se encogía de hombros.

La chica dorada al escuchar la mención de sus antiguos amigos, compuso una discreta mueca fruncida, gesto que fue percibido de inmediato por su acompañante.

— No se te ve para nada contenta ante la mención de tus amigos. — Dijo Draco con curiosidad mientras se tomaba el mentón pensativo, analizando a la castaña.

— Las cosas con ellos han sido complicadas. — Contestó cortante la leona.

El ex príncipe de slytherin trató de resistirse a sonreír triunfante, la vida últimamente le había empezado a sonreír. En hogwarts siempre había tenido una especie de atracción, y enamoramiento secreto y platónico por la mejor bruja de su generación. Desde luego, debido a todas las diferencias que existían en ese momento gracias a los estatus de sangre nunca pudo entablar una amistad con ella y su relación se limitaba a los insultos y malos tratos.

Lamentablemente para Draco era la única forma en que podía llamar la atención de aquella joven valerosa que le hacía frente a un cretino como él. Eso le gustó siempre de ella, que no se dejaba pisotear por nadie, ni siquiera por sus amigos. Cuando fue su último año de Hogwarts intentó llevarse bien con ella, más nunca quiso intentar algo más haya de ser simples conocidos, ya que Potty y Weasel siempre supondrían un obstáculo para que él se acercará más a la princesa de gryffindor. Ni en sus más locos sueños, los leones dejarían que un ex mortifigo se acercará a su "preciada amiga" o debería decir ¿Su ingenua y manipulable amiga?.

Cuan prendado estaba de aquella joven, que al momento de verla caminando en el campus de la universidad casi provoca que salga corriendo en dirección a ella como un chiquillo.

Ahora preguntar porque se encontraba ella sola en París era una forma de averiguar si aún tenía contacto con ellos. Debía admitir que estaba sorprendido de encontrarse con ella. ¿Sería que habían peleado ella y sus patéticos amigos?. La cara que compuso la castaña le daba esperanzas. Aunque, él en algún momento se dio cuenta que la amistad que tenía el trío de oro no duraría para siempre, no necesitaba ser un adivino para predecirlo.

— Por la cara que has hecho debe de tratarse de un asunto muy serio. — Contestó con comprensión el sangre pura. — ¿Te apetece que vayamos a tomar un café mientras me cuentas? Conozco una cafetería excelente a la vuelta de la esquina. — Invitó caballerosamente el rubio mostrando confianza y serenidad, más no sentía ninguna de esas sensaciones, ya que invitar a Hermione Granger era más complicado de lo que parecía.

¿Y si lo rechazaba?. Sabía que en el pasado había sido un completo idiota, pero ¿Acaso no merecía una segunda oportunidad?

— No lo sé Malfoy … — Contestó dudosa Hermione mientras se sobaba el cuello con nerviosismo con ayuda de su mano, sopesando la posibilidad de aceptar aquella invitación tan intrigante e inesperada, pero que al mismo tiempo le agradaba de alguna forma.

Debía admitir que tenía miedo de compartir con el rubio que tenía enfrente. Vale, entendía que había cambiado estos dos últimos años completamente su actitud y había dejado de ser un niño caprichoso e idiota purista, pero ¿Qué tal si estaba fingiendo?. Muy en el fondo, Hermione siempre supo que la actitud de  Malfoy en Hogwarts siempre se debió a la influencia e ideas equivocadas de sus padres. Quizás si desde un principio él hubiera sido criado bajo otros conceptos, ellos dos ya serían los mejores amigos. Incluso se atrevía a pensar la castaña que algo mucho más profundo, pues debía admitir que siempre había sentido una atracción muy fuerte por su enemigo rubio.

Era guapo, astuto, elegante y lo más importante, Inteligente. Lo suficiente como para hacerla perder los estribos. Nunca quiso darle rienda suelta a sus sentimientos, ya que sabía que el estatus de sangre haría imposible su relación. Ahora que toda la mierda de Voldemort había terminado quizás habría esperanza de empezar una muy buena amistad con el chico Malfoy, y si Merlin quería algo más. De todos modos, ya no tenía a esos amigos tan "fieles" que le impidieran conocer al chico slytherin.

Después de que Hermione meditó su respuesta unos segundos (para tormento de Draco), dejó su faceta de lado y sonrió cálida y amablemente.

— Me encantaría, Malfoy. — Contestó Hermione contenta y sonriendo tímidamente.

Draco al escuchar su respuesta quería ponerse a correr y gritar como un loco. ¡Ella había aceptado!. Ahora solo el rubio debía disimular su felicidad y emoción para no asustar a la chica, aunque sus ojos grises y chispeantes como tormenta le delataban.

— Claro que estarías encantada. — Respondió arrogante el rubio, pero sin ser grosero, mientras le regalaba una sonrisa ladeada.

— Había olvidado que podías ser muy "Malfoy". — Rió divertida Hermione. Al rubio aquel sonido de campanilla le sonó a gloria.

— Tu bien lo has dicho, es el estilo de los Malfoy. — Dijo orgulloso mientras le tendía su brazo a la joven castaña para que lo tomará mientras caminaban a la cafetería.

A Granger le pareció un detalle muy caballeroso, aunque comprensible. Después de todo, Malfoy había sido criado bajo los preceptos de familias sangre pura aristócratas.

Caminaron aproximadamente unos 10 minutos en aparente calma. Ninguno de los dos se atrevía a romper el silencio, aunque sonara extraño se encontraban muy agusto en compañía del otro. No había necesidad de articular palabra alguna.

Llegaron a una mediana cafetería que se veía muy acogedora. Decidieron sentarse en la terraza, ya que hacía un clima excelente.
.
— Ahora cuéntame Granger. ¿Qué te hicieron los ineptos de tus amigos?. — preguntó Draco con curiosidad. Hermione detuvo su intento de tomar pacíficamente su café.

— Tuvimos una gran pelea antes de que yo partiera de Londres. La razón fue absurda, ellos querían que me quedara  para ayudarles a superar su dolor por la guerra. — Contestó un poco abatida la chica de cabellera rizada. — Me dijeron que no era una prioridad estudiar por el momento y más cuando tus amigos te necesitan, pero eso no fue lo peor… — Draco Malfoy guardó silencio, respetando la respuesta de la chica.  — Ellos me acusaron de ser una persona egoísta por ver por mi. Yo lo único que quería era poder sanar en otro lugar. Ya sabes, quería alejarme de la zona de guerra, olvidarme un rato de Londres. Quería tiempo para mí, para poder aprender a estar sin mis padres. No pudieron comprender que ya no era la misma. — Explicó mirando triste al rubio que tenía enfrente. No le costaba nada abrirse con él, al parecer era algo natural entre los dos ser francos.

— En resumen, el par de trolls literalmente te trataron de la peor forma por pensar por primera vez en tu bienestar. Por ser una nueva persona. — Agregó Draco con seriedad mortal, sin dejar salir ninguna emoción.

Conocía a la perfección lo que había sucedido con los Señores Granger. Había tenido conocimiento del asesinato de los padres muggles de la bruja, más lamentablemente en su tiempo no pudo hacer nada para evitarlo.

— En efecto. Sé que tomé la decisión correcta, pero en ocasiones no puedo evitar cuestionarme si hice bien en dejarlos de lado, consumidos en su dolor. — Dijo la chica rizada mientras dejaba salir un suspiro melancólico. Draco respiró profundamente y se contuvo de soltar una palabrota.

Quería moler a ese par de idiotas a maldiciones. ¿Cómo se habían atrevido a tratar así a la chica? ¿No sé supone que ella puso en peligro su vida varias ocasiones para salvar la de Potty y Weasel? Vaya amigos eran ese par de Gryffindor. De milagro no se mordieron su lengua al decir que Granger era egoísta. Nada más alejado de la realidad, ya que aquella castaña era la humildad y solidaridad en persona. No había persona más caritativa que aquella hija de muggles.

Ese par de "amigos" suyos, le habían pagado con la peor de las monedas, haciéndola sentir insegura y perdida. Por Merlin, él no iba a permitir que la chica dorada dejara de brillar.

— Dime una cosa Granger, ¿Acaso eres psicóloga mágica? — Preguntó sarcásticamente Draco sorprendiendo así a la mencionada que le dedicó una mirada desconcertada.

— No, obvio que no. — Contestó insegura la joven hija de muggles que parpadeaba muy rápido debido a su confusión.

— Entonces no tienes que sentirte culpable por no haberte quedado a lidiar con los problemas de aquellos dos inútiles. — Explicó con seguridad Draco. — Por primera vez has pensado en ti, y eso está bien porque es algo de admirar. Uno debe sanar primero sus heridas antes de intentar sanar la de otros. Si te hubieras quedado las cosas hubieran ido peor, te lo aseguro.

— ¿Tu lo crees así ? — Preguntó intrigada la leona rizada.

— Claro, yo al igual que tú intento lidiar con mis demonios. — Dijo el rubio, tocándose inconsciente su antebrazo izquierdo, aquel donde reposaba la marca tenebrosa escondida bajo la camisa del chico. — Estás mejor sin ellos, creeme. Así no tendrás que arrastrar a ese par que no son más que peso muerto, después de todo te han demostrado que no son personas de confiar. ¡Ni siquiera en slytherin hacemos eso! La traición entre los tuyos es inaceptable. — explicó sin dejar de sonar seguro el chico de ojos plata. A oídos de Hermione su tono de voz se escuchaba muy seductor y varonil, lejos de ser intimidante.

— Te concedo la razón Malfoy. Mi padre decía mucho una frase, "Cuando ciertas personas se alejan de tu vida, es porque ya no tienen cabida en ella porque llegarán mejores. " — Dijo entusiasta Hermione sonriendo más calmada.

— Pues déjame decirte que tú padre era un señor muy sabio. — Concedió el rubio, para después mirar intensamente a la castaña. — Hola, soy Draco Malfoy. La persona que espera ser aquel ser que ha llegado para mejor en tu vida. — Le dijo con gran sinceridad y sin despegar la mirada de los ojos castaños de la bruja. Extendió su mano hacia ella.

Hermione sonrió complacida ante el gesto de la mano. Rápidamente correspondió al saludo estrechando su mano en un fuerte apretón.

— Soy Hermione Granger, es un placer entrar a tu vida, Draco.  — Contestó con la misma sinceridad la castaña sonriendo contenta, sin romper la conexión entre los ojos grises y castaños.

Los dos estaban complacidos, sabían que a partir de ese día las cosas ya no serían igual. Serían para mejor, porque habían encontrado amistad y compañerismo en el otro. Y lo más importante, comprensión. No había más diferencias, no más estatus de sangre ni prejuicios de casas. Solo dos seres humanos tan extraordinarios individualmente y una bomba juntos.  Ese día nació un nuevo futuro prometedor.

Continue Reading

You'll Also Like

285K 8.1K 90
♡One Shots ♡Traducciones ♡Dejare el autor en cada capitulo ♡Recuerda votar Alerta de Spoilers
68.5K 3.7K 42
Violeta Hódar 23 años (Granada, Motril), es una estudiante en último curso de periodismo en Barcelona. Esta se ve envuelta en una encrucijada cuando...
146K 12.2K 49
Mia es una alumna con notas obresalientes quien además es la mejor amiga de Itadori Yuji, el menor de los gemelos más polémicos en toda la escuela. ...
597K 42K 76
Lara pensaba que Toni era el amor de su vida, pero dejó de serlo hace mucho, después del primer golpe que recibió por su parte cuando estaba embaraza...