Cuando te vea otra vez | Geny...

By mandarinasgod

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Tras una de tus tantas misiones como cazadora te vuelves compañera de Genya shinazugawa. Un chico extraño, lo... More

1 - Inició.
2 - misión.
3 - Finca mariposa.
4 - Pueblo.
4 - [ Genya perspectiva]
5 - Cartas.
6 - Kamaboko squad.
7 - Sueños.
8 - Abrazó.
9 - Lágrimas.
10 - Pelea inesperada.
11 - Esperanza para la victoria.
Especial cumpleaños de Genya
12 - Pequeña charla.
13 - Gran promesa.
14 - Una no tan buena presentación.
15 - Cielo nocturno.
16 - Un vivo recuerdo.
Especial UA moderno [1/3]
Especial UA moderno [2/3]
Especial UA moderno [3/3]
17 - Entrenamiento de Uzui.
18 - Sake.
19 - "¿Quien te gusta?"
20 - ¡otra vez en la finca mariposa!
21 - "Te admiro"
22 - Baile de cisnes.
23 - Inestable.
24 - Misma dirección.
25 - Máscara de jabalí.
26 - Digustoso envío.
28 - Chica especial.
29 - Aniki.
30 - Otra vez.
31 - Amor en soledad.
32 - Buena bienvenida.
33 - Un gran plan.
34 - Último pequeño esfuerzo.
35 - Tras un lago de emociones.
36 - Más tiempo.
37 - Promesa cumplida.
One-shot || Finales alternativos

27 - Encuentro de hermanos.

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By mandarinasgod

Al día siguiente, Sanemi se había despertado más tarde, me trató aún peor que antes. Hasta me ignoro por un rato, por mediados de la mañana una mujer llegó.

Abrí la puerta, era una anciana. - Buenos días. ¿Se encuentra Shinazugawa? - Preguntó por el pilar, parecía tener entre 50 y 70 años. - ¿Que desea? - Pregunté, con mis manos en la puerta.

- Le traigo un regalo. - Tenía una pequeña caja envuelta en una pequeña tela color celeste bebé. - Nunca había visto una jovencita en su finca. - Me entrego su mandado, se notaba lo cansada que estaba.

Voltee mi cabeza al interior de la casa, los pasos por el pasillo indicaban que el hombre se acercaba. - Bueno, no soy nadie importante... - Agregué, mirando lo que tenía en mis manos. ¿Sanemi compraba dulces? Por su olor fuerte, parecían serlo.

- ¡Shinazugawa! ¡Por fin lo veo! - Parecía tenerle mucho aprecio a Sanemi. Dejo de interesarse por mi y saludo entusiasta al pilar. - ¿Ah? - El se acercó, quedando a mi lado. Los mire confundida.

Podría irme hasta que terminen de hablar. - ¿Quien es la amable niña que me recibió? ¿Por fin está pensando en casarse? - Río. Que tenebroso es pensar en el hecho de casarme, más con un tipo como el.

- No, no. De hecho, vendran muchas más personas por asuntos de trabajo. - Luego de ser confundida por la prometida de Sanemi, la mujer volvió a echarme un vistazo. - Señora... Su doctor dijo que debía reposar. ¿Que hace aquí? - Preguntó otra vez, a lo que ella sonrió. - Quería agradecerle por la ayuda que me ha dado. Es uno de mis mejores clientes, por eso le cocine algo especial. - La acción de la mujer confirmo mi duda sobre si Sanemi compraba dulces.

- Desde que me enfermé ya no puedo trabajar como antes, usted es de los pocos clientes recurrentes que tengo. - Suspiro. La mujer parece tan tierna y amable, es una pena. Me preguntó que clase de enfermedad tendrá, debe ser de las que llegan con la edad. - ¡Yo sé que usted trabaja mucho, por lo que pasa poco tiempo en su casa! Le agradezco mucho su comprensión como cliente y persona. - Se inclino, agradeciendo a morir. ¿Que tanto comprará para que lo trate así?

- Ella tiene el regalo. ¡Espero que lo disfrute! - Se levantó lentamente y me señaló con la mirada. Sonreí presionada por las vistas de los presentes.

- ¿Su nieto no la esperan? Debería irse. - Mire la caja otra vez, la dejé sobre la mesa y puse mis manos sobre mis piernas. - ¡Quería venir conmigo! Pero como sería una visita corta, lo deje en casa.

- Ya veo, es lo mejor. - Agregó. La anciana termino de despedirse. Sanemi es la mejor representación de alguna clase de doble cara expontáneo, si lo es.

Cuando Sanemi estaba a punto de darle el dinero del producto, ella se negó rotundamente hasta que se canso de insistir. Su despedida fue tan corta como su visita.

Lo deje en la mesa, para seguido sentarme. - Así que... Ahogi. - Esa caja estaba llena de ese dulce, por eso emanaba un olor tan fuerte. No quería hablar con el en absoluto, al ser los únicos en el lugar era difícil comunicarnos, y no hacerlo al mismo tiempo. Era una situación incómoda.

- Ven. - Me ordenó, me levanté y camine detrás suyo. Cuando está tranquilo se ve más humano, aún así ¿Por qué se puso tan agresivo ayer y ahora actúa como si nada pasara? En mis mejores posibilidades estaba en hecho de que no sabía que eran las cartas de Genya, una completa mentira. No podría atreverme a preguntarle directamente.

Me caía mal. Genya lo quiere mucho "¿Por qué será de esa manera?" Volví a preguntarme. Me llevo al patio.

Entrenamos toda la mañana hasta la hora del almuerzo. Cortamos bambú, lo hacía con una velocidad impresionante, le seguí el paso y terminamos utilizando la mitad de lo que tenía guardado. Durante la pelea de katanas y cuerpo a cuerpo, se había convertido un salón de lucha libre. Había podido tirarlo esta vez, pero como era esperado, la pelea termino conmigo derrotada.

Sanemi me dió su botiquín para curar mis heridas yo sola. Estaba en la habitación que me había prestado, su finca era muy grande, probablemente esté cuarto nunca había sido usado. Mi ante brazo estaba rodeado de vendas, mi piel estaba raspada, además de tener moretones por las bruscas peleas.

Salí de la habitación para darle el botiquín a Sanemi, cuando salí al patio trasero no había nadie. Pude escuchar los saludos y pasos dentro de la finca.

Entre al interior, me alegraba qué venga más gente, este si parecía un grupo. Estaba en lo correcto, fácil eran 10 cazadores junto al hashira.

Les dió su amarga bienvenida mientras que simplemente miraba desde lejos, sonreí y dejé el botiquín a un lado. Sin perder tiempo llevo a todos al campo de entrenamiento, sin olvidarse de mi.

Ahora éramos una multitud mucho más grande, nos arrasadora, pero en este contexto la cantidad valía más que la calidad.

Que dolor... Además de físico, esquivé los cuerpos caídos de los muchachos para no pisar ninguna de sus extremidades.

Continué hasta ver con claridad la cara del pilar, tenía pegados y hasta colgados a chicos que se aferraban a el para darle peso. Me sobresalté cuando literalmente tiro sobre mí a un chico que estaba agarrado de su hombro, lo hizo de un solo puñetazo. Lamentablemente lo esquivé sin ayudarlo, podría que pedirle disculpas más tarde.

Justo en el momento cuando estaba por golpear a Sanemi, su puño dió contra mi estómago. Una lágrima de dolor salió de mis ojos, no me detuvo y también le di una patada. En su momento de debilidad aproveche para tirarme sobre el, el resto hizo lo mismo. ¡Éramos un sandwich! Sanemi era el pan de abajo. Aún así no lo detuvo, continuamos un rato más hasta que todos quedamos exhaustos.

Mi tarde termino en: Darle palmaditas en la espalda a un chico que empezó a vomitar, estábamos justo al árbol que Sanemi había acuchillado la primera noche. - ¡Srita _______! - Me nombraron en un grito, automáticamente voltee en busca de la voz que llamo mi atención.

- ¿Si? ¿Necesitan algo? - Pregunté. - Nosotros nos encargaremos de el. Atienda sus heridas, tiene un moretón hinchado. - Eran amables conmigo, tanto que podrían ponerme nerviosa, no fue el caso. Entre a la finca, todo era más ruidoso que el primer día.

Terminé optando por no atender mis golpes, éramos tantos que podría acabarse rápidamente. ¿Fue un día demaciado brusco? No lo sé, debería comparar con lo que será mañana.

El lugar ahora parecía más pequeño, aunque más acogedor.

Observé a la mariposa de pelos largos charlando con Shinazugawa, el hombre más grande era el que hablaba y ella escuchaba atenta a lo que dijera.

Una mano de poso en mi hombro, voltee mi cabeza y observé la sonrisa que tenía Zenitsu en su rostro. - ¡Zenistu! - Le devolví la sonrisa, se sentó a mi lado. - ¡Me alegra volver a verte! - Continuaba cansada, pero estaba más animada. El rubio hablo. - ¡A mí también!

- ¿Donde está Inosuke? Lo había visto golpeando a Sanemi. - Había visto a la mayoría en el primer enfrentamiento grupal del día, pero no era momento de charla. - Debe andar rondando por la finca. - Dijo. - Por si quieres saber, solo si quieres saber... - Su sonrisa se amplió el doble y sus ojos quedaron entre cerrados. - Genya no está aquí, probablemente venga en el siguiente grupo.

- Ohhh... - No hizo falta preguntar, consiguió su forma insinuar el tema. - No sé si te intereso por tu reacción. - Volvió a reír, parecía darle gracia. - No estaré detrás de sus pasos todo el tiempo solo porqué me gusta.

- Las chicas me dijeron que Nezuko está con ellas, parece que le gusta bailar. - Era verdad. Quería molestarlo un poco, sabía que quería verla, pero terminé haciendo que riera nervioso imaginando a la pequeña Nezuko aprender pasos de baile. Estúpido.

- Nezuko bailando hace que me olvide que fui molido a golpes~ - Balbuceó tonteando, como siempre. Charlamos un rato más, para eso ya se había anochecido por completo.

Kanao se había acercado disimuladamente, tal vez ella era la mirada que sentía sobre mí hace rato. Cuando pude conectar miradas con ella, automáticamente se volteó, aún así le hable. Estaba un poco tímida, no hablábamos hace tiempo.

- ¿Cómo estás? - Las interacciones entre Kanao y yo se habían vuelto más amigables. Miro me miró despectiva y contesto - Estoy muy bien, veo que te encuentras tan animada como siempre. - Se acercó sonriente. - ¡No lo creo! Al menos el entrenamiento no me está dejando tan mal, también veo que estás igual que yo.

- ¿Que hablabas con Shinazugawa? Parecía darte órdenes o algo así. - Preguntó pensativa. - Me pregunto cómo estaba, también por el estado de Shinobu. Es normal, supongo. - No todos contábamos con el trato especial que tenía ella.

- Que suerte... A mí me trata como una cucaracha, me gustaría golpearlo. - Bromeé un poco, me sonrió nuevamente entre mis risas.

- Ahora llevamos el mismo ritmo, no quiero atrasarme otra vez. - Jamás tome a Kanao como otra competencia, me daba envidia verla tan tranquila y hermosa. Admiro ver lo fuerte que es, como tsuguko es un ejemplo a seguir.

- Entiendo. Tampoco quiero atrasarme. - Sonreí medianamente ruborizada por los pequeños nervios que tenía, tal vez ella si me veía como una competencia. Los pensamientos de Kanao son un misterio, es difícil de leer.

- Fufu~ Si, claro que si. - No interesa, ahora somos amigas. Puede ser que si me tomo como competencia, incluso si ahora lo hace, no me importa. Soy la representación de "no puedo dejar de sobre pensar las cosas y a la vez de no hacerlo".

Fue una bonita charla dentro de todo. Hoy fue un día más relajado, mejor que ayer, gracias a la presencia de los demás. No había visto a Sanemi en lo que resto del día, aún así no afectó mucho lo que sucedió después. Simplemente cocinamos y continuamos con la noche de manera normal. Me hubiera gustado ayudar en la preparación de la comida, al menos lo intente.

- ¿Te irás a dormir? - Pregunto el rubio, ambos llevábamos nuestros platos a la cocina. - No. - Era mi momento de entrenar, no tenía el permiso de Shinazugawa, había acostumbrado mis horarios así.

- ¿Cuánto tiempo se supone que duermes? Con razón tienes cara de muerta. - Me cuestionó bromista, llegamos a nuestro destino y dejamos los platos. - El suficiente. - Contesté, no sabía cuánto tiempo dormía con exactitud. - ¿Si no durmiera bien no podría hacer esto? - Hice un el truco de ocultar mi dedo meñique, la vieja confiable.

Y una semana paso. Me encontraba en una situación complicada, no, una posición difícil. Sanemi llevándome a volar con otra banda de muchachos, utilice mi propio peso para no caer peor de lo que me lanzaron.

El sol brillaba lo suficiente para alterar mi vista al intentar volver a ver al albino que continuaba combatiendo con todos. - No quiero morir... - El rubio tartamudeaba mientras se arrastraba a unos pasos de mi, sufría más de lo normal.

- ¿¡Que intentas hacer hijo de perra?! ¡¡AGATSUMA!! - El pilar lo noto, durante todo este tiempo Zenitsu intentaba escapar de los entrenamientos el lo detenía.

- ¡¡NI SE TE OCURRA MOLESTAR A MIS VECINOS!! - Sanemi si que era un buen ciudadano, de hecho, llegaba a ser un "hombre honorable" para la gente de su pueblo. De todas formas, no lo salvó de las quejas ajenas, todo el ruido que causo nuestros entrenamientos molesto a los vecinos, y eso enfureció a Sanemi. No sé enfado con los ciudadanos, se enojo con nosotros por causar el inevitable problema.

Rápidamente desecho al resto y busco a Zenitsu que ya estaba en escape, en las peores situaciones se escondería en alguna finca ajena y lo descubrirían.

- ¿Esto es un descanso? - Pregunté para mí misma mientras me sentaba en el suelo. - ¡AHHHHHHHHH! - Desde aquí se podía escuchar los gritos del rubio.

Y otro grito agudo sonó por toda la cuadra, el muchacho había sido atrapado y traído devuelta. El fugitivo estaba noqueado, solo lo dejaron apoyado en la pared.

Me acerque para atenderlo, aunque no me lo hayan pedido lo hice de todas maneras. Lo lleve dentro de la finca y lo recosté en un futón, Inosuke me siguió y ayudo en el tratamiento.

Cuando termine de vendar su cabeza, Inosuke se acercó otra vez. - ¿Está durmiendo por gusto? - Se preguntó, levanto el cabello de un manotazo y observo la venda que tenía. - No lo tomes muy brusco. - Exigí, a lo que me gruño y soltó el cabello de su amigo.

- No tardará en levantarse. - Dije mientras me levantaba, Inosuke volvió a seguirme y caminamos a la par por el pasillo. - Lo hara dormido o despierto. - Tenía razón, se puso su máscara nuevamente y salimos de la finca.

. . . . . . . . .

- ¿Cómo haces eso? - Pregunté al mismo tiempo que comía sandía y observa los trucos del jabalí. - ¡¡Deja de escupir!! - Estábamos con un Zenitsu ya despierto, en buen estado y con un doloroso golpe en la cabeza.

Inosuke comía la sandía dentro de la máscara y las escupía las semillas por la nariz, era un buen truco. - ¡¡Mira y aprende!! - Lo escuchamos masticar la rodaja que tenía en su boca, tomo aire, de alguna manera lo escupió y todo salió por la nariz en fila.

Aplaudí riendo, si era impresionante y divertido. - Deja de motivar a que lo repita... - Me dijo, no le hice caso y me reí más fuerte.

Estábamos en la entrenada descansando, teníamos una sandía entera solo para nosotros. Sanemi había traído un par y nos las entrego, las dejamos en la cocina y nos llevamos una para disfrutarla.

Hablábamos mientras reíamos, el que no la pasaba tan bien era el pobre Zenitsu que recibía las semillas tiradas por el otro muchacho.

Aprovechamos para notificarnos de lo pasado en la semana, Zenitsu había intercambiado cartas con Tanjiro, este se encontraba en la sección de Mitsuri. "Baile con Nezuko, probé panqueques y aprendí pasos de baile. Conocí a las famosas hermanas de _______. ¡De verdad son agradables!" Resumió la carta. Me alegra que les haya caído bien.

Mi sonrisa desapareció por un momento cuando ví a unas personas acercarse. Era un nuevo grupo, habían venido un par durante la semana. Dejamos las sandías a un lado y los recibos ante la ausencia del pilar, veía las caras de los nuevos mientras los saludaba.

Naturalmente no me llamarían mucho la atención, está vez fue distinto gracias a que me di cuenta sobre alguien en especial. Genya estaba aquí, no fue fácil diferenciarlo ya que era el más alto. - Shinazugawa debe estar adentro, vengan conmigo. - De alguna manera u otra terminaba haciendo los mandados de otros.

Los guíe hasta el interior donde, en efecto, se encontraba Sanemi. - Disculpe, pilar del viento... Un nuevo grupo llegó. - Se volteó a vernos, el mismo se acercó y me hizo a un lado. - Ustedes se ven menos competentes que el grupo anterior. - Gruño, estaba con un humor peor que el normal.

Y los deje solos, no quería escuchar el resto de la bienvenida que les daría. Aunque en mi cabeza abundaba el pensamiento de que haría Genya y si intentaría hablar con el hoy mismo, no me metería mucho en un tema ajeno. No me corresponde.

Volví con mis 2 amigos, también se dieron cuenta de la llegada de el Shinazugawa menor. - ¿Es su turno de entrenar? - No conocían el trasfondo de la situación o relación de hermanos que tenían los Shinazugawa.

- Seguramente. - Contesto Zenitsu, dió otro mordisco a su sandía. - Entonces voy a comer otra sandía. - Inosuke podría tener más apetito que yo, mucho más. - ¡¿Que decís?! ¡Debe quedar para el resto! - Solté una pequeña risita, esta vez no tan fuerte u honesta como las anteriores. Estaba preocupada por el azabache.

Luego de unos minutos de forcejeo, Zenitsu soltó a Inosuke, este le gritó antes de dejarlo entrar. - ¡Solo no comas demaciado! - Probablemente no le haría caso, cerró la puerta de un golpe. - ¿Sucede algo? - Me pregunto tomando el resto de las sandías que habíamos dejado. - No... Solo estoy preocupada. - Dije, no le contaría los problemas de Genya.

- ¡Tu puedes estar tranquila! En lo que sea que estés pensando, puedes contarme. ¡Sabes que cuentas con mi ayuda! - Me sonrió. - ¡Pfff! Muchas gracias. En realidad, no es nada. - Contar con alguien como Zenitsu en estás situaciones era de ayuda. Nos sonreímos mutuamente, que agradable.

Abrieron la puerta, en ese momento creí que sería Inosuke con una sandía nueva, pero era el grupo nuevo. Ya habían terminado su entrenamiento de bienvenida. - Disculpe la molestia... ¿Sabe dónde está el botiquín? -Ya casi parecía un guía turístico, pero era lo menos que podía hacer por ellos.

- Claro, síganme. - Dejé a Zenitsu y continúe a mostrarles el paradero del botiquín. El hecho de no ver a Genya junto a ellos me hacía preguntar en dónde estaba. Quería buscarlo, no lo ví desde que llegó, ni siquiera habíamos cruzado miradas.

. . . . . . . . .

- ¿Así que Shinazugawa se desvaneció? - Kanao era muy drástica. - ¡No, claro que no! - Fuimos a buscar agua al poso, sabía perfectamente los sentimientos que tenía por el supuesto "desvanecido". - En ese caso debe estar por algún lado. - Continuo. - Al menos que la tierra se lo tragara.

- No lo sé. - Suspiré en seco. - No me gusta pensar demaciado en las cosas, menos el las que no debería meterme.

Ya listas con el balde lleno de agua, fuimos a la cocina donde habían algunas otras personas. Todos estaban preparando la cena, incluso Inosuke, quien más que ayudar comía hasta las cosas crudas que dejaban a su alcance. La cena estuvo muy buena, el esfuerzo valió la pena.

- ¿Te quedarás? - Me preguntaron. - No, hoy dormiré temprano. Disfruten la noche. ¡Duerman bonito! - Me levanté de la mesa, llendo a la cocina para dejar mi plato.

Lentamente, con cuidado caminaba por el pasillo de la finca. Era hora de dormir, la primera vez en la semana que dormiría sin un entrenamiento nocturno de por medio. ¡Me lo merezco! Creo. Lo decidí por mi propia voluntad, podría haberlo negado desde un principio. Nunca fue mi estilo hacer eso.

No tarde en acostarme en mi futón. Además de Tokito, Sanemi había dividido las habitaciones por el género de cada quien. Las nuestras siempre eran las más vacías, el espacio no era una problemática.

Mientras intentaba dormir, escuchaba ruidos de afuera, no solo los que suelen aparecer en la noche. Podía ignorarlo, podía hacerlo antes de que se hiciera más sonoro. El cuarto estaba frente al patio trasero, era la última habitación.

- Debe ser un animal o algún loco... Yo soy la única loca que se pone a entrenar en medio de la noche. - Me tape el rostro con la sábana. Si, normalmente yo era esa persona rara.

Se empezó a hacer más y más fuerte, se volvió poco tolerable al pasar los minutos. Me empezó a molestar, dude en salir de mi caliente futón, pero lo hice. - No puede ser... ¿Quien diablos está en el patio a esta hora? - Pregunté en voz alta, ni siquiera yo hacía tanto ruido. Abrí la puerta al exterior, aún medianamente enojada.

Levanté una ceja, no había nadie. - Eso de verdad es un desastre. - Había alguna clase de poso en el sector que daba directo a la puerta, además de una katana de madera en el suelo. - ¿Debo preocuparme por eso? - Me acerque al lugar para observar mejor, cerrando la puerta detrás mío.

Levanté la katana, estaba raspada, parecía haber sido cortada manualmente. - Pffff, que bestia... - Murmuré, medianamente irónica tomando como chiste el suceso vandálico. - ¿_______? - Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando escuché mi nombre saliendo de otra boca.

Oh sí, el chico del que tanto me había preocupado y preguntado mi paradero, estaba escondido debajo del soporte de la finca. Entre las maderas cruzadas, con la cabeza inclinada para poder entrar correctamente. - ¿Genya? - Pregunté estupefacta. - No hables tan fuerte... - Susurro. - ¿Tu eres el responsable de eso? - La respuesta sería un poco obvia, aún debía preguntarle algunas cosas.

- ¿Eras el de los ruidos? - Me acerque a el, ayudando a que saliera de aquel escondite. - Perdón... - Limpio su cabello, tenía algunas pelusas en el. - ¿Por qué? - Solté la katana y pregunté. - Por los ruidos. - Contesto avergonzado.

- Veo que estabas entrenando. ¿Debería dejarte solo? Creo que es lo mejor, te voy a desconcentrar. - Creía que este no era un buen momento. - No... No me molestas. Quédate, por favor. - Dormir temprano no era una opción, algún día lo será. - Como gustes. - Me arrodillé en el frío piso.

- No te ví durante todo el día. ¿Dónde estuviste? - Me saltee la pregunta del árbol, ya que estaba golpeado y tenía rastros de haber sido de alguna manera rasguñado. - Lo siento, lo siento. - No sabía porqué se disculpaba. - ¿No te vas a molestar? ¿Cierto?

- No lo haré, solo dime. Te comprenderé - Realmente quería acabar con mis dudas. - Me escondí... - Oculto su cara entre sus rodillas, lo mire confundida y entristecida.

- No es por ti, también quería saludarte y hablarte. - Siguió. - Me escondí porqué soy un cobarde. No puedo hablarle, ni siquiera verlo. - Hablaba débilmente, su voz era temblorosa y dudaba de cada palabra que decía.

- No puedo siquiera ver a Sanemi sin sentir terror, se que me rechazará. Estaba intentando entrenar, pero ni siquiera puedo hacer eso sin intervenir la comodidad de la gente. Discúlpame. - Y volvió a disculparse, lo hacía una y otra vez, como si de verdad lo debiera.

- No quiero que te disculpes, no debes hacerlo. No debes malgastar tus palabras. - Lo mire a los ojos otra vez, deje caer mi trasero al frío suelo y estire mis piernas. - El es tu hermano mayor, los hermanos mayores siempre protegerán a los menores. Creo que... Aunque no lo demuestre, el te quiere mucho y de alguna manera, quiere protegerte.

- ¿Si quisiera protegerme no estaría conmigo? Ya no sé que hacer... - La tristeza se contagio, me acerque más a él hasta que nuestros hombros chocaron.

Nos callamos por un momento, aprovechando nuestra cercanía observé su rostro hundido en si mismo.

- ¿Ves la luna? Es hermosa y nunca cambiará. Sin importar en qué forma este, ella siempre brilla. Es como tú. ¿No crees? - Sonreí otra vez.

- ¿Que dices?... No soy nada parecido a la luna. - Contradijo, levantando la cabeza para admirar la noche. - Hoy hay luna llena. - Comenté. - La luna es más parecida a ti.

- No lo creo. - Murmuré un poco avergonzada, con su vista levantada volvió a ocultar su rostro a excepción de sus ojos. Seguía mirándome. - Sanemi se volvió duro de tratar, me gustaría ser más valiente. Sería más fácil.

- Eres valiente, aunque no lo admitas. - Incline mi cabeza mientras lo decía. - Se que no puedo hacer mucho, me gustaría ayudarte.

- No quiero meterte en mis problemas, sé que tienes muchas cosas que hacer. - Dijo un poco más fuerte, para luego ir bajando su tono de voz. - Con tu compañía... Es más que suficiente, me ayudas de esa manera. - Mi corazón podría salir de mi boca, su mirada me ponía tan tonta como para quedarme embobada unos segundos.

. . . . . . . .

Dios, dibujar a Genya es como terapia grátis 😰. Ahora si me dieron ganas de escribir una historia de Mitsuri, ya empecé el prólogo, tenía algunas cosas pensadas desde antes 🙇.

Este capítulo si es largo, algo digno y a la vez no de admirar. El nombre nada que ver, pero no tenía ideas. Encima con mi wifi de mierda tercermundista, espero que tengan un mejor día de lo que fue mi semana.

Ahora solo puedo decir...

Y que duerman lindo😘😘

Si no corrigen mis errores de ortografía lloro😡😡

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