Capitulo 52 - Rocío de luz de luna -

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Hacia las horas de la tarde, cuando el sol se refugiaba tras las montañas, Ethan, Red y Sam decidieron acampar durante la noche, ya que sería peligroso el continuar durante esta. No hubo demasiados problemas en encontrar una cueva que fuera apta para pasar una noche, Red se encargó de hacer una fogata que los protegiera del frío nocturno, característico del continente. Sam estableció una barrera a la entrada de la caverna para evitar posibles ataques. Ethan dijo que él no necesitaba dormir, por ende se ofreció para hacer guardia.

La luna, vista desde la cima de la pequeña cueva, estaba en su punto máximo, brillaba con poder sobre el árido desierto de Oreshiam, el cual no tenía nombre. Ethan miraba a lo lejos con los ojos entre abiertos.

-          Oye, Imbo… - murmuró con desasosiego

Pero el avatar no contestó, al parecer se había dormido. El ojiazul suspiró profundamente con una ligera sonrisa en su rostro, se acurrucó un poco y susurró para sí mismo:

-          Como desearía poder abandonar todo…

En ese momento, escuchó que algo perturbaba la barrera a la entrada de la cueva, encendió a Níveo y bajó sigilosamente, solo para encontrarse con Sam parada mirando lejos.

-          ¿Sam? – susurró - ¿Qué haces despierta?

-          Oh, Ethan, me asustaste – anunció con una sonrisa – Yo no tengo la misma habilidad de Red de dormirme en diez minutos, sufro de insomnio

-          Sí, él siempre era el primero en dormirse cuando éramos niños

-          ¿Enserio no piensas dormir?

El chico bajó la mirada por un momento, esbozó una sonrisa vacía y apagó a Níveo.

-          No, alguien tiene que hacer guardia

-          Oh, bueno, te acompañaré un rato – decía subiendo

Ethan chasqueó los dientes y se tele transportó hacia arriba también. Pasaron un buen rato hablando sobre la vida del otro, sin entrar en las partes tristes, la noche parecía interminable, por lo menos, así lo quería Ethan.

-          Y luego me picó una salamandra ígnea en la nuca – decía el chico entre risas – Grité de tal manera que los soldados celestinos nos encontraron enseguida, luchamos como por dos horas, pero al final ganamos

Sam se reía frenéticamente con las historias de Ethan de cuando era mana hunter.

-          Wow, tú sí que has tenido una vida inquieta – decía mientras se secaba las lágrimas de la risa – Pero no entiendo por qué gritarías por una simple picadura de salamandra, no duelen tanto

-          No es eso, es que la nuca es mi punto débil – dijo el otro tocándose el cuello – o más bien…todo el cuello… por eso uso…usaba bufanda

-          Ohh…

La chica miró a Ethan con una expresión pícara, el ojiazul no entendía bien por qué lo miraba así, pero entonces Sam comenzó a acercarse lentamente, con la misma mirada.

-          ¿Q-qué? – tartamudeaba él - ¿Tengo algo en la cara?

-          No exactamente…

Entonces saltó sobre él y comenzó a soplarle al cuello, haciendo que Ethan estallara en risas mientras intentaba quitarse a la chica de encima. Aunque le rogara, aunque le suplicara, aunque le propusiera tratos para que lo dejara, Ethan estaba siendo completamente sometido por Sam, había perdido todas sus fuerzas por ello, pero logró encontrar una forma de reponerse, volteando completamente la situación, ahora Ethan estaba encima de Sam. Él estaba completamente rojo, pero no por la vergüenza, sino por la agitación, Sam aún se estaba riendo.

Arrasando con la Magia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora