16. lights up

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Retiré las llaves de la cerradura para acto siguiente empujar la puerta con mi pie e ingresar al hogar cargando las dos cajas de pizza.

— Al fin hemos llegado. — Harry soltó un largo suspiro colocando las latas de gaseosa sobre la mesa.

— Me lo dices a mí que he cargado con estas cajas todo el camino. — solté las dos pizzas sobre la mesa, escuchando el ruido de las uñas de mis animales chocar con el suelo de madera en dirección a nosotros.

Marvin y Blue saltaron hacia Harry, sorprendiéndolo, pero él no tardó en cobrar equilibrio y acariciar a ambos animales con dulzura.

— Chicos, más cuidado con el invitado. — reí al ver como daban pequeños brincos para alcanzar el rostro de Harry y lamerlo.

Más tarde, luego de tantos saltos y caricias, Harry y yo nos encaminamos a la sala, llevando lo necesario para instalarnos allí y encender la televisión.

— ¿Por qué has querido venir? — pregunté dejándome caer en el sofá a su lado.

— Estaría solo esta noche... — miró sus manos, y con sus dedos jugó con el anillo de rosa que estaba acomodado en su dedo anular derecho. — Creo que hoy no quiero estar solo. — confesó en un murmuro.

Mi corazón latió desbocado ante sus palabras. ¿Quería pasar esta noche aquí? ¿Conmigo?

No esperaba ser yo su compañía, creyendo que los centenares de amigos que él pudiera tener serían sus compañeros de noche.

— Me alegro de que te hayas unido, entonces. — intenté aligerar el ambiente, extendiendo mi mano para tomar una de las latas de gaseosa. — Porque yo tampoco deseo estar sola esta noche. — confesé de igual manera, tomando un sorbo largo de mi bebida.

Me disculpé para ir a mi habitación y cambiar mi ropa del día por un cómodo pijama. Reaccioné en el instante en el que cerré la puerta de mi habitación detrás de mí y me di cuenta de que sería utilizar un ridículo pijama frente a un icono de la moda.

"Hoy no será tu día." Pensé observando el pijama de osos, salteándolo y buscando con mi mirada algo que estuviera acorde a la situación.

Finalicé tomando el pijama que habíamos comprado con Dahlia, aquel de una tela aterciopelada lila. Sin embargo, no deslicé la blusa de tirantes a juego con el short sobre mi cuerpo, decidí tomar una simple camiseta de mangas cortas, las cuales me quedaban lo suficientemente holgada.

Caminando de regreso a la sala mi respiración se atasca en mis pulmones y mi cuerpo se detiene instantáneamente.

— Creí que no me conocías, Ángel. — comentó burlonamente sin mirarme, toda su atención impregnada en el objeto que tenía entre sus manos.

— L-lo vi en la t-tienda... yo... q-quise ver... — al escuchar mi tartamudeo giró su rostro hacia mí elevando el envoltorio de su álbum debut.

— ¿Lo has escuchado? — preguntó observando con detenimiento la imagen del álbum, mirándose a sí mismo.

— Si, digo... no he llegado a terminarlo. — admití.

— ¿Te ha gustado? — preguntó nuevamente.

— Si... bastante. — me acerqué con lentitud, quedándome a su lado para ver de la misma manera. — Esta. — señalé la segunda canción con una sonrisa, recordando la reacción que había tenido al escuchar tan bella pieza.

— ¿Sign of The Times? — preguntó volteando hacia mí con una sonrisa de lado.

— Ha sido mi favorita hasta el momento. — me encogí de hombros observando la imagen de la parte trasera del álbum.

Beachwood Cafe |h.s.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora