➥ 𝙸'𝚕𝚕 𝚋𝚎 𝚊 𝚋𝚎𝚝𝚝𝚎𝚛 𝚖𝚊𝚗 𝚝𝚘𝚍𝚊𝚢
𝙸'𝚕𝚕 𝚋𝚎 𝚐𝚘𝚘𝚍, 𝚏𝚘𝚛 𝚊𝚕𝚕 𝚘𝚏 𝚝𝚑𝚎
𝚝𝚒𝚖𝚎𝚜 𝚝𝚑𝚊𝚝 𝙸 𝚗𝚎𝚟𝚎𝚛 𝚌𝚘𝚞𝚕𝚍...
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Tony Stark
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┌→❝ 𝐋𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐧𝐨 𝐬𝐞𝐫 𝐭𝐚𝐧 𝐛𝐮𝐞𝐧𝐨,
𝐬𝐢𝐠𝐨 𝐭𝐫𝐚𝐭𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐚𝐩𝐫𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫 ❞」
Sabía que tal vez no había sido la mejor forma de reprender a _______, ni mucho menos el manejo correcto de la situación. No pude evitar sentirme culpable después de lo que hice, no sabía exactamente cómo ponerle límites cuándo se portaba mal o me hacía enfadar. Detestaba el hecho de tener que ser un padre que educara, prefería ser el padre sobreprotector que le cumplía todos los caprichos que su hija deseara.
Entré de nuevo a la habitación, cerré la puerta y cerré los ojos un momento, el arranque de furia de hace algunos minutos atrás en el pasillo no dejaba de darme vueltas por la cabeza, en especial al recordar cómo los ojos de mi hija se llenaron de lágrimas que trató a toda costa de no soltar mientras me veía tratando de hacerse la fuerte.
Ahora que lo pensaba, jamás le había levantado la mano antes, ni siquiera la voz por más terribles que fueran sus berrinches, eso me hizo sentirme aún mucho peor.
Recogí el retrato de Gina para dejarlo esta vez en la mesa de noche. El cristal del marco se había estrellado así que era probable que debiera conseguir otro antes de siquiera pensar en colgarlo de nuevo en la pared.
Por la noche, escuché que golpeaban la puerta y un momento creí que era _____ o Happy con más malas noticias.
Me acerqué a la puerta y abrí sólo para encontrarme con el Capipaleta del otro lado del umbral.
—Ah, Rogers —me alejé de la puerta para volver a acercarme al computador a continuar revisando las ofertas de apartamentos—, ¿Qué ocurre?, ¿seguiremos discutiendo nuevamente los acuerdos? Puedo pedir una pizza para al menos no discutir con el estómago vacío.
—No, Tony...
—A tu edad seguro discutir con el estómago vacío debe ser un horror.
—Tony... —otra vez intentó hablar.
— ¿Quieres pedir tú la pizza? adelante.
—No vengo para hablar de eso, no ahora —reiteró haciéndome callar para entonces girar mi silla y quedar frente a él.
—Entonces es algo que en serio me sorprenderá, ¿de qué se trata?
—De _______ —cerré los ojos y negué, cuando lo notó no me dejó siquiera intentar hablar—. Sí, sé que es tu hija y tú la educarás de la manera que creas conveniente pero, ¿no crees que te has pasado un poco en esta ocasión?
—Ni siquiera tienes idea de lo que pasó. No puedes venir aquí y tratar de pretender defender a mi hija si no tienes la más mínima idea del por qué me he portado así.
—Tienes razón, no tengo la menor idea de lo ocurrido, pero estoy seguro que tratarla como la trataste no arreglará nada. Jamás te había visto comportarte tan violento con ella. ¿Es por el tema de Ross y los acuerdos que quiere que firmemos?
¿Qué debía responderle? Había tanto en lo cual pensar que la actitud de _______ había sido la gota derramando el vaso.
Adoraba a mi hija, era cierto que jamás la había tratado de una manera semejante en los quince años que había estado conmigo pero aceptar que era por Ross me haría quedar como un maldito neurótico sin temperamento.
—Hay muchas veces que me saca de quicio, Rogers. Adoro a ______ pero ahora era necesario.
— ¿La violencia es necesaria para explicarle a tu hija que hay límites que establecer? —preguntó retóricamente.
— ¿Y qué esperabas que hiciera, ah?
—Sólo digo que no es muy justo de tu parte reprenderla cuando siempre le brindas lo que quiere cuando lo quiere. Tony, en lo que llevo de conocerlos jamás le has dicho que no a algo que te pida, ¿no crees que el hecho de poner límites ahora haciendo uso de la violencia es ridículo? Jamás le poner límites.
— ¿Soy el único que siente esto como una pelea matrimonial por ver cómo educamos o no a nuestra hija? —le pregunté frunciendo el ceño.
— ¿Qué ocurrió? Supongo que fue algo suficiente delicado para que tu reacción fuera tan violenta. Sea la razón que sea, ella no la sabe así que deberías hablar con ella al respecto.
—Siempre eres la voz de la razón, ¿Le diste la misma charla de abuelito a ella o sólo a mí porque me odias después de no estar de acuerdo con lo que quieres?
—El adulto eres tú, debes actuar como tal y no solo enfadarte con _______ por tus problemas con nosotros. Sea la cosa que haya hecho debió ser seria como para que le hayas gritado así y le dejaras los dedos marcados en su brazo.
Rogers sabía hacerme sentir culpable, ¿Qué esperaba?, ¿Que fuera corriendo a la habitación de _____? Pues estaba logrando que esa idea pasara por mi cabeza.
—Yo sé qué es lo que hago educando a mi hija, cap, gracias por preocuparte pero métete en tus asuntos ¿Está bien? si tienes hijos, tú los educas como quieras.
Steve se acercó hasta donde estaba yo con el computador.
— ¿Departamentos?, ¿Ya piensas deslindarte de tus responsabilidades aquí tan pronto? —cuestionó Steve estando de metiche en lo que estaba viendo.
—No es para mí, es para ______ —respondí tranquilamente aún revisando mis opciones en cuanto al lugar correcto para enviarla—, esto no parece mejorar así que será mejor mantenerla lejos de este asunto hasta que se tranquilice todo.
Ya esperaba su negativa diciendo que sólo buscaba una manera de deshacerme de ella, estaba pensando en una buena respuesta para cuando él dijera algo en contra de esta decisión.
—Me parece lo más sensato que has dicho hoy. Si dejas a _____ aquí y las cosas no salen conforme a lo que planeamos, podría ser peligroso para ella.
— ¿Estás de acuerdo conmigo? Primero Natasha y ahora tú. Esto debe ser un record o ya se están volviendo igual de críticos que yo. No sé si enorgullecerme o sentir miedo porque el apocalipsis cada vez se acerca más, ¿Qué sigue?, ¿Caiga dinero del cielo o un volcán extinto se active?
—Hablo en serio, Tony. ¿Tu plan es mandarla lejos?
—No tanto, a Queens tal vez.
— ¿A Queens? —preguntó incrédulo el Cap—, ¿Escuché bien?, ¿Por qué ahí?
— ¿Por qué no? está muy cerca de aquí y además la tendría vigilada, al menos un poco.
—Es Queens, un barrio no tan... —buscó las palabras para que "pobre y con marihuanos" no se oyera tan feo—, "estilo Stark".
"Estilo Stark". ¿Me halagaba y ofendía?
—Bueno, es un lugar de bajo perfil. Estoy seguro que ahí nadie podría reconocerla, o nadie pensaría en buscarla ahí. Es más "por seguridad" que por lujo.
— ¿Y piensas decirle ahora?
—No, esperaré un poco a que tenga todo decidido o serán discusiones terribles con ella y ahí sí no aguantaría otra rabieta de su parte. ¿Puedo contar con que no le dirás nada, verdad, Cap?
Por un momento lo vi pensarlo, miró un punto específico en la habitación antes de afirmar con su cabeza resignado.
—Es un hecho. La conozco lo suficiente para saber que es tan caprichosa y necia como tú como para permitir que la alejes de aquí.
¿Nuevamente era halago u ofensa? lo tomaría como un extraño y bonito halago esta vez.
—Gracias, creo.
—Aún así, trata de hablar con ella ahora de lo ocurrido si no quieres que esto empeore entre ustedes dos ¿Está bien? Descansa.
Rogers salió y yo miré la salida, ¿Cómo se supone que iría a ver a ______ sin que pareciera que estaba arrepentido? Era obvio que me sentía mal pero mi orgullo no me iba a permitir pedirle perdón por haberla regañado a pesar que ante los ojos de todos hubiera parecido injusto.
El punto es que si no le decía la razón, _______ podría realmente no comprender mi respuesta al azotarme la puerta y todo el resto de la semana sería lo suficiente tenso como para hablar respecto al tema de su mudanza.
Di un suspiro de derrota y mascullando entre dientes me dirigí a la habitación de mi hija.
Toqué un par de veces esperando que ella me diera acceso a su habitación pero parecía estar dormida. O eso pensaba pero al pegar mi oído a la puerta escuché movimiento a lo que supuse seguía sin dormir por seguir en el celular como todas las noches.
— ¿________? Sé que sigues despierta, niña, no me hagas contar hasta tres —amenacé volviendo a tocar pero seguía sin haber respuesta de su parte—, Uno... —comencé.
—Dos y tres, déjame — ¿Qué le ocurría? Me estaba retando.
— ¿Es en serio? Oye, abre esa puerta o...
— ¿Me volverás a gritar y zarandear en el pasillo? Primero debes abrir la puerta.
¿Por qué carajo no pudo heredar otra cosa que no fuera su gusto por hacerme enfadar?
—Te castigaré, sin televisión, no celular, no salidas, no... —antes de acabar oí cómo caminaba hacia la puerta.
Pater Stark 01 - alieni* Stark 00.
O eso creí hasta ver como por la ranura de la puerta sacaba su celular.
¿Era en serio? Esta niña iba a conocerme enojado por sus rabietas. Pero no esperaba menos, recuerdo que a papá yo le hacía lo mismo. No es divertido cuando usan tus modos rebeldes en tu contra.
—Está bien, ya me cansé de pedirlo por favor, conste que fui paciente —amenacé abriendo la puerta con la llave del cuarto que dejaba siempre detrás del cuadro en la pared del pasillo.
Al entrar, ella estaba leyendo en la cama un libro, ni siquiera se dignó a verme.
—No sería la primera vez que me castigas así, creo que ya deberías saber que no me interesa mucho que digamos que me quites lo digital, puedo vivir sin ello —respondió ambivalente.
—El cap dijo que te dejé el brazo morado ¿Te duele? —era mi manera de pedirle disculpas, algo que entendió porque guardó silencio—, dejame ver.
Ella estiró su brazo para dejarme ver entonces su brazo.
—Está bien, creo que sí me pase de la raya esta vez pero tú te portaste grosera igual, _________ Stark. Azotaste la puerta, tiraste la foto de tu madre y sabes que estaba a nada de pelearme con quien fuera que me hiciera enojar, ¿No crees que igual rebasaste límites, hija?
Apenas le expliqué el motivo de mi arranque de ira, volteó a verme por fin después de haberme ignorado desde que entré a su habitación. Se incorporó a la cama y cerró su libro por un momento.
— ¿Tiré la foto de mamá? —preguntó con un tono de arrepentimiento mirándome.
Entonces en verdad no había notado el porqué de mi comportamiento. Eso me hizo sentir como tonto.
—Creí habías oído el impacto al suelo, ______.
—Lo lamento —bajó su mirada avergonzada, estaba a nada del llanto cuando la abracé tratando de acallarla.
—Está bien, fue un accidente. No fue a propósito, yo igual lamento lo de tu brazo, no quería lastimarte.
Era mi niña, mi pequeña de cinco años, era como si jamás hubiera crecido. Explicar lo mucho que esta chica me hacía vulnerable era un peligro para todos pero era la verdad.
—A veces desearía conocerla, papá —sollozó aferrándose a mí—, no sólo verla por fotos, yo desearía que estuviera aquí.
Me partía el corazón oírla llorar. Inmediatamente me recordaba a cuando era pequeña y preguntaba por su madre, cosas tan simples para las cuáles yo no llegaba a tener una sola respuesta.
┌→❝ 𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐚𝐫
𝐜𝐨𝐧 𝐩𝐚𝐩𝐚́ ❞」
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→ 𝙵 𝚕 𝚊 𝚜 𝚑 𝙱 𝚊 𝚌 𝚔
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_____ había regresado con Happy y Pepper de la escuela, yo había pasado toda la tarde en mi taller trabajando para el auto de fórmula 1 que llevaría a competir en ls vacaciones a Monaco. Subí hacia la cocina, iba a servirme un vaso con jugo cuando abrieron la puerta.
—Hasta que llegan —salí de la cocina y vi llegar a Pepper con _____—. ¿Cómo fue tu primer día en el preescolar, pulga?
—Bien —me respondió.
A diferencia de otros días, esta vez no la vi sonreír ni hablar como perico como hacía siempre que salía de casa. Esa niña se emocionaba hasta con un charco de agua.
Pepper y yo nos miramos un momento cuando ell subió a su habitación.
—Así ha estado en todo el camino desde que la trajimos —contó Pepper—. Deberías hablar con ella. Creo que no le fue bien.
Nos miramos por un instante y subí las escaleras para ir a la habitación de mi pequeña. Abrí la puerta y la vi en un rincón de la habitación llorando, con su carita escondida entre sus piernas mientras las abrazaba.
— ¿Qué pasó, pequeña pulga? —pregunté acercándome a ella y viéndola con preocupación—. ¿Los niños fueron malos contigo?
Y negó.
— ¿Te gritó alguien?
De nuevo negó.
— ¿Qué pasó entonces, cielo?
—Hoy todos los niños fueron con sus mamás —me contó y sentí tensarme al escucharla—, pero yo no tengo una mamá que me abrace ni que me diga que me ama. ¿Por qué no tengo mamá?
—Ven aquí —inmediatamente la abracé cuando sentí que mi voz falseaba y en cualquier momento iba a llorar—. Me tienes a mí, yo te amo por los dos, ¿de acuerdo?
— ¿Por qué mamá no está aquí?
—Bueno, ella... ella está cuidándote desde muy arriba —no sabía cómo tocar el tema siquiera.
¿Cómo demonios tocas el tema de la muerte con una niña de cinco años que no entiende de la vida?
— ¿Recuerdas cuando a tu conejo, el señor zanahoria, lo atropellaron y ya no despertó? —y la vi asentir en lo que con mi camisa limpiaba su s lagrimitas—. Bueno, el señor zanahoria ya no está aquí, eso le pasó a mamá.
— ¿La atropellaron?
—No, no —me rasqué la nuca—. Me refiero a que ella ya no despertó —y bajé la mirada aún buscando las palabras para usar—, pero yo le prometí que iba a cuidar muy bien de ti, ¿y lo hago, verdad?
—Sí...
—Ahí está. Mamá no puede llevarte a la escuela como a los otros niños o no puede arroparte en la noche ni contarte cuentos, pero papá está aquí para hacer eso, ¿verdad?
Y eso pareció convencerla un poco porque sonrió y sorbió su nariz.
—Sí.
—Mientras yo esté aquí, voy a ser el hombre más grandioso del mundo, un genio excéntrico, tu padre y tu madre, siempre de los siempres.
— ¿Y tú no te vas a ir como mamá?
Pero eso yo no se lo podía prometer.
—Cielo...
— ¿No me vas a abandonar tú, verdad?
—Claro que no, yo siempre estaré aquí para ti, siempre de los siempres hasta que el sol se acabe.
— ¿De veras?
— ¿Cuándo te he roto un promesa, pulgarcita? —desordené su cabello y la llené de besos por toda su cabeza haciéndola olvidar por un rato lo mal que la estaba pasando.
—Pero promete que lo cumplirás con el dedito —y me estiró su meñique.
—Bien, por el dedito te juro que cuando tú me necesites voy a estar aquí. Siempre puedes contar con papá.
Y sus pequeños bracitos rodearon mi cuello. Jamás sentí que me pesara tanto el pecho como en esa ocasión.
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→ 𝙽 𝚘 𝚠
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Esa era la única promesa que a pesar de los años seguía teniendo un valor significativo para mí. La cumpliría, a pesar de todo.
No importaba cuán alta fuera la marea, o cuán violentos fueran los torrentes de viento, ni qué tan malvados fueran los villanos que constantemente enfrentaba.
______ siempre podía contar con que yo estaría ahí para proteger su camino de cualquier adversidad, de cualquier problema, de cualquier temor que la atormentara.
—Hey, no llores, princesa —acaricié sus largos cabellos acurrucando a mi hija en mis brazos—, yo estoy aquí ¿Bien? Yo te cuido por los dos. Ella no está aquí pero estaría feliz de verte, tan grande y bonita. No creo que le agradara la idea de verte llorando.
Traté de consolarla, no tardó tanto como otras veces, esta vez se limpió las lágrimas y asintió sonriendo tristemente mientras le acomodaba sus mechones de cabello detrás de sus orejas y después le pasé un pañuelo de la caja que estaba al lado de su cama para que se limpiara la nariz.
—Creo que me saqué la lotería contigo ¿No es así? —cuestionó mirándome antes de acostarse en la cama.
La arropé sin saber qué decirle.
________ siempre me dejaba sin palabras.
—Te amo, _______, más que mi vida —susurré besando la frente de mi niña y palmeando su cabeza sin fuerza alguna en forma de cariño.
—Y yo te amo más, de aquí a Carolina del Norte caminando.
— ¿Tan poco? —dije mirándola fingiendo estar ofendido.
— ¿Poco? Trata de ir caminando si crees eso entonces —reclamó antes de dar un bostezo acomodándose en posición fetal para dormir.
—Eres insoportable a veces, S.J. —reclamé dejando su libro en la mesa de noche y apagando la luz.
—Soy como tú, tú eres igual —canturreó soltando una risa que de inmediato me contagió a mí.
—Ya, shh, no me respondas.
—Tú no me shushees.
—Descansa, hija.
—Tú igual descansa, papi.
Salí de su habitación cerrando la puerta y esbozando una triste sonrisa apenas llegué a mi habitación.
Era un hecho que me dolería tanto alejarme de ella para protegerla cuando le dijera lo de la mudanza de vivienda para ella.
A veces deseaba que fuera más sencillo ser padre, que no fuera tan complicado cuidar de otra persona que me veía como su héroe personal a pesar de no tener la armadura encima. No podía quebrarme frente a ella, debía ser fuerte para darle la seguridad que ella necesitaba.
Volví a mi habitación, Pepper ya estaba en la cama durmiendo cuando llegué. Traté de no hacer ruido y me puse mi pijama antes de acostarme a su lado. La rodeé con uno de mis brazos y cerré los ojos tratando de descansar al menos por unas horas hasta el día siguiente.
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Para que no digan que no las educo.
(*) Alieni por "Alieni iuris", dícese de las personas en la antigua Roma que estaban bajo la potestad de un Pater Familias.
(O sea, personas que necesitan un tutor legal)
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