más de ti [camren]

Od cabellosfreedom

1.1M 59.5K 108K

[camren] Více

INTRO (LEER)
PRIMERA PARTE - APOLO & DAFNE
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
SEGUNDA PARTE - ORFEO & EURIDICE
26
27
28
29
30
31
32
33
34
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
TERCERA PARTE - EROS & PSIQUE
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
61
62
63
64
EXTRA #1
65
66
67
68

35

20.5K 922 2.6K
Od cabellosfreedom




Camila

Termino de beber lo último de mi vaso ignorando que me quema un poco la garganta por lo fuerte que está y que no debería beber cuando estoy molesta porque me pongo algo... intensa, y luego me siento con Kat en una de las sillas del jardín.

Ella ríe por algo que le escucha decir a Hook, pero se voltea cuando nota que ni siquiera levanto la vista del piso porque estoy malditamente ocupada tratando de no ir a buscar a Lauren para aclararle que no puede dejarme hablando sola así como así.

¿Cómo pudo?

En serio. ¡¿Cómo pudo?! Ah, ya sé cómo. Es una cobarde que ni pudo defenderse porque sabe que tengo razón. ¡Y eso me da más rabia!

— ¿Qué tienes? —Me pregunta Kat, sonriéndome con algo de pena porque debe estar suponiendo que quiero irme y la mayoría de las veces acordamos irnos juntas—. ¿Ya te aburriste?

—No —respondo, chasqueando la lengua al sacudir la cabeza al mirarla—. ¿Puedes creer que Lauren estaba hablando con Mason? ¡Con Mason! —Agudizo mi voz de la indignación—. La acabo de ver.

— ¿Dón-...

—O sea que en vez de ir a saludarme cuando llegó, se fue a hablar con él. ¡Con él! —No la dejo hablar—. ¿Lo puedes creer? —Repito, cruzándome de brazos.

— ¡¿Qué?! —Grita, y sé desde el principio que está exagerando porque ella no es de reaccionar así—. ¿Me estás diciendo que Lauren estaba hablando con otra persona en una fiesta donde claramente la gente habla con otra? ¿Y que además era un hombre? ¡No puede ser! ¿Cómo se atreve?

Ruedo los ojos y suspiro con molestia.

—No es gracioso, Kat. Tú no entiendes.

— ¿Qué no entiendo?

—Nada, literalmente nada. —Me quejo sin siquiera mirarla—. Te pones a bromear porque no estuviste ahí.

—Diferente sería si me dijeras que fuiste al baño y los encontraste dándose un beso, pero sólo estaban hablando. —Se pone un poco más seria—. ¿Por qué no te acercas a saludarla tú? ¿Dónde está? —Me anima.

—No sé dónde está —digo de mala gana—. ¿Y sabes qué? No me interesa. Ojalá se haya ido a su casa así puedo divertirme tranquila. Puede hacer lo que quiera. —Le digo aunque por dentro no pueda soportar el orgullo herido.

—Pero si acabas de verla hablando con Mason. ¿Cómo no vas a saber dónde está?

—No porque ahora Lauren me esté cayendo un poco mejor significa que sabré siempre dónde está, Kat. Ubícate.

— ¿Qué son esas respuestas? —Me mira divertida.

—Es que la vi subir al segundo piso y ya. No supe más.

—Y... —La interrumpo.

—Debe estar en baño o qué se yo. Se fue cuando le hablé porque no le gustó que la interrumpiera. O mejor dicho, ¡no le gustó que Mason se fuera! —Vuelvo a enojarme por recordar que me dejó hablando sola y aprieto los labios—. Ay, te juro que me acuerdo cómo lo defendió y me dan unas ganas de...

— ¿Cómo defendió a quién? —Kat sacude la cabeza—. Habla más lento, Camila. No entiendo de qué me estás hablando.

—A Mason, ¿a quién más va a ser? —Resoplo—. Lo defendió porque fui a pedirle explicaciones de...

— ¿Fuiste a reclamarle?

La miro como si fuera algo evidente que ni tendría que mencionar para que lo supiera.

—Obviamente.

— ¿Por verla hablando con alguien?

Alzo mi barbilla sin siquiera inmutarme.

—Sí.

—Pero Camila...

— ¿Pero qué? —Frunzo el ceño.

—Nada, nada —me dice, sin querer darle mucha importancia—. Es que no puedo creer que hayas ido a pedirle explicaciones. Yo empecé con el tema de Lauren y Mason como una broma, creí que era obvio que entre ellos no pasa nada...

—Creíste mal. —La corto—. ¿Por qué sería tan obvio?

—Me refiero a que las únicas pruebas que tienes para pensar en esa posibilidad es que los viste hablando en una fiesta, además de que yo exageré sobre lo que vi en la universidad cuando los encontré estudiando. —Se ríe un poco.

— ¿Exageraste? —Enarco mis cejas.

—Un poco... Quizás un poco mucho —confiesa.

— ¿Qué mierda significa eso? Explícate bien.

—Pero en mi defensa —añade—, estaba segura de que lo habías tomado como un chiste cruel para que admitieras que te pasaban cosas con Lauren. ¿O hay algo más que no me quieres contar?

La miro mal.

— ¿Algo como qué?

—No sé —me dice, riéndose un poco—. Algo que te tenga así de enojada.

—Es que no entiendo para qué lo invitó si no era necesario —mascullo—. Hizo una broma hace unos días sobre estar con él en la fiesta y cuando fui a su departamento para que no se quedara sola mientras estaba enferma, le pregunté sobre él y me dijo que no, que Mason no estaría aquí. Es una mentirosa.

—Quizás no sabía que iba a venir, Camila.

—Ay, Kat, no seas ingenua. Claramente sabía y no me lo quiso decir.

—Eso lo estás suponiendo —insiste—. No creo que Lauren sea así.

— ¿Así cómo?

—Como de ocultar cosas por miedo a que descubran el supuesto romance que te estás imaginando —se explica—. Nunca me has dicho que te miente, ¿por qué lo haría ahora?

— ¿Qué tiene que ver eso con lo que te estoy contando?

—Porque tendrías el derecho a dudar si fuera algo que ocurriera seguido, como te pasaba con... ya sabemos quién, pero no recuerdo que dijeras que Lauren también es buena para ocultar las cosas.

No. De hecho, Lauren nunca miente, pero no quiero decírselo si significa darle la razón. Preferiría que se me rompieran todas las uñas al mismo tiempo. O que me cortaran mal el pelo. Abro la boca y como no se me ocurre nada, frunzo más el ceño antes de hablar.

—No metas a Nicholas, él no tiene nada que ver.

— ¡Es un ejemplo! Y deja de cambiar el tema —me ordena, apuntándome con el dedo—. Con él tenías motivos de sobra para desconfiar y pensar que llevaría a su departamento a la primera chica que se le cruzara porque lo hizo muchas veces...

— ¡Ash! Estás como Julia recordando todas las veces que se acostó con una de esas...

—... Así que por eso te pregunto —continúa, ignorándome cuando seguramente diré algo sobre esas chicas de lo que después me voy a arrepentir porque Kat siempre me repite que no está bien desquitarme con ellas—, ¿Lauren también es así?

—Vuelvo a decírtelo, Kat. —Murmuro aburrida—. Nicholas no tiene nada que ver con lo que estamos hablando.

—Sigues sin responderme.

Resoplo porque no quería que me hiciera preguntas, sólo vine a quejarme. A veces me gustaría que Kat fuera el tipo de amiga que me encuentra la razón en todo, al menos que fingiera. Mi vida sería mucho más fácil si en lugar de preguntarme por lo que hace o no hace Lauren en comparación, estuviera de acuerdo en acompañarme en esto y odiarla conmigo.

—No, no es así —le contesto—. Pero siempre hay una primera vez para todo.

—Mmmm. —No suena muy convencida de lo que digo y hace una ligera mueca—. Bueno, quizás tengas razón, aunque convengamos que no eres la mejor para pedir explicaciones cuando crees que sabes la verdad, Camila, así que según lo que veo, hiciste un problema de algo insignificante. —Acerca su vaso a su boca y se encoge de hombros antes de beber.

— ¿Perdón? —La miro mal—. No dirías que fue insignificante si hubieras visto cómo le sonreía.

—Tú eres coqueta con todo el mundo siempre, incluso ahora, eso no significa nada. Yo creo que ella está más enojada que tú ahora.

— ¡Lo que me faltaría! —Exclamo, negando con la cabeza—. Que ahora se enoje y espere que yo me disculpe. —Me río por lo ridículo que suena—. Esperará toda la noche entonces porque ni muerta.

Kat rueda los ojos y suspira.

— ¿Por qué mejor no me explicas bien lo que pasó?

—Mira, es bastante simple y es el hecho de que a Lauren le gusta hacerme enojar. —Comienzo, irritada—. Todo empezó cuando fuimos a su departamento a ayudarla. ¿Te acuerdas? Le pregunté quién era Mason después de que entráramos...

—Como si no hubieras tenido la menor idea. —Agrega.

—Por supuesto, tenía que fingir —murmuro, asintiendo—. La cosa es que bromeó diciendo que lo invitaría y después agregó un ''¿y quién sabe? Tal vez me divierta.'' Porque obviamente quería ponerme celosa, fue cosa de verla.

—Ajá...

—Y yo como estúpida caí en eso como si tuviera algún punto de comparación con él y bueno, luego lo aclaramos pero... ¡Pero pensé que el tema había muerto ahí! ¿Entiendes? No pensé que estaba hablando en serio —suelto un quejido—. Me molesta tanto que prefiera hablar con él en vez de conmigo. No lo soporto.

Kat se ríe y frunce el ceño.

— ¿En qué momento te dijo que prefería hablar con él?

—No lo dijo, pero no fue necesario porque debiste ver cómo se puso por defenderlo. ¡Y encima tiene la audacia de irse como si ella fuera la que está ofendida!

—Déjame ver si entendí —me dice—. En su departamento mencionó que tal vez iba a invitarlo para ponerte celosa, ¿y luego le preguntaste si iba a venir de verdad cuando se enfermó y fuiste a verla?

—Algo así. ¡Pero no es eso lo que me molesta! O sea, sí, pero no tanto como que siga sacándome de quicio a propósito. Lauren sabe que me puse celosa de Mason y ahora la encuentro con él, ¡y obviamente me acerqué! ¿Qué iba a hacer, Kat? ¿Quedarme ahí mirando? Por supuesto que no. Fui a hablar con ella.

—No sé cómo tomarme el que hayas ido a hablar con Lauren sin antes pensar en lo que estabas haciendo —admite—. Eres algo explosiva cuando se te mete algo en la cabeza.

Entrecierro los ojos.

—Ah, perfecto. Entonces tu consejo es que debí hacerme la tonta.

—No, sólo digo... —Se detiene un segundo para pensarlo mejor—. No deberías ponerte celosa de cada persona que le habla, Camila. Porque está bien, hizo una broma que ahora te pone insegura, pero no puedes decirle a la gente qué hacer. Ya sabes cómo terminó eso con Nicholas.

—No estoy insegura. —le aclaro rápido—. ¡Ugh! ¿Es que te das cuenta que le importó una mierda que me enojara? Sólo se fue. ¡Se fue!

— ¿Le gritaste? —Ni siquiera espera que le responda porque me conoce demasiado bien—. Camila... —Repite mi nombre con ese tono horrible que no me gusta y yo ruedo los ojos.

—No le grité —le aclaro—. Quizás levanté la voz. Un poco. No es para tanto.

—Te enojaste porque habló con otra persona —me dice—. De hecho, sí es para tanto. Es como cuando Nicholas se enojaba porque te reías con... —La detengo antes de que siga.

— ¿En serio, Kat? —Le pregunto cansada, sin dejar que termine—. ¿En serio vas a seguir metiéndolo cuando ya van dos veces que te digo que no tiene nada que ver? Y además me vas a comparar con él.

— ¿No te hizo lo mismo cuando pensó que coqueteabas con Doug? —Insiste, aunque se corrige de inmediato—. Bueno, no lo mismo porque Nicholas se supera a niveles que tú nunca podrás llegar, pero también se enojaba mucho contigo cuando te divertías en fiestas, ¿o no te acuerdas?

— ¡No es lo mismo! —Empiezo a enojarme también con ella.

—Está bien. —Alza sus manos y asiente con la cabeza—. Si dices que no es lo mismo, entonces no es lo mismo. No diré nada más, sólo te escucharé mientras te quejas.

—Ya no quiero quejarme contigo, sé que vas a juzgarme por dentro.

—Quizás lo haga —confiesa—, pero siempre estoy de tu lado.

Resoplo otra vez.

—Espero no verla en toda la fiesta.

— ¿No verla en general o no verla hablando con Mason?

—Me da lo mismo si habla con él.

—Claro. —Murmura—. Por eso estás aquí enojada, porque te da lo mismo.

— ¿No puedes seguirme la corriente ni por cinco minutos? Sólo por hacerme el favor. —Le pregunto de malhumor—. Cinco minutos, Kat. ¿Tan difícil es hacerme la vida un poco más fácil?

—Lo siento, lo siento. Estaba pensando en...

—No, déjalo. —la detengo porque ya no tiene sentido—. Y así dices que siempre estás de mi lado. —Le quito el vaso de cerveza para tomar un sorbo—.  ¿Sabes qué debería hacer? Ignorarla y encontrar alguien más con quién divertirme en vez de quedarme aquí como estúpida.

— ¿Yo estoy de adorno?

—No, pero no puedo coquetear contigo —me quejo—. Y yo... ¡Arghh! Soy una idiota.

Kat me mira confundida.

— ¿Qué te pasó ahora?

— ¡Es que mírame! ¿Podría verme mejor? —Me contesto sola—. No, Kat, no podría, así que sólo tendría que elegir a quien yo quisiera para pasar la noche, pero en vez de eso sólo pienso en ella. Es tan irritante.

—En ese caso deberías...

—No —me niego—. No iré a hablar con nadie. Yo no hice nada malo.

— ¿Entonces qué vas a hacer?

Suspiro y me siento más cerca de ella para apoyar mi cabeza en su hombro.

—Morir.

La escucho reír con mi respuesta y después salta emocionada cuando escucha una de sus canciones favoritas.

— ¡Ven a bailar conmigo! —Me pide, poniéndose de pie antes de tomar mis manos para empujarme hacia ella—. No aguanté meses que estuvieras triste por tu ex para que ahora también lo estés por Lauren. —Me dice, ignorando que hago una mueca desagradable—. Vinimos a divertirnos, Camila. Muévete.

Me levanto porque admito que en eso tiene algo de razón y estoy por responderle que en realidad no estoy triste porque eso sería el peak de una humillación a la que no espero llegar, cuando veo a la distancia que Nicholas está saliendo de la cocina, bebiendo en una lata de cerveza. El corazón me late como una sacudida fuerte cuando él también me ve, aunque sólo sea por un par de segundos porque no me pone mucha atención.

Hace sólo horas insistió en hablar conmigo, me pidió disculpas, y aunque sí tuvimos una discusión en la que me aguanté las ganas de mandarlo a la mierda, lo perdoné. Entendí por qué había reaccionado tan mal al pensar que estaba coqueteando con Doug y... lo perdoné. Así que no me sorprende el hecho de verlo, sino que no está solo.

Hay una chica pelirroja que lo acompaña, que se sonroja cuando él la hace pasar primero y que sonríe con algo de vergüenza cuando unos amigos de Nicholas gritan desde el jardín para celebrar que decidió venir con ella.

Aprieto los labios con fuerza porque aunque no hay nada que me haga pensar que ella es la chica con la que está saliendo, lo sé en cuanto la veo. Sé que ella es la tal Cassie. Es como un don que desarrollé con los años al conocerlo demasiado bien y saber cuándo está interesado en alguien, por más que lo niegue incontables veces. Sé que es... ella.

Ahora Nicholas sólo está sonriendo y tiene una de sus manos en su espalda para ayudarla a caminar cuando ella murmura algo que lo hace inclinarse un poco para escucharla mejor, pero no necesito más para sentir como si me estuvieran golpeando en el estómago. Un golpe fuerte que le abre paso a todos los celos que siento cada vez que está más feliz sin mí.

—Estás siendo demasiado obvia —murmura Kat—. Pensarán que la odias.

—Quizás la odio.

—Ay, no, aquí vamos otra vez. ¿No crees que odiar a dos personas en una noche es demasiado?

—Hace meses quería salir con Lauren —le digo, aunque suena más como si estuviera pensando en voz alta—. Mientras se acostaba conmigo. ¿En qué momento pasó a estar interesado en otra?

Kat mencionó esta tarde que Nicholas la conoce desde de empezar a salir conmigo, así que eso serían como tres años. O más. Porque con esa escasa información que consiguió, podría ser hasta su amiga de la infancia y yo ni enterada. No entiendo por qué nunca supe de ella. Ni siquiera me acuerdo de su nombre.

—Odio tener que repetirte esto, Camila, pero en realidad no es asunto tuyo.

— ¿Cómo no?

—Deberías estar feliz de que va a dejarte tranquila, ¿no era eso lo que querías?

—Ay, Kat, pero es claro que cuando digo que quiero que me deje en paz no lo digo literalmente. —Me quejo, apartando la vista para no terminar acercándome a pedirle explicaciones—. ¿Crees que la quiere de verdad o que es como lo que pasó con Lauren?

—No lo sé —me dice, encogiéndose de hombros—. Yo pensé que Lauren le importaba de verdad, pero si se acostó contigo después de ir al cumpleaños de Hook con ella... Con Nicholas nunca se sabe, en eso es como tú.

— ¿Como yo?

—Es estúpido por volver a ti después de decir cien veces al día que te detesta. Y tú igual lo eres porque a pesar de que te gusta Lauren, sigues pensando en él.

—No me gusta L-... ¿Sabes qué? No seguiré hablando contigo.

Ella se ríe.

— ¿Por qué? ¿Porque digo la verdad?

—Porque a veces crees saber la verdad absoluta, Kat, y sabes que odio que me trates de estúpida. —Se lo digo en serio—. Siempre me dices que tengo dependencia, que era una relación tóxica, pero parece que ni siquiera sabes de qué estás hablando.

Kat deja de reír y frunce un poco el ceño.

— ¿A qué te refieres?

—A que la dependencia emocional es seria —le digo—. Y en caso de que tengas razón y la tenga, no se me va a pasar sólo porque dices que soy estúpida por volver a pensar en él o porque te enojes cada vez que vuelvo a su departamento. No tienes idea de cómo es.

—Sólo era una forma de dec-...

—Lo piensas siempre —la interrumpo—. Porque es eso, o piensas que soy igual de manipuladora. Es segunda vez que me comparas a él y sabes todo el daño que me hizo.

—Precisamente por eso me cuesta entender que estés aquí enojándote porque está con otra persona. Pensé que te gustaba Lauren.

—Nada quita que Nicholas es... es importante para mí. Me molesta ver que se ve tan feliz sin mí. —Hasta decirlo me hace sentir como un insecto insignificante que se arrastra en el suelo sin nada de amor propio, pero ¿qué voy a hacer? ¿Mentirme a mí misma? ¿Mentirle a Kat? Nah. ¿Para qué?

Aunque no me molestaría tanto si estuviera segura de que yo también me veré así de feliz algún día. Si supiera con certeza que llegará un momento en el que ni siquiera me acordaré de él y que no sentiré nada al verlo. Pero cuando lo veo con alguien, no puedo evitar pensar en lo fácil que es para él reemplazarme, mientras que yo sigo aquí estancada y asustada creyendo que nunca volveré a querer a nadie como lo quise a él.

Me da miedo y rabia que fuera tan fácil para Nicholas convencerme de que con nadie volveré a sentirme así porque entonces estaría resignada a que ya lo tuve. Que ya conocí a esa persona, y que la perdí como pierdo todo lo que me importa. E inevitablemente tendría que darles la razón a mi papá, a mi mamá y a Julia. Todos me habrían dicho la verdad.

—A ti también te he visto así de feliz sin él, Camila. Sólo que todavía no te das cuenta.

Evito preguntarle cuándo exactamente porque no quiero escucharla. Sé lo que va a decir.

No me acuerdo que nosotros nos viéramos así. Mis recuerdos felices con Nicholas son como un borrón que se difumina cada vez más. Tenía muchos detalles que con el tiempo dejó de tener como ir a verme a mi casa cuando estaba triste, defenderme cuando Julia hacía comentarios fuera de lugar o prometer que viviríamos juntos cuando saliéramos de la universidad porque sabía lo mal que lo pasaba en mi casa.

Luego todo se arruinó, aunque no sabría decir una razón para que termináramos la primera vez. Pasó de defenderme a quedarse callado y luego sacarme en cara que nunca me dieron atención cada vez que peleábamos. Pasó de acompañarme cuando estaba triste a apagar su teléfono cuando lo llamaba mucho. Pasó de ir a buscarme a enojarse cuando llegaba de improvisto a su casa. Y a compensarme por cada vez que discutíamos, por lo que aunque me sintiera mal, aunque llorara noches enteras, siempre volvía a él cuando me pedía disculpas porque pensaba que eran sinceras, y porque estar con él era mejor que estar sola.

Me pregunto si habrá algo mal en mí como para que alguien pase de quererme tanto a odiarme. Julia y mi mamá solían decirme que si Nicholas buscaba a otra era porque evidentemente algo me faltaba, y aunque no confío en nada de lo que digan, debe haber algo que no tenía conmigo para reemplazarme tan fácil y tantas veces.

Mi mamá también me reemplazó por mi papá. Lo prefirió a él antes que a mí, así que por más que me duela admitirlo, supongo que Lauren o Cassie tienen algo que yo no.

En Lauren lo aceptaría. Enojada, pero lo haría. Tiene muchas cualidades y sólo un imbécil sin gusto no se fijaría en ella, por algo estoy haciendo una lista que ya tiene como ocho o nueve razones por las que me tengo que alejar de ella para no sentir ese cosquilleo raro. Razones que nunca sigo, por supuesto, porque tan alejada de Lauren no estoy.

Con ella no suelo sentirme así, excepto hoy cuando la vi hablando con Mason y estar celosa dejó de ser divertido porque pensé que, en realidad, Lauren tendría motivos de sobra para estar con alguien como Mason. Alguien sincero, para empezar, y que no le hará problemas en algún momento porque tengo un temperamento difícil que hasta a mí me cuesta aguantar a veces.

Pero Lauren no es Nicholas. Tengo que recordármelo. Lauren no es él. No haría lo mismo. No va a dejarme sólo por haberle alzado la voz una vez, no va a gritarme si trato de disculparme, no va a insultarme y no va a traicionarme. Ella no es así.

Suspiro triste al pensar en que efectivamente estoy dándome la razón al haberla tratado mal y más calmada, miro otra vez a Kat.

—No quiero hablar más de Nicholas. —Hablo en general, no sólo por esta noche. Hablar de él me recuerda todo lo que nunca voy a ser y me pone triste porque es como si no importara que me esforzara, nunca voy a ser suficiente para él ni para nadie.

— ¿No?

Niego con la cabeza.

—Tampoco quiero bailar o divertirme, no con él mirando.

—Podemos irnos si te sientes mal —me dice—. Le diré a Hook que nos lleve a mi casa y que luego vuelva, ¿está bien? Seguro se enojará pero ya sabes cómo es. Lo superará.

—No —le digo, apretando mis labios un segundo antes de volver a mirar la entrada a la cocina—. Ya sé qué quiero hacer.


Lauren

Me quedo varios minutos en el pasillo del segundo piso después de subir y aprovecho que está vacío y que la música suena con menos fuerza en esta parte de la casa que en la cocina para quedarme un rato quieta.

No paro de pensar en que siempre que creo que las cosas van bien entre nosotras, algo pasa. Cada vez que beso a Camila, después termino decepcionada porque suelo tener demasiadas expectativas en algo que no es nada claro. La última vez estuvimos meses sin hablar después de que yo prácticamente le dijera a Nicholas que no quería tener otra cita con él porque me gustaba Camila.

Y en ese entonces... Bueno, no me costó entender que Camila no tenía idea de lo que a mí me pasaba hasta que se lo dije ese mismo día, pero ahora es distinto porque sabiendo eso e imaginando que sigo sintiendo lo mismo después de tantas semanas, volvimos a hablar por ella. Pudo ignorarme después de que me acercara en la universidad, pudo seguir evadiéndome porque ya no tenía razones como estudiar o averiguar de mis citas, pero no lo hizo. Ella fue la que me envió un mensaje. Ella me buscó.

Pierdo la cuenta de las canciones que pasan mientras espero que Sophie me responda el mensaje en el que le pregunté dónde estaba, y me incorporo cuando me hace saber que está en el baño. Avanzo hacia mi izquierda, distrayendo mis ganas de volver a la cocina para hablar con Camila, y esperando no equivocarme, golpeo con fuerza una puerta blanca para que Sophie me escuche antes de pegar mi oreja cuando demora demasiado en responder.

¿Y si es una habitación? ¿Y si están...

— ¡Está ocupado! —Escucho su voz y entonces vuelvo a tocar.

— ¡Soy yo! —Le grito de vuelta para que me abra.

— ¿Quién yo?

Ruedo los ojos.

—Lauren. —Respondo, y aunque sé que no debería porque es inútil, mi vista se va hacia las escaleras esperando que quizás Camila aparecerá para insistir en hablar. No quiero que me siga como si se arrastrara, pero en el fondo espero que lo haga porque aún me cuesta creer que le haya molestado tanto verme con Mason. Lo espero de verdad.

—Oh, ¡al fin! ¡Entra! —Exclama Sophie cuando me abre y sonríe antes de tomar mi mano para hacerme entrar casi a la fuerza. Ignoro el nudo que hay en mi estómago y le devuelvo la sonrisa, acercando mi mano a su pelo rubio todo desordenado porque se quitó el gorro de su disfraz de elefante—. Dylan va a venir.

— ¿Qué? —Le pregunto, sacudiendo la cabeza—. Pero dijiste que...

—No importa lo que dije —me detiene antes de mostrarme la conversación que tuvo con él—. Puedes leer tranquila, no encontrarás mensajes sucios o fotos subidas de tono.

—Ya no me sorprendería ver esas fotos —le digo—. Una vez te las sacaste en mi casa y hace una semana me convenciste de depilarte la...

—Igualmente gritarías de la vergüenza porque te conozco. ¡Lee!

Leo rápido los mensajes y aunque no dicen mucho porque Sophie es la persona más fría que conozco por chat cuando habla con él a pesar de que Dylan sí intenta que fluya la conversación, finjo emoción porque se nota que Dylan es importante para ella. Y me gusta que no se sienta sola cuando salimos e insiste en quejarse por ser la única que no tiene una cita... O me gustaría si Camila no hubiera decidido ponerse celosa justamente hoy.

—Lo invitaste —murmuro, riéndome—. Estoy orgullosa de ti.

—Gracias, gracias. —Me quita el celular y se lo lleva al pecho, suspirando—. Reescribí el mensaje como veinte veces, pero después pensé en que tenías razón y que no iba a lograr nada esperando que él se invitara solo. Debería estar aquí en media hora y bueno... —Se voltea para mirarse en el espejo y hacer una mueca—. No es el mejor disfraz del mundo, ¿verdad? Pero supongo que es mejor verlo con esto que no verlo.

—Para mí es el mejor disfraz del mundo.

—No será muy cómodo cuando Dylan quiera meterme mano en el baño.

Suelto una risa.

—Por supuesto que ibas a querer meterte al baño con él para que te manosee.

—No actúes como si no quisieras hacer lo mismo.

—No, no creo —le digo, apoyando mi espalda en la pared después de poner el seguro en la puerta para que nadie entre—. Acabo de pelear con Camila.

— ¡Sabía! —Grita un poco—. Bien hecho, Lauren. Yo también me habría enojado si la hubiera visto con Nicholas como si nada, así que está perfecto que hayas ido a ponerla en su lugar. No le hagas caso a Audrey que seguramente te dirá que no debiste-...

—No peleamos por eso —le aclaro antes de que se hiperventile—. En realidad fue ella la que se enojó conmigo.

— ¿Qué? ¿Por qué?

—Porque saludé a Mason cuando lo vi. —Suspiro—. Fue una estupidez.

— ¿Mason está aquí? ¿Cómo? —Arruga un poco la nariz—. ¿Lo invitaste?

— ¿Por qué lo invitaría?

—Porque eres la única que lo conoce —murmura.

—Eso dijo Camila y no es así, conoce a Aiden. Pero ese no es el punto, sino que no sólo estaba algo molesta, sino muy. —Enfatizo—. Y no entiendo. Sólo estaba hablando con él y la verdad ni siquiera me molestó tanto que interrumpiera porque pensé que lo había hecho porque quería hablar conmigo. Dijo algo sobre no acercarme a saludar, pero tú también viste que estaba con Nicholas. ¿Cómo iba a saludarla si estaba con él?

— ¿Y Mason escuchó cuando te dijo eso?

—No, obvio que no. Él se fue casi al segundo que la vio llegar y... —Dejo de hablar y me acerco al espejo para verme antes de lavarme las manos—. Espera, ¿por qué yo tengo que estar aquí encerrada pensando que venir fue una mala idea?

—No... No lo sé. —Me responde, sin entender mucho—. Estabas en medio de contarme lo que pasó, no te desvíes del tema.

—No.

— ¿No qué?

—No pienso quedarme aquí. —Digo con decisión antes de girarme hacia el lado opuesto para abrir la puerta—. No ha pasado ni una hora desde que llegamos, lo último que debería hacer es estar aquí quejándome de una escena de celos de Camila.

—Exacto —me apoya—. Tendrás que decirme bien lo que pasó para entender bien pero si quiere enojarse, que lo haga sola.

—No me refiero a eso —me río un poco cuando Sophie pasa de asentir con la cabeza a negar—. Iré a hablar con ella.

— ¿Qué? ¡No! —Me toma del brazo a pesar de no haber caminado todavía—. No, no. Como buena amiga que soy, no dejaré que lo hagas porque si le das la razón ahora y te disculpas, Lauren, entonces estarías dándole la señal para controlar cada cosa que haces. ¡No le puedes pedir perdón!

—No voy a disculparme —le digo—. Pero tampoco voy a quedarme callada hasta despertarme un día y darme cuenta que pasaron otros tres meses. Iré a hablar con ella.

— ¿Sobre qué? —Sophie rueda los ojos—. No te va a dejar hablar.

—Sobre que no debería estar celosa porque en el momento en que me interese en alguien más, seré yo misma la que se lo va a decir, no soy una mentirosa —murmuro—. Y decirle que yo también estoy enojada, pero que eso no significa que no podamos hablar.

—Lauren... —Niega con la cabeza—. Es mala idea. Sé que tienes buenas intenciones, pero a veces es mejor que las cosas sigan su curso. ¿Por qué tienes que acercarte tú? ¿Por qué no esperas que ella lo haga?

—Porque no lo va a hacer y no voy a quedarme esperando toda la noche. —Me rasco la nuca y me encojo de hombros—. No lo hago por ella, Sophie, sino porque no me gusta dejar las cosas sin resolver, menos algo tan tonto como esto. No quiero que se haga más grande.

—No creo que-...

— ¿Qué? Ya te dije que no voy a disculparme —le repito porque sé que eso la inquieta, y entonces abro la puerta—. Yo también tengo cosas que decir y va a tener que escucharme. Le guste o no.

—Pero...

— ¿Pero qué?  —Su vista se mueve de mi cara hacia mis espaldas y como su expresión es algo seria, frunzo el ceño antes de voltearme a la puerta. Toda las teorías de que es alguien a quien no quiero ver se mueren en cuanto veo que Camila está frente a nosotras.

Oh.

Su expresión no es muy amable. Suspira un poco cuando me ve, como un suspiro de resignación, y me mira de pies a cabeza antes de alzar su barbilla para hablar. Yo no me quedo inmóvil ni me muestro sorprendida porque si ella está molesta, yo también tengo razones para estarlo, así que no aparto la vista y en vez de llenar el silencio, me quedo esperando que sea ella quien hable primero porque no pienso hacérselo más fácil.

—Te estaba buscando. —Es lo único que dice.

Hay una parte de mí que quiere sonreír internamente porque también quiso buscarme, por más que no esté sonriendo o se note que es más esfuerzo del que yo necesaria poner para buscarla. Y obviamente no le diré que mi intención al abrir la puerta también era ir a hablar con ella porque mantener el misterio no le hará mal a nadie. Camila podrá vivir sin esa información.

— ¿Sí? No creo que haya sido muy difícil —le respondo—. Te dije que estaría aquí con Sophie.

—Vine aquí a hablar contigo, entonces. —Rueda los ojos—. ¿Así está mejor?

—Mira, si vas a seguir hablándome-...

—Si te hablo mal, entonces no quieres nada, ya entendí. —Me dice de mala gana antes de quitarse los lentes oscuros que van con su disfraz y acomodarlos en su cintura—. Ven, sígueme. —Suena como una orden y creo que me puse a celebrar en mi mente demasiado rápido. Sigue molesta.

No me muevo y suelto una risa que claramente no es divertida.

— ¿Qué te hace pensar que voy a hacerte caso?

—Ah, ¿no quieres hablar? —Me pregunta y veo cómo va entrecerrando los ojos—. Porque te advierto que sólo voy a buscarte una vez, Lauren. Si me dices que no, entonces me voy.

— ¿Es una amenaza o qué?

—Quiero hacer esto rápido y no me gusta rogar. —Suspira para mantener la calma y no impacientarse antes de intentarlo una vez más—. ¿Vendrás o no?

— ¿No puedes preguntarlo bien? —Insisto, sin ceder—. Vienes aquí y me dices ''ven, sígueme'' como si estuvieras lista para que yo sólo te haga caso, ¿y ahora haces un intento de amenaza para que no me quede de otra que decirte que sí? Porque si me niego, no será porque eres pésima para iniciar una conversación, sino que me harás ver como la mala que no aceptó hablar contigo cuando tenías toda la disposición.

—Así que piensas que estoy haciendo todo este teatro para hacerme la víctima después.

—Parece que sí.

— ¿Y qué quieres que haga? —Me presiona también—. ¿Que te escriba un poema para preguntarte si quieres hablar conmigo y así me aseguro de no lastimar tus sentimientos? La respuesta es bastante simple, Lauren. Sí o no.

Distingo una pizca de irritación cuando me acerco a la puerta.

— ¿De qué quieres hablar?

—Del clima. —Escucho que Sophie se ahoga con una risa a medias a mis espaldas, aunque intenta disimularlo con la tos más falsa que escuché en mi vida—. Si no quieres venir conmigo, entonces dímelo y lo dejamos hasta aquí. No tienes que hacer preguntas obvias para ganar tiempo.

—No intento ganar tiempo... —Paro de hablar cuando me escucho como si estuviera defendiéndome y sacudo la cabeza—. Sí quiero hablar contigo, Camila, sólo quería aclarar que hay mejores formas de acercarte.

Camila mira por un segundo a Sophie y luego toma mi brazo para llevarme hacia el lado opuesto del segundo piso, donde supongo están las habitaciones. Era obvio que tendríamos que ir a otro lugar porque Sophie es demasiado chismosa y no dudaría en meterse en la conversación cada diez segundos para decir algo a mi favor, pero me siento rara al entrar a la habitación de Aiden sin su permiso cuando Camila suelta mi brazo y ambas entramos. Miro a mi alrededor y me aclaro la garganta, pero ella se me adelanta.

—No es la habitación de Aiden —me dice, y cada vez confirmo que soy demasiado obvia en todo y que además era cosa de ver que casi no hay decoración y que casi todo está en tonos grises claros a excepción de la cama que es blanca, y un pequeño armario junto a ella de madera oscura—. Es la de invitados.

Que conozca su casa me da curiosidad, así que asiento con la cabeza y después retrocedo para mantener algo de distancia.

— ¿Cómo lo sabes?

—He estado aquí muchas veces.

—Ah... ¿Por ser amiga de Hook?

—Sí, algo así. Aiden hace varias fiestas, sobre todo cuando sus papás no están en la ciudad, y yo no me pierdo ninguna. —Dice sin mucho interés. No me mira mucho mientras enciende la luz y camina hacia la ventana para abrir las cortinas y ver hacia el jardín, riéndose cuando rueda los ojos—. Tu amigo sigue aquí. —Sé que se refiere a Mason sin que diga su nombre.

—No creerás que iba a decirle que se fuera sólo porque a ti te molesta.

—No, se ve que no. —Resopla y queda frente a mí, haciendo un mohín con la boca—. ¿Planeas volver a hablar con él?

— ¿Me lo preguntas porque te vas a enojar si lo hago?

Ni siquiera duda cuando me responde.

—Sí.

Suspiro.

— ¿Por qué? —Le pregunto, de verdad intrigada en qué la hace reaccionar tan mal a una conversación normal—. ¿Por qué te molesta tanto, Camila?

— ¡Porque ni siquiera me miraste! —Se queja.

— ¿Disculpa?

—No me enojé sólo por notar que estaban juntos, sino que yo te veía y tú ni siquiera te dabas la vuelta por estar pendiente de lo que te decía. Sólo lo mirabas a él. Sin contar que además me entero por Kat que ahora tienes un amigo del que nunca te escuché hablar y después... estás ahí riéndote como si yo no existiera. ¿Cómo creíste que me iba a poner? ¿Contenta?

—Estabas con Nicholas, Camila, y si te miré. Cuando llegué fuiste a la primera que vi —le recuerdo—. Si no me acerqué no fue porque no quisiera hablarte, sino porque era mejor esperar que estuvieras sola. —Le explico por segunda vez.

— ¿Y quisiste esperar con Mason? Qué conveniente. Justamente después de insinuar que querías divertirte con él.

No puedo evitar soltar una risa.

— ¿Y cómo iba a divertirme? ¿Acostándome con él? —Digo con sarcasmo—. Casi no lo conozco.

— ¿Te vas a reír de mí?

—Te conviene que me ría en lugar de tomarte en serio o estarías diciendo que me acostaría con cualquiera.

—O sea que sí te burlas.

Camila no sabe que, en realidad, mi interés en tener ese tipo de acercamiento con hombres se redujo mucho desde que estuvimos juntas en mi habitación. No considero que sea necesario aclarárselo, aunque quizás serviría para que entendiera que me río porque la idea de tener sexo casual con un hombre suena ridícula y no porque quiera burlarme de ella.

—No, pero dime una cosa. ¿Qué harías tú si yo armara un escándalo cada vez que estás hablando con alguien? —No le doy tiempo para responder—. Haces más que eso, de hecho, porque según recuerdo fuiste tú la que coqueteó con un tipo que ni conocía en un bar. Y estabas hablando con Nicholas antes de que Mason me saludara.

—No vengas a actuar como si no te hubieras enojado cuando dejé que me lamieran el cuello, Lauren. —Me mira seria—. También nos interrumpiste.

—No como tú.

— ¿Cuando yo lo hago está horrible, pero cuando tú lo haces todo bien?

—Yo no te grité ni te pedí que fueras a echarlo del bar.

—Es bueno saber entonces que tengo que actuar como tú para la próxima.

—No se trata de ser como yo, Camila. Estás comparándote conmigo sólo para desviar la atención porque sabes que te equivocaste y no sabes cómo disculparte.

— ¿Yo me equivoqué?

— ¿Para qué querías hablar conmigo, si no? ¿Para seguir ordenándome que lo eche? —Niego—. Sabes que no lo voy a hacer, incluso si fuera mi fiesta o mi casa.

—No vine aquí a arrastrarme por tu perdón.

— ¿No?

—No, ni loca.

—No siempre tienes que arrastrarte para pedir disculpas —le aclaro—. Yo las aceptaría.

Camila entreabre la boca para lo que creo es una disculpa, pero se arrepiente a último momento y prefiere no decir nada. Sigo pensando que su reacción es demasiado exagerada, pero me doy cuenta que no lo hace por caprichosa o por querer controlarme sin razón, sino porque es más insegura de lo que va a admitir jamás.

No voy a decirlo en voz alta, pero si Camila supiera que nunca había sentido tanto con alguien, que es primera vez que con sólo pensar en ella tengo mariposas en el estómago y que no tengo intenciones de estar con nadie más, entonces también se reiría por pensar que Mason o cualquier otro me llama la atención.

— ¿Por qué querría estar con alguien si vine porque Kat y tú me invitaron? Me dejaría en evidencia sola y sé que soy muy mala mentirosa, pero no a esos extremos. —Le hablo despacio—. Nunca te pusiste así al verme con Nicholas y con él sí tenía citas. Con Mason... No ha pasado nada. De verdad nada, y no es que tenga que darte explicaciones, pero que pienses que me gusta Mason me da risa.

—Nunca me tomé tan en serio tus citas con él —me dice, encogiéndose de hombros—. Dejaste que te coqueteara después de llegar de una, así que siempre estuve segura de que te gustaba, pero hasta ahí. Sabía que yo te gustaba más. —Lo dice como si nada—. Además, no es necesario que te guste Mason para aceptar que te coquetee o para tener algo de una noche.

—Ser amable no es coquetear. —No digo nada respecto a lo primero que dijo porque tiene razón, y no es mi intención dársela y quedar más en evidencia.

— ¿De nuevo lo vas a defender?

—Si sigues atacándolo sólo porque se te da la gana, entonces sí. No pienso darte la razón para evitar una discusión porque me da lo mismo si te enojas más, Camila, lo que dices no tiene sentido.

— ¡Sí lo tiene! —Exclama más para sí misma, y luego se sienta en la cama, cruzando sus piernas mientras su expresión empeora—. Te estabas riendo y tú siempre te pones así cuando estás nerviosa. Te conozco.

—Entonces estás convencida de que estaba coqueteando.

— ¿Por qué no? —Me dice—. Con él no tendrías que estar a escondidas cuidando que nadie te vea, y te aseguro que no se pondría a llorar en medio de la noche después de estar contigo. Estarías mucho mejor. —Lo suelta casi con rabia, pero que ni sea capaz de mirarme cuando lo pronuncia y que mencione lo que pasó esa noche después de estar conmigo me hace pensar que de verdad lo ve como un inconveniente cuando para mí fue todo lo contrario.

—No estaría mejor con él —le aseguro—. Mason no eres tú, y yo estoy bien cuando estoy contigo.

Camila niega con la cabeza.

—No te creo.

Cada explicación me suena peor que la anterior e incluso me sorprende que no admita que no tiene ningún motivo válido para estar celosa, pero como veo que lo está pasando mal de verdad cuando con sus labios hace una mueca que me hace pensar que quizás no sólo está enojada, sino también dolida, decido quedarme para insistir un poco más en que me crea.

—No sólo me río cuando estoy nerviosa —murmuro, sentándome junto a ella en la cama—. Y si estabas tan segura, podrías habérmelo preguntado en lugar de ir, echarlo, y encima hablarme mal. No puedes gritarme por algo que no hice y esperar que no diré nada. Ya te advertí que no lo aguantaría una segunda vez y lo dije en serio, ni siquiera te lo volveré a decir.

—No esperaba que te quedaras callada —me dice, sin verme—. Es que... Me dio rabia imaginar que lo estabas haciendo a propósito para seguir con ese juego de mierda en el que me ponías celosa, y después pensé en que tal vez no lo estabas haciendo por mí.

— ¿Y por quién más lo haría?

—Por nadie. Quiero decir que pensé por un momento que tal vez no era un juego, sino que estabas hablando con él porque querías algo más. —Suelta un quejido de frustración—. No sería la primera vez.

Lo último que dice me confunde.

— ¿De qué? —Ella no responde y me es inevitable recordar que antes de hablar con ella, conocía parte de ella al verla pelear con Nicholas en varias fiestas. Camila nunca se dio cuenta, pero yo sí la vi muchas veces, escuché un montón de nombres de chicas de las que se ponía celosa y en ese entonces pensaba que Nicholas tenía mucha paciencia con ella. Recuerdo haber visto sus peleas, pero como siempre él se quedaba callado e intentaba calmarla mientras ella hacía todo, inevitablemente pensé en él como una víctima—. Yo nunca te haría algo como eso. —No estoy segura a qué me refiero exactamente porque Camila no me dice nada, pero quiero decírselo por todo lo que pasó con él.

Ella suspira y sacude la cabeza.

—No importa. —Se escucha aburrida del tema, o como si quisiera mostrarse desinteresada para no tener que decirme sobre qué hablaba al decir que no sería la primera vez—. Reaccioné mal y tienes razón, te pedí que habláramos porque me di cuenta que exageré. Un poco. —Se corrige—. Bueno, más que un poco.

—Te lo juro, Camila. —Me acerco más a ella y toco mi brazo con el suyo—. No haría ese tipo de cosas a tus espaldas.

Asiente lentamente con la cabeza.

—Sí, te creo. Yo tampoco. —Me asegura, pero en lugar de creerle, vuelven a aparecer las dudas que dejó Nicholas cuando me llamó hace unos días—. Discúlpame por gritarte —agrega—. Y por interrumpirte. No volverá a pasar. —Dudo que pueda asegurar que no reaccionará como acostumbra a hacerlo cuando algo le molesta, pero valoro el esfuerzo.

Parece estar pensando en algo más cuando se disculpa y no puedo culparla porque ni yo puedo procesar bien que está diciendo justo lo que quería que dijera al recordar la voz de Nicholas. ''Lo que pasó después del bar.'' ''Confundió mucho las cosas.'' O su tono sorprendido cuando dijo: ''¿No te lo dijo?''

Quiero creerle a Camila. Quiero dejar de sentir que hay algo que se me escapa y evitar darle tantas vueltas a algo que debería estar olvidado, pero entonces pienso que fue ese mismo día en el que negó que no pasó nada. Y han pasado meses. Quizás... Quizás no se atrevió a decirme la verdad en ese momento, pero ahora lo haría. Sé que lo haría. Y me serviría para estar tranquila de una vez por todas.

—Está bien —le digo, y me aclaro la garganta porque hay una fuerte voz en mi cabeza que me dice que es mejor vivir así y fingir que esa llamada con Nicholas nunca pasó, aunque mi racionalidad gana—. Yo... —Empiezo y me pongo más inquieta cuando Camila me mira, esperándome.

— ¿Qué?

—Hay algo que me gustaría preguntarte.

— ¿Qué cosa?

—Um... —Me acomodo unos mechones de pelo detrás de las orejas, y observo que mis dedos quedan con algo de una brillantina que Audrey insistió en poner para combinar—. Hace unos días me llamó Nicholas. —Su cara cambia al escuchar su nombre y sigo convenciéndome de que tengo que preguntárselo una última vez—. No hablamos mucho, quería asegurarse de que al vernos hoy no sería incómodo y... O sea, primero trató de hablarme sobre lo que pasó cuando te gritó en la universidad, pero no quise seguirle el tema.

Camila rueda los ojos y se relaja cuando escucha que no fue una conversación larga.

—Qué imbécil —me dice—. Pero no me sorprende. Lo que no quería era que siguieras pensando mal de él porque odia que se hable de él a sus espaldas, Lauren. Por eso te llamó. ¿Sabías que ya estaba saliendo con alguien? ¿Y que además la trajo para presumirla? —Exagera una mueca—. Asqueroso.

—No... No sabía. —Agregaría que en realidad no me interesa, pero estoy más concentrada en el otro tema—. Creo lo mismo, que me llamó por esa razón. —Concuerdo y me lamo los labios antes de seguir—. Pero si te digo esto no es para que me digas algo que ya sé, sino porque... Dijo algo más que me dejó pensando.

Ella se ríe.

— ¿Qué? ¿Que te mantengas alejada de mí? ¿Que si me gritó fue por mi culpa? —Finge bostezar—. Tendré que decirle que sea más original porque ya me sé de memoria sus explicaciones. Apuesto que también se las está diciendo a Cassie. —Dice su nombre con cierto desdén que me hace fruncir el ceño.

— ¿Y qué? —Le pregunto, y entonces se da cuenta que está conmigo y sonríe.

—Nada —me dice—. Sólo lo decía. ¿Qué me estabas hablando de Nicholas? ¿Qué te dijo?

Me sabe mal volver a mencionar ese día en el que le confesé que me gustaba, pero no me queda más opción. No puedo estar dudando al mínimo comentario que Nicholas me diga, y como no confío en él, nunca se lo preguntaría para que me llenara la cabeza de mentiras. Quiero que sea quien me lo diga, por más malo que sea o por más tarde que esté preguntándoselo para dar el tema por terminado.

—Dijo que después del cumpleaños de Hook fuiste a su departamento y te confundiste.

Su mirada cambia mientras espero que me diga algo que me haga evitar preguntar, lo que sea. O creo que lo hace, no estoy segura, porque sólo dura un segundo.

— ¿Que me confundí?

—Le pregunté a qué se refería porque tampoco le entendí y se sorprendió cuando supo que no me habías dicho lo que pasó ese día —murmuro, sin mirar a ninguna otra parte para no perderme nada que pueda darme alguna pista. Suena como si estuviera socavándola o poniéndola entre la espada o la pared, pero sólo quiero estar segura—. Dijo algo así como que habías tenido la oportunidad de dejarlo mal conmigo y no lo habías hecho.

Camila apoya sus manos en la cama y tuerce la boca, como si de pronto estuviéramos hablando en otro idioma.

— ¿Sí? ¿Dijo eso?

— ¿No sabes qué me quiso decir? —Se lo pregunto—. Es que fue raro. Ese día te pregunté si había pasado algo entre ustedes porque imaginé que sí, pero me dijiste que no y te creo, pero entonces no entiendo a qué se refería.

Camila murmura, pensando.

—Tal vez lo dijo para confundirte, no sé. A mí tampoco se me ocurre nada.

—No es que quiera ponerte en duda, pero no voy a enojarme. —Le aseguro—. Si me dices que pasó algo como un beso, no voy a irme o tratarte mal. Pero dime la verdad. ¿No se te olvidó contarme nada sobre lo que pasó antes de que yo llegara?

Ésta es la última vez que se lo pregunto. La última vez que lo menciono. Cerraré el tema cuando me responda y entonces me concentraré en considerar sólo lo que ha pasado en estas semanas después de volver a hablar. No seguiré dudando.

Ella aprieta los labios y después suspira.

—No, Lauren. No pasó nada. —Suena tan convencida que no necesito preguntárselo otra vez—. Discutimos y puede que lo diga por eso, porque fue una pelea bastante fea que pude usar a mi favor al decirte que no me trató muy bien. Nicholas se aprovechará de cualquier detalle para hacerte dudar.

—Pero él no sabe que somos amigas, no tendría motivos para decirme esas cosas.

—Me defendiste, eso es suficiente para que quiera ponerte de su lado y que no pienses que es mala persona. —Chasquea la lengua al sacudir su mano para restarle importancia—. No le creas mucho.

Sonrío con alivio porque aunque es verdad que no me habría puesto a gritarle cosas, sí me había sentido muy mal si descubriera que mintió al decir que no estuvo con él. Me habría sentido horrible, mucho peor de lo que sentí cuando Nicholas me llamó por teléfono e inevitablemente me hizo pensar en lo peor.

—Bien. —La miro más tranquila y dejo de sonreír, aunque por dentro siga feliz.

—Bien. —Repite, sin sonreír pero tampoco mostrando señales de querer irse ahora que ya aclaramos la pelea que casi tenemos por algo que pudo aclararse. Ojalá no quiera irse.

Sintiéndome valiente, bajo la vista hacia mis manos y muevo lento una de ellas para tocar el meñique de Camila en broma. Eso sí la hace sonreír, y como siempre que lo hace, aparecen cosquillas en mis piernas por lo linda que se ve. Debería hacerla reír más seguido.

Sólo cuando ella también mueve su mano para tocar la mía es que vuelvo a escuchar la música, las voces fuera de esta habitación, y es como si mi cabeza volviera a hacerme saber que estamos en medio de una fiesta de disfraces a la que acabo de llegar, y que en realidad tendría que ayudar a Audrey con mi mojito a medio terminar y aprovechar de emborracharme. Tendría que. Pero no quiero.

Nos miramos por unos segundos que se hacen eternos, a veces tiendo a reír porque Camila también lo hace, y creo que hasta me sonrojo porque nunca habíamos estado tanto tiempo mirándonos de manera tan inocente sin hacer nada. Temo que en cualquier momento me den ganas de reír por este especie de juego en la que ninguna habla porque en menos de media hora pasamos de estar enojadas a esto.

Camila quita un mechón de pelo que está casi rozándome la nariz, en un movimiento tan suave que las yemas de sus dedos me causan cosquillas en la nuca y levanto ligeramente los hombros para tratar de disminuir la piel de gallina que tengo en los brazos.

—Brillas mucho hoy —menciona por la brillantina que queda en sus dedos y viendo mis alas—. Aún no sé de qué estás disfrazada.

A ella no la hago esperar o adivinar.

—Psique —respondo en voz baja—. Una princesa mitológica que se enamoró de Eros.

— ¿Eros?

—O Cupido —me río—. También lo llaman así.

— ¿Me contarás la historia?

—Antes de dormir. —Le digo.

Ella sonríe un poco antes de bajar su mano hasta la cama.

—En serio lamento haberte gritado. Me siento muy mal.

—Lo sé —murmuro—. Sé que lo sientes.

Mi vista viaja desde sus ojos oscuros hasta sus labios e internamente sólo quiero que quiera besarme tanto como yo quiero besarla. Nuestras piernas se rozan igual que nuestros dedos, puedo sentir cómo estoy casi gritándole en silencio que se acerque más y Camila está con esa mirada que siempre pone antes de hacerlo...

¡Pero no! No. Tiene que sonar mi maldito celular cuando estoy segura de que estábamos a segundos de olvidarnos de la fiesta y quedarnos aquí el resto de la noche.

Me sobresalto con el sonido en mi bolsillo y Camila no se mueve, pero sí se aleja un poco porque rápidamente me incorporo para buscarlo. Es Audrey. Cierro los ojos por los dos segundos que me toma odiarla por llamarme justo ahora, y aunque no le contesto porque sé que debe estar buscándome, pongo mi celular en silencio y miro a Camila decepcionada, arrugando la nariz.

—Yo también debería bajar —me dice, mirándome de pies a cabeza antes de ponerse de pie—. La noche recién empieza, Lauren. Aún queda mucho.

—Sí, supongo.

Camila se ríe y se sienta en sus talones frente a mí, con sus manos en mis rodillas para sostenerse.

—No te decepciones. No voy a besarte ahora cuando tenemos poco tiempo —me hace saber—. Mis planes contigo siempre necesitan un par de horas.

La miro.

— ¿Qué planes?

—Planes para hacer que me perdones. —Juega haciendo figuras sin sentido en mis piernas con su dedo índice y luego apoya su mejilla en mis rodillas, mirándome desde ahí—. Tendrás que asegurarte de que me quede claro que no estuvo bien lo que hice, ¿verdad? —Me cuesta saber si lo está diciendo en serio hasta que finge estar arrepentida.

Y yo tampoco digo nada cuando sin hacer más que esbozar una leve sonrisa al saber que entendí el mensaje, se levanta y se va de la habitación.

Pokračovat ve čtení

Mohlo by se ti líbit

557K 24.2K 46
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...
1.2M 52K 68
Esta historia pertenece a alguien, yo solo la estoy volviendo a subir porque fue borrada. Todos los derechos de esta obra pertenecen a otra persona.
1.1M 68.3K 59
http://royal-disposition.tumblr.com/
3M 181K 87
'Todos tenemos un capítulo que compartir el cual no llegamos a leer en voz alta por miedo a aferrarnos a una realidad' - Lauren Jauregui '¿Cómo miras...