short ; renmin ✓

By minhofeelings

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short| en dónde jaemin solo tiene ojos para su pequeñito novio de 1.60. ∆renmin ›na jaemin × huang renjun ... More

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By minhofeelings

Cuando Renjun y Jaemin recién comenzaban a conocerse decidieron pasar una navidad junto a sus amigos cercanos con la sola finalidad de conocerse más y usarlo como un pretexto para estar juntos en una fecha importante… pero sus planes se vieron frustrados por el tobillo fracturado de Renjun y su poca movilidad.

— Ve a la fiesta con los chicos, no tienes porqué faltar por mi culpa— comentó el menor con una sonrisa desde la comodidad de su cama —. Mis papás y yo haremos una cena con mi familia que vendrá de China… aunque podrías pasarla conmigo— lo último salió casi en un susurro que hizo sobresaltar al pelirosa de preciosa sonrisa.

— Me encantaría pasar la navidad contigo y con tu familia— Jaemin dejó un casto beso en la mejilla sonrosada del castañito.

Renjun era demasiado tierno y tímido ante las muestras de afecto con Jaemin. Las mejillas del extranjero se tornaban rojitas como tomatitos cuando el alto lo abrazaba o dejaba besos en sus mejillas y frente.

— ¿Debo traer algo?— cuestionó el alto colocándose una sudadera color mostaza (que por cierto Renjun adoraba tomar prestada con el pretexto del frío) cuando estaba listo para salir de la habitación de su futuro novio y dejarle dormir después de haberse asegurado de que el chiquillo hubiese tomado sus analgésicos y antiinflamatorios.

Renjun negó varias veces riendo.— Tu sola presencia es más que suficiente, bobo.

Jaemin no sabía si creerle o no, pero hornearía brownies para la ocasión, y también así podría mostrarle sus cualidades culinarias a sus futuros suegros y demás familia.

— De acuerdo, Junjun. Tengo clase de piano en quince minutos y por más que me duela tengo que dejarte— un bonito puchero se instaló en los labios del pelirosa, Renjun realmente quería besarlo sin importar que sus labios estuviesen partidos por el frío.

El chico con aspecto de niño asintió y se despidió de él, sin la oportunidad de levantarse de cama.

Renjun esperaba pacientemente sentado en el sofá mientras intentaba seguir un tutorial para tejer un gorrito para Jaemin. Había aprovechado el tiempo para intentar algo nuevo ahora que su madre estaba haciendo las compras de último momento e iba a recoger el regalo personalizado que había comprado para su chico.

Cuando el sonido del cerrojo hizo click el chiquillo volteó emocionado en dirección a su mamá quien le veía burlona por la emoción que Renjun sentía gracias a “es solo mi amigo”.

— Ya pasé por el llavero— sonrió la bonita señora con ojitos zorrunos.

Dejó el llavero sobre la mesa, dicho llavero incluía una fotos de ambos chicos y varias figuras de resina que eran conmemorativas de cada una de las citas que habían tenido.

— Gracias mami— sonrió el bajito admirando el osito de gomita azul hecho con resina.

Realmente esperaba que a Jaemin le gustara.

La señora Huang sonrió antes de adentrarse a la cocina e iniciar con la preparación de la cena. Renjun por lo general le ayudaba, pero al estar fracturado no podía hacer mucho y se había resignado a estar sentado un largo rato.

La prima (casi hermana) de Renjun bajó por las escaleras de la casa con un portaretratos transparente que contenía una imagen hecha a mano por el castañito entre sus manos y en medio sus labios llevaba una bolsa blanca con pinitos estampados.

— Termina de envolver eso y te ayudo a subir para que te bañes, apestas— comentó la castaña antes de alejarse por dónde vino.

Huang menor se dedicó a terminar de redactar la carta para Na Jaemin, el chico de sus sueños y su príncipe azul digno de un cuento de hadas.

¿Debería ponerle un “te quiero” al final de la carta?

¿Sería muy pronto como para hacerlo?

A la mierda.

Colocó aquellas palabras en su idioma natal y la firmó colocando muchos stickers de corazoncitos y moomins antes de cerrarla y colocarla dentro de la bolsa de regalo.

La pequeña casa de los Huang estaba llena hasta casi reventar por la inmensa cantidad de familiares de Renjun, pero de entre todas esas personas aún no llegaba la personita especial de Renjun, la persona por la cual se había arreglado bonito y había hecho un esfuerzo por bañarse.

El timbre de la puerta sonó e hizo a Renjun tomar sus muletas y correr tan rápido como pudo en dirección a la entrada sacando algunas risas por parte de sus padres y prima hermana.

Un Jaemin muy bien vestido con jeans negros y camisa blanca perfectamente planchada fue la imagen que hizo bailar alegremente el corazoncito de Renjun; y ni hablar de su aroma deliciosamente varonil que contrastaba a la perfección con el rico aroma de los brownies recién hechos que llevaba entre sus manos.

— Hola, Injunnie— sonrió el alto agachándose para dejar un besito en la frente ajena.

Las mejillas de Renjun se pintaron de color bermellón como siempre lo hacían comúnmente ante la presencia de Na.

— Hola, Minnie— sonrió el castañito haciéndose a un lado para dejar entrar al mayor.

Las primas de Renjun veían con asombro al atractivo pelirosa que ayudaba a la señora Huang a servir los platos y llenar copas con vino y agua mineral.

Era guapo y estaban de acuerdo en que Renjun tenía buenos gustos.

— Miradas aquí, niñas— regañó uno de los tantos tíos del castañito.

Resignadas volvieron a jugar cartas con sus otros primos menores y tíos jóvenes.

— ¿Es tu novio?— preguntó la más pequeñita de sus primas con un coreano bastante gracioso.

Renjun negó sintiendo su corazón latir con rapidez y el color subiendo por sus mejillas. Una vez más.

— Es mi amigo.

La niñita asintió no muy convencida de su respuesta y volvió a colorear en su libro lleno con dibujos de dinosaurios.

Algunos minutos entre risas y música pasaron para que la señora Huang les hablara a cenar, tan pronto dijo eso Jaemin se acercó a Renjun para ayudarle a ponerse de pie.

— Luces precioso esta noche, ¿ya te lo había dicho?— murmuró el mayor dejando un besito en la corvatura del cuello del bajito, haciendo que el chiquillo se pusiera suavemente nervioso.

Entre balbuceos y pasos en dirección al comedor respondió el cumplido.

La familia de Renjun siempre fue comprensiva cuando él habló sobre su orientación sexual en una reunión, dándose a conocer como homosexual, y Renjun tenía que observar el notable cambio positivo en sus actitudes cuando esa misma noche habían conocido a Jaemin, quien trataba con mucho cariño y respeto a su pequeño y frágil castañito.

— ¿Ya tienes en mente que estudiar?— cuestionó una de las tantas primas de Renjun en dirección al pelirosa que se encontraba cortando un gran pedazo de pavo ahumado.

Na carraspeó antes de contestar su pregunta.

— Actualmente la carrera de medicina ha llamado mi atención— respondió jalando el cuello de se camisa, preguntándose cómo rayos sabían hablar muy bien el coreano cuando ellos eran chinos.

Entre opiniones y platicas, la cuáles no prestaban atención los dos jóvenes enamorados transcurrió la cena con un ambiente cómodo y hogareño, haciendo sentir bienvenido al chico de apellido Na.

Cuando el reloj dió las doce todos se colocaron frente a la chimenea y pino navideño decorado con decenas de esferas rojas para tomarse fotos familiares, y una que otra de Renjun y Jaemin quienes sonreían como bobos al ver al contrario.

Abrieron los regalos sorprendiendo a Jaemin en el camino, quien recibió detalles por parte de los familiares de su chico. Galletas, calcetines largos con estampados graciosos y dulces chinos eran regalos simples pero que se valoraban más que nada ante los ojitos brillantes de Jaemin.

Cuando las doce y media se dieron cada uno fue a su habitación designada mientras que ambos chicos se encontraban sentados en un sofá con toda la intención de dar el regalo más esperado.

Primero fue el turno de Renjun, quien extendió la bolsa blanca con una sonrisa nerviosa plasmada en su pequeño rostro.

Jaemin estaría feliz aún si Renjun le obsequiaba carbón o un hilo dental usado, todo lo proveniente del extranjero era bonito, valioso y asombroso.

Sintió sus ojos cristalizarse al ver el regalo hecho con las manos de oro de su pequeño, sus orbes se cristalizaron más al observar el llavero que incluía tanto detalles tan meticulosos de todas y cada una de las citas que habían tenido hasta el momento.

— Me gusta muchísimo Ren, gracias.

— Hay más— murmuró señalando el fondo en donde se encontraban los otros dos obsequios—, pero lee la carta en casa, me da vergüenza— Jaemin rió discretamente apretando la mejilla del bajito.

— Como tú ordenes, Junnie.

Soltó una risa preciosa llena de alegría al sacar el gorrito de lana roja que ciertamente estaba mal hecho, pero tenía una buena elección de color y había sido hecho por su pequeño príncipe.— Me encanta como no tienes ideas, Junjun.

Después fue el turno de Jaemin quien extendió la bolsa azul. Renjun le miró con ojitos enamorados y una bonita sonrisa en labios antes de abrir la envoltura.

El último álbum de EXO que faltaba en su colección estaba ahí dentro junto a un dibujo de moomin con gorrito navideño.

— Tuve que pedirle a Ryujin que me ayudara a dibujarlo.

— ¡Gracias!, ¡gracias, ¡gracias!— chilló el menor abrazando cómo pudo al lindo pelirosa que sentía su corazón en una montaña rusa de incrementos de latidos.

— Me encantas tanto, Injunnie— admitió acunando el rostro del castañito, aplastando sus mejillas sonrosadas y riendo por los soniditos que salían de la boquita del menor.

» Eres tan lindo y lo único que quiero hacer es besarte, así que dime Injunnie, ¿me permitirías besarte mucho hasta el amanecer?— cuestionó sintiendo la respiración de Huang volverse irregular.

— S-Sí— sus torpes palabras y su rápido asentimiento fueron la única respuesta que Jaemin necesitaba.

Y fue así como Jaemin besó los labios contrarios con suaves roces y presiones, sintiéndose en el paraíso por algo tan simple que en esos instantes parecía la cosa más extraordinaria del mundo. Del universo.

Renjun suspiró entre el lento beso ante lo bien que se sentía tener al fin su primer beso, y que mejor que con la persona que le gustaba más que Moomin.

En ese momento ambos sintieron sus corazones latir alegres y las estrellas brillaron aún más aquella noche.

— Feliz navidad, Injunnie.

— Feliz navidad, Minnie.

Una vez pronunciadas aquellas palabras volvieron a fundirse en otro suave y torpe beso.

Capítulo sin editar porque ya es re tarde para subirlo.

Espero y hayan tenido una muy muy muy feliz navidad. Les deseo un feliz año nuevo y un grandioso inicio de año por si no actualizo en estos días.

Lxs tqm, muchas gracias por leer u.u
— daff

Segunda nota (280821)
Perdón por no estar actualizando tan seguido, es que la universidad ya me está metiendo una madriza 😩

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