Correr era mi única opción, bueno, en realidad no. Me concentre y voltee la cabeza a todas las direcciones posibles en busca de la persona que me estaba persiguiendo.
Fruncí el ceño, no quería hacer contacto visual en las personas atadas a mi alrededor. Escuche como mi oponente corría hacia mi, no lo ví llegar. Me atacó entre la pequeña abertura que había entre 2 de mis compañeros atados verticalmente, sus caras de desesperación lo decían todo.
Retrocedí y corrí al final del pasillo, dónde las barreras que nos separaban se cortaron y por fin pude tenerlo frente a frente de una vez.
Ahora parece una persona completamente distinta a cuando Mitsuri lo invita a comer, dos caras de la misma moneda.
- Eres la única que duró más de 20 minutos, ¿Verdad? Espera a que más personas lleguen y sean capturadas, será más difícil retroceder y atacarme. - Si que daba miedo. - Esto es fácil, lo tuyo es solo suerte. - Me preguntó si Iguro ya es un mentor con poca paciencia o lo hace aproposito. Utilizo su respiración y se acercó a mi en zic zac, como si de una serpiente se tratara.
Y con la katana de madera, antes de que pudiera reaccionar me golpeo la rodilla sin mucha fuerza y caí para atrás, en el impacto tomo mi katana y la arrojo con fuerza a la dirección contraria. - Levántate. - Tragué duro, le daba unos segundos a todos para que se levantarán y siguieran, la mayoría no lograba levantarse antes de los 5 segundos contados por el pilar.
Antes de que se acercará, apoye mi mano y rodilla lastimada en el suelo y con todo el peso de mi cuerpo en ambos le di una patada.
Luego de que mi pie impactará en su brazo con fuerza, el pilar quien había redimido el golpe con la katana me miró a los ojos. - Nunca he visto a Kanroji haciendo esta técnica. - Dijo. Me comparaba con Mitsuri cada que tenía la oportunidad, era un poco molesto.
Empujó mi pie con su katana, no ví otra opción que patearlo en el estómago con la pierna que antes tenía apoyada. Esto funcionó lo suficiente para poder salir corriendo otra vez.
Voltee la cabeza nerviosa, estaba a un par de pasos detrás mío.
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Tenía marcado el golpe que me había dado Iguro. Me senté a un lado de los demás, un poco cansada baje la cabeza y moví mis pies para limpiar el polvillo de mis botas.
- ¡¡Oye, ________!! ¿Estás bien? - El chico jabalí se acercó a mi. - Bueno, podría estar peor. ¿Cómo estás tú? - Le contesté, invitandolo a que se siente junto a mi.
- ¡Esa maldita serpiente no pudo ganarme! - Era cierto que Inosuke también resistió mucho tiempo en batalla, pero no admitió que una vez fue encontrado con Iguro no duró más de 5 minutos.
Por lo menos tenía a un amigo que me acompañaba en esta sección, Genya y Zenitsu no habían pasado. Sentía que ahora podía hablar con el, pero como personas civilizadas. Jugábamos a las peleas, no como la primera vez que nos conocimos en la finca mariposa, aunque algunas veces se ponía demaciado bruto.
- Iguro trajo cosas deliciosas. - Un chico de cabello negro y brilloso que ya había visto antes nos entrego unos bentos. - ¡Fue un buen detalle de su parte! - Agregó. Parecía amable.
- ¡Después de hacernos sufrir tanto, tenemos una recompensa bien merecida! - Se sentó junto a nosotros, estaba unido a la charla de los demás. - Muchas gracias. - Le agradecí y empecé a comer.
- Está muy bueno, no sabía que Iguro cocinaba. - El sabor era parecido a como los hacía Mitsuri, no creo que le haya regalado 40 platos, aunque viniendo de ella podría regalarle hasta una guarnición para un año entero.
En realidad, no asistiá a todas las citas de ambos. En los tiempos dónde nos alejamos, me hablaba sobre que le enseñaba a cocinar a Shinobu, probablemente le enseño a el también.
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La tarde callo en la finca Kanroji, sin duda era un lindo día. - ¡Muy bien, es hora de tomar el té! - La pilar como en todos los entrenamientos, les dió el descanso diario a sus muchachos.
- Bien, bien... - Una chica se quejo a un lado de Genya, era joven y delgada. Eso no le importo a Shinazugawa, continúo su camino y se sentó a un lado de las mesas.
Estaba un poco cansado, esos entrenamientos de flexibilidad lo agotaban. Además de el peor problema, la mentora Kanroji, su forma de actuar con cualquier mujer era extraña.
- Pareces callado. - Zenitsu se acercó despreocupado al masculino contrario. - Eso parece. - No le interesaba en lo absoluto establecer una conversación con el, quería tomar su té tranquilo.
Zenitsu volvió mirarlo nuevamente, no era raro que se quedarán sin temas de conversación cuando están solos. La única cosa que tenían en común era la amistad de ________ y Tanjiro, hasta ahora sus recientes interacciones fueron gracias a la femenina, ya que Tanjiro se encontraba apenas en la primera sección de entrenamiento.
Aunque no lo demostrará, el azabache se sentía un poco incómodo. No quería ser observado, y mucho menos por Zenitsu.
El rubio suspiro, algo que llamo la atención de Shinazugawa. - Pero cuando está ________ si me hablas. - Dijo, aunque lo decía en broma Genya no sabía cómo responder. La actuación de Zenitsu era muy convincente a sus ojos.
- No creía que te importaría, después de todo _______ habla más contigo ahora. - Respondió nervioso. Era extraño ver a Shinazugawa en esa posición, eso pensó Zenitsu al ver su reacción.
- Bueno... - Zenitsu se encontraba un poco más energético, saber que la chica demonio podría llegar en cualquier momento lo emocionaba. El cambio que le generaba a Zenitsu y Touko era radical.
- ¡Oigan, Shinazugawa y Agatsuma! ¿Quieren más? - La niña mencionada anteriormente se acercó a los muchachos que conversaban con los panqueques que prepararon por la mañana.
Uno de ellos a asintió débilmente, el otro contesto. - ¡Si, un poco más! - Sonrió.
Mientras que esperaban, volvieron a su conversación. Nada muy animado, el rubio estaba más interesado en hablar que el contrario.
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Otra vez en nuestro entrenamiento, Iguro me perseguía sin la mínima intensión de ser gentil.
Ambos corríamos por los pasillos, por el lado del pilar, como si estuviera a punto de reventar el suelo, el dojo ahora parecía un laberinto con paredes humanas.
Ví una silueta entre los muchachos atados en los postes. Una gota de sudor sé creo de los nervios y adrenalina, gracias a Iguro.
Los grandes ojos rojos de su acompañante también me observaron, su serpiente era divertida. En uno de los encuentros que tuvimos el se acercó a mi, tiene mucha personalidad, es una mascota interesante.
Antes de que me desconcentrarme, volví a la persecución que estaba teniendo. Me deslice con fuerza por debajo de un poste horizontal, pude pasar sin chocarme la cabeza y me levanté. Iguro era duro de roer.
No tardó mucho en atraparme y tirarme al suelo, me ató junto al resto. Sabía que resistirse estaba contra les reglas, así que simplemente dejé que me atara y pusiera ese pañuelo en mi boca. No era demaciado incómodo, pero la tela picaba.
Luego de que el entrenamiento acabará, fuimos a descansar. Ya no se quejaban tanto, es más, parecía que tenían miedo a hacerlo, como si Kaburamaru nos espiara para luego contarle a su dueño.
- Te dije que no debías resistirte a ser atado. - Tenía marcas de las cuerdas con las que había sido atado. Inosuke no aprendía, la primera vez una mirada asesina o un golpe de Iguro era suficiente luego de sus intentos de escape, pero luego termino por agotar su poca paciencia. Lo ató hasta que no quedara rastro de piel, como si quisiera sofocarlo.
- ________, tiene razón. - El mismo chico que nos había entregado el almuerzo se puso de mi lado en nuestra discusión, nunca le había preguntado su nombre.
- ¡¡A ti nadie te hablo!! - De un salto grito histórico el jabalí. - ¡¡Eh!! ¡No te pongas violento conmigo maldito loco! - Retrocedió lo más rápido que pudo un poco asustado, Inosuke ya estaba molesto.
Otro día de entrenamiento, no veía la hora de simplemente tomar el té y comer algo dulce para acompañar, tal vez contemplado una linda vista. Siempre lo postergaba, ya tendría tiempo para eso después.
La única vista majestuosa que contemplaba en estos momentos era la imagen de Inosuke "jugando" a las peleas con el chico anterior.
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- ¡Por fin es hora de dormir! - El día había acabado, todos se iban a descansar luego de un largo día de trabajo. - ¿Que harás ahora Shinazugawa? - Uno de los muchachos le pregunto al adolescente. - Me iré a dormir, debo descansar. - Respondió a la pregunta del otro con intenciones de incluirlo en la conversación.
- Veo que te duermes muy temprano. ¡De seguro eras de esos niños saludables y por eso ahora eres tan alto! - Rio otro tipo detrás. Comía un panqueque, seguramente robado de la cocina.
- No lo creo, debe ser algo de la familia. - Su padre, hermano y el eran de contextura fuerte, pensaba que sus hermanos menores también lo hubieran sido.
- ¡Ah! La genética es muy importante, tanto que los matrimonios forzados son la opción de muchos. - Un segundo reflexiono, parecía ser esas personas que eran naturalmente graciosas.
- Bueno, en realidad los matrimonios forzados se hacen por el dinero, política y eso. - Reforzó lo que había dicho antes. - ¡Las familias adineradas con las que hacen eso! - Agrego otro casi gritando.
- Pero cuando una chica linda y no tiene dinero, los padres están dispuestos a casarla con alguien que sí tenga dinero. - Regreso el segundo y le contesto al tercero. - He conocido a mucha gente que lo ha hecho, incluso una prometida que se escapó.
- ¿Porque diablos están hablando es eso? - De repente de la pequeña conversación se volvió un debate de muchas personas, todos parecían comprometidos a hablar sobre sus opiniones al respeto. Shinazugawa no tenía intención de participar, planeaba irse a dormir.
- Disculpen. - Las hermanas de la tsuguko aparecieron en escena, estaban por irse a dormir. - Por favor, no sean muy ruidosos. Kanroji y los demás también necesitan dormir, así que vayanse a dormir o no molesten. - Hayami era una chica sería, no sabía cómo expresarse bien con los demás pero intentaba fomentar respeto.
- ¡Buenas noches señoritas! - Despidieron a las chicas, siguieron con su camino. - Buenas noches. - El silencio que había generado la autoridad de la adolescente desapareció en cuanto salió de la habitación junto a su hermana menor.
- ¿Ellas son parientes de Kanroji? - Pregunto un joven a un lado de Genya, le llamo un poco la atención escuchar la conversación.
- ¿Hayami y Touko? No lo sé. - Dijo sin dar una respuesta clara, a lo que el azabache sin pensarlo se metió en la conversación. - Son hermanas menores de su tsuguko. - Se cruzó de brazos, disfrazaba arrepentimiento con la apariencia de que parecía estar seguro que tenía.
- ¡Cierto! Lo había olvidado. - Contesto. - Nunca hable demaciado con ellas, deben ser amables.
- La más pequeña casi me quema con té, habla extraño. En cuanto a Hayami es una linda muchacha, pero el otro día la ví tomada de la mano con un chico, es una lastima. - Continuaron hablando.
- Todas las chicas lindas están emparejadas... - Se quejo. - No debes perder las esperanzas aún. - El tercero le contesto algo divertido, empezo a reír mientras que el continuaba molesto.
- El único requisito que tengo para estar con alguien es que no intente matarme mientras duerma, ser mujer es opcional. - Balbuceo mientras los otros reían de su supuesto chiste, sus risas eran tan contagiosas que Genya no pude evitar soltar una pequeña carcajada y unirse al resto.
La noche continúo y los muchachos no dormían, el intento de incluir a Genya había funcionado. - La mejor opción sería saltar por los árboles y dar un ataque sorpresa. - Debatían sin parar.
- Pero si eso no funciona y estás a una altura considerable el daño será inevitable. - Como si estuvieran en una misión, a punto de cazar al demonio.
El azabache ya no sabía que hacía ahí, en sus intentos de escape le insistían que se quedará, como si lo necesitaran. Tenía los codos apoyados en la mesa, el sueño le estaba ganando poco a poco. Sabiendo que el se duerme demaciado temprano, molestar su sueño no era una opción al menos que sea de vida o muerte, o simplemente si se convencía a si mismo de hacerlo.
- Dejen de hablar sobre estrategias. - Se quejo el muchacho al lado del Shinazugawa menor, molesto por la conversación de los dos anteriores. - ¿Entonces de qué conversamos? - Pregunto otro.
- ¡No lo sé, digan algo interesante! ¿Que tal tu Shinazugawa? Eres el que menos aporta a la conversación. - Apoyo su codo en la mesa a su lado, el sueño del mencionado lo convertía en alguien un poco mas despistado.
- Estoy de acuerdo con el ataque sorpresa, pero se debe armar una estrategia antes de simplemente ir. No sabemos si el demonio tiene alguna técnica de sangre demonio o estás atrapado en una inconscientemente, también analizar el ángulo por el que vas a atacar y si ese es el más conveniente. Bueno, solo es una idea base. Los planes bien hechos en esas situaciones son indispensables. - Su redacción no había sido mala, pero no era la respuesta que buscaba su compañero.
- ¡Te decía que cambies el tema de conversación! - Respondió enojado.
- ¡Oh! Shinazugawa parece ser un buen estratega, un gran pensador. - Halago al azabache. - Aprendí con el tiempo. - Dijo.
- . . . No pienso quedarme más también, ya es hora de irse a dormir. - Hablo nuevamente.
- ¿Estás seguro de que no quieres quedarte? - Insistieron, la presencia de cuatro eran mejor que la de tres ante sus acompañantes de turno.
Se levantó de la mesa, ignoro los comentarios de los otros jóvenes y los despidió. - Gracias por charlar conmigo, fue agradable. - Los demás se rindieron y dejaron que se fuera de una vez. Antes de que llegara a la habitación, cambio su dirección.
Abrió la puerta que dividía el patio trasero y el interior de la finca, salió sin muchas vueltas. Se sentó, en el mismo lugar que la noche dónde sorprendió a ________ entrenando. No iba hacer mucho más que reflexionar unos minutos y admirar la luna, eso suponía.
Unos minutos más tarde dejo su reflexión a un lado, miro su mano cabizbajo. Su hermano aún no respondía sus cartas, esperaba superar esta y la sección de Iguro para poder pasar a la suya, así hablar con el más fácilmente.
Tampoco estaba intercambiando cartas con la tsuguko del amor, Genya los entendía totalmente, estaban muy ocupados así que no quería insistir demaciado.
Lo entristecía un poco, pero ya no contenía sus sentimientos como antes, eso era bueno. Recordaba con pena como se escondía para llorar cuando entrenaba con Himejima, negándose a su falta de habilidad.
Ya no lloraba tanto, no tenía tantas pesadillas o pensamientos negativos, Genya Shinazugawa había crecido. El mismo no veía lo fuerte que era, otros tuvieron que abrirle los ojos y ayudarle.
El reía, era invitado a estar con los demás, era buscado por sus seres queridos. No sé arrepentía de lo que no podía hacer y buscaba la forma de suplantarlo, porque ahora sabía lo fuerte que podía ser.
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Me gusta que los capítulos superen las 2000 palabras, lo malo es que se me escapan más y más errores de ortografía. Además por alguna razón inexplicable me está costando darle un nombre decente a los capítulos 😭😭
Soy una desordenada💀--
LAJSKQNWL me estoy quedando sin fanarts de Genya,,,,, sino empiezo a subir todos los cosos en inglés que me encuentro en Pinterest💐
¿Que les parece esto de cambiar los sentidos de narración? ¿No es un poco confuso? Quiero que sea simple(? de entender, además de que yo también quiero sentirme cómoda escribiendo y sea más fácil, al menos para mí😋.