Todas las formas del amor

Sócrates

Encontrarse molesto e incómodo con una situación era algo bastante común para Tsukishima Kei. Le molestaban los ruidos muy fuertes, las discusiones sin sentido y que lo mirarán demasiado, sin embargo esta vez era diferente.

‌Últimamente su incomodidad nacía de estar cerca a la persona con la que usualmente se sentía más cómodo; Tadashi era un chico increíblemente amable y comprensivo, era de las pocas personas que no encontraban molestas sus actitudes sarcásticas y odiosas. Eso era algo que nunca lograría entender ¿Que tenía él de bueno como para que un ser tan maravilloso quisiera acompañarle?.

💫

—Yamaguchi-kun ¿Te encuentras bien?— la mirada perdida del chico enfocó por un momento los orbes ámbar de la pequeña manager, guiándolo de vuelta a la realidad— Estás pálido, además más distraído de lo normal

Se encontraban en la biblioteca pues cuando lo encontró en los pasillos cargando con una pila de libros se veía perdido en sus pensamientos, por eso mismo decidió acompañarlo. Para cualquiera habría sido extraño verle sin la compañía de Tsukishima, sin embargo para Hitoka tuvo sentido teniendo en cuenta la situación del día anterior.

—¿Eh? Si, solo estoy cansado. No dormí mucho anoche— Respondió con indiferencia.

—¿Al menos desayunaste bien?— Pregunto con una preocupación ligera.

—No, la verdad perdí el apetito

—¿Eh? ¿EH? Ya-Yamaguchi-kun, n-no deberías saltarte tus comidas. Tu entrenas bastante, te... te podrías enfermar— Ahora no era ligera, esto era realmente grave ¿Que estaba pasando?.

—¿Acaso importa? No es como si me necesitaran realmente.— Estaba molesto, era obvio. pero se veía más incómodo que enojado. En su preocupación pensó que quizá podía hacer algo para ayudarlo.

—Se que no tienes motivos para confiar en mí tus problemas, pero ¿Hay algo que pueda hacer para que te sientas mejor?— En ese momento el mas alto notó que estaba descargando toda su frustración en la rubia, se avergonzó de forma inmediata.

—Perdona Yachi-san, solo estoy teniendo... Sentimientos encontrados.— trató de restarle importancia, pero no funcionó.

—¿Es por Tsukishima?— fue una pregunta impulsiva, guiada por su curiosidad. En cuanto se dio cuenta cubrió su boca con sus manos mientras veía como un color carmín adornaba el rostro de su acompañante. —¿Cómo lo sabes?— preguntó Tadashi, su voz sonaba dura, tenía miedo, aunque aún no estaba muy seguro del porqué.

—Ay... No es una historia muy larga, ayer los ví detrás del gimnasio...¡Pero juro que no escuché nada! Solo fue una coincidencia... Pero durante la práctica se veían tan distantes, que... dolía.— la situación se había tornado muy incomoda, Yachi solo quera que la tierra se la tragara y no volver a aparecer jamas en la escuela.

—¿Cómo puedes siquiera decir eso?— preguntó con asco.

—No lo sé, supongo que simplemente se veían diferentes y eso es difícil de asimilar... Honestamente me preocupa que no te sientas bien.—Una bombilla se encendió en su cabeza de forma alarmante— E-espera ¿Acaso Tsukishima-kun te rechazó?

—¿Que? No...— un carmín ligero cubrió sus pecosas mejillas junto con una mirada de frustración— Fue al revés, yo lo rechacé. No podía creer que me dijo eso.

—Ah... ¿Eh? ¡¿EH?!— recibió una reprimenda de la bibliotecaria por gritar pero la ignoró para volver a hablar— ¿Porque?— susurró.