A pretty coincidence | NaTzu [G!P]

Capítulo 8: "Helado"

Al despertar, aún era de noche. Vio su celular y recién eran las diez.

-Solo pude dormir un par de horas...

Nayeon se levantó con intenciones de ir a la cocina por algo de comer, al abrir su puerta vio un papel pegado en esta junto a una nota.

"Aquí están la mitad de los problemas resueltos, mas te vale hacer tu parte bien y ya sabes, si tienes alguna duda, no me busques"

Siempre tan amable, pensó Nayeon mientras colocaba la hoja de ejercicios en su escritorio y salía de la habitación.

Los padres de Tzuyu aún no llegaban y Nayeon no tenía los ánimos suficientes para prepararse su propia cena.

Abrió la nevera en busca de algo simple para preparar o comer.

-Uhmm, helado... que mejor manera de sobrellevar un desamor si no es con helado.

-No queda mucho - susurró haciendo un puchero mientras buscaba una cuchara.

De regreso a su habitación, se encontró con Tzuyu en las escaleras.

-Buenas noches - le dijo Nayeon.

Tzuyu solo levantó su cabeza.

Antes de llegar al final de las escaleras, la taiwanesa volteó.

-Oye, ¿de casualidad ese es el helado que estaba en la nevera?

Nayeon asintió llevándose la última cucharada de helado a la boca.

-¿Qué fue lo que te dije el primer día?

-¿Que dormiríamos juntas?

-Hablo en serio, Nayeon.

-Te dije claramente que no te comas mi comida - añadió molesta.

-¿El helado era tuyo? L- lo siento. - le contestó Nayeon haciendo una reverencia - Mañana te compraré uno.

-Lo quiero para ahora.

-Ya es tarde como para que salga a comprar sola.

-Ese es tu problema, hay una tienda a un par de cuadras de acá.

-¡¿Quién come helado tan tarde?! - preguntó Nayeon ante la insistencia de Tzuyu para que salga.

-Por lo visto, tú y yo.

-Está bien, está bien, iré a comprarte tu maldito helado.

Luego de tomar algo de dinero y un abrigo, Nayeon salió.

-No puedo creer que me haya hecho salir, la odio.

-Por la rapidez de sus pasos y sus ganas de volver a la casa estimo que volverá en menos de quince minutos - dijo Tzuyu al ver a Nayeon por la ventana.

Pasados los quince minutos, Tzuyu escuchó la puerta.

-Hasta que al fin...

-Buenas noches hija, ¿Cómo estuvo tu día?

-Mamá, papá - respondió un poco confundida - de casualidad vieron a...

-¿A quién?

-A nadie, olvídenlo.

-¿Cómo está Nayeon?

-Está... durmiendo.

-Nosotros estamos muy cansados del trabajo, iremos a dormir.

-Descansen - dijo mirando la ventana.

Sus padres subieron y ella se quedó en la sala esperando a Nayeon.