CAPÍTULO I
El gran día se acercaba, la fiesta de aniversario de la empresa era en unos días y Alisha aún no había comprado su obsequio, la fiesta de aniversario de SIE se celebra cada año y el tema de este año eran las joyas, se subastarán más cosas, pero las joyas serían el centro de atención. Todos los obsequios recibidos por los invitados eran subastados y donados a la fundación Sandra Saint para niños discapacitados.
Alisha y Carlos recién salían de su última clase.
-Por Dios que nervios el trabajo final, quien diría que nos graduamos en un mes. Dijo Alish
-La verdad es que es increíble, todavía recuerdo el primer día de clases cuando te escondías en la última fila para que no te reconocieran.
- Si, a veces extraño esos días
-yo no, Córdoba me odiaba, me puso una C y era el segundo de la clase.
-Si, es cierto, era insufrible... río, tengo que ir a la joyería a lo que te conté, mi papá se va a morir cuando lo vea.
-Si, definitivamente se va a morir cuando lo vea. Tengo que irme.
- Si me acompañas a la joyería te doy un aventón.
- Si, claro.
Alisha había encargado un precioso collar de oro blanco con un diamante rojo en forma de corazón. Ambos se asombraron al verlo era hermoso. Alisha estaba muy feliz, ese diseño era idéntico al collar que su padre le había regalado a su madre el día de su boda. Y que se había perdido en el accidente. Era un hermoso y triste recuerdo.
Alisha le dio un aventón a Carlos en su coche, aunque él insistía en ir en bus, Alisha no sé lo permitió.
-Sabes que no me gusta molestarte.
-Te había dicho que te llevaría, además sabes que no es una molestia. Necesito platicar con tu madre.
-Aveces me pregunto: quién es tu mejor amigo? Mi madre o yo?
-Ella, sin duda. Ambos rieron.
A Carlos le sorprendía la actitud de Alisha, aunque nació en cuna de oro siempre ha sido muy simpática, amable y noble, no le importaba ayudar a los demás. Era muy buena con los niños y de vez en cuando ayudaba en la fundación de su madre.
Al llegar a casa de Carlos, Ana, la madre de Carlos, insistió en que se quedarán a comer y Alisha encantada aceptó. A Valeria, la hermana menor de Carlos, le encantaba ver a Alisha, para ella, Alisha era la persona en la que un día soñaba convertirse.
Mientras comían el teléfono de Alisha sonó, era su abuela Roberta. -Me disculpan por un momento, es mi abuela, tengo que contestar. Todos asintieron... -Tengo que irme, mi abuela necesita que la cubra en la fundación.
-Me das un aventon voy a la plaza. Dijo Joseías.
-Si, claro. Ve por tus cosas, no pienso irme hasta no terminar mi plato.
Cuando estaban en el auto.
-Tienes lo que te pedí? Preguntó Alisha.
- Por quién me tomas. Está en la mochila, lo dejaré en el asiento de atrás.
-Perfecto, toma (mientras le pasaba un billete) regrésate en taxi. Y no vuelvas tarde.
-Gracias, si, si, si volveré a las 5.
-Excelente
Alisha pasó toda la tarde entre papeles y firmas en la fundación y cuando llegó a casa estaba tan cansada que solo probó su cena y se fue a dormir.
En la mañana, los golpecitos en la puerta la despertaron, rayos se dijo mientras miraba el reloj, son las 9:00. Rayos...
-Adelante, gritó.
- Alisha, tu padre quiere verte.
- Oscar, puedes decirle que iré a verlo en 20 minutos. Gracias.
- Si, Claro.
Su padre tenía insomnio y siempre despertaba a las 4, debió dormir en el penthouse, está más cerca del aeropuerto privado. Se levantó rápidamente y corrió al baño. En 20 minutos estaba entrando en el despacho de su padre.
-Cariño, ¿cómo estás? Dijo su padre mientras se levantaba para abrazarla
-Hola papá, muy bien, ¿qué tal tu vuelo?
-Excelente, cómo van los preparativos para mañana?
-Muy bien, Oscar se ha encargado de todo, todos los invitados confirmaron, ya organizamos el banquete de 5 tiempos, solo falta que elijas la joya de la subasta. Y listo.
-La elegiré mañana en la mañana. Ahora tengo que ir a la oficina, Margaret necesita que firme unos documentos.
- Te veré para la cena entonces.
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Eran más 10 de la mañana cuando Isaías estaba a una cuadra de Robert,s a buscar el traje que había encargado para la fiesta de aniversario y la vio, era ella, tenía que ser ella, sin duda no habían dos personas iguales en este mundo y esa era Alisha, pero que hacía Alisha en una tienda de hombre, y con un Niño, bueno no era un niño exactamente pero tenía como 16 años no más, y salía con un traje en la mano. Tenía que ser una obra de caridad, sabía que la chica tenía fama de madre Teresa.
Ella cruzó la calle y subió a un Audi blanco con el chico. Ni siquiera noto que él la miraba.
-Eso cambiará mañana querida, 0 obras de caridad, no puedes derrochar mi dinero.
Entró a Robert's y vio a Sharon la asistente de Roberto.
-Buen día, vine a buscar mi traje. Dijo mientras le pasaba una tarjeta.
-Enseguida señor Legarda.
-Sharon, sabes quien era la chica que acaba de salir.
-Si, Claro, es Alisha Saint, nunca la había visto en persona, pero es una mujer encantadora.
-Es extraño, que quería?
-Buscaba un traje para su amigo o eso creo. Mientras le pasaba el smoking.
- Gracias Sharon, salúdame a Roberto.
-Gracias a usted señor.
Había dejado el coche a una cuadra, nunca hay estacionamiento cerca. Eran las 10:20, aún tenía que ir a la peluquería y hacer algunas cosas antes de ir a ver a Susan, su amante, era azafata y solo estaba en la ciudad un par de días. La vería en un bar a las 7.
Y justo a las 7 estaba entrando al bar, Susan estaba sentada en la barra coqueteando con el bartender.
-Sus, dijo mientras se acercaba.
-Puntual como siempre.
-Soy un hombre de palabra, lo sabes.
-Porsupuesto.
-Nos vamos.
-Pero si acabamos de llegar, quedémonos un rato más.
-Esta bien.
Entre el tequila y la apasionada noche que tuvo con Susan se le había ido la misión del tiempo.
Eran las 5 de la mañana cuando abrió la puerta de su habitación y se tiró en la cama y se quedó noqueado.
Cuando abrió los ojos habían pasado las 12.
-Mierda, Mierda, Mierda... se dijo. Mi madre debe estar furiosa.
Y era cierto, nada era peor para Catalina que la impuntualidad y nadie lo sabía mejor que él.
Era la 1:20 cuando escucho la puerta, tenía que ser su madre, cruzó rápidamente el pasillo y abrió la puerta.
-Que no te he enseñado a ser puntual.
-Que gusto verte mamá, cómo estás ?
-Bien, pero estaría mejor si no me dejaras esperando para comer.
-Disculpa es que hoy es la fiesta de aniversario de SIE y he estado un poco ocupado con eso, mintió.
-Está bien, ya que no fuiste a comer conmigo, traje la comida aquí, ve a buscarla está en el auto.
Luego de pasar la tarde con su madre a las 7:20 ya estaba dando el último toque a su corbata. Y en menos de 40 minutos ya estaba entregando las llaves al Valet Parking de la mansión Saint. Si por algo era conocida la familia Saint era por sus legendarias fiestas. Subió la escalinata de la puerta y entró al salón, caminó unos pocos pasos cuando vio a varios invitados jóvenes embobados mirando hacia las escalera y se giró. Era Alisha
Alisha estaba bajando las escaleras, parecía una visión con su vestido rojo vino de una sola manga que resaltaba todo en su cuerpo, el brillante cabello negro ondulado que caía como una cascada sobre sus hombros hasta la base de la sintura, y esos hermosos ojos azules como diamantes. Realmente era hermosa.
Un chico la recibió al pie de la escalera, llevaba un traje negro y una corbata griz. Isaías se quedó pensando, quien era ese chico, sería su novio. Pero no se detuvo, continuó avanzando hasta que el señor Smith que estaba hablando con unos clientes.
Había pasado media hora cuando Alisha se acercó a su padre.
-Buenas noches dijo
-Buenas noches dijeron todos.
-Me alegra que te acercaras cariño dijo John, me alegro que te acercaras, quería presentarte ellos son Eduart Taylor y ella es su esposa Camila, son los dueños de Taylor industrial.
-Mucho gusto. Contestó ella mientras le tendía la mano con y les dedicaba una amplia sonrisa.
John se juro hacía Isaías y dijo: -y él es Isaías Legarda, trabaja para nosotros en SIE es Vicepresidente de operaciones.
Ella se giró hacia él y lo miró con esos grandes ojos azules y él pensó que le estaba leyendo el pensamiento. Había esperado tanto para esto, y ella estaba ahí, delante de él.
-Gusto en conocerte. Continuó ella, mi padre habla mucho de ti y de que le sorprende su trabajo.
-El gusto es todo mío. Tu padre siempre habla de lo orgulloso que está de ti. Me halaga que le guste mi trabajo, es un honor trabajar con un hombre como él.
Ella le dedicó una amplia sonrisa. - Gracias dijo y se giró hacia su padre y continuó. Ahora entiendo porque hablas tan bien de él, sabe escoger las palabras... lo miró, sonrió y él también le dedicó una sonrisa. Miró hacia el maestro de ceremonias que le hizo una señal, se disculpó y se dirigió hacia él.
El maestro de ceremonias dedicó unas palabras de bienvenida y agradeció a todos los participantes. Y los dejo con Alisha
-Buenas noches, damas y caballeros aquí presente, mi padre y yo estamos muy agradecidos por su presencia y hoy al igual que cada año. Hoy se conmemora el 50 aniversario de Smith international Exporting, empresa creada por mis abuelos Jonathan y Sarah Smith el 15 abril de 1969. Desde entonces cada generación se ha esforzado por dar lo mejor de sí para sacar la empresa adelante, lo que comenzó como un sueño con un pequeño barco y una oficina con 15 empleados hoy es una empresa internacional con sede en España, Inglaterra, México, Japón, Estados Unidos y Canadá. Gracias a todos los que han trabajado arduamente para que SIE crezca cada día más. No somos solo una empresa, somos una gran familia. Salud, por un año más. Y feliz aniversario.
Cada año SIE organiza una subasta, cuyas donaciones van dirigidas la fundación Sandra Saint. Agradezco a todos los que cada año donan un granito de arena para ayudar a quienes tienen menos. Sin más preámbulos, que inicie la subasta.
-Iniciamos la subasta con una semana en Cancún MOON PALACE NIZUC Comencemos con 1000 dólares, quinientos dólares a la derecha, quien ofrece 1500, 1500 a la izquierda, 5000 dólares, 5000 dólares a la una, a las dos, a las tres, vendido a la señora de verde por 5000 dólares.
La subasta continuó hasta que Alisha subio con un hermoso collar en oro blanco con un enorme diamante rojo en forma de corazón.
-Iniciamos la subasta, con 25,000 dólares.
25 dijo una, 30, dijo otra, 50 contestó el señor Smith, 100,000 dijo otro
-200,000 dijo Isaías, y todo el mundo se quedó perplejo mirándolo.
-200,000 a las una, 200,000 a las dos, Vendido por 200,000 dólares al señor Isaías Legarda.
Todos aplaudieron y Alisha bajo a entregarle el collar.
-Creo que esto es tuyo comentó ella.
-Gracias dijo él.