Lovesick ➳ Taehyung {Save ME Book #5}

002.

Taehyung se sentía feliz de volver al campus. Sólo había dejado de asistir por tres meses, pero en ese tiempo sintió que no volvería jamás. Además, tenía que aceptarlo, el seguir yendo a la escuela era una evasión a la vida de adulto que tanto le temía, pero que estaba a la vuelta de la esquina.

Arabella de Arctic Monkeys era lo que escuchaba en su camino a las oficinas administrativas. Últimamente había estado escuchado mucho la música de esa banda inglesa y todo por culpa de Bae Jungha, la novia de Hoseok.

La última fiesta en la que tuvo la oportunidad de convivir con todos ellos, Jungha le habló por una hora de la banda, pues al parecer era de sus favoritas.

Era bien sabido que la castaña era fanática del rock. Todos sus tipos.

Y como si de una brujería se tratara, la chica caminaba por el campus portando su uniforme quirúrgico de su propia universidad. Taehyung casi se tropieza al verla, pues de verdad le había sorprendido.

— ¿Jungha?— Preguntó en voz alta ya a poca distancia de ella.

Una desorientada Jungha volteó a todos partes hasta dar con Taehyung.

— ¡Tae!— Mostró una alegre sonrisa.

Se saludaron de manera torpe, terminando en risas.

— ¿Qué haces aquí?— Preguntó el chico mientras la acompañaba a su auto. Aún tenía tiempo de sobra, es por eso que se había ofrecido.

— Jini olvidó su constancia, se dio cuenta cuando ya estaba aquí.— Explicó.— Vivimos a un par de calles así que decidí ser buena samaritana y le hice el favor de traerle ese documento.

Taehyung asintió, comprendiendo todo. Llegaron al estacionamiento y sonrió al escuchar la alarma del auto que había desactivado.

— ¿Es el Mustang de Hoseok?

— El mismo.— Sonrió la chica con orgullo.— Mi auto necesitaba un cambio de aceite y aunque mi novio es una aficionado de los motores, yo no sé nada de eso... En fin, cambiamos de autos por hoy.

Taehyung sonrió. Le gustaba la relación de esos dos; Hoseok era un estilo de superhéroe para Jungha. Le resolvía todo y la salvaba de cualquier aprieto. Claro, Jungha también jugaba un papel de Mujer Maravilla para Hoseok. ¿Quién lo diría? De tener tantos problemas que se presentaron en su relación, terminaron siendo una de las parejas más estables, felices y llenas de amor que conocía.

Y que podían llegar a existir.

— Que te vaya bien.— La despidió Taehyung.

Jungha agitaba su mano y con la otra maniobraba el volante para salir del cajón de estacionamiento. Entonces frenó de golpe y Taehyung se asustó.

— ¡El viernes es mi cumpleaños!— Gritó desde el auto, Taehyung volvió a respirar.— ¡Estás invitado a la fiesta!

— ¡Gracias!

La castaña se retiró de una manera genial en el auto de Hoseok y hasta que desapareció de la vista de Taehyung, éste retomó su camino a las oficinas. Sin más distracciones, Taehyung llegó al lugar, esperó en la línea de alumnos hasta que una de las secretarias le entregó su nuevo plan de estudios y horario, como también algunos libros. Era una suerte que el material también estuviera incluido.

Sus clases se llevarían a cabo en los mismos edificios y auditorio que cuando cursaba la licenciatura, sólo que en las aulas a las que les tenían prohibido entrar. Ahora descubriría el por qué. Estos salones se encontraban en los últimos pisos, así que sin pensarlo tomó el elevador que era para personas discapacitadas.