Capítulo 43

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Baile, alcohol, diversión, vómito y vergüenza. En eso se resume mi noche. No tomé mucho pero si vomité en el lugar.

De tan sólo recordar eso, siento la vergüenza que sentí en ese momento. Expulsar todo lo de mi interior, tener a Noah tomándome el cabello, y las personas mirando asqueadas la escena desagradable.

Fue tanto el bochorno de ese momento que lloré y salí de ahí con un leve mareo tratando de ignorar la pena que sentía y las miradas. Era la primera vez que me sucedía algo así, y no fue para nada agradable, porque fuera de lo que las personas vieron y hablaron, yo sentía mi garganta arder y mi cuerpo doler,  y esa sensación fue horrible.

Noah me acompañó y me trajo al departamento. Me hizo un té de manzanilla mientras yo me bañaba y luego me cuidó mientras trabajaba desde su computadora. No dijo mucho, sólo que no pensara en eso y que descansara un poco.

No sé a qué hora me dormí y tampoco sé cuánto he dormido, lo único que sé, es que Noah no estaba cuando desperté, eso si, me dejó una nota diciendo que estaba en la empresa. Mi mente hizo que aquel gesto tan genuino, me trajera recuerdos de cuando perdí mi virginidad con Matt.

Me levanté de la cama y fui al baño. Lavé mi rostro y me senté para orinar. Restregué mis ojos y sin intención, miré mi ropa interior la cual estaba levemente manchada. Supe que era la menstruación y automáticamente me expliqué lo de anoche.

Cuándo vi eso, me quité la ropa interior estando sentada aún en el retrete, y luego me deshice la parte de arriba donde tenía una camiseta, posteriormente me limpié y tiré de la cadena. Entré a la ducha, y me bañé.

Fue una larga ducha en donde sentí relajarme un poco.

Al salir me sequé con la toalla, y me observé en el espejo. Mi cuerpo desnudo reflejado en esa pared se veía un poco ancho. Pero así era casi siempre cuando me llega la menstruación.

Siendo mujer, me toca que lidiar con cólicos, hinchazón la parte baja abdominal y tener ciertas partes del cuerpo sensible, y eso era odioso.

Tome un tampón, y me lo coloque. Lo sentí algo incómodo, ya que, yo estoy acostumbrada a usar toallita pero, eso era lo único que había y es mejor eso que nada.

Fui a la habitación donde estaba toda nuestra ropa y saqué un vestido y ropa interior. Me coloque la ropa interior rápido y luego me puse el vestido encima. Me puse las zapatillas y salí. Fui a la cocina y me encontré a Morelia.

— Hola. — La salude. — ¿Te puedo pedir un favor? 

— Buenas tardes señorita. — Cuando dijo eso caí en cuenta de que dormí mucho. — Claro, dígame.

— No nada, yo lo hago. Gracias. — Me arrepiento porque yo puedo hacer las cosas sola.

— Bueno, cualquier cosa que necesite puede pedírmelo. — Asiento agradeciéndole.

Me acerqué al refrigerador y saqué leche, de la despensa cogí cereal y un tazón. Me acerqué a un cajón y tomé una cuchara. Ya con todo eso prepare mi almuerzayuno.

Comí en pleno silencio en un departamento donde no había nadie más que Morelia y yo. Cuando terminé ordené y lavé todo lo utilizado.

Fui a la habitación a buscar mi celular y llamé a Jennifer.

— Hola hermosa. — Me saludó en cuanto contestó. — ¿Cómo estás?

— Hola Jenny. Estoy bien gracias, ¿Cómo están ustedes, la niña? — Preguntó interesada.

Este será nuestro secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora