¿Y si eres tú? |Scorpius Malfoy| [#2]

18.

Isabella Zabini.

Odiaba la materia Historia de la magia.

Era una de las clases más aburridas, y normalmente dejaba investigación.

Y como era costumbre siempre venía a la biblioteca a hacer los deberes, para así no tener que hacer todo al último.

Scorpius y Albus, supuestamente iban a venir pero se habían encontrado a Blake y a Michael y decidieron quedarse hablando con ellos, ya que les iban a mostrar sus productos.

—Bella.

Levante mi mirada topando con James quien estaba parado atrás de la silla.

—James.

—¿Haciendo deberes?—preguntó recargándose en la silla.

—Sí.—baja mi mirada para seguir escribiendo.—¿Tú que estás haciendo aquí en la biblioteca?

—Vine en busca de un libro que tengo que usar para una investigación de la profesora Trelawney.—explicó.— Así que.... Iré en busca de el.

Yo asentí con mi cabeza aún escribiendo en mi cuaderno, escuche sus pisadas alejándose. Lo que más odiaba era hacer resúmenes, aunque era más tedioso cuando te hacían escribirlo con tus propias palabras lo que habías entendido.

—¿Y mi hermano?—volvió a preguntar, volví a alzar mi mirada traía con el un libro.

—Ha de estar con los primos Weasley.—dije encogiendo mis hombros.

—¿Puedo sentarme?

—Como quieras.—le respondí indiferente, el arrastró la silla y se sentó frente mío dejando su libro en la mesa.

—¿Cómo les fue allá en la casa de Malfoy?—preguntó.

—Bien.—murmuré.—Y Gracias.

—¿Por qué?—frunció el ceño y sonriendo algo confundido.

—Por haber ayudado a Albus.—apreté mis labios.—fue lindo verlo por allá.

—Bueno es que no soy un idiota siempre.—dijo sonriendo y relamió su labio inferior.– Aunque parezca.

Volví a mirarlo, esta vez se quedó viéndome y yo a él, duramos así unos segundos cuando desvíe la mirada de nuevo a mi cuaderno.

—Creo... que me iré.–dijo levantándose.—No tengo mi mochila, tengo que ir por Steve y Reagan.—agarró el libro, lo volví a ver.–Fue lindo... platicar, adiós Bella.

—¿Hasta cuando me dejarás de decir Bella?—le pregunté de golpe.

—No lo se.—se encogió sus hombros.—Hasta que te guste el apodo.

—Idiota.

–Idiota pero guapo.–me guiño el ojo, me reí.—Vas a decir que no.

—Es mejor que te vayas.–dije negando con la cabeza.

—Hieres mis sentimientos, pequeña bella.—dijo apuntándome con su dedo.—pero esta bien, te dejare hacer tus deberes.

Se dio media vuelta, caminando hacia la salida de la biblioteca dejando el libro en uno de los estantes, para así por fin salir.

Seguí haciendo el ensayo hasta que termine, levantándome guardando todo para cerrar mi mochila y colgarla a mi hombro.

Salí de la biblioteca para ir hacia las mazmorras, tenía que pasar por los pasillos y el patio, escuche a lo lejos gritos y mucho alboroto. Fruncí el ceño y camine aún más rápido, encontrándome con una gran multitud.