El mundo oculto del Espejo [S...

By monicadcp10

6.9K 841 95

¿Conocéis a los vampiros? ¿Habéis escuchado sus historias? Bien. Porque este cuento no va de los vampiros que... More

[Adelanto]
Prólogo
Adiós, Neptuno
Conversión
El Espejo
El rey
Primera toma
¿Por qué a mí?
Asskiv
El diario
Primera Luna llena
Cárcel
Descendencia
Sed de sangre
Liberación
Poder vampírico
Reina
ESPECIAL - Día del Libro (23 de abril)
Proposición
Contrarreloj
Gota de sangre
Sedientos
Hipnosis
Una lección para el maestro
El anillo
Nolan
La carta
Confesiones
Despedida
Incógnitas
Luna de sangre
Nadie podrá
Sin poder vampírico
Duelo
Tigres
La disculpa tardía
Padre
Epílogo
AGRADECIMIENTOS

Lágrimas de diamante

112 15 1
By monicadcp10


—Nunca me han gustado las adivinanzas.

El sentimiento de rabia se abrió paso desde mi interior. En aquel momento, Nolan solo me parecía un vampiro presuntuoso que jugaba a pretender ser sabio. Si lo que estaba diciendo era que él tenía las respuestas que yo tanto ansiaba, pero no le concernía a él otorgármelas, me daba igual. Le seguiría culpando a él de todos modos y a cualquiera que no me diera exactamente lo que merecía: la verdad.

Nolan esbozó una pequeña sonrisa antes de responder.

—Ya te gustarán, cuando conozcas sus secretos.

—¿Estás provocándome?

Él no dijo nada y nos sumimos en un nuevo silencio que duró un par de minutos.

—Tus ojos son muy curiosos —recordé la impresión que le habían producido el día anterior—. Según Hesper, cambian según tus emociones. ¿Conoce alguien la conexión de los colores?

—Yo me sé un par, pero no creo que haya personas que estén perdiendo su tiempo en asociar cada color de mis ojos con mi estado de ánimo —me crucé de brazos.

—¿Son solo colores? ¿O es a veces algo más?

Parecía realmente interesado en la pregunta, aunque su actitud seguía siendo tan calmada como siempre. Pero algo me hacía pensar que no eran simplemente cuestiones cotidianas o curiosas, sino que había algo más detrás de todo aquello.

—Por ahora y que yo sepa, solo han sido cambios de colores. ¿Por qué lo pregunta?

—Simple y sana curiosidad —volvió a sonreír y el olor de la mentira llegó hasta mi mismísimo cerebro—. Cuantos más datos conozca de mi alumna, mejor.

—Entonces, ¿qué más quieres saber?

No iba a conseguir las respuestas que quería en aquel momento, de modo que mi mejor opción era llevarme bien con mi profesor y así poder llegar hasta mi segunda prueba antes de que mi mundo se desmoronase. Así Danira podría enseñarme el camino.

Estaba decepcionada aquella noche y puede que por esa razón me fuera tan complicado tratar de mirar con buenos ojos a Nolan, sobre todo después de lo que hizo. Había tenido un magnífico y reparador descanso sin pesadillas... y sin sueños. La bruja no había vuelto a dar señales de vida y empezaba a dudar. Solo había sido un sueño y mi imaginación podría haberlo ideado por mí, al fin y al cabo. Quizás estaba tratando de alcanzar algo inexistente. Pero lo cierto es que el solo hecho de pensar que podría ser cierto me provocaba unas náuseas terribles. Por lo que me obligué a pensar que no estaba loca y que tenía que luchar por mi libertad. Porque quedarme de brazos cruzados y esperar mi destino no me satisfacía para nada. Si iba a aceptar la propuesta de Hesper sería sabiendo que había hecho todo lo posible para cambiar ese final.

Nolan no me hizo más preguntas extrañas ni dignas de mención. Le mostré los poderes con los que contaba y mi control sobre ellos. Mi don hipnótico seguía siendo un completo misterio para ambos.

—¿Y no sabes cuándo activarlo? —inquirió.

—No supe lo que estaba haciendo ayer —aseguré—. No debería haber sido capaz de hipnotizar a Asmord, simplemente... ocurrió.

—Pero debes de seguir ciertos pasos, algo que te ayude a saber lo que estás haciendo —Nolan parecía muy interesado en mis poderes, algo que como mi profesor parecía ser bastante normal.

—Trato de ser lo más cercana posible a mi víctima. El contacto visual creo que es algo muy importante también. Aparte de eso... La verdad es que no sé.

—Trabajaremos en ello —aseguró con mirada seria—. Encontraremos la manera de que controles por completo tu poder. Por ahora no ha dado ningún problema.

—Casi ninguno —musité.

Nolan me miró con ojos comprensivos y una amable sonrisa.

—Los accidentes ocurren, Kaiserin. Y, por lo que sé, eso fue más bien un merecido castigo por intrusión mental. No hay muchas reglas aquí dentro, pero a Hesper no le gustan las personas que abusan de su poder para hacer mal a otros.

—El rey ha sido de mucha ayuda —coincidí—. Es una buena persona.

—Y parece que te tiene mucho aprecio.

Un brillo en sus ojos me hizo comprender que el vampiro estaba al corriente de los intereses de Hesper, en particular de su interés en mí. De repente me sentí desnuda, desprotegida. Mientras más personas lo supieran, más vida cobraría el hecho de que el rey de los vampiros quisiera convertirme en su reina. Tendría que hablar con él y pedirle que lo mantuviera en el máximo secreto posible. Asmord ya conocía sus planes y ahora Nolan también era consciente de ellos. ¿Quiénes más estaban al corriente? ¿Schatt? ¿Annelya? Esperaba que Kinn no.

—Volviendo a nuestro tema principal —Nolan dio un par de pasos en mi dirección—, creo que tus conocimientos están a la altura de un vampiro de primer nivel. A medida que avances, más información se te irá desvelando. Pero quiero que sepas que si alguna vez necesitaras consejo o ayuda, yo siempre estaré aquí para ti. Si escuchas algo que te haga dudar o si algún alumno mayor te desvela algo aún desconocido para ti, ven a verme. No actúes por cuenta propia, ¿de acuerdo? No estás sola.

Agradecí sus palabras aunque yo ya había aprendido la lección cuando el bosque ardió por mi culpa. No pensaba volver a cometer los mismos errores. Pero si algo dejaba entrever aquel vampiro era que todavía me quedaban sorpresas que desvelar y puede que algunas no fueran agradables.

Nolan no me dijo mucho más aquella noche. Quería que descansara y al día siguiente comenzaríamos con el combate cuerpo a cuerpo. Yo siempre había utilizado mis poderes con total libertad desde que nací, pero nunca me habían enseñado a utilizar mi cuerpo para pelear. Neptuno era bastante pacífico, de modo que nunca había tenido problemas como sabía que tenían los terrestres. Todo volvería a ser nuevo para mí.

Sigo pensando que pareces decaída.

Era la octava vez que escuchaba algo similar desde que Ámarok y yo habíamos salido a pasear por el bosque que tanto había empezado a amar. El lobo no dejaba de mirarme fijamente mientras caminábamos, casi como si esperara poder atravesar mi cráneo y leerme el pensamiento. Era molesto y divertido a la vez.

Supongo que no es por Nolan, tu nuevo profesor —continuó deduciendo—. Ya tenías mala cara cuando te despertaste. ¿Sigues preocupada por lo de la prueba?

Tenía que reconocer que había temido que los poderes de mi nuevo instructor hubieran dejado secuelas en el lobo, pero no había sido así y había tenido mucho tiempo y oportunidades para comprobarlo.

—Fue un buen susto, pero no. Ya te he dicho repetidas veces que estoy bien. ¿Tan difícil resulta creerme?

Los rasgos faciales de Ámarok me hicieron saber que sí.

Pareces... decepcionada —no se dio por vencido—. Creo que si realmente fuera por mí, me lo habrías dicho. O al menos no estarías paseando conmigo.

Sonreí y me detuve para agacharme hasta tener mis ojos a la altura de los suyos. Después cogí su enorme y peluda cabeza entre mis manos.

—Si alguna vez me pasara algo contigo, ni siquiera tendrías que preguntar: lo sabrías.

Él siempre sabía todo lo relacionado conmigo. Incluso cuando yo no sabía lo que me sucedía, Ámarok siempre sabía ponerle nombre. Y eso me había ayudado a sobrevivir en un mundo sin emociones.

Entonces, dime qué es lo que te ocurre. Quiero estar contigo en la luz y en la oscuridad.

Suspiré y continué acariciando su cabeza gentilmente, deslizando mis dedos hasta sus orejas.

—Es complicado.

Todo lo es —la lengua del lobo se deslizó sobre mi mejilla—. Pero las cargas pesadas lo son menos si se comparten.

Y, como siempre, a él no le faltaba razón. No era que no quisiera contar con él, sino que simplemente era incluso difícil para mí explicarlo. Pero por él lo intentaría.

—No es una sola cosa —dirigí la mirada al oscuro cielo estrellado mientras trataba de buscar las palabras exactas—. Tú eres el único que me conoce, él único que entiende que incluso en Neptuno yo no me sentía como si estuviera en casa. Soy... diferente. Y eso no ha sido ningún cumplido para mí, ninguna ayuda todos estos años. Tuve que sobrevivir a las diferencias, hacerles frente y continuar, tanto por mi madre como por mí. Quería encontrar mi sitio, crear un futuro en el que encajara, en el que me sintiera feliz. Y cuando supe de la existencia de este lugar no pude evitar tener esperanzas.

Creíste que por fin encontrarías todo aquello que estabas buscando —el lobo entendió a la primera y se sentó junto a mí en el suelo—. Idealizaste el Espejo ilusionándote al pensar que aquí todos serían como tú.

Las lágrimas quemaban en mis ojos, pero hacía tanto tiempo que no me permitía llorar libremente que las retuve a la fuerza mordiéndome el labio inferior.

—Sigo siendo distinta, Ámarok —inspiré profundamente—. Incluso entre los vampiros soy la excepción a toda regla. ¿Por qué? ¿Quién soy? Cada vez que trato de acostumbrarme a mi vida, esta cambia repentinamente. Y hay veces en las que simplemente creo que he llegado a mi límite, que ya no puedo continuar más. Sí, avanzo, aprendo cosas... pero, ¿para qué? ¿De qué me sirve todo esto? ¿Qué me espera cuando salga de aquí? ¿A qué vida aspiro?

Puede que nadie tenga las respuestas que estás buscando —repuso el lobo suavemente.

—Pero hay otros que tienen respuestas para mí —el fuego se reavivó en mi interior—. ¿Crees que existe la mínima posibilidad de que mi madre no supiera a dónde estaba llevando a su hija? Y, aun así, no le importó. Ni siquiera dudó. ¿Y mi abuela? ¿Me contó la verdad sobre ella? ¿Qué le sucedió realmente? ¿Cómo se conocieron ella y Hesper? Aquí hay cosas que apestan, Ámarok. Secretos que todos están guardando, pero que yo pienso descubrir.

No tiene sentido, Silene —los ojos de Ámarok se encontraron con los míos—. ¿Te estás escuchando? No te hace ningún bien tener tantas cosas metidas en la cabeza. Tienes que detenerte y resolver este rompecabezas por piezas o acabarás ardiendo antes de llegar al final. No sé si alguien te está ocultando o no información, pero no es algo que podamos averiguar ahora. Tendremos que esperar y ver cómo se desarrollan los acontecimientos.

Lo sabía, claro que lo sabía. Pero el hecho de no poder hacer nada me ponía enferma. Había una violencia dentro de mí que no se detendría ante nada una vez desatada. Quería ver el mundo arder a mi alrededor... porque ninguno de ellos parecía comprender las cosas por las que yo estaba pasando. Y puede que, en el fondo, ninguno de ellos se preocupara lo más mínimo por mí. El miedo de que realmente todos me vieran como un instrumento regresó con más fuerza que nunca. Al menos hasta que sentí la pesada cabeza del lobo sobre mis piernas cruzadas.

En ese momento me permití sonreír. Me había dado cuenta, por fin, de que por mucho que deseara esas respuestas, estas no importaban en lo más mínimo. No mientras lo tuviera a él a mi lado. Ámarok era el único en el que siempre había podido confiar y eso no cambiaría con el paso del tiempo. Pasara lo que pasase, él estaría conmigo. No tenía nada a lo que temer.

—Gracias —mi mano se deslizó una vez más por sus orejas—. No sé qué sería de mí sin ti.

Lo mismo que de mí sin ti.

Respiré profundamente durante varios minutos mientras disfrutaba de la brisa fría en mis mejillas. Cuando mis pulmones se hubieron llenado de esa sensación de libertad, permití que mi mente se dirigiera hacia el siguiente problema, la siguiente prueba. Si era cierto lo que Danira me había dicho y no había sido un producto de mi imaginación, superar la segunda prueba era el último de los requisitos para comenzar la búsqueda. Tendría que centrarme en eso.

—¿Crees que ella me contactará de nuevo? —le hice a él la pregunta porque estaba harta de preguntarme a mí misma.

—Mi instinto me dice que sí —sonreí al escuchar su voz—. Pero ya sabes lo que dicen del instinto de los lobos.

—¿Qué es lo que dicen?

—No lo sé —los ojos de Ámarok me miraron de reojo—. Viví en un mundo sin ellos, ¿recuerdas?

La risa burbujeaba en mi garganta, de modo que incliné la cabeza hacia atrás y dejé que se deslizara por mi boca hasta mis labios. Sí, también había sido difícil la vida para Ámarok en Neptuno. El único en su especie en un planeta en el que los sentimientos eran considerados un lastre. Más de una vez en los últimos meses que había pasado allí me había preocupado la idea de no encontrar a mi mejor amigo allí cuando regresara. Mi madre, después de todo, no se dejaba llevar por las buenas acciones. Por suerte, Ámarok estaba conmigo. Algo que todavía no podía creerme.

Mi mente se detuvo entonces en las personas que había conocido allí dentro, deteniéndose un instante en Kinn. Su explicación de las distintas unidades en las que estaban divididas los vampiros golpeó mis pensamientos con fuerza.

—Ámarok.

Hm —el lobo se había colocado de modo que pudiera deslizar mi mano por su barriga, una de las zonas secretas que más le gustaban.

—¿Para qué crees que necesitan los vampiros un ejército?

¿Un ejército?

Repasando levemente lo que la joven vampira me había contado noté que le ceño de Ámarok se fruncía levemente.

Quizás sea simplemente una especie de forma de organización —no sonaba muy convencido—. No hay contra quién luchar aquí, solo están ellos. ¿Crees que se están planteando atacar a las demás criaturas que conviven con ellos?

—No es eso lo que ha cruzado por mi mente —giré el rostro, evitando su mirada—. Supongo que habrán intentado salir de aquí muchas veces, ya sea con brujas o sin ellas. No creo que se hayan rendido.

Ámarok se incorporó rápidamente, buscando mis ojos para confirmar lo que no había dicho en voz alta.

Neptuno. ¿Eso es lo que piensas? ¿Quieren entrar en guerra con los neptunianos por haberlos encerrado?

—Creo que puedo llegar a entender su frustración, el sentimiento de rabia, la venganza... Si los vampiros tienen emociones no es una locura pensar que podrían llevar planeando su venganza durante años.

Es una locura —el lobo sacudió la cabeza—. No digo que sea imposible, es solo que... Neptuno no ha sufrido una guerra en milenios.

—Y, aun así, ellos también mantienen la estructura del ejército —musité—. Es irónico que se parezcan tanto neptunianos y vampiros.

La conclusión de Ámarok fue que no podíamos dar nada por sentado y que, para variar, solo podíamos esperar.

Si es cierto lo que dices, los altos mandos vampíricos tendrán esa información en su poder —había dicho el lobo.

Por lo que yo, casi sin darme cuenta, había adquirido la nueva necesidad de llegar a formar parte de ese alto mando. Además de Hesper, puede que los líderes de las distintas unidades estuvieran al corriente de todo. Y si algo podían conseguirme las diferencias que tanto odiaba de mí eran un puesto alto en las filas de los vampiros. Por primera vez en mi vida comenzaba a codiciar el poder.

En mi siguiente encuentro con Nolan me sentía más decidida que nunca a convertirme en todo aquello que jamás había querido ser. Si era el poder lo que se necesitaba para desvelar los misterios del mundo, sería poder lo que perseguiría.

Mi nuevo profesor pareció leer la determinación en mis ojos porque con un gesto serio y una inclinación de su cabeza, dio por comenzada la clase.

—Tus poderes, tu cuerpo y tu mente tienen que ser una sola cosa —su voz pausada llegaba hasta mis oídos en suaves ondas que me animaban a relajarme y a escuchar—. El equilibrio y la coordinación entre todos ellos son imprescindibles. Tus músculos tienen que aprender a moverse al son de tu mente y en perfecta sincronía con los dones con los que naciste. ¿Entiendes lo que te digo?

—Solo la teoría —me sinceré—, pero no veo cómo se puede llegar a eso.

—Con práctica y concentración.

Mi cuerpo cayó al suelo aquella noche más veces de las que incluso un vampiro es capaz de recordar. Si había pensado en algún momento que el potencial de Nolan se centraba en su Coma, estaba muy equivocada. Su cuerpo se movía a una velocidad sin precedentes. Si no hubiera visto a Kinn utilizar su poder más de una vez hubiera pensado que mi profesor poseía el don de moverse a la velocidad de la luz. Sus movimientos eran tan fluidos como los de un felino. Ni siquiera Ámarok, con su letal elegancia, podría ser rival para él en un combate cuerpo a cuerpo.

Para cuando la lección concluyó, todo mi cuerpo ardía de dentro hacia fuera mientras Nolan se sacudía su inmaculada túnica sin apenas una gota de sudor en su frente.

—Eso solo ha sido un ejemplo de lo que un vampiro puede hacer —dijo—. Con entrenamiento y fuerza de voluntad, podrás llegar a conseguir lo mismo o incluso más. Pero tienes que estar dispuesta a levantarte después de cada caída.

—No estoy en el suelo, ¿verdad? —tercié.

—Y ese es mi orgullo como tu profesor —inclinó la cabeza nuevamente—. Sé que no seré el primero ni el último en decirte esto, pero tienes un enorme potencial dentro de ti. Solo debes asegurarte de encauzarlo adecuadamente. No te pierdas en el camino.

Perderme... Un par de horas después, mientras salía de caza con Ámarok, seguía pensando en aquellas palabras. A causa del invierno, los animales comenzaban a ser más escasos. Muchos de los árboles yacían desnudos, con sus ramas retorcidas tratando de alcanzar el cielo. Casi parecían gritar, rogar que se les devolvieran sus maravillosas hojas de verdes inimaginables.

Me ceñí aún más la cazadora negra que había elegido para aquella noche y volví a concentrarme en la búsqueda mientras Ámarok se desviaba un poco para seguir algunas huellas que había encontrado. Allí, en mitad del bosque al que tanto me había comenzado a acostumbrar, no me sentía perdida. Era cierto que todavía no lo consideraba mi hogar y que muchas veces me sorprendía preguntándome si realmente algún lugar en el mundo podría llegar a serlo. Unas semanas atrás había sentido casi felicidad, cuando Asmord no había traicionado la confianza que había depositado en él, cuando Hesper no había insinuado lo útil que podría ser mi poder para los vampiros. Cuando todavía era una niña creyendo que el mundo no era un lugar tan oscuro y siniestro como mi antiguo profesor. Las cosas, pensé, habían cambiado tanto en unos pocos días que comprendí que ya me había perdido, ya estaba perdida. La verdadera pregunta era si lograría encontrarme de nuevo algún día.

La silueta del lobo apareció de nuevo, sacudiendo la cabeza en señal de no haber encontrado lo que andaba buscando. En ese instante, el tiempo pareció detenerse y los primeros copos de nieve comenzaron a caer del cielo en una suave lluvia blanca. Incliné la cabeza hacia arriba, permitiendo acoger en mi rostro aquellas formas de hielo que se derretían en contacto con mi calor corporal. Y en ese momento descubrí que si mi vida fuera así, con Ámarok cazando y disfrutando de rincones de naturaleza ocultos, yo sería la vampiresa más afortunada del universo. Y aunque mi búsqueda de respuestas no había finalizado ni lo haría nunca, decidí que no valía la pena echarlo todo a perder por ella.

Con una sonrisa, caminé hacia mi mejor amigo y suavemente acaricié el pelaje de su cabeza hasta que sus ojos se encontraron con los míos. Puede que el hogar no fuera un lugar, después de todo.

—Vámonos a la Academia —le dije.

Con una sacudida, Ámarok se puso en camino, no alejándose demasiado de mí. La nieve continuaba cayendo plácidamente sobre nosotros y a ninguno parecía molestarle demasiado. La torre que era la Academia quedó a la vista plenamente en tan solo unos minutos y una sensación de calidez inundó mi cuerpo. Sí, puede que estuviera en casa.

Los últimos metros hasta la puerta fueron una carrera entre Ámarok y yo. El lobo se había propuesto mejorar su velocidad, ya que yo lo superaba la mayoría de las veces. Mi conversión a vampiro había cambiado muchas cosas entre nosotros, pero jamás cambiaría nuestra amistad.

Me has superado solo por un segundo —repuso recuperando el aliento—. Creo que no está mal.

—No para un viejo lobo —sonreí.

Abrí la puerta antes de que pudiera responder y los dos nos adentramos en la cocina con las narices arrugadas. Había un nuevo olor que impregnaba el interior del edificio, algo totalmente extraño... Deslizándonos por la cocina nos percatamos del gran fuego que ardía en la chimenea del salón y que aportaba calor al menos a esa parte de la Academia. Mirándonos entre nosotros, nos acercamos rápidamente a las llamas para disfrutar de ellas más de cerca.

Nunca me he parado a pensarlo, pero puede que para ti el fuego no sea algo tan especial cuando lo llevas dentro de ti —comentó el lobo mientras se sentaba delante de la chimenea y dejaba que el calor llegase a todos los músculos de su cuerpo.

—El fuego siempre ha formado parte de mí —asentí—. Me siento atraída hacia él aunque tema el daño que puede llegar a provocar. Creo que con práctica y tiempo llegará el día en que pueda danzar con él alegremente.

Con sumo deleite, acerqué mi mano derecha a las llamas y permití que se sumergiera en el mar de fuego de la chimenea. Hacía muchos años que había descubierto que podía hacer eso. Para todo aquel que lo viera desde fuera, parecería que mi cuerpo resistía el poder del fuego sin el menor esfuerzo, pero a menudo había que fijarse más en los pequeños detalles. Si alguien decidiera sentarse junto a mí y mirar detenidamente habría averiguado que las llamas jamás tocaban mi piel, sino que la sorteaban hábilmente como si no quisieran hacerme daño. Era lo más cerca que estaría jamás de tocar el elemento que formaba parte de mí.

Unos pasos en la escalera me sacaron de mis pensamientos y giré mi rostro para descubrir la melena rojiza de Kinn apareciendo en el salón. Mi sonrisa quedó borrada apenas unos instantes después, cuando mis ojos se toparon con los dos zafiros relucientes de mi amiga. Dos zafiros aguados en su cara surcada por lágrimas de diamante.



Continue Reading

You'll Also Like

658K 24.6K 50
Frases de todo tipo. Espero y les guste mis frases y poemas. Portada hecha por @theangelscrytoo Por favor no olviden darle amor⭐ si les gustaron al...
71.1M 3M 60
Culpa mía es una película basada en la trilogía "Culpables" - Próximamente disponible en Amazon Prime. ¡Disponible los 16 primeros capítulos! **Ganad...
30.6K 1.2K 7
Bueno, por demanda popular, la lectura de Bones and I collab story SOTE ahora es una lectura de la mente de E4E. ¡Es hora de dar un paseo por el lado...
70.9M 7M 49
[COMPLETADA] Una noche fue suficiente para cambiarlo todo, para destruirlo todo. Él acabó con mi familia, con todo lo que amo y por alguna razón me d...