Alguien nuevo en el pueblo.

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-Nada mal. Por lo menos no está en ruinas -murmuro antes de salir del vehículo.

-Debemos ir con el director para ver en qué casa quedará para poder bajar las maletas -comento el chofer mientras cerraba la puerta trasera -Primero permítame ver si está disponible para atenderla -dicho eso ambos entraron y mientras el chofer iba en busca del director, la señorita se permitió vagar por el patio de la escuela.

Veía ir y venir a los alumnos, todos se veían ocupados. También había alumnos que se iba y otros regresaban, todos con maletas en manos; al parecer no era la única en entrar a la escuela a mitad del año.

Las instalaciones le fascinaban a la chica, estaban muy bien cuidadas y eran enormes, como un hermoso castillo de la realeza.

-Pero miren que trajo el viento -al escuchar una voz familiar detrás suyo, la chica se giró encontrándose con una enorme sonrisa y maletas en el suelo.

-Gregory Yardale -dijo devolviéndole la sonrisa -No pensé encontrarte aquí, pensé que ya te habías regresado a Francia.

-Pues tengo la suerte de, antes de irme, verte de nuevo. Estella.

-Escuché que Christopher ya se había ido a Francia, así que pensé que te habías ido con él -cometo la blonda.

-Yo y Ze mole no hemos hablado desde lo ocurrido hace años -admitió Gregory.

-Al parecer ese malentendido sigue sin resolverse ¿Eh? -inquirió Estella con notable fastidio -Realmente no entiendo cómo puedes aguantar que la persona de la cual has estado enamorado, prácticamente, desde la infancia siga creyendo que lo odias y te desprecie de tal manera -Estella miro de reojo a su amigo y agrego -Claro a menos que ya no sientas nada por él.

Al no obtener respuesta alguna la rubia sonrió un poco divertida por la situación.

-Tú no cambias nada, Gregory.

- ¿Y tú sí, Estella? -pregunto Gregory.

La rubia alzó una ceja confundida.

- ¿A qué te refieres?

-Solo digamos que tienes la misma actitud arrogante de cuando éramos niños, al igual que esa fría idea de que el amor es lo más asqueroso que le puede pasar a alguien. Sigues siendo igual de inmadura.

Estella no dijo nada, solo miró molesta a Gregory. Sí, era amigos desde hace años, pero eso no significaba que no hubiera discusiones y peleas; no todo era color de rosa en su amistad, en especial tomando en cuenta el carácter de ambos rubios que ahora se debatían en un duelo de miradas.

- ¿No tienes que irte ya? -pregunto Estella sin quitarle la mirada a quien llamaba amigo.

- ¿No debes de buscar a tu prometido? -Gregory tampoco quería ceder.

-Ya debes irte, ve detrás de tu perro francés. Asegúrate de que no le mené la cola a alguien más -al escuchar esas palabras Gregory sufrió un pequeño tic en el ojo derecho lo que ocasiono que Estella comenzara a reírse -Jajajaja, al parecer Christopher no tardo en buscar tu reemplazo. Déjame preguntar algo... -la rubia dejo de reírse y respiro profundamente - ¿Es rubio también?

De nuevo el pequeño tic se hizo presente en la expresión de Gregory.

-Por Dios -Estella quería reírse nuevamente, pero no iba a ser tan cruel con el único amigo que tenía -Bien, solo una cosa más.

-Detente Estella -pidió Gregory ya harto de todo y comenzando a tomar sus maletas para irse.

-No soy tan cruel, no seguiré burlándome, solo quiero saber algo.

Regresa a mi lado.Where stories live. Discover now