El arte de vivir

By Flying25

2.3K 235 100

Las casualidades de la vida les llevan a conocerse cada vez más, les enseñan a vivir la vida sin prejuicios... More

Antes de leer
Música
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14

Capítulo 10

111 7 6
By Flying25

Santiago.

Estar con Lisa es lo mejor que me ha pasado esta semana, no me di cuenta de cuánto la extrañaba hasta que la vi llegar al aeropuerto. La verdad es que la distancia es una mierda, detesto ser yo quien haya abierto esta brecha entre nosotros, y juro que daría todo porque no la hubiera, pero la realidad es que vivimos a casi 10 horas, y los únicos momentos que tenemos y tendremos serán algunos escasos fines de semana.

Por alguna razón, esta mañana me desperté temprano, estuve algunos minutos con los ojos abiertos dando vueltas en la cama, pensando en muchas cosas, hasta que decidí levantarme, me duché, cepillé mis dientes y ordené desayuno a domicilio, después de eso me quedé viendo la larga calle que logra verse desde la ventana de mi habitación. No quise despertar a Lisa porque anoche nos dormimos tarde, luego de una sesión de charlas y mimos apasionados.

—¿Qué haces despierto tan temprano? Los domingos son para quedarse todo el día en la cama— Me dice con una sonrisa en el rostro, mientras me abraza por detrás.

—¿Todo el día en la cama contigo? Suena tentador— Me doy la vuelta para besarla. El intercomunicador del edificio suena. Nuestro desayuno acaba de llegar.

—El desayuno llegó justo a tiempo, desperté con mucha hambre— Me dice mientras come su tostada.

—Es que lo tenía todo fríamente calculado— Me sonríe.

—Te extrañé tanto— Lo dice de repente y me hace sentir una angustia en el pecho, que no puedo explicar.

—Y yo, cariño— Tomo su mano y le doy un beso —¿Qué quieres hacer hoy?—

—Hoy tenía pensado ir al almuerzo benéfico que están organizando los abuelos de Susanne Hoffman— Temía que dijera eso, realmente no quiero ir, ni siquiera sé cuál es la causa.

—¿En serio? ¿No prefieres hacer otra cosa?—

—Santi, todos estarán allí— Comienza con su discurso —La gente está diciendo que tú y yo rompimos, porque estamos yendo a universidades diferentes. Debemos ir sí o sí para demostrar que no es así—

—¿Quién está diciendo eso?— Indago.

—¡Todos nuestros conocidos!, incluso los padres de Cristian se lo preguntaron a mi mamá hace unos días— ¿Por qué yo no me he enterado de nada?

—Está bien, si eso es lo que quieres— Ella asiente con la cabeza.

—¿Te das cuenta que ahora todo el mundo sabrá que hacemos cosas sexuales?— Dice de repente.

—¿Qué?— No puedo evitar reírme —Tenemos relaciones sexuales desde hace muchos años— Ella se sonroja un poco.

—Sí, pero ahora todo el mundo lo sabrá— No entiendo su punto.

—¿Eso tiene algo de malo?—

—Ahora ya no, porque tenemos 18 años—

—Mmm ¿Ok?— Suelto un suspiro —Sabes perfectamente que casi todos nuestros amigos lo han hecho desde hace mucho—

—No estás entendiendo el punto. ¿Recuerdas cuando te pedí que no le dijeras a nadie sobre nuestra primera vez?— Asiento con la cabeza. No tenía porqué contarle eso a nadie —Es la misma situación, yo le dije a todas mis amigas que sólo lo haría con el hombre con quien vaya a casarme, y ese eres tú— Eso me hace reír, pero no sé porque también me genera cierta incomodidad.

—Sin ofender, pero ya sabes que no me importa mucho lo que piensen tus amigas sobre eso— Pone los ojos en blanco en señal de desaprobación.

—Sí, pero... O sea me refiero al hecho de que prácticamente ya estamos a un sólo paso de casarnos— Me dice ansiosa.

—Por supuesto, pero... es decir un paso a la vez ¿Cierto?— Me mira un poco confundida.

Falta mucho para eso, sí quiero un futuro con ella, pero comienzo a sentir un poco de presión, no lo sé, pero no es eso en lo que estoy pensando ahora, tengo otras prioridades. Sé que no lo entenderá, por eso es mejor no decirle nada.

—¿Qué quieres decir con eso?—

—Nada en específico, sólo que nos concentremos en terminar la universidad primero, y luego planeemos nuestro futuro juntos— Es lo lógico.

—Por supuesto— Me dice no muy convencida. Me sonríe de una manera un poco falsa. La conozco y sé que no le gustó para nada lo que acabo de decirle, porque en su cabeza debe estar imaginando que quiero terminar con ella.

—Te amo— Le dejo claro, para que deje de pensar miles de cosas que no son.

Nos cambiamos para ir al almuerzo benéfico, en donde estoy casi seguro de que me encontraré con Celasco y Archivald. Después de lo que le dije a Robert, dudo que quiera seguir hablándome, aunque por otro lado no sé si lo recuerda, ya que las sustancias ya estaban haciendo efecto en él.

Llegamos al club de golf, en donde se está llevando a cabo este almuerzo "benéfico", el cual no se a quien le beneficia más, si a los que de verdad lo necesitan, o a toda esta gente, para poder pavonearse ante la sociedad.

—Te tengo una sorpresa— Me dice Lisa, mientras caminamos hacia el salón principal.

—¿En serio? —Le pregunto con intriga, y ella asiente con la cabeza.

—¡¡¡Santi!!!— Veo a Cristian que se acerca. De inmediato miro a mi novia y le sonrío.

—¡Hermano! ¿Cómo estás?— Nos abrazamos de inmediato.

—Te extrañaba y no me aguante— Me dice en tono burlesco. Eso nos hace reír a todos.

—¡Me alegra mucho verte, amigo!— Le doy un beso a Lisa, porque sé que fue idea suya.

En conversaciones pasadas, le había contado que me sentía solo, y que los extrañaba a todos.

—¡Vinieron!— Es Susanne Hoffman, con su típica cara de estreñida. Me río para mis adentros al verla. Es de las que se encargan de esparcir chismes. Por supuesto Lisa iba a querer venir.

—Te dije que vendríamos, "Santi y yo", hace énfasis en lo último— Susanne nos observa con atención, porque ya está lista para soltar el chisme.

—¿Cómo estás, Susanne? hace mucho no te veía— La saludo.

—Santi querido, es cierto no nos veíamos desde la competencia en donde le ganaste a mi hermano— Me muestra una media sonrisa. Su hermano también practicaba la natación como deporte estricto, es bueno pero siempre queda de segundo en las competencias.

—¡Cristian!— Lo saluda emocionada.

Lisa siempre dijo que Susanne estaba enamorada de él, pero mi amigo nunca le ha dado demasiada importancia. Sinceramente no es una chica muy agraciada, pero su familia tiene mucho poder, y lastimosamente en esta sociedad debes tener mucho poder y dinero o belleza. La inteligencia y la bondad casi siempre quedan relegadas. Lo que por supuesto demuestra las grandes falencias del ser humano.

—Hola, Susanne— Le dice sin mucha importancia, pero ella se le acerca demasiado. Lisa y yo nos miramos con complicidad.

Su abuela se acerca a hacer la típica vuelta de popularidad, nos pregunta sobre nuestros padres y agradece la extensa suma que han donado para su beneficencia.

—Mira, es Sebastián Celasco— Cristian lo identifica a lo lejos, él sabe que a mí no me agrada, pero ellos congeniaron de inmediato, y no soy quien para decirle de quién puede ser amigo.

Sebastián Celasco y Robert Archivald están cerca del banquete de comida, están los dos solos, cuando nos ven se acercan de inmediato, Robert y yo intercambiamos miradas, al principio noto que tiene cierta incomodidad, pero me sorprende cuando me habla.

—Santiago— Es el primero en hablar. Supongo que no está molesto conmigo, pero yo sí. Sin embargo creo que le estoy dando demasiada importancia al asunto, simplemente seré amable y nada más.

—Archivald, Celasco— Los saludo —Ella es mi novia, Lisa— Se la presento a Robert, Sebastián ya la conoce —Y él es mi amigo Cristian— Ellos se saludan mutuamente y luego saludan al engreído.

—Lisa, tan linda como siempre— Le dice y ella sonríe, su comentario me molesta —¡Cristian! mi compañero de fiesta— Se abrazan y comienzan a charlar de inmediato.

—¿Con que tu eres su novia?— Robert mira a Lisa, mientras Cristian continua a risas con Sebastián.

—Así es— Lisa me da un beso en la mejilla.

—Eres afortunada, sé de primera fuente que Santiago te ama mucho— Me mira fijamente. No sé de qué va su comentario, pero a Lisa le encanta.

—Lo sé, Santi es lo mejor que me pasó en la vida— No deja de sonreír.

—¿Y tú Cristian, tienes novia?— Robert me sigue mirando fijo, comienza a ponerme incómodo. Mi amigo se ríe como si esa pregunta fuera una broma.

—Por supuesto que no— Responde de inmediato.

—Cristian está súper interesado en una chica, creo que su nombre es Emilia, ¿cierto?— Dice Lisa de repente, y Cristian me mira un poco molesto.

—¿Emilia, la chica a quien le estás enseñando a nadar?— Robert abre su inoportuna boca. Lisa me mira furiosa. Yo le sonrío falsamente. Nadie sabía sobre eso, ni siquiera Cristian. ¿Cómo sabe el nombre de Emilia?

—¿Emilia estudia en Bartlett?— Pregunta Lisa con un tono que me asusta, ya le había contado que le estaba enseñando a nadar a alguien, sólo que omití que era una chica, y menos que se trataba de Emilia.

Sé que no hará ninguna escena delante de la gente, pero en cuanto nos alejemos de aquí, soy un chico con pocas probabilidades de seguir viviendo. Cristian me mira confundido.

—Eh sí— Digo nervioso, debo arreglar esto rápido —Cuando descubrimos que ella iría a la misma universidad que yo, Cristian me pidió que la mantuviera cerca para que él pudiera continuar con su conquista— Miro a mi amigo en busca de apoyo.

—Sí, así es— Me respalda de inmediato —Esta chica, se me está haciendo la difícil, pero ya saben, la haré caer pronto— Sonríe de forma arrogante, y aunque sea mentira, no me gusta lo que dice.

—Al final todas caen— Dice Celasco —Sin ofender, Lisa— Ella sonríe falsamente. Creo que Robert ha notado que metió la pata con su comentario, por eso se queda callado.

—Si me disculpan, debo ir a saludar a alguien— Habla Robert por fin— Después quiero hablar contigo, Santiago— Me mira —Si tienes tiempo, claro—

—Seguro— Le digo sin mucho ánimo. Él asiente con la cabeza y luego se va. Dos chicos vienen a hablarle a Celasco y él se entretiene con eso.

—Quiero conocer a la chica misteriosa que tiene a Cristian rogándole— Nos dice a ambos. Esto no pinta nada bien.

—¿Para qué, mi amor? Es cosa de Cristian y ella— Intento persuadirla.

—Reservaré una mesa en el Marriott, cenaremos a las 19:30 P.M.— Sentencia. Cristian me mira de inmediato.

—Pero mi amor, seguro ellos quieren salir solos— Miro a mi amigo, y él sonríe para no asesinarme ahora mismo.

—No seas tonto, esta cena le ayudará a Cristian a obtener lo que quiere, cuando terminemos de cenar, ellos dos podrán hacer lo que quieran "solos"— Recalca lo último. ¿Qué voy a hacer? Si le miento y le digo que Emilia no puede ir a la cena, es capaz de conseguir su dirección e ir a buscarla.

—Por supuesto ¿A ti te parece bien, Cris?— Estoy en grandes problemas. Su cara de confusión es hasta graciosa, pero este no es un momento gracioso. Asumo que dirá que no.

—Por supuesto— Dice mi amigo, y ahora quien quiere matarlo soy yo.

—Perfecto, avísale de inmediato, las chicas necesitamos arreglarnos con tiempo— Miro a Cristian y él se ríe, como si esto le causara gracia —Iré al tocador de damas, ahora vuelvo— Nos sonríe y se va.

—¿Por qué dijiste que sí? ¿Acaso estás loco?— Él se ríe, pero me responde de inmediato.

—Un momento, no te enojes, fuiste tú quien se metió en problemas solo—

—Lo sé, pero se supone que tenías que decir que no—

—Sí, pero sabes que Lisa no estará tranquila hasta que sepa quien es esa chica— Tiene toda la razón —¿Por qué no me contaste que ella estaba en Bartlett?— Indaga.

—No lo sé, porque no tiene importancia— Miento y él me mira no muy convencido.

—¿Y por qué le estás enseñando a nadar?—

—El entrenador me designó como su instructor—

—¿Justamente a ti?— Pregunta con escepticismo.

—Sí, yo no tuve nada que ver con eso, fue una casualidad— Sigo mintiendo.

Lisa vuelve del tocador, y procedemos a sentarnos en las elegantes mesas que están en el jardín, almorzamos y tomamos uno que otro cóctel, hacen una subasta de cuadros donados por distintas familias, y yo solo puedo pensar en cómo haré que Emilia vaya a esa cena, ni siquiera tengo su número ¿Cómo voy a preguntarle? Por eso odio las mentiras, empiezas con algo pequeño, y luego se convierte en algo insostenible.

—Voy al baño— Le digo en el oído a Lisa.

Camino hacia el baño de varones, que queda un poco alejado de donde estábamos, atravieso todo el inmenso jardín y por fin llego. Miro hacia todos lados, y espero que dos personas salgan de allí para entrar, no quiero que haya nadie, para poder hablar tranquilo.

Mientras caminaba hacia aquí, se me ocurrió escribirle a Emilia por Facebook, es el único medio por donde puedo contactarla. Le dije que necesitaba hablar con ella urgente, le dejé mi número para que me escriba y le pedí el suyo, espero que me conteste rápido, de hecho espero que por lo menos me conteste.

Espero un poco afuera de los baños, tengo la suerte de que nadie se ha asomado, sé que no puedo tardar mucho, sería raro. Miro la pantalla de mi celular como si eso hiciera que me contestara más rápido. ¡Ya está! no me contesta, le diré a Lisa la verdad, después de todo no es tan grave, en ningún momento hice nada malo, así es como lo veo yo, pero Lisa no lo verá así.

Lo acaba de leer. ¡Oh! está llamándome. Miro a todos lados e ingreso al baño. No hay nadie.

—Hola, Emilia—Contesto.

—Santiago ¿Qué pasó? ¿Estás bien?— Suena preocupada.

—Sí, estoy bien. ¿Tú cómo estás?— Intento restarle importancia a su preocupación.

—Estoy bien. Como dijiste que era urgente que te respondiera, pensé que te había pasado algo— De verdad parece preocupada.

—Bueno, quizás exagere un poco— Ojalá no se moleste.

—¿Qué? Me asustaste. Tu mensaje decía de vida o muerte—

—Sí, exageré un poco—

—¡Vaya¡ Resultaste más dramático que yo— Eso me hace reír porque admite que es un poco dramática.

—Lo que pasa es que...—

No pensé muy bien cómo iba a decirle esto.

—Dime, supongo que a ti no te pasa nada, pero algo pasa—

—Primero que nada, debo saber si tienes novio—

—¿Qué? ¿Por qué?— Eso no salió tan bien.

—No pienses nada malo, es que...—

—¿Podrías ir al grano?—

—Tienes razón. Lo que pasa es que... ¿Recuerdas a mi amigo Cristian, el que me acompañó a tu casa?—

—Sí— Dice a secas.

—Él está de visita en la ciudad, se va mañana temprano y... le gustaría mucho cenar contigo hoy— Lo digo sin más.

—¿De qué estás hablando?—

—¿Qué te parece si ustedes dos, cenan conmigo y mi novia a las 7:30 P.M?—

—Santiago ¿Estás hablando en serio? Cuando conocí a tu amigo no me pareció para nada que le haya agradado, de hecho a mi tampoco...— La corto.

—Lo sé, se comporta así cuando está nervioso, pero enserio le gustas—

—Aun así, me parece extraño, yo no creo que...—

—¡Vamos! yo te ayudé con tu amiga, o al menos lo intenté. Por favor cena con nosotros— Creo que eso sonó a suplica. Suelta un suspiro.

—Está bien, ¿En dónde será la cena?— Sonrío satisfactoriamente. Recuerdo que dijo que no tenía novio.

—En el Marriott, a las 7:30 P.M, no te preocupes, Cristian pasará por ti—

—¿Qué más da?— Dice con resignación.

—Lo pasaremos bien, te lo prometo. Tú misma dijiste que necesitabas conocer a más personas—

—Mmm cierto—

—Gracias, Emilia—

Nos despedimos y suelto todo el aire que venía reteniendo, espero que todo salga bien. Supongo que luego se me ocurrirá algo para terminar con esta mentira, pero por ahora no quiero problemas. Lavo mis manos y me refresco el cuello. Salgo del baño y me dirijo hacia mi mesa.

—¿Nos vamos ya?— Me dice mi novia de inmediato.

—¿Ya quieres irte?— Le pregunto extrañado.

No suele querer irse tan rápido de estos eventos, pero sé que está enojada conmigo y debe querer soltar su furia.

—Sí, debo arreglarme para la cena— Dice como excusa. Yo asiento con la cabeza.

—Dame un segundo para hablar con Cris—

—¿De qué tienen que hablar? ¿Acaso yo no puedo escuchar?— Explota sutilmente, para que nadie se de cuenta.

—Mi amor, no es de nada malo— Cruza los brazos.

Necesito decirle a mi amigo que Emilia irá a la cena, pero Lisa no está de humor.

—Cris, estamos en contacto para la cena— Le digo intentando que se de cuenta.

—Nos vemos a las 7:30, Lis— Ella sonríe y se voltea, le hago señas a mi amigo y creo que lo capta, le enviaré la dirección de Emilia luego.

Lisa camina fijamente sin mirar a los lados, se despide con amabilidad de quienes se topa de frente, pero no voltea a verme, si así se pone ahora, no quiero ni imaginarme luego.

—Santiago, ¿Ya te vas?— Robert me habla por detrás.

—Sí, mi novia ya quiere irse— Le digo al voltearme. Ella ni siquiera dice nada y continúa caminando.

—Bueno, supongo que hablaremos luego— Me dice notando la incomodidad entre Lisa y yo.

—Por supuesto— Asumo que quiere hablar sobre nuestra pequeña discusión.

Nos despedimos, sigo a Lisa que ha avanzado bastante el camino, nos subimos a la camioneta y nos encaminamos a mi departamento, no dice ni una palabra en el camino. Llegamos y sé que debo ser yo quien inicie la conversación.

—¿Todo bien, cariño?— Se voltea furiosa.

—Dime tú, si todo está bien— Dice con un tono de voz que está por llegar al límite.

—Lisa...—

—¿De verdad esa chica le gusta tanto a Cristian?—

—Sí, en serio. Te estoy diciendo la verdad— Está dándome la oportunidad de decir la verdad, y no lo hago.

—No te enojes por algo que no tiene importancia, por favor— Ella suelta un gran suspiro, y por primera vez en casi 4 años de relación, no continúa discutiendo.

—Está bien, iré a darme un baño— Me da un beso en la mejilla, y yo me quedo muy sorprendido por su actuar.

De inmediato le escribo a Cristian, diciéndole lo de Emilia, le paso su dirección y él se compromete a ir a recogerla para llevarla al restaurante. Después de esta noche debo terminar con esa mentira, supongo que Lisa debe entender que puedo tener amigas, sin enamorarme de ellas.

Emilia.

Cuando leí el mensaje de Santiago me pareció muy extraño, pero también me preocupo, su mensaje decía que por favor me pusiera en contacto con él, que era de vida o muerte, es decir ¿Cómo no iba a preocuparme? Lo más extraño es lo de su amigo, claramente no nos agradamos para nada, y ¿ahora me dice que yo le gusto?, es muy raro. Por último, está el hecho de que cenaremos con su novia...

Estoy casi lista, me miro al espejo que se encuentra en la sala, e intento colocarme un collar, me costó mucho escoger mi ropa, ya que googlee el lugar en donde cenaremos, y es un restaurante en un hotel de cinco estrellas, supongo que debo usar un collar con el vestido. Mientras lucho con el seguro, escucho que tocan la puerta de mi departamento, no sé quién podría ser, porque nadie llamó por el intercomunicador. De seguro es algún vecino, no podría ser nadie más ¿Cierto?

—Hola, vengo a recogerte para la cena— Me dice Cristian al momento de abrir la puerta, me desnuda con la mirada cuando me mira de pies a cabeza. Me hace sentir incómoda.

¿Cómo pudo entrar al edificio?

—Hola ¿Quieres pasar un momento? Me falta...— Me corta.

—Se supone que tenías que estar lista, se nos hará tarde— ¡Qué grosero!

—Dame un minuto, voy por mi bolso— No dice nada.

Si cree que esta es la forma de conquistar a una chica, está muy equivocado. Desde ya puedo saber que la cena será un desastre, no entiendo la actitud de este chico.

Nos subimos a un auto negro que nos espera afuera de mi edificio, tiene un chofer que nos abre la puerta, pasan minutos y él no intercambia ni una sola palabra conmigo, sólo mira su celular y teclea, voy a matar a Santiago por haberme hecho aceptar esta cena. Sin otra opción yo también mensajeo a Paula con mi celular, le cuento que esto está siendo un desastre.

Llegamos al hotel, es muy lujoso, siento que mi ropa sí está de acorde al código de vestimenta, sin embargo no sé porqué estoy nerviosa.

—Es por aquí— Me dice Cristian, después de haberme ignorado todo el camino. Lo sigo y veo que Santiago está en la puerta del restaurante. Luce muy bien, con un traje negro sin corbata, la pregunta es ¿Cuándo no luce bien?

—¡Emilia!— Me saluda de inmediato, tiene una sonrisa contagiosa en el rostro. Sutilmente mira mi vestido.

—Hola— Le digo sin ánimo y creo que lo nota.

—Santi, estoy listo para hacer mi papel— Le dice Cristian y no entiendo de qué habla. Él lo mira con disgusto, Cristian se ríe.

—Entremos, Lisa está esperando en la mesa—

Atravesamos la puerta y me quedo impresionada con la decoración tan bonita del lugar, tiene candelabros dorados que cuelgan cerca de cada mesa. Yo los sigo hasta que nos detenemos frente a una mesa en donde una chica increíblemente hermosa se encuentra sentada, se pone de pie cuando nos acercamos.

Es alta, tiene el cabello rubio y sedoso, lo lleva semi recogido y con ondas, tiene los ojos celestes, una sonrisa perfecta, un vestido color blanco, que le ciñe el esbelto cuerpo, con un pequeño escote ¡Vaya, es muy linda! la miro a ella y luego a Santiago, hacen una pareja perfecta, son como aquellas parejas de revista de moda.

—Llegaron— Dice la rubia perfecta.

—Lisa, ella es Emilia— Me presenta Santiago.

—Deja que sea Cristian, quien me la presente— Ella sonríe.

—Puedo presentarme sola, gracias— Ella vuelve a sonreír con cierta falsedad.

—Lisa Sabatini— Me estrecha la mano.

—Emilia Asnicar— Le digo tomando su mano.

—¿Asnicar? ¿Eres hija de los dueños de los centros comerciales?—

—No, Emilia hija de una enfermera y un electricista— Le sonrío y ella me devuelve la sonrisa con incomodidad.

—¿Nos sentamos?— Dice Santiago.

—Por supuesto, mi amor—

Nos sentamos, ellos uno al lado del otro y yo al lado de Cristian, ella y yo quedamos de frente. Un mesero muy elegante, se asoma de inmediato. El lugar está relativamente lleno.

—Ordenemos las bebidas primero— Dice Cristian. Santiago y Lisa asienten —¿Qué te gustaría tomar, Emilia?— Me pregunta con ¿Amabilidad?

—Mmm una coca cola con hielo, por favor— Lisa se ríe, como si lo que acabo de decir fuera broma, eso me hace sentir un poco de vergüenza, no entiendo qué tiene de malo.

—Yo también quiero una coca cola con hielo— Dice Santiago, y sé que lo hace para que no me sienta mal. Su novia lo mira.

—Un Shirley Temple light— Dice ella.

—Una botella de Massolino Barolo— Pide Cristian. El mesero anota todo y se retira.

—Dime Emilia ¿Qué estudias?— Me pregunta Lisa.

—Estudio Arte— 

—¿Y cómo entraste a una universidad tan costosa y prestigiosa?— Me pregunta con aires de superioridad —¿Y lo que más quiero saber es, cómo conociste a Cristian?—

—No sabía que esto era una cena informativa para ti— Le sonrío con falsedad y ella está por decir algo — Pero respondiendo a tu primer pregunta, tengo una beca de excelencia académica— Miro a Santiago y se nota que él está incómodo —A Cristian lo...—

—Lo conoció en una cafetería del centro— Se adelanta Santiago ¿Qué? ¿De qué me perdí? 

—Ordenemos la comida— Dice Cristian.

 ¡Esta cena no podría ir peor! Siento que quiero irme, mi supuesta cita ni siquiera me mira, y cuando lo hace es para mirarme el escote o las piernas, la rubia despampanante no deja de hacerme preguntas malintencionadas, y Santiago... No lo sé, esto es muy raro. Ordenamos la comida, pasamos un largo rato entre silencios incómodos mientras comemos, y luego Lisa se levanta a contestar una llamada, Cristian se excusa y se va al baño.

—¿Me dirás qué es lo qué está pasando?— Le pregunto de inmediato a Santiago. 

—Está bien, te mentí Emilia, y Lo siento mucho por hacerlo—

—¿De qué hablas?—Quiere continuar, pero Lisa vuelve a la mesa.

—Mamá me compro el pasaje para hoy a las 11 P.M. — Hace un puchero con la boca —El jet no estará disponible para mí, porque papá está usándolo— Le cuenta a Santiago y yo lo miro un poco enojada, ignorando lo que ella le dice.

¿A qué se refiere con que me mintió? Creo que debería levantarme ahora mismo de la mesa e irme a casa. Ni Cristian, ni esta chica me agradan para nada, no entiendo porque Santiago está con ellos. ¡Son su círculo más cercano! y no veo que tengan nada en común. Bueno quizás si, el dinero, el poder, la belleza y esas cosas que a todos les importa, y que por supuesto yo también quisiera tener, pero tampoco es que me muera por ello.

—Emilia. Dime ¿Qué planeas hacer al terminar la universidad? O sea me refiero a ¿Ya tienes los contactos para conseguir un trabajo?— Me dice de repente.

—Estoy en mi primer año, me faltan cuatro— Sé que con el mercado laboral que exige cada vez más, debería preocuparme desde ahora, y de hecho estoy  viendo la forma de cómo incursionar, pero no me interesa contárselo.

—Sí, pero...— 

—¿Qué tal les pareció la comida?— Santiago la interrumpe y ella lo mira con disgusto.

—Creo que será mejor que me vaya— Les digo de pronto y me levanto.

—¡Oh! Lo siento si te incomodé— Habla Lisa, no puedo descifrar si lo dice en serio o se está haciendo la burla.

—¿Qué pasó?— Aparece Cristian.

—Tu futura novia quiere irse ya— Dice la rubia.

—No soy su futura novia— Le aseguro — Si me disculpan, me retiro—

—Emilia...— Habla Santiago y lo ignoro saliendo inmediatamente de ahí.

—Yo te llevaré a tu casa— Aparece Cristian detrás de mí.

—No es necesario, gracias—

—¡Vamos! acepta. Yo te traje, déjame llevarte devuelta— Creo que tiene razón, y además no sé muy bien en donde estoy.

—Está bien— Acepto. 

En el camino volvemos al silencio absoluto, sus ojos están un poco idos, mira fijamente a la ventana y luego vuelve a sacar su celular, no sé que es lo que hace, pero yo lo único que deseo es llegar a casa de una vez. Luego de varios minutos nos  encontramos ingresando a la calle en donde vivo, lo veo guardar su celular en el bolsillo y por fin decide hablar. El chofer estaciona afuera de mi edificio.

—Supongo que me invitaras a entrar a tu departamento, no?— Mira el edificio con mala cara ¿De qué habla?

—Estoy algo cansada y...— Por supuesto que no voy a invitarlo a nada, quiero bajarme y que se vaya de una vez.

—Sí, pero pague por la cena y te traje hasta tu casa, creo que me merezco algo—  Lo dice tan tranquilo. No puedo creer lo cerdo que es este chico. De nada le sirve ser guapo y tener dinero, si es un imbécil.

—¿Quieres que te devuelva el dinero de la cena?— Le pregunto para que se cuenta de lo idiota que sonó.

—No me refería a eso, sabes a que me refiero— Sonríe con arrogancia.

—Yo no te debo nada, así que no, no te voy a dejar entrar a mi departamento— Le digo calmada.

 —¿Quién carajos te crees para decirme no, a mí?— Cambia totalmente el tono de voz y yo me quedo tan sorprendida, incluso me asusta su cambio de actitud.

—Wow, eres incluso peor de lo que pensaba— Es lo único que le atino a decir.

—¿De verdad crees que alguien como yo, o como Santiago saldría con alguien como tú?—

—Eres un imbécil— Intenta manosear mis piernas y yo atino a quitar sus manos.

—Tú te lo pierdes zorra, bájate de una maldita vez— Estoy en shock, nadie me había hablado así nunca en mi vida. 

Abro la puerta  del auto, y prácticamente corro a la puerta del edificio, estoy hecha un manojo de nervios, me siento terriblemente ultrajada, busco mis llaves en el bolso, mientras escucho que el auto arranca y veo que desaparece, logro llegar a mi departamento y cierro la puerta con llave, estoy asustada y puedo sentir como lágrimas caen por mis mejillas. 

Me cambio de inmediato, y estoy enojada conmigo misma por aceptar ir esta noche, y con Santiago por insistir para que vaya, no me merecía pasar la noche que he pasado. Sé que la gran culpa la tiene Cristian, porque fue él quien se comportó como un idiota, pero la novia de Santiago parecía querer humillarme toda la noche. No entiendo nada.

Con el pijama puesto, me desmaquillo y me preparo un café, aun quiero saber a qué se refería Santiago, cuando dijo que me mintió, ¿Se refería a Cristian? es lo más probable, pero nada tiene sentido, no tiene sentido involucrarme en algo que no tenía nada que ver conmigo. No sé  cuanto tiempo pasa, mientras tomo mi gran taza de café y me quedo sentada en el sofá de la sala, y mi celular suena. Es Santiago.

—Hola— Contesto, sigo molesta pero quiero saber que quiere.

—Emilia ¿Cómo estás? me gustaría explicarte todo, realmente lo siento— Me suelta de repente.

—Está bien, explícame—  Le digo calmada. Quiero saber de qué se trato todo lo de hoy.

—Quisiera que hablemos de frente ¿Puedo ir a tu casa ahora mismo? Sé que es algo tarde, pero...—

—¿Y tu novia?— Me interesa saber.

—Ella...debe estar en un avión ahora mismo—

—Está bien, puedes venir— Quiero que me lo explique de una vez.

Colgamos. Pasan alrededor de 25 minutos y me llama de nuevo, diciéndome que ya se encuentra afuera del edificio, al parecer estuvo tocando el botón del intercomunicador, pero parece que se averió.

—Hola— Me dice un poco nervioso, cuando abro la puerta.

—Pasa, no te quedes en la puerta— Le digo al verlo dudoso de entrar o no.

—¿Quieres un té o algo?— Él niega con la cabeza.

—No, gracias— Nos sentamos en el sofá de la sala.

—¿Y bien? ¿Me dirás que rayos fue toda esa cena?— Le digo directo, no voy a contarle sobre el actuar de su amigo, porque todavía sigo susceptible, y no quiero llorar en delante de él. 

—Sí— Suelta un gran suspiro —En primer lugar lo siento mucho, nada salió como lo esperaba— Yo lo miro sin entender nada.

—Empezaré por el principio—

—Siempre es lo mejor empezar por ahí— Le digo amigablemente, no sé porqué pero no puedo enojarme con él, el sonríe tímidamente.

—En primer lugar, nunca pensé que mi pequeña mentira iba a escalar tanto, por eso odio las mentiras. Te aseguro que nunca quise que pasaras un mal rato hoy, me molesta que te hayas tenido que ir por los cometarios invasivos de mi novia. Sin embargo tampoco es culpa de ella, sino mía—

Comienza a contarme que le mintió a su novia sobre mí, y además me cuenta el porque,  al parecer esa chica tiene grandes problemas de celos, y según lo que me dice, se la pasan la mayor parte del tiempo discutiendo, a él le pareció que lo mejor sería no decirle nada sobre mí, para evitar malentendidos, supongo que en aquel momento no tenía tanta importancia, luego ella se enteró de mi existencia por su hermanita, y a él no se le ocurrió una mejor idea que decirle que yo era amiga de Cristian, y que además gustaba de mí.

 ¡Vaya lío!  Se generó algo tan grande por algo tan sencillo, nosotros simplemente nos conocimos por casualidad, y no hemos hecho nada malo, no somos más que dos personas que están comenzando una amistad. No lo sé, en parte entiendo a su novia, es decir si él fuera mi novio yo quizás... ¿Pero en qué estoy pensando? él jamás me ha dado a entender nada diferente a una amistad.

—Mira, yo no soy nadie para juzgar tu relación— Le doy un sorbo a la segunda taza de café que me he preparado —Pero la verdad es que me cuesta un poco entender el porque sigues en una relación en la que no te sientes libre de hacer ciertas cosas, en donde no puedes conocer a nuevas personas...— Él intenta hablar pero no lo dejo. 

—Y en donde prefieres ocultar pequeñas cosas sin importancia para evitar grandes discusiones— Suelto un suspiro —No lo sé... ¿Eres feliz con ella?— Le suelto la pregunta, porque quiero estar segura de que lo es. Él me mira confundido. Tarda unos segundos.

—Claro que lo soy— Me asegura.

—Entonces, nunca más le ocultes nada, siempre sé honesto, pero sobretodo pregúntate ¿Por qué pelean todo el tiempo?— Veo que no sabe que responderme.

—Antes de que Lisa se vaya, le dije toda la verdad— Me dice con cansancio —Y para serte honesto, ahora mismo no sé si sigo teniendo novia— Lo dice con un tono de tristeza.

—¡Oh! Lo siento, lamento escuchar eso— Se encoge de hombros.

—Por eso no quería decirle la verdad, pero sé que siempre es mejor hacerlo—

—Pero Santiago, si te pones a pensar las cosas, cualquiera se enojaría— Es la verdad —Tienes razón, tu pequeña mentira escalo tanto, que se presta para que otras personas piensen cosas que no son. Tu novia pensará que yo soy importante para ti, cuando en realidad...—

—Pero si eres...es decir, sí me importas— Me alegra mucho oír eso —Creo que eres la amiga más real que tengo en este lugar, incluso cuando tu no querías serlo— Le sonrío —Y tienes razón, mi novia debería aceptar que yo puedo conocer nuevas personas, tener amigas, amigos, o lo que sea. Peor aun cuando yo jamás me he enojado de que ella tenga los suyos— 

Dejamos las cosas claras, se queda un poco más, y al final acepta una taza de té,  me cuenta un poco más sobre su noviazgo con Lisa, al parecer sí está enamorado de ella, pero por sus propias palabras, sé que su relación se ha desgastado desde hace un tiempo, incluso antes de haber entrado a la universidad. Si dependiera de él, llevarían una relación más espontánea y menos superficial, pero creo que su relación seguirá adelante. Darme cuenta de eso es un poco desilusionante, pero es la realidad.


Nota: ¡¡Llegamos a los 10 capítulos, y a las más de 1 k lecturas!! Estoy muy contenta de seguir escribiendo esta historia, y espero que ustedes estén disfrutándola tanto como yo. háganmelo saber, comenten sus partes favoritas y si les gusta el capítulo, no se olviden de votar.

Cariños, 

C.J. Oberlin.

Continue Reading

You'll Also Like

574K 44.2K 77
La experiencia me enseñó que las vidas perfectas no existen, pero la mía con Laura me hacía feliz. Sin embargo, nuestra vida de ensueño se convirtió...
5.8M 331K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Esto es "Dark romance" si no has leído nunca nada por el estilo no leas esto porque tú mente estará cerrada ant...
271K 17.2K 103
En la ciudad de Nueva York nada es lo que parece. Y Nataly lo supo muy bien... a las malas. ...
474K 33.8K 54
Historia de Emily Harrison y Noah Jefferson Secuela DLTAA #NOEMI Portada hecha por @Katypinklove PROHIBIDA SU ADPATACION Y/O COPIA Todos los derechos...